"Pasados
cuarenta años, un
ángel se
le apareció en el desierto del monte Sinaí, en la llama de fuego de una zarza.
Entonces Moisés, mirando, se maravilló de la visión; y acercándose para
observar, vino
a él la voz del Señor: Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios
de Isaac, y el Dios de Jacob.
Y Moisés, temblando, no se atrevía a mirar. Y le dijo el
Señor:
Quita el calzado de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra santa.
Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su
gemido, y he descendido para librarlos. Ahora, pues, ven, te enviaré a Egipto."
(Hch.7:30-34).
Como
puede ver, en ese importante pasaje Esteban dijo bien clarito que un ángel o
mensajero (malak) se apareció a Moisés en medio de la zarza ardiente. Pero si
seguimos leyendo resulta que se dice bien claro que ese ángel es EL
SEÑOR,
y no solo se dice que ese ángel especial es el Señor, sino que también ese ángel
dijo que es el
Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob,
el cual había descendido del cielo a la tierra. Por lo tanto, ahí lo tiene bien
clarito, ese ángel no era un simple ángel como cualquier otro, sino que era
EL
SEÑOR,
y además era también el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, ¡y este Señor Dios
fue visto por Moisés!.
Pues
bien, ahora leamos el pasaje paralelo que se encuentra en el libro de Éxodo, y
que nos dará aun más luz:
"Y
se le apareció el
Ángel de IEVE en
una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en
fuego, y la zarza no se consumía. Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta
grande visión, por qué causa la zarza no se quema. Viendo
IEVE que
él iba a ver, lo llamó Dios
de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Y
dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú
estás, tierra santa es. Y dijo: Yo
soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de
Jacob.
Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar
a Dios.
Dijo luego IEVE: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y
he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias"
(Ex.3:2-7).
¿Lo
ha leído bien?, el pasaje es tremendamente importante, y es fascinante. Esteban
dijo que fue un ángel quien se apareció a Moisés en medio de la zarza ardiente,
pero en Éxodo 3:2-7 se dice que ese ángel era EL
ÁNGEL DE IEVE,
pero no solo eso, si sigue leyendo verá que a
ese Ángel de IEVE TAMBIÉN SE LE LLAMA IEVE,
es decir, el nombre de IEVE está en él, pero no solo eso, a ese Ángel especial
también se le llama DIOS,
¡¡el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob!!, pero no solo eso, el pasaje dice
bien clarito que Moisés miró a este Dios, él tenía miedo de mirar a este Dios, y
por eso cubrió su rostro con sus manos.
Ahora
bien, en el pasaje de Hechos 7 Esteban dijo bien clarito que este Dios-ángel que
se apareció a Moisés era EL
SEÑOR.
Alguno
tal vez crea que fue el Dios Padre quien se apareció a Moisés en medio de esa
zarza ardiente, pero eso es falso, no fue el Dios Padre quien se apareció a
Moisés, por la sencilla razón de que al Dios PADRE
ningún ser humano le vio jamás (Jn.1:18). Por lo tanto, ¿quien era ese
Dios-ángel que se apareció a Moisés?, ¡pues sencillamente era EL
SEÑOR!,
¿y quien es el Señor?, ¡es JESUS!,
leámoslo:
"que
si confesares con tu boca que Jesús
es el Señor,
y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo."
(Ro.10:9).
"y
toda lengua confiese que Jesucristo
es el Señor,
para gloria de Dios Padre." (Filp.2:11).
Por
lo tanto, Jesús es el Señor, y fue
este Señor quien se apareció a Moisés en medio de la zarza
ardiente,
y si este Señor era el Ángel de IEVE, ¡entonces Jesús
es el Ángel de IEVE!,
no hay ninguna duda, ya que si no era el Dios Padre quien se apareció a Moisés,
solo podía ser el Hijo de Dios, en su preexistencia divina, ya que Jesús
es EL SEÑOR.
Los
que niegan que ese Ángel de IEVE que se apareció a Moisés es el Señor Jesús
tienen un inmenso problema que no hay forma de resolverlo, ¿por qué?, porque si
según ellos ese Ángel especial de IEVE no era el Señor Jesús en su preexistencia
divina, ¿quien era entonces?. Un simple ángel no puede ser, ya que A
NINGÚN ÁNGEL COMÚN EN LA
BIBLIA SE LE LLAMA EL SEÑOR, NI EL DIOS DE ABRAHAM, DE ISAAC Y
DE JACOB,
¡a ninguno!, sino solamente a uno, ¿queda claro?. Por lo tanto, ese Señor Dios,
llamado el Ángel de IEVE, que se apareció a Moisés en medio de la zarza ardiente
no era uno más de los ángeles de Dios, sino un Ángel o mensajero muy especial de
Dios, el cual tiene el nombre de IEVE, ya que el nombre del Padre está en
él:
"He
aquí yo envío mi
Ángel delante
de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he
preparado. Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él
no perdonará vuestra rebelión, porque mi
nombre está en él."
(Ex.23:20-21).
Como
puede ver, Dios el Padre tiene un Mensajero o Ángel (malak) muy especial, el
cual no
es como los otros ángeles,
ya que este Mensajero especial TIENE
EL NOMBRE DE IEVE, ES DECIR, SE LLAMA IGUAL QUE SU PADRE
IEVE.
Lo cual demuestra de forma irrefutable la existencia de estos dos
dioses llamados IEVE,
uno es el IEVE mayor, el Padre, y el otro es el IEVE menor, el cual se aparecía
a los seres humanos.
(El tormento de los malditos
judaizantes y demás apóstatas de la fe)