Del salón en el ángulo oscuro, de su dueño tal vez olvidada, silenciosa y cubierta de polvo, veíase el arpa
¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas como el pájaro duerme en las ramas, esperando la mano de nieve que sabe arrancarlas!
BECQUER
Siento que en mí palpitan todas las estrellas. El mundo corre por mi vida como un hermoso río. Las flores han pasado a través e mi sangre. Y toda la primavera de aguas y jardines se alza de mi corazón como un humo azul, y el aliento de todas las cosas canta como una flauta en mis sienes.
Cuando la tierra se adormece llego a tu puerta. En lo alto callan las estrellas y tengo miedo de cantar. Velando espero hasta que tu sombra pasa por el balcón de la noche. Entonces regreso silencioso y lleno de ti. Luego, en la canto a la orilla del camino. El aire matinal escucha temblando y las flores vuelven hacia mí su rostro de pétalos. Los viajeros se detienen de pronto para mirarme frente a frente: es como si mi canto a cada uno le llamara por su nombre.