Pensamiento del lunes 11 de junio de 2012. "Los niños, en apariencia, no tienen ningún poder, son débiles… Pues bien, es precisamente por ello que tienen éxito allí donde los poderosos fracasan. Triunfan porque son espontáneos, vivos, naturales y porque despiertan el amor. Algunas personas, cuando formulan una petición a un ministro, explican, insisten… pero no obtienen nada. Y sin embargo, cuando su hijo pequeño llega, le abraza, le sonríe, lo acaricia y obtiene de su padre todo lo que reclama. El niño derriba las corazas, las barreras, y abre los corazones. Observad también cómo actúa el sol; brilla, envía su calor, y lo que ni la tormenta, ni el granizo, ni el viento, a pesar de su fuerza consiguen obtener, lo obtiene: los humanos empiezan a quitarse su ropa. La conclusión que hay que aprender de estos ejemplos es que, si somos fríos, altivos, violentos, dominadores, las almas de nuestro alrededor se protegen con corazas. Llamamos y nadie responde. Pero si, por el contrario, nosotros las calentamos con nuestros rayos de amor, éstas dejan caer sus corazas para abrirse a nosotros. Las flores se abren con el calor y no con el frío. " Omraam Mikhaël Aïvanhov |