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Autoayuda y Superación: CÓMO DESARROLLAR LA INTELIGENCIA
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De: Nati-U (Mensaje original) |
Enviado: 05/08/2013 01:21 |
CÓMO
DESARROLLAR LA INTELIGENCIA
INTRODUCCIÓN
Era todavía un niño cuando mis padres me llevaron al teatro para
contemplara un mago, quien, con toda clase de ingenios, asombraba, día
tras día, a un público heterogéneo que pugnaba por verlo.
Recuerdo
de lo que más me impresionó fue un alarde de memorización, que
justificaba por sí solo la fama que rodeaba a aquel hombre excepcional.
A solicitud suya le íbamos entregando palabras, y a cada una,
sucesivamente, le asignaba un número, después de unos segundos de
visible concentración.
Llegamos
hasta cincuenta. Después lo ametrallamos con números y palabras; no se
equivocó ni una vez. "Camello", decía alguno y el mago
contestaba: "Cuarenta y cinco"; "Treinta y siete";
gritaba otro desde las localidades más lejanas, y el mago respondía
con la misma rapidez: "San Francisco". Estaba seguro de que no
se trataba de ningún truco: me había correspondido pronunciar una de
esas palabras que, envueltas después en números, volaban por aquel
escenario, convertido en deslumbrante caja de misterios.
Al
día siguiente traté de repetir aquella hazaña, con sólo diez
palabras y no pude. Años después, la lectura de un libro, creo que
sobre el arte de hablar en público, me permitió, con el entrenamiento
de unas semanas, jugar hasta con cien palabras, cantidad que no fue
mayor porque algún límite era necesario establecer.
Utilicé
uno de tantos métodos nemotécnicos, basados todos ellos en el
establecimiento de una relación - cuanto más extravagante, mejor -
entre una cosa ya perfectamente recordada y otra nueva que se quiere
recordar. Escogí cien lugares situados, en orden sucesivo, en el
trayecto - que conocía perfectamente - del autobús que me conducía
cada mañana a la universidad, y a cada uno de ellos le asigné su número
respectivo: uno, dos, tres y así hasta cien.
Una
vez que fije muy bien en mi memoria la relación lugar-número, sólo
restaba establecer, en su momento, una nueva relación, ahora la relación
lugar-palabra: los conceptos que debían ser recordados los
"ubicaba" en su lugar correspondiente. Cuando alguien señalaba:
"Veintitrés", yo ya sabía que este número se había
convertido en el edificio del correo y me preguntaba: "Que fue lo
que yo coloqué en ese edificio"; de inmediato surgía la
respuesta. Y si lo nombrado era la palabra "Nabucodonosor",
contestaba a esa pregunta: "¿Dónde puse a este ilustre
personaje?".
Desde
entonces no he vuelto a hacer este ejercicio; estoy seguro de que en
este preciso momento no podría realizarlo satisfactoriamente, por una
simple razón: falta de práctica. Pero él me ha permitido pensar con
frecuencia: cuántas veces nos deslumbramos ante el fuego que vemos
desde lejos, en la oscuridad de nuestra falta de conocimiento sobre su
artificio, y, entre tanto, la verdad es la de que aquello puede ser
realizado por cualquiera. Por cualquiera que conozca el sistema y
pacientemente lo ejercite, claro está.
Consideramos
como de casi imposible realización algunos asuntos, que después de
aprendida una fórmula, algunas veces sencilla, se nos presentan sin
ninguna dificultad.
Y
algo así sucede con todos los órdenes de la realización de una obra
artística o científica, no importa cuál fuere su grado de
complejidad. Nadie puede decir si puede o no puede hacer una cosa, hasta
tanto no sepa exactamente cómo se hace esa cosa. Y cuando llega a
saberlo, ya la puede hacer.
"Conócete a ti mismo".
Esta
frase ha sido repetida por veinticinco siglos de Historia.
Conoce
lo más íntimo de tu ser.
Conoce
las carencias, tus disposiciones, tus facultades.
Conoce,
en fin, tu vocación vital.
Conoce
tu propia interioridad, hazla aflorar a la superficie y sométela a la
luz de tu propio entendimiento. Son multitud las afirmaciones del arte,
de la filosofía, de la psicología, de la ciencia..., que, si meditamos
un poco, podremos identificar con facilidad como vinculadas al
imperativo socrático.
Se
dice una y otra vez: conoce lo que piensas y lo que quieres y lo que
realizas.
Y
yo me pregunto: ¿por qué no se ha insistido hasta ahora en el
conocimiento del mecanismo de la mente humana, en la forma como se
producen las ideas, en los recursos de la inteligencia, en las razones
por las cuales unos hombres tienen más facilidades que otros para la
invención, en las características mentales de los creadores en el
campo del arte o de la ciencia, en el funcionamiento del cerebro de
aquellos que han sido calificados en el rango de los genios?
Es
importante que conozcamos cuáles son nuestros pensamientos, pero creo
que es más importante todavía el que conozcamos la manera de poder
llegar a ellos. "Si a la orilla del mar encuentras alguien con
hambre, no le regales un pez; enséñale a pescar".
La
aplicación de esta frase, resumen de sabiduría, es universal y
constante.
Esa
es la única forma como los individuos y los pueblos pueden alcanzar el
progreso. Educar significa "sacar afuera" lo que la persona
lleva por dentro.
Al
educar, por tanto, es imprescindible el más absoluto respeto por la
personalidad de cada quien, para que sea ella misma quien logre su
propio perfeccionamiento y desarrollo.
En
la misma forma, estoy convencido de que la función del Estado es la de
contribuir con su intervención determinante de la vida política, económica
y social de la colectividad a crear el "clima", la "atmósfera",
las condiciones externas necesarias para que los ciudadanos, libremente,
puedan buscar con facilidad, por sí mismos y de acuerdo con sus
respectivas capacidades, la plena realización de su ser integral.
La
educación abarca la personalidad completa del hombre, corporal,
intelectual y espiritual, en todas sus facetas.
La
enseñanza, como parte muy importante de la educación, se dirige
principalmente a suministrar conocimientos.
Hasta
ahora la educación ha tenido por fin formar hombres moralmente mejores
e intelectuales más ilustrados.
Fin
loable, pero, sin duda alguna, incompleto.
¿Incompleto?
¿Por qué?
El proceso
educacional de la humanidad ha sido muy largo. Comenzó el primer día
en que apareció el ser humano tal como lo conocemos hoy sobre la faz de
la tierra y ha continuado a través de la Historia, con retrocesos
transitorios, en una línea ascendente, tanto en extensión como en
calidad.
Año
tras año, es mayor el número de personas que reciben una educación
sistemática y, en términos generales, esa educación se perfecciona
cada vez más. El resultado,
la marcha del progreso de la humanidad a lo largo de los siglos. Y sin
embargo, hay un asunto fundamental que, incomprensiblemente, se ha
pasado por alto. Hay algo de vital importancia que no ha sido enseñado
sistemáticamente hasta nuestro tiempo.
Hasta
ahora se han enseñado conocimientos, pero no se ha enseñado a pensar.
Se
ha enseñado incluso dónde y cómo encontrar todo tipo de
conocimientos, pero no se ha enseñado la manera de combinar
conocimientos para obtener otras ideas.
Se
han enseñado las reglas del pensamiento lógico, pero no se ha enseñado
las de la producción de pensamientos nuevos.
Se
ha enseñado cultura, pero no se ha enseñado originalidad.
Se
ha enseñado los frutos de la inteligencia, pero no se ha enseñado a
tener más inteligencia.
En
lo que se refiere al tesoro más importante que poseemos en la tierra,
el pensamiento humano, a lo largo de los siglos a las gentes se les ha
dado peces, pero no se les ha enseñado a pescar.
No
es suficiente con enseñar conocimientos de diverso tipo, bien sean
generales o específicos, si no se enseña también cómo adquirir una
mayor capacidad mental para entender mejor, para pensar mejor, para
crear mejor.
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De: Nati-U |
Enviado: 05/08/2013 01:38 |
En la vida diaria utilizamos casi siempre las mismas frases hechas,
que, por lo general, no son más de doscientas cincuenta.
Algo
parecido sucede con las ideas: andamos una y otra vez por la misma vía
y, a veces, ni siquiera nos damos cuenta de que es la misma.
Yo
quiero escribir este libro con toda sinceridad.
Pero
estoy lleno de prejuicios que me inhiben, que siendo que me distorsionan
la mente, que me llevan por caminos distintos de los que quisiera.
Siento a veces que se interpone una especie de barrera entre mi mente y
la máquina de escribir que tengo delante de los ojos.
Y
esa barrera pareciera que interceptara las ideas tal como fluyen del
cerebro, para someterlas a un proceso en el que están presentes como
jueces todos los conocimientos, falsos o verdaderos, que he adquirido a
lo largo de mi existencia. Allí está todo lo que, a través de los
sentidos, ha llegado hasta mi mente. Las palabras expresan su propio
significado, pero también el de cada una de las que existen en el
entendimiento de quien las dice, en la espera de ser llamadas para
comparecer y representarlas a todas.
Mi
sinceridad está por mi propio pensamiento.
En
cada letra que escribo estoy yo mismo en cerebro entero.
Por
inclinación natural, tenemos una marcada tendencia hacia la comodidad. Y quizás aquella contra la que es más difícil luchar sea la del
pensamiento. Nos sentimos confortables transitando el camino que no es
familiar.
Es
muy difícil disponerse a transitar por caminos diferentes a aquellos
que otros han trazado y uno ha recorrido más de una vez.
Pero
una disposición en ese sentido es absolutamente imprescindible para
lograr cualquier avance en lo que se refiere al pensamiento creador.
Hay
que partir de la base de que la rutina del pensamiento es su obstáculo
principal. Muchas ideas no pueden entrar al cerebro, no porque no haya
cabida para ella, sino porque otras ideas les cortan el paso.
En
mayor o menor grado todos sufrimos de "misoneísmo", horror a
la novedad, más acentuado, como es lógico, en las culturas e
individuos decadentes.
Mucho
más importante que una respuesta correcta es una pregunta formulada
antes de que nadie la haya pensado.
Nunca
se podrá responder cabalmente ninguna cuestión.
Cuando
quien contesta queda satisfecho no conoce las respuestas.
Nada
se soluciona, sino en una cierta medida.
Aun
en materia de ciencias, lo prodigiosos adelantos actuales nos deben
llevar a la conclusión de que nunca se podrá decir sobre nada la última
palabra.
La
ciencia y la filosofía se están acercando otra vez.
Hoy
los científicos se encuentran en trance de admitir que las verdades del
filósofo pueden ser aún más verdaderas que las de ellos, puesto que
hoy se considera que en ciencia la verdad no es sino un grado de
probabilidad.
Ni
siquiera la más universal y exacta de las ciencias puede aplicarse con
igual exactitud a todas las realidades.
"Dos y
dos son cuatro".
Depende.
Dos
manzanas y dos peras son cuatro frutas, pero dos litros de agua y dos
litros de alcohol, en determinadas consecuencias, no son cuatro litros
de alcohol con agua, sino 3.995 cm3, y en un motor trifásico
dos amperios más dos amperios no son cuatro amperios, sino 3,4641
amperios.
Todo
aquello que es verdaderamente importante para la ciencia actual no llega
a nosotros a través de ninguno de nuestros sentidos.
No
lo podemos ver ni tocar, pero, sin embargo, sabemos que está allí.
Para
las tareas de investigación, para descubrir, para inventar se requiere
de un permanente acto de fe, que las convierte en una aventura cada día
más hermosa. La ciencia, por ser ciencia, ya ha alcanzado la grandeza
del misterio.
Y
avanza en medio de sus propias contradicciones, en la esperanza de que
algún día ellas tengan alguna aceptable explicación.
Y
no deja de avanzar por eso.
Quien
frente a la naturaleza y a la vida comience a preguntar, dispuesto a
seguir adelante después de cada respuesta, es posible que nunca
encuentre la que busca, pero alguna encontrará.
No
sé dónde leí una idea parecida a ésta: si al mediodía salgo de mi
casa a buscar una estrella, estoy seguro de que no regresaré por la
tarde con las manos vacías. Muchas veces es la intuición de una
respuesta lo que suscita una pregunta. La intuición siempre procede ala
certeza.
El investigador,
antes de experimentar, piensa y, pensando, atisba, intuye, vislumbra. Y
para ello se necesita un algo de ingenuidad.
En
las sienes de un sabio aletean un niño y un poeta.
Quien
no tenga el don y el coraje de la profecía jamás podrá ser un sabio.
Antes de resolver un problema hay que ver el problema ya resuelto.
Por
eso, los pasos de la ciencia son las hipótesis.
El científico
es un hombre cargado de audacia para formular conjeturas y de paciencia
para someterlas a un riguroso estudio.
Todo
descubrimiento no es sino una suposición comprobada.
Y
las experiencias, demostraciones de un pensamiento previo.
Ellas
no guían el pensamiento del científico, lo que hacen es confirmar lo
que anteriormente se ha pensado, o demostrar que es necesario comenzar a
pensar de nuevo.
Descubrir
es un juego de azar en el que hay que apostar muchas veces. Siempre hay
que estar dispuesto a dar otra vuelta.
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De: Nati-U |
Enviado: 05/08/2013 01:40 |
En
un invento, la mitad la pone el científico; la otra mitad, las
coincidencias. Pero la mayor parte de éstas también de las debe el científico a sí
mismo.
En
muy contadas ocasiones se puede identificar en toda su extensión el
camino que conduce al hallazgo.
¡Cuántas
veces se llega ala verdad por error!
El sabio,
a través de sus propias equivocaciones, va venciendo cada día su
propia ignorancia.
Casi
nunca se logra la verdad en el primer intento.
La
batalla por lograr un nuevo pensamiento se gana pasando por encima de
los cadáveres de multitud de pensamientos equivocados.
Colón
se equivocó: lo que él buscaba era llegar a la India, y. Si no hubiera
sido por ese desacierto, no habría regresado a Europa con la tierra de
un Nuevo Mundo en las manos.
¡Cuántas
veces hay que gastar toneladas de esfuerzo para obtener un gramo de
energía!
Hay
momentos en que es necesario olvidar todo lo que se sabe y todo lo que
se ha hecho y volver a empezar.
Hay
que estar muy confundido para poder llegar a ver con claridad alguna
vez.
Y
si no se ha pasado por esa etapa es porque todavía no se ha comenzado
de verdad.
El sabio
supone que el norte se encuentra en una determinada dirección y
comienza decididamente a andar hacia allá; no por tropezar pierde su
rumbo y, cuando se convence de que está equivocado, empieza de nuevo en
otro sentido; y así una y otra vez, hasta que encuentre el rumbo
certero.
Aquel
que pretenda iluminar algún camino, aun cuando la duda y el
desconcierto se apoderen de él, tiene que seguir hacia el lugar donde
en algún momento creyó verla luz, en tal forma que si los demás
pudieran contemplarlo dijeran:
"Anda
en la oscuridad, pero anda"
Y
llegará al final, si puede ser un centímetro más allá o más acá
que los demás. Un centímetro: ésa es la diferencia.
Y
muchas veces ésta se encuentra en lo que es evidente.
Porque
quien no sabe ver lo que es obvio, no sabe ver.
El investigador
sigue las señales de la naturaleza.
Pero
algunos, sorprendidos por no encontrarlas en el lugar donde creían que
debían estar situadas, han tratado tozudamente de forzar a la
naturaleza a colocarlas allí, para poder seguir adelante por el camino
que habían previsto.
No
es de extrañar que algunos científicos, siguiendo el no de de sus
ideas, hayan sostenido, para mantener sus argumentos aun en contra de
los hechos, la más anticientífica de las pretensiones que pueda ser
concebida: "los hechos están equivocados", como afirmó Einstein en
frase textual, porque, aunque parezca imposible, más de una vez han
tenido razón.
Casi
nunca se llega a conclusiones racionales sin una buena carga de
irracionalidad, ni en la vida, ni en el arte, ni en ninguna de las
ciencias.
Mucho
es lo que ellas han avanzado por caminos no científicos.
La
historia de la ciencia y del arte jalonada por la lógica, la
racionalidad y el orden pero también por incomprensibles paradojas,
equivocaciones repetidas, intuiciones absurdas.
Y
el que haya sido así es lo que la hace más grande.
En
la vida ordinaria no realizamos lo absurdo hasta que nos convencemos de
que no es absurdo.
En
el campo de la creación debe ser al contrario: aquí nada es absurdo
hasta que no se demuestra cabalmente que en realidad lo es.
Par
un espíritu creador nada en principio es absurdo.
Así
como "el corazón tiene razones que la razón no entiende", a
todo contrasentido puede encontrársele un nuevo sentido lógico.
Hay
que soñar.
Soñar
realidades, aunque no sean realizables.
Y
después, realizar lo soñado.
Pienso
a veces que la vida es un juego de golf.
En
él se proyecta una pelota lo más lejos posible y, cuando se ha hecho
esto, se camina tras ella, para repetirla misma operación hasta
recorrer todo el campo. Si convertimos la vida en sueño y lo lanzamos
con fuerza hacia delante, más que gozosos correremos a alcanzarla.
Solamente
la fantasía podrá alumbrar el camino de la humanidad futura. El Universo
tiende la diversidad unitiva y unificante.
Sólo
en ella se podrá encontrar la Unidad, que buscamos por todos los
caminos del arte y de la ciencia.
La
Historia nos muestra que las ciencias que se han separado, en algún
momento se han vuelto a reunir, aunque sea veinticinco siglos después.
Cuando
las ciencias eran pocas, se dividieron y ahora, que son unas 1200, se
encuentran de nuevo en la físico-química, la físico-matemática, la
bioingeniería, la bioquímica. y en las llamadas disciplinas de
encrucijada, como la cibernética, que estudia seres vivos en su
semejanza con sistemas mecánicos y la Biónica (contracción de biología
electrónica), que complementariamente, se ocupa de sistemas mecánicos
de funcionamiento semejante al de seres vivos.
Por
distantes que hayan sido los puntos de partida, todas las especialidades
convergen hacia un lugar.
Más
tarde o más temprano los especialistas se dan cuenta de que todos
estudian lo mismo.
Cuanto
más se ahonda en una especialidad más se aproxima el estudio a los
componentes últimos de la materia.
Todas
las ciencias se encuentran, en el camino de la verdad, con átomos, moléculas
y células; y no quiero decir con uno o con otro; quiero decir con los
tres. Los especialistas, cualquiera que fuere su campo de acción, que
lleven el estudio de su respectiva especialidad al máximo extremo
posible se encontrarán con que automáticamente han dejado de ser
especialistas para convertirse, todos ellos por igual, en investigadores
de lo más general que existe: las partículas elementales, componentes
de todas las cosas.
Todos
los caminos de la ciencia conducen a las partículas elementales.
Por
cualquier lugar del globo donde se comience a perforar, siempre se
llegará al centro de la tierra.
La
especialización, si no está integrada en un conjunto, ya no es fructífera;
ni siquiera útil.
El especialista
presta un servicio de incalculable valor en el progreso de la ciencia,
siempre y cuando tenga: él mismo, una visión de conjunto; a su lado, a
otros especialistas en diversas ramas; y por encima, a quien no tenga
ninguna especialidad.
El que
dirige tiene que poseer la perspectiva general necesaria para poder
ocuparse de los asuntos de todos.
La
especialización puede aumentar los conocimientos, pero es la
generalización la que valoriza.
La
ciencia, a medida que avanza, se va a encontrara con una creciente
urgencia de generalizadores, hasta el punto de que es posible que en los
próximos decenios la más importante "especialidad" llegue a
ser la del "generalista".
Allí
donde la ciencia y la técnica han avanzado más, cada vez se utilizan
con mayor frecuencia las sesiones de "grupos polivalentes", en
los que participan personas de muy diversas orientaciones intelectuales,
con el fin de resolver problemas de la competencia directa de una sola
de aquéllas; así como, por ejemplo, para encontrar soluciones para una
cuestión relacionada estrictamente con el diseño de naves
interplanetarias se reúnen un ingeniero aeronáutico, un matemático,
un médico y un escritor se considera que con un enfoque del asunto
desde puntos de vista tan diversos y con muy diferentes grados de
conocimientos sobre el mismo, puede encontrarse el camino acertado con
mucha facilidad; y es posible que se llegue a él por las sugerencias de
quien se encuentra más alejado del tema en consideración.
Mucho
se ha adelantado en la aplicación de técnicas dirigidas a lograr que
las reuniones de estos grupos logren el mayor rendimiento posible.
Ante
estos hechos, cabe preguntarse si en un próximo futuro los "grupos
polivalentes" no nos harán ver la utilidad de los "individuos
polivalentes" para el progreso de la ciencia y de la técnica.
Hace
ya un tiempo, Alexis
Carrel pensó
en que, para lograrla renovación del hombre moderno, era necesario
encontrar un grupo de personas dispuestas a los sacrificios
imprescindibles para adquirir, cada uno de ellos, conocimientos
profundos sobre Anatomía, Fisiología, Química biológica, Psicología,
Metafísica, Patología, Medicina, Genética, Nutrición, Desarrollo,
Pedagogía, Estética, Moral, Religión, Sociología y Economía.
Esta
superciencia, a la que hoy habría que agregarle nuevas materias, podría
adquirirse, según Carrel, en
unos veinticinco años de estudios ininterrumpidos. Antes de establecer
una relación es imprescindible poseer los elementos que se van a
relacionar.
Y
es obvio que, cuanto mayor sea el número de ellos, mayor será el número
de relaciones posibles.
Ningún
conocimiento es inútil, aunque alguna vez recordemos que Sherlock Holmes,
cuando se enteró de que la tierra era redonda, prometió desembarazarse
cuanto antes del nuevo dato adquirido por su mente, porque, según él,
no lo necesitaba para poder llegar a aquellas conclusiones que tanto
impresionaban al doctor Watson.
Pero
Holmes no sabía que si Conan Doyle,
su creador, no hubiera sido médico, él no hubiera sido detective.
Ni
tampoco sabía que un cocinero que sepa latín será mejor cocinero
justamente por eso.
Hay
que pensar en una sola cosa a la vez, pero hay que pensar en muchas
cosas. Saber bastante sobre una materia alrededor de la cual se intenta
encontrar ideas nuevas, en sí mismo representa una gran ventaja, pero
puede convertirse- y de hecho en muchos de los casos se convierte- en un
gravísimo inconveniente. Cuando se conoce perfectamente un camino es
muy difícil hallar uno nuevo para ir al mismo sitio.
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De: Nati-U |
Enviado: 05/08/2013 01:46 |
En
algunas ocasiones es necesario olvidar totalmente las vías que se
conocen para poder avanzar.
Pasteur,
rechazado por los médicos de la Academia de Ciencias de París, no era
médico, pero sus descubrimientos involucraron una de las más profundas
transformaciones que ha conocido la medicina.
Graham
Bell pudo inventar el teléfono por que era un ignorante completo
justamente en la materia que se supone que tendría que conocer a fondo
quien fuera a inventar el teléfono.
A
nadie en aquella época, con conocimientos aun medianos en electricidad,
se le hubiera ocurrido una idea tan absurda como la que él tuvo: crear
una corriente eléctrica sobre una placa metálica por medio de la voz
humana.
Al
menos esto fue lo que pensó y dijo Graham Bell.
Faraday llegó
a producir una de las transformaciones más importantes que se han
producido en la ciencia física sin la ayuda de ninguna fórmula matemática:
no las había estudiado.
El sabio
se empina por lo que tiene de autodidacta.
Si
los conocimientos de que se dispone abarcan áreas distintas, se estará
en capacidad de entender mejor cada problema concreto, al poderlo
enfocar desde diferentes puntos de vista.
Y
para ello es necesario tener puentes cuantos más, mejor entre esos
conocimientos diversos.
Para
la creación es preciso diversificar el propio pensamiento y aprender a
ver multidimensionalmente.
El especialista
a ultranza necesariamente tendrá que desaparecer dentro de poco su
trabajo podrá ser realizado por máquinas, que lo llevarán a cabo con
mayor rapidez y exactitud.
El auge
del especialismo exclusivista está llegando a su fin.
La
nación que ha creado el especialismo no se especializa ella misma como
nación, ni ordena su vida por los patrones del especialismo.
Muy
al contrario, se trata de la nación más diversificada del mundo.
Los
que realmente dirigen ese país, en todos sus aspectos, en su
determinante mayoría, no son especialistas.
Si
lo fueran, ese país no estaría, como en efecto lo está, a la cabeza
del mundo.
Son
hombres con un cerebro abierto hacia todas las cosas que han hecho
posible el mundo actual.
Mediante
la aplicación de la que podríamos llamar la "ley de
la diversidad", se podría conocer el grado de desarrollo de un país
según su especialismo o diversificación. A mayor especialismo, más
atraso.
A
mayor diversificación, más progreso.
La
historia natural nos muestra que las especies que han desaparecido son
aquellas que, por especializadas, no pudieron adaptarse a nuevas
circunstancias. Civilización que se especializa, muere.
El hombre
es el único animal al que la naturaleza no le ha impuesto ninguna
especialidad.
Esto
es lo que ha permitido dominarla tierra.
Podrá
vivir en la base de los océanos y en los astros más distantes, y
seguirá caminando por las mañanas a través de los campos florecidos.
El pensamiento
de un niño es universal.
No
se ha concretado en ningún sentido todavía.
Está
abierto a toas las posibilidades, sin limitación alguna.
Se
dice, con razón, que todo niño es un genio.
Y
ninguno es especialista en nada.
La
inmensa mayoría de los hombres que hoy figuran en la Historia como
genios tuvieron la mente diversificada hacia muy variados campos del
pensamiento. Indiscutiblemente el genio de ideas dirigidas en una sola vía
no es la regla, sino la excepción.
Por
lo general los grandes hombres de la Historia han tenido la mente tan
diversificada que puede decirse de ellos que han vivido varias vidas en
una sola vida. Casi todos los colosos de la ciencia han sido ala vez
magníficos escritores. Y quien le pida a un pintor o un músico famoso,
que tome la pluma en sus manos, seguro que se sorprenderá del
resultado.
Quien
pueda, haga la prueba.
No
sé si alguien habrá escrito un libro sobre las otras aficiones de los
hombres de ciencia, pero es impresionante constatar cómo buena parte de
aquellos a los que la humanidad les debe más, tuvieron, al menos en
alguna época de sus vidas, una expresa inclinación por una o varias de
las bellas artes.
Y
llegará el día en que los artistas se interesen vitalmente por la
ciencia.
Albert
Schweitzer fue filósofo, teólogo, organista, compositor, médico,
hombre de humanidades y humanidad, y todo esto en un grado eminente.
¿Cómo
pudo lograrlo?
Mirabeau
adquirió una sólida formación en lenguas, antiguas y modernas, matemáticas,
dibujo, música...
Y
no fue a pesar de este abanico tan amplio de inquietudes y aficiones
como se convirtió en el orador más eminente de la Revolución
Francesa; yo creo, más bien, que pudo lograrlo justamente por ello.
Y en un certamen en el que se dilucidara cuál ha sido el genio más
grande de la humanidad sería difícil que Leonardo pudiera cederla
plaza del vencedor. Fue ingeniero y precursor de la aviación y experto
en artillería y en óptica y en anatomía y escritor y químico y filósofo
y poeta y músico y físico y geómetra y arquitecto y pintor.
¿Pudo
llegar a ser un genio no obstante esa diversidad que le permite erigirse
en el más cabal- y no el único- representante del hombre universal del
Renacimiento? ¿Podríamos pensar que si se hubiera entregado a una sola
actividad, con exclusión de todas las demás, su pensamiento se habría
desarrollado aún más?
¿Por
qué era un genio pudo descollar en una gama tan amplia de
realizaciones, o fue la diversificación de su mente lo que le permitió
llegara ser un genio?
El hombre
universal del Renacimiento fue artista y científico ala vez.
Fue
al mismo tiempo, y de acuerdo con la época, todo lo que se puede ser.
Y
en todas las épocas cada hombre tiene un hombre del Renacimiento dentro
de sí. El niño
nace_ y aun antes_ no tiene ninguna aptitud en concreto, sino una
aptitud potencial general, abierta a toda la experiencia humana.
Es
después, cuando, por obra de su "primer envoltorio cultural"
o "primera costumbre", se particularizan las facultades, no en
un proceso en el que se le vayan abriendo puertas, sino en otro, muy
diferente, en el cual se le van cerrando caminos.
Más
tarde, mediante una sucesión de estímulos o desetímulos, conscientes
o inconscientes, espontáneos o provocados, se afirman algunas
posibilidades y el niño toma una orientación definida o no encuentra
ninguna.
En
todo caso, pienso que esa aptitud potencial general debe permanecer de
alguna manera a lo largo del tiempo y que, por consiguiente, en
circunstancias adecuadas y mediante los correspondientes incentivos,
cualquier aptitud concreta puede ser desarrollada.
Así
tendrían clara explicación las llamadas "vocaciones adultas"
y los sucesivos cambios en las vocaciones, que la mayor parte de las
personas experimentan, aunque, por un concepto equivocado- según creo-
de lo que es la vocación, les cueste mucho reconocerlo, aun ante sí
mismas.
Muchas
veces pensé que me gustaría escribir o pintar o componer música o
realizar una investigación científica o dedicarme a la vida política,
y que tendría que escoger entre una cosa y las otras, que eran
absolutamente excluyentes, por causa de la respectiva naturaleza de
ellas mismas y en razón de que el tiempo dedicado a una de ellas se lo
estaría restando a las otras.
Y
que el momento de escoger ya había pasado por mi vida.
La
vocación es algo que se manifiesta desde que uno es niño y en un solo
sentido, creía yo, y además la vocación siempre es algo permanente:
siempre la misma para toda la vida.
Es
muy difícil que una persona tenga inclinaciones solamente para una
determinada actividad.
En
mayor o menor medida todos los estamos rodeados de solicitaciones
vitales diversas.
Podemos
afirmar que en cierta manera todos somos "polímanos" (del
griego polys "mucho" y manía "afición"), es decir:
aficionados a muchas cosas.
De
aquí las dificultades que con frecuencia se presentan a la hora de
escoger profesión.
Con
las aptitudes, que en parte son consecuencia de las inclinaciones,
sucede otro tanto.
Es
más: cuanta mayor capacidad intelectual posee una persona, mayor es el
número de sus facultades que lo capacitan para el ejercicio de diversas
actividades.
Todos
nos sentimos incapaces para muchas cosas y con especial aptitud para
muchas otras, al mismo tiempo.
Un
joven tiene ante sí la perspectiva de llegara la realización de
diversos ideales. Es posible que logre tener e sus manos el tiempo para
todos ellos.
Dependerá
de lo que haga con las manos.
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De: Nati-U |
Enviado: 05/08/2013 01:46 |
No
tenemos porque ir al cementerio rodeados de tantos fantasmas de lo que
pudimos haber sido.
Nos
pueden acompañar las imágenes vivas de todo aquello que en realidad
fuimos. Nadie está llamado a desempeñar en la vida un solo papel.
No
se debe considerar que cada persona tiene una sola vocación.
Muy
bien, lo que existe es una "multivocacionalidad".
Y
esto en un doble sentido: al mismo tiempo se pueden tener dos o más
vocaciones con la misma intensidad de presencia; y ellas pueden
modificarse y cambiar a lo largo del tiempo.
Para
todos nosotros, la única vocación permanente es la vocación de vivir.
Y
en cuanto a los artistas y a los científicos, no creo que posean
ninguna vocación específica, sino la de ser artistas y científicos.
No
hay químicos y biólogos: hay científicos.
No
hay poetas y novelistas: hay escritores.
No
hay escritores y pintores y músicos: hay artistas.
Y
científicos y artistas son lo mismo: creadores.
Y
a unos y a otros los impulsa la misma vocación: la vocación de crear.
La
fuente de la creación es la misma, es el lenguaje en que se expresan lo
que es diferente.
Lo
que se dice de un arte, en lo que tiene esencialmente de arte, puede
decirse igualmente de cualquier otro arte.
De
lo contrario, no se está hablando de arte.
Una
obra que no re-presente el drama universal no representa nada.
La
esencia de todo acto de creación es idéntica.
Es
el mismo mecanismo el que se pone en funcionamiento para concebir un
cuadro y para componer una partitura y para los términos de un poema y
para elaborar un chiste y para realizar un invento en cualquier campo de
las ciencias y para... Esto significa que todo mecanismo de creación es
intercambiable, lo cual es de una importancia trascendental.
Si
se conoce profundamente, a través del estudio y de la práctica, los
respectivos medios y el instrumental adecuado, un sistema de pensamiento
- recordemos que toda creación es un problema de pensamiento- que se
haya utilizado con fruto en un campo específico de la actividad
creadora, puede utilizarse con los mismos beneficios en cualquier otro.
Un
Medio de Relación tiene una operatividad general.
Sus
elementos esenciales, con la adaptación y aplicación necesaria en cada
caso, pueden estar por igual al servicio de todo creador que conozca su
oficio. Todo está relacionado con todo.
La
misión de la ciencia es encontrar esas relaciones.
La
del arte, inventarlas.
Pero
el artista también encuentra y el hombre de ciencia inventa para poder
encontrar.
No
fueron los conocimientos de física que poseía Einstein- un
mal estudiante, quien además, nunca se preocupó por las matemáticas:
los que lo llevaron a la formula E=MC2.
Esos
conocimientos estaban en manos de los sabios de la época desde mucho
antes. E=MC2 es obra del pensamiento de un intelectual.
No
existe un creador científico que no tenga una sensibilidad artística más
o menos manifiesta, ni un creador de las bellas artes que no tenga en el
fondo de su alma un sentimiento de hermandad con los hombres de la
ciencia.
Necesariamente
el científico es un artista, y el artista, un hombre de ciencia.
En
cualquier campo de la acción humana se le puede dar la vuelta al mundo
con el único equipaje de un número limitado de reglas de aplicación
general; eso sí: muy bien conocidas, teórica y prácticamente.
Una
vez poseídas, por ejemplo, las fórmulas de la comicidad pueden
producirse situaciones cómicas indefinidamente.
Toda
obra de arte se ha construido alrededor de una estructura, de un
esqueleto organizado, que puede ser convertido en sistema para aplicarse
a otra obra de arte. La creación artística se produce a través de
medios generalizables, es decir, medios científicos, en toda la
exactitud de la palabra.
¿Convertir
del arte en una especie de ciencia no es reducirlo?
Muy
al contrario, es elevarlo: el arte asciende cuando lo bajamos de las místicas
alturas exclusivas y excluyentes del Olimpo, donde nunca en realidad ha
estado y nunca le corresponderá estar.
En
el mundo, lo que no se puede repetir, o no se puede conocer (pienso en
el "indeterminismo" de Heisenberg) o
no es verdad.
En
arte, nunca se ha creado nada que corresponda a una ordenación de
elementos, que puede ser repetida, no en lo individual, sino en el uso
de los sistemas. De no ser así, la imitación de estilos no sería
viable.
La
técnica es una esclava de la inventiva, pero ésta a su vez también
tiene su técnica. Cuando se domina la técnica se actúa con seguridad.
Y
así es más fácil ser audaz, y sobre todo, que la audacia sea fructífera.
Las obras maestras es sumamente difícil que puedan ser hijos únicos.
Cuando
ellas se producen es porque se ha hallado una fórmula y cuando se posee
una fórmula ésta puede utilizarse después.
Por
eso, dentro de un mismo estilo, la primera obra maestra se genera; las
siguientes se fabrican.
Una
vez que se ha ideado una técnica para realizar un tipo de objeto, bien
sea libro, cuadro, partitura, estatua, lámina de acero o artículo plástico,
siempre será factible producir ese tipo de objeto una y otra vez.
Y
quien por la dedicación y el esfuerzo domine esa técnica, es creador a
méritos indiscutibles.
Pero
creador sólo es aquel que pudo inventarla.
En
el momento en que un pintor inventa un estilo y realiza, dentro de ese
estilo, su primer cuadro, es cuando es verdaderamente creador; el
segundo ya no es sino copia del primero, sin que tenga ninguna
importancia, a estos afectos, lo que se haya pintado; el primero es una
auténtica creación, los siguientes son el producto de una factoría.
Creo
que ésta es la razón por la que Picasso pudo decir, aun en el caso de
que no hubiera sido ésta su intención que él también falsificaba
cuadros, que firmaba con su propio nombre.
No
sé si algunos de Picasso podrán figurar como los mejores de la
historia de la pintura, pero sí creo que pudo haber sido el más grande
creador.
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De: Nati-U |
Enviado: 05/08/2013 01:47 |
Hasta
los noventa años estuvo produciendo no solamente cuadros, sino estilos.
Cansado de repetirse a sí mismo con el pincel, en su cerebro ideaba
mundos nuevos para su pintura.
Es
por esta razón, más que por ninguna otra, por la que Picasso quedará
como un creador de proporciones gigantescas.
Y
murió joven, ya pasados los noventa años, por la misma causa: porque
siempre estuvo dispuesto a comenzar otra vez.
La
grandeza de Velázquez no radica en pintar como Velázquez.
Son
miles los que pueden pintar como Velázquez y,
como Velázquez, aun
mejor que Velázquez.
Cualquiera
puede copiara Velázquez.
Incluso
el mismo Velázquez.
La
grandeza de Velázquez está
en haber inventado la "velazquicidad".
En
entonces y sólo entonces cuando es creador.
Después
ya no hace sino copiare a sí mismo, y por tanto, pasa de ser un pintor
a ser un pintante.
Hay
escritores y escribientes.
Escritor
es el que, estableciendo nuevas relaciones, transforma las realidades y
las palabras.
Escribientes
es el que copia de otro, de sí, mismo o de la realidad, por perfecta y
meritoria que pueda ser la copia de esa última.
Hay
dibujadores y dibujantes;
Compositores
y compositantes;
Ejecutores
y ejecutantes;
Actores
y actuantes...
El escribiente
comprende las reglas del lenguaje; el escritor, las de la vida.
Hay
quienes tienen una gran facilidad para escribir y, sin embargo, no son
escritores. Y es muy frecuente el caso de grandes escritores con grandes
dificultades en su oficio, a quienes les sucede lo mismo que a Beethoven: más
de una vez pensó que no servía para músico- y eso antes de que le
comenzaran los problemas de audición- , porque le costaba demasiado.
Se
puede tener facilidad para pintar sin ser realmente pintor.
Y
se puede ser pintor sin tener facilidad para pintar.
Y
exactamente lo mismo puede decirse de los músicos, de los escultores o
de cualquier otro tipo de artistas.
El pintor
no está en el pincel, sino en la cabeza: lo importante es concebir el
cuadro, no pintarlo.
Con
el pincel pinta cualquiera; con la cabeza, sólo los grandes creadores.
"Yo
llevo mis ideas conmigo durante largo, a veces muy largo tiempo, antes
de escribirlas".
¿Ideas?
¿Escribirlas?
Quien
habla así individualmente tendrá que ser un pensador.
¿Y
cómo expresa su pensamiento?
¿Con
palabras?
Su
lenguaje fue la música.
Se
trata de Beethoven.
"Mi
memoria es tan fiel, que cuando he captado un tema tengo la seguridad de
no olvidarlo, aun después de muchos años. Cambios partes, desecho,
pruebo de nuevo, tantas veces hasta sentirme conforme; entonces comienza
la elaboración en mi mente, a lo ancho y a lo largo, hacia arriba y
hacia abajo y, consciente de lo que quiero, la primera idea no me
abandona jamás.
Ella
surge, crece y se eleva; oigo y veo el cuadro en toda su amplitud, como
de un solo golpe, y mi espíritu la observa. Sólo me resta entonces la
tarea de notación en la que adelanto rápidamente, si dispongo de
tiempo para dedicarle, porque a veces tengo varias obras en elaboración;
pero estoy seguro de no confundir una con otra.
Usted
me preguntará de dónde saco mis ideas. No podría contarle con
seguridad; ellas vienen sin ser llamadas, directa o indirectamente.
Podría
alcanzarlas con la mano, al aire libre, caminando por el bosque, durante
mis paseos, en el silencio de la noche, en la mañana temprano, incitado
por impresiones que se traducen en los poetas en las palabras y en mí
en sonidos que suenan, zumban y braman, hasta que finalmente se me
aparecen como notas".
Música
son ideas.
Pintura
son ideas.
Literatura
son ideas.
Arte,
en cualquiera de sus formas, son ideas.
Arte
es creación.
La
vida misma es un proceso de constante creación.
Y
no hay creación sin re-creación.
Arte
no es reproducir, arte es transformar.
Las
figuras que se exhiben en un museo de cera cuando más se parezcan al
original tanto más perfectas son, y creo que es por esto, y no porque
están hechas de cera, por lo que esas figuras no son consideradas como
obras de arte.
En
el retrato que elabora un pintor maestro se adivina mejor la manera de
ser de una persona que a través de la más lograda de las fotografías.
¿Por
qué? Porque en aquél hay menos detalles.
Artista
es el que transforma y sólo el que transforma.
Arte
es tomar una realidad y convertirla en una realidad distinta, cambiando
las relaciones de esa realidad.
No
creo que arte sea sinónimo de belleza, como se ha considerado
tradicionalmente. Belleza es una relación armónica.
Puede
haber belleza sin arte.
Y
también arte sin belleza.
Donde
no se ha establecido una relación que antes no existía, no hay arte,
por hermosa que pueda ser la forma en que, con colores, notas o
palabras, se narra la existencia de un hecho incorporado, interna o
externamente, al mundo del artista. Y allí donde se ha creado una nueva
relación hay arte; arte bello si la relación es armónica y arte no
bello o atrevámonos a decirlo arte feo si la relación no es armónica,
pero arte en uno y otro caso.
Belleza
es una idea que se concreta armónicamente en una forma sensible o una
forma sensible de la que, armónicamente, se ha extraído una idea.
En
una obra de arte, cualquiera que fuere su característica, se conjugan
estos tres elementos:
1. una
idea encarnable;
2. la
persona del artista, que puede desempeñar una función nada más que
instrumental o adelantarse hasta el primer plano;
3. y
una forma sensible, a través de la cual se procura que la idea tome
encarnadura o que la forma sensible ala realidad o presentar una forma
abstracta sin otra idea que la de la propia abstracción.
Podría
establecerse una clasificación de las obras de arte según la mayor o
menor importancia que en ella se le atribuya a uno u otros de esos tres
elementos, pero en todas existen los tres.
El Idealismo,
por ejemplo, tiende al sacrificio de la forma sensible y tanto Realismo
como Abstraccionismo al de la idea; Clasismo representa un aminoramiento
de la importancia del elemento personal y el Romanticismo, por el
contrario, la magnificación del mismo.
Hay
dos medios para producir una obra de arte: se toma una idea y se encarna
esa idea en una cosa concreta o se toma esa cosa concreta se extrae de
ella una idea. Lo concreto debe ser a la vez abstracto y lo abstracto a
la vez concreto.
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De: Nati-U |
Enviado: 05/08/2013 01:47 |
"Ser
o no ser".
Convirtamos
la duda de Hamlet en un absurdo y llegaremos al arte.
Para
ello no es necesario cambiar sino una sola palabra: la conjunción.
"Ser
y no ser".
Ser
y no ser al mismo tiempo: eso es el arte.
Una
catedral gótica es una catedral y no es una catedral.
Un
poema son palabras que tienen un significado y, a la vez, es otra cosa
lo que significan.
La
música de Brahms es música y al mismo tiempo es también otra cosa que
no es música.
El color
de un cuadro es color y no es color.
Mona
Lisa sonríe y no sonríe.
Es
más: es mujer y no es mujer.
Toda
obra de arte es una gran metáfora.
Una
gran Metáfora que se entiende y no se entiende.
En
toda obra de arte hay arte y otra cosa que no es arte.
Es
una forma sensible y ala vez no es una forma sensible.
Es
una idea y no es una idea.
Es
y no es ambas cosas al mismo tiempo.
Ser
o no ser en arte, ésta es la cuestión.
El arte
llega a su máxima expresión allí donde, antes de concebirse la obra,
es indeterminado el número de posibilidades que existen para su
realización, pero, una vez terminada, pareciera que aquello que se
presenta ante nuestros sentidos, para poder ser, no podía ser de otra
manera, tenía que ser así, sin ninguna alternativa.
Antes
de ser libre era libre; después de ser es necesario.
La
libertad radical forma parte constitutiva de una obra de arte.
Sólo
un ser libre puede realizarla.
Se
le atribuye a Giacometti la siguiente frase: "Si en un incendio
tuviera que escoger entre salvara un gato o a un Rembrandt, salvaría al
gato".
Es
enorme la importancia de la frase.
Sus
consecuencias son ilimitadas.
Pero
a mí me cuesta creer que uno de los más grandes escultores de este
siglo haya pensado verdaderamente eso.
Y
estoy seguro de que si en realidad se encontrara en las circunstancias
supuestas, haría lo mismo que yo:
Salvaría
al Rembrandt.
En
el caso contrario, éste se perdería sin posibilidad alguna de
sustitución. El gato
podría ser sustituido por millones de gatos.
Un
gato siempre será un gato.
Un
Rembrandt siempre será ese Rembrandt.
Años
después, ¿qué significación tendría haber salvado el gato, perdido
el Rembrandt para siempre?
Pensaría
otra cosa si fuera Noé a quien se le hubiera planteado una disyuntiva
semejante.
En
este caso no se trataría de la salvación de un animal en concreto sino
de la de toda una especie, cuya
utilidad en la economía de la creación nadie podría determinar en todos sus alcances.
Y,
sin duda alguna, si yo tuviera que escoger entre un Y Rembrandt y un niño,
salvaría al niño.
Porque
creo en la existencia de un alma libre e inmortal en el ser humano. Y nunca me sería dado saber si ese niño podría ser Rembrandt.
Son
muchos los que creen que quieren ser creadores y que alegan no poder
realizar la obra para la cual están llamados- ¿llamados por quién?,
¿por qué alguien tiene que llamar?- Por la falta de comprensión que
encuentran a su alrededor. Si realmente se comprenden a sí mismos, ¿por
qué necesitan la comprensión de nadie?, ¿o lo que quieren no es
comprensión, sino mucho más: seguridad en su propio destino, porque no
saben que sólo ellos mismos pueden dársela? Con la ayuda de los demás,
mejor.
Pero
ninguna ayuda también, si ella no puede lograrse.
Uno
busca muchas veces las razones de su propio fracaso en el medio
ambiente, al que considera hostil, cuando donde hay que buscarlas e
dentro de uno mismo. El que
tiene una obra por realizar la realiza por encima de todo.
Lo
mismo sucede en el plano de lo colectivo: los pueblos también tienen la
tendencia a justificar sus fallas, atribuyéndole a otros lo que muchas
veces constituye una responsabilidad indelegable.
Es
muy fácil culpara los demás.
Pero
no es verdad.
Cada
quien puede hacerse su propio destino.
Por
lo general, cuanto más fiel es uno a sí mismo, más dispuesto se
siente para comprender las fallas de los demás.
Es
algo como si la propia fidelidad bastara para realizarse y no se
necesitara de otra identidad sino de la propia.
Cada
quien es un ser único en el mundo.
Desde
el principio del tiempo hasta su fin, nunca podrá existir ninguno otro
igual. En sí, cada quien es un original que no tiene copia.
Hemos
escuchado muchas veces esta frase: "Cuando te hicieron se rompió
el molde", pero no nos damos cuenta cabal de todo lo que ella significa.
Al
producir una obra de creación, todos podemos ser originales, digamos lo
que digamos en ella, y necesariamente lo seremos si, a los conocimientos
adquiridos, le añadimos simplemente nuestro propio ser original.
Lo
que se necesita es el coraje de ser uno mismo.
Genios
potenciales los hay en todas partes.
Es
más: en cada persona que vemos caminando por la calle hay un genio en
potencia.
Pero
genios en acto y actuantes desconocidos por el mundo, ésos creo que serán
pocos, sobre todo hoy en día, con los medios de cultura y comunicación
a nuestro alcance.
Podemos
tener la seguridad de que aquel que tenga en las manos la Novena Sinfonía de Beethoven no
pasará por la vida como un genio inédito.
Y
quien la haya producido, no le importe que no le hagan caso, pues algún
día le escucharán hasta las piedras.
Y
no creo que una idea nueva encuentre 1° un camino fácil para llegara
su destino. Muy al contrario, tengo conciencia de que ese camino está
lleno de toda clase de obstáculos.
El primero
de ellos se encuentra dentro de la misma mente de su creador. Allí es donde tiene que librar su primera batalla.
¿Qué
de extraño tiene, entonces, el que después tenga que superar muchas
otras? Quien tiene una idea no puede aspirar a encontrarse muy acompañado
desde le comienzo.
Y
cuanto más trascendente sean muchos los que la comprendan.
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De: Nati-U |
Enviado: 05/08/2013 01:49 |
Al final, el trabajo de creación siempre será un trabajo en
soledad.
Y
todo innovador tiene que resignarse a la idea de caminar buena parte de
su jornada con la sola compañía de sus propios pensamientos.
El innovador
en cualquier campo tiene que saber que con frecuencia será objeto de la
incomprensión y de la burla; que el ascenso cuesta mucho, puesto que si
no costara no sería ascenso, sobre todo cuando lo que se lleva en el
saco son nuevos pensamientos.
Pero
no creo que tengan que ser las cenizas del innovador abono
imprescindible del éxito de sus ideas.
Quien
tiene sobre su mesa una verdad, bien sea artística o científica, puede
estar seguro de que él mismo, si se lo propone de veras, logrará que
esa verdad llegue a triunfar.
Debe
combatir mucho para imponer sus ideas, pero, en la mayor parte de los
casos, es él mismo quien las impone con su propio esfuerzo.
Y
quien se siente poseedor de una idea que valga la pena, tiene que estar
dispuesto no sólo a expresarla, sino a luchar decididamente para que
triunfe.
Y,
si no fuera así, ojalá que no la guarde, sino que la deje en el
camino.
Por
allí pasará algún otro que podrá vivir por ella.
Y
para ella.
Se
atribuye, en general, a los críticos- en cualquiera de las artes- la
falta de no haber podido detectar a tiempo la mayor parte de las obras
que hoy se consideran como las más grandes de la Historia.
Sin
duda, muchas veces ha sido así, pero no siempre.
Tengamos
en cuenta, además, que hay obras trascendentes que, en sus inicios, no
son comprendidas por nadie, ni siquiera por su propio autor.
Y
que, en más de una ocasión, los mayores escollos se encuentran en
aquellos: -mediocres, talentosos y también geniales- que, por ser del
mismo oficio, transitan por la misma vereda.
...
la personalidad musical de Brahms me es antipática. No puedo
soportarlo. Cualquier cosa que haga me deja insensible y frío".
"Yo
no puedo calificar de música - se trata de la música de Wagner- algo
que se compone de frases caleidoscópicas que se continúan
interrumpidamente y que jamás llegan a término; que no dan al oído la
más mínima ocasión de reconocer una forma musical... Yo nunca me he
aburrido tanto como en Tristán e Isolda".
La
última época de Beethoven, especialmente
los últimos cuartetos, en general no me agrada; existe allí un
reflejo, pero nada más. El resto
es un caos... rodeado por nieblas impenetrables..."
"Puedo
decir que me agrada Bach, porque
es entretenido tocar una buena fuga, pero no veo en él como lo piensan
otros, a un gran genio".
"A Handel lo
considero absolutamente de cuarta categoría, porque ni siquiera es
entretenido".
Todo
esto lo escribió, de su puño y letra, Piotr IIich Tchaikovski, quien
sobre sí mismo dijo lo siguiente: "¡Cuánto tiempo he necesitado
para convencerme de que pertenezco a esa categoría de hombres a quienes
no les falta inteligencia, pero no a la de aquellos cuyo intelecto es
capaz de desarrollar cualidades extraordinarias! ¡Cuantos años
debieron pasar para que yo reconociese que, también como compositor,
soy sencillamente un hombre talentoso, pero no un ser fuera de lo común!".
Y
en esto el autor de la Sinfonía Patética y del Concierto para violín
en Do Mayor también se equivocó. Y como un ejemplo en el campo de la
literatura, he aquí este juicio sobre Baudelaire y Verlaine, nada
menos este juicio sobre Baudelaire y Verlaine, nada
menos que de León Tolstoi: "Cómo los franceses pudieron atribuir
tanta importancia a estos versificadores, que estaban lejos de ser
expertos en cuestiones de forma y eran lo más despreciables en cuanto
ala materia que trataban, es para mí incomprensible".
Sería
interesante leer una historia de los fracasos y los éxitos en el arte.
Es
posible que nos encontráramos con hechos sorprendentes que nos harían
muchos prejuicios adquiridos.
Entre
ellos el muy generalizado de que todo artista, por adelantarse a su época,
es un ser incomprendido por sus contemporáneos y sólo la posteridad lo
convierte en célebre; en muchos casos eso es lo que ha ocurrido, pero
no en todos, ni muchísimo menos.
En
la más famosa de las artes plásticas, por ejemplo, por cada pintor
famoso hoy fracasado en vida, encontramos por lo menos a uno que conoció
en persona los frutos del éxito.
Frans Hals
termina su vida en un asilo de ancianos, pero Hans Holbein puede pintar
los retratos de las mujeres de Enrique VIII.
Rembrandt
muere en ruina y soledad, pero Botticelli, Rafael y Miguel Ángel
reciben los favores de la ciudad de Florencia y del Palacio Vaticano;
Leonardo también los de Francisco I de Francia; y Velázquez, los de la
corte de España.
Los
pocos cuadros de Vermeer de
Delf, quien muere hace trescientos años, empiezan a conocerse ya
mediado del siglo pasado, pero Rubens puede pintar cerca de tres mil,
porque tiene la posibilidad de que numerosos alumnos y ayudantes los
terminen por él.
Las
obras de Fragonard se valorizan años después de su muerte, pero las de
Reynolds le dan el prestigio necesario para fundar la Academia Real de
Inglaterra. Cézanne puede vender sus cuadros sólo después de los
cincuenta y cinco años, pero Goya puede
ridiculizar a la familia de Carlos IV por haber sido nombrado su pintor
oficial.
Gauguin muere
en una choza en Tahití pero Corot
Monet y Rousseau logran
que los verdaderos de cuadros se disputen sus obras.
Van Gogh no
logra a su muerte Braque es
honrado con exequias oficiales y Picasso vive y muere ene un clima de
apoteósico universal.
Es
posible, por otra parte, que más de una vez el fracaso no se deba a la
personalidad propiamente artística del creador, sino a otras facetas de
su manera de ser, en diferentes campos de la vida ordinaria.
Cézanne,
por ejemplo, vive aislado, ¿por razón de su pintura o porque, aun para
sus amigos, era muy difícil de tratar?
¿Por
qué Rembrandt muere en la miseria? ¿No fue por administrar mal una
fortuna que la pintura había ayudado a reunir?
Se
podrá argumentar que el destino de Rembrandt era el de pintar y no el
de ser un buen administrador, pero seguirá siendo cierto que la causa
de su miseria no fue la pintura.
Gauguin tenía
que cambiar sus cuadros por comida para poder subsistir, mas podríamos
preguntarnos si en el Tahití de aquella época cualquier europeo normal
no hubiera tenido que soportar privaciones más o menos semejantes.
Sé
muy bien que la lista de ejemplos puede hacerse interminable en uno y
otro sentido: éste es un tema de nunca acabar.
Y
nada de esto significa que desconozca que el pasado adquiere con el
transcurso del tiempo un valor que no tuvo, con razones o sin ellas,
cuando fue presente. Hay motivaciones sicológicas para ello.
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De: Nati-U |
Enviado: 05/08/2013 01:50 |
En
todos los pueblos existe la tradición de una época remota, allá por
los comienzos del mundo, en la que los hombres eran felices.
Son
como reminiscencias del Paraíso bíblico.
Y
el Paraíso futuro se concibe como un lugar lleno de blancura, tibio,
donde la gente se encuentra en una posición estática, como envuelta en
una nube.
Así
está un niño antes de nacer.
En
el fondo, se piensa en el Paraíso como en el regreso al seno materno.
Allí todos los problemas estaban resueltos.
Por
esta razón en algunos países, hablando de los que han muerto, se dice
y se cree un solemne disparate: "Que descanse en paz".
Y
eso es justamente lo que pensamos, equivocadamente, que hace un niño
durante los nueve meses del embarazo: descansaren paz.
En
el Paraíso se tiene que estar en permanente y constante actividad,
porque él no puede ser otra cosa que compartirla vida de Dios.
Y
Dios no descansa en paz.
Pobres
de nosotros si descansara, aunque fuera en paz, por un segundo.
Vemos,
pues, que, por razones del inconsciente colectivo, el hombre mira con
justificada nostalgia hacia el pasado, hasta el punto de atribuirle méritos
que nunca tuvo.
En
todos los órdenes- también en los de la creación- y sin razones
valederas, la "edad de oro" se sitúa con demasiada frecuencia
en el pasado, cuando la verdad es la de que, en todos los órdenes- y
también en los de la creación- la "edad de oro" siempre está
hacia el futuro.
El creador
ha de tener sumo cuidado porque puede dejar de serlo por limitar su acción
a desarrollar las consecuencias de sus propios hallazgos o a divulgarlos
o defenderlos.
Si
el propósito del que va delante en el camino es el de que los demás
aceleren el paso hasta alcanzarlo, cuando esto suceda, por obra de su
propia acción, no puede pretender seguir adelante sin renovados y más
grandes esfuerzos.
Y
si ese no es el propósito, a poco de andar puede que se sienta feliz
cuando se dé cuenta de que tiene el camino para él solo.
El mundo
le abre el paso a todo aquel que venga caminando con algo nuevo que dar,
pero hay que darse cuenta- y esto es muy difícil- que, para que siga
abriendo el paso, hay que traer algo nuevo cada vez.
Con
frecuencia, después de un período de auténtica actividad creadora, se
llega a encarnar una real innovación, que logra imponerse, transcurrido
un tiempo más o menos largo; posteriormente, por razones todas ellas
relacionadas con la voluntad, que pierde impulso, audacia y decisión,
se continúa mostrando algo que sigue siendo igualmente valioso, pero
que ya no constituye una innovación; y la influencia y la importancia
disminuyen, no porque se tenga algo menos, sino porque no se procura
tener más.
Así
va avanzando, con pasos que a veces duran siglos, la historia del arte y
de la ciencia.
Un
genio o un grupo de genios establecen una nueva relación y con ella
rompen los moldes vigentes hasta el momento; después viene un período
de consolidación, llevado a cabo por un conjunto de discípulos y
algunas veces por los mismos que tuvieron
la idea original, quienes se convierten entonces en seguidores de sus
propias huellas; y lo que fue acción fructificante al fin se
convierte en rutina que adormece , hasta que surge otro genio que
irrumpe en la escena trayendo en las manos una relación distinta, con
la que comienza un nuevo ciclo.
Un
gran hombre puede ser grande por siempre, por que grande es el hombre al
que no lo turban las cosas pequeñas, pero comienza a ser grande ante
sus contemporáneos cuando éstos se dan cuenta de que les está
ofreciendo algo importante de lo cual ellos carecen y deja de aparecer
como grande frente a ellos en el mismo momento en que deja de crecer.
En
verdad la llamada decadencia de un hombre o de un pueblo no es más que
una falta de renovación.
Los
cambios que se produce en nuestros días en todos los órdenes de la
vida son tan importantes que todo conocimiento adquirido hoy es muy
probable que ya no tenga vigencia mañana.
Todo
cambia.
El "golpe
del futuro" es tan violento, el cambio es tan violento, el cambio
es tan radical, que dentro de las cosas que cambian están los criterios
que se utilizan para considerar el mismo cambio.
Ante
esta situación no puede haber nada más importante que promover la
mayor mejora posible en la capacidad de pensar de aquellos que en la
vida social tienen por misión el estudio de los problemas o la toma de
las decisiones.
Para
lograra el progreso de un pueblo lo más importante es la actitud que
mantengan sus dirigentes ante el progreso mismo.
Este
siempre dependerá de la seguridad que ellos mantengan sobre lo que
pueden realizar y del grado que alcance su capacidad de pensar.
Los
problemas de los países en vías de desarrollo no se podrán resolver
como por arte de magia.
Todo
problema es una madeja de problemas.
Todo
problema existe por una multitud de factores interrelacionados.
No
existen problemas de una sola causa.
Y
disponiéndose de soluciones viables a la mano, su aplicación y
desarrollo por lo general toma más tiempo del originalmente previsto.
Los
frutos tardan en llegar, pero llegan.
Soy
latinoamericano.
Mi
patria es la de Bolívar: Latinoamérica.
Al
escribir este libro he pensado muy detenidamente en ella.
En
veinte Repúblicas con características muy particulares que las une
entre sí, sin necesidad de odios ni resentimientos contra nadie, y que
las distinguen de los demás países del mundo, sin ser peores o mejores
que ellos.
Y
en el pueblo latinoamericano, sin perder por ello el sentido universal
de todas las cosas.
Cuando
se pertenece de raíz a un lugar, se pertenece a todos los lugares.
Cuando
en verdad se es miembro de una cultura, se es igualmente miembro de
todas las culturas.
Y,
cuando se es auténticamente humano, se lleva en la carne toda la
humanidad. Se ha dicho que el
centro de la tierra se desplaza en la misma dirección que el sol. La civilización vino de Oriente.
Después
fue Europa el continente irradiante.
Más
tarde el poder pasó ala costa atlántica de los Estados Unidos.
Hoy,
cada vez es mayor la importancia que adquiere la parte occidental de ese
país. Mañana, volverá a dictarse en Oriente la suerte del mundo.
Y
el sol sigue su rumbo.
Los
latinoamericanos, desde ahora, debemos poner lo que esté en nuestras
manos para que, cuando el sol vuelva a pasar, se detenga sobre nuestro
cielo.
Pareciera
que en algunas épocas de la historia la capacidad de pensar se
remansara, pudiera el ímpetu que traía, para continuar después con más
fuerza.
El momento
actual puede ser justamente uno de esos.
En
muchos aspectos de la vida ordinaria, los problemas son muchos y las
soluciones pocas.
Esto
plantea la urgencia de encontrar una fórmula que permita estimular la
capacidad de pensar del conjunto de la población.
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De: Nati-U |
Enviado: 05/08/2013 01:51 |
La
misma inteligencia del hombre ha creado problemas que su propia
inteligencia actual no puede resolver, como los que ha traído el que ha
sido justamente llamado el más grande invento de los hombres: la
ciudad.
Esto
hace imprescindible, incluso para la mera subsistencia sobre la tierra,
que la humanidad en su conjunto logre un grado de inteligencia superior.
Esos
problemas son de tal complejidad y magnitud que no podrán ser resueltos
por individualidades, por más brillantes que ellas sean.
Se
requiere un esfuerzo de inteligencia colectiva.
Y
una inteligencia mayor que la actual.
Hemos
de lograr una manera de que los hombres en su conjunto puedan ser más
inteligentes, para que puedan resolver las cuestiones que en su estado
presente de inteligencia ellos mismos han creado.
A
medida que vaya pasando el tiempo esto irá adquiriendo mayor y mayor
imperiosidad.
No
tenemos alternativa: si no logramos ser más inteligentes, nuestra
propia inteligencia nos dañará de forma sustancial.
Tarde
o temprano saldremos de la crisis de crecimiento de nuestro tiempo, a
través, entre otros muchos recursos, de esa mayor inteligencia
colectiva ala que me refiero. Pero, cuanto antes esto ocurra, mejor.
Hay
que comenzarla siembra de una vez.
Los
beneficios personales de una mayor capacidad mental todos los aspectos
de la existencia del individuo, incluso la prolongación de la misma
vida, por un cambio en las costumbres y hábitos de comportamiento, que
necesariamente influye en una disminución de accidentes y enfermedades.
Además,
con una mayor inteligencia se contribuye a lograr simplemente que el número
de años aumente, sino que los jóvenes puedan llegar ala misma edad de
los viejos y aun vivir más.
En
las sociedades primitivas el 99% de los hombres morían sin haber
llegado a la madurez.
Y
hasta hace unos cien años, el mismo porcentaje no tenía prácticamente
ningún conocimiento de otro mundo que no fuera aquel en el que
desarrollaba su existencia de todos los días.
Y
al comenzar este siglo no disfrutaba de los progresos científicos y técnicos
alcanzados hasta entonces.
Hoy
más de la tercera parte de la humanidad vive en condiciones que jamás
el hombre a lo largo de la historia pudo ni siquiera vislumbrar.
Y
esa cantidad irá paulatinamente aumentando hasta alcanzar prácticamente
a todos los hombres.
La
mayor explosión en este siglo será la de la inteligencia humana.
Esta
se proyectó primero sobre la realidad exterior.
Después,
sobre la propia personalidad del ser humano.
Y
ahora debe proyectarse, cada vez más, sobre el conocimiento de sí
misma.
Cuando
logre su propio dominio, con mejores armas, se dirigirá otra vez hacia
el hombre y hacia el mundo.
Piénsese
en los avances que podrá lograr el hombre en los próximos cincuenta años. Y en los próximos dos mil.
Y
en los próximos cincuenta mil.
Entonces
los avances científicos que hoy nos asombran aparecerán como propios
de una época de un atraso inconcebible para ese momento.
Todas
las necesidades materiales del hombre desde mucho tiempo antes ya estarán
satisfechas.
Las
enfermedades habrán desaparecido de la tierra, cuando miles de astros
serán también la tierra.
¿Cuántos
años vivirán los seres humanos?
Cualquier
cantidad que se nos ocurra podría resultar pequeña.
Y
cualquiera que ella sea, el hombre seguirá avanzando en su permanente
aspiración de "morir joven lo más tarde posible".
Entonces
lo único límite y medida del hombre serán los de su propio
pensamiento.
Muy
pronto llegará el momento en que muchos hombres tengan por única misión
en la sociedad la de dedicarse a pensar.
Esa
labor la llevarán a cabo individualmente o acompañados por otros
pensadores. A la multitud de profesiones de hoy se agregará una más:
la de pensador. Y ésta será la más importante, la más requerida, la
mejor remunerada.
Se
otorgarán becas y ayudas de diverso tipo para que una persona pueda
dedicar meses y años simplemente a esto: a pensar.
Ningún
recurso económico será mejor empleado que aquel que se destine a este
propósito.
Esta
será la invención más reproductiva de todas.
Si
de cada cien mil personas- por decir una cifra_ dedicadas a pensar sólo
una lograra un resultado beneficioso para la humanidad, lo gastado en
todas ellas por la sociedad se recuperaría con creces.
En
la educación del futuro, "aprender a ser" ha de significar,
entre otros aspectos también fundamentales, aprender a pensar,
permanentemente, a lo largo de toda la vida, en escuelas, liceos y
universidades y también fuera de ellos, en una sociedad transformada,
como lo promueve la UNESCO, en una ciudad educativa.
El proceso
de culturización de una persona, a través de la meditación, del leer
y el escribir, tiene por resultado muy importante el que esa persona
adquiera paulatinamente una mayor inteligencia.
Este
es un resultado natural, espontáneo e indirecto.
No
se trata de un objeto específico que se pretenda alcanzar.
Ahora
bien, si ese proceso de culturización produce ese efecto, ¿cuál
produciría un empeño sistemático y permanente de lograr una mayor
inteligencia en todo un pueblo y en todos los pueblos de la tierra?
Tenemos
que decidir si dejamos que la inteligencia busque su propio camino
espontáneamente y a tientas, como hasta ahora, o si intentamos su
perfeccionamiento de una manera sistemática.
Así
como se planifica la inversión de los recursos y la estrategia política,
asimismo debía realizarse un esfuerzo mancomunado entre diversas
naciones para planificar la consecución en el menor tiempo de un mayor
grado de inteligencia para toda la humanidad.
Se
trata simplemente de una racionalización de los medios para el logro de
este fin. Los conocimientos que se han adquirido en los últimos años
sobre Organización, Sistemas, Cibernética, Biónica e Informática,
deben ponerse al servicio de este objetivo prioritario.
Para
la humanidad de hoy no debía existir una empresa de mayor importancia
que esta.
Ojalá
se realizara una encuesta entre los más señalados sabios del mundo en
todos los campos, preguntándoles cuál consideran que es la materia a
la cual debían destinarse hoy los mejores y más grandes recursos de la
humanidad.
Estoy
convencido de que la mayor parte de ellos no se referirían ni siquiera
a su propio campo de acción, sino que darían esta respuesta: "el
perfeccionamiento de la inteligencia humana".
En
el mundo no se realiza en nuestros días ninguna investigación científica
de mayor importancia y trascendencia que las relacionadas con el cerebro
del hombre.
Todos
aquellos que a través del estudio lleguen a la conclusión de que la
inteligencia es enseñable deben hacer todo lo que se encuentre a su
alcance para lograr que esa idea halle asidero en los centros de decisión
de todos los países del mundo. La transformación más importante desde
que se inició el proceso educacional de la humanidad no habría sido
otra que ésta.
En
ningún país podría emprenderse nada de mayor profundidad.
Para
ningún gobierno, un programa más trascendental.
En
un futuro muy próximo la potencia de los países se medirá por el número
de mentes de capacidad desarrollada que posean, porque serán estas las
que determinaran el grado de progreso de cada uno de ellos. Y aquellos
dirigentes políticos que no se den cuenta a tiempo de la trascendencia
de esta transformación, no podrán impedir que sus países, por
importantes que ellos sean, queden inevitablemente rezagados ante la
marcha de la historia.
El gobernante
que decrete como obligatorias clases de inteligencia a todos los niveles
de la enseñanza, habrá logrado un beneficio para su país, para la
humanidad y para su propia figura histórica, que nadie nunca le podrá
desconocer.
Aquel
país que primero comience a disponer globalmente los mecanismos
necesarios para que el mayor número posible de sus habitantes alcance
una mayor inteligencia, al cabo de un tiempo se despertará una buena mañana
con el conocimiento de que ha obtenido una significativa ventaja sobre
todos los demás.
Y
no llegará la tarde de ese día sin que se grabe en los logros de ese
pueblo el nombre de los estadistas que, años atrás, tuvieron la
audacia de preverlo. ¿Y esta transformación no podría traer muchísimos
problemas?
Desde
luego que sí: problemas políticos, problemas económicos sociales,
problemas de todo tipo. Y muy graves.
Problemas
de ese orden son los que todo avance de la historia ha traído consigo.
Por ellos es por lo que la humanidad ha podido llegar hasta el siglo XX.
Estoy
absolutamente convencido de que el día en que la humanidad llegue a la
conclusión de que la inteligencia es algo que puede aprenderse, ese día
la humanidad habrá dado, en el plano de lo intelectual, el paso más
importante de la Historia.
Ese
día se habrá consumado la más importante de las revoluciones.
Frente
a ella ninguna otra sería comparable.
Si
con este libro he puesto un grano de arena, uno solo, para acercar ese día,
mi vida entera estaría justificada.
Y
me sentiría contento de haber vivido.
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De: Nati-U |
Enviado: 05/08/2013 01:52 |
Quiero
soñar que un día los niños de todos los países del mundo recibirán
en las escuelas, cada mañana, lecciones de matemáticas, de historia,
de lenguaje, de ciencias... y también de inteligencia.
Y
que, a medida que vayan creciendo, hasta la segunda enseñanza, con métodos
adaptados a cada edad, seguirán perfeccionando sus mentes.
Y
que, entonces, los que lo deseen podrán escoger en la universidad una
carrera cuyo objeto no sea otro que el pensamiento.
Y
que al casarse ya habrán aprendido a educar la inteligencia de los
hijos desde le momento de nacer.
Y
que todo esto se realizará y en treinta años más podremos ver a la
humanidad transformada.
Quizás,
realmente, no es más que un sueño.
Un
sueño muy hermoso.
Y
que hay que seguir soñando.
Toda
obra de la inteligencia es el fruto acabado de un proceso en el que se
van cubriendo etapas que pueden ser sistematizadas, entre otras muchas,
en la siguiente forma:
SELECCIONAR
ORDENAR
ANALIZAR
SINTETIZAR
VINCULAR
DIFERENCIAR
SEMEJANTIZAR
TRASLADAR
JUNTAR
APARTAR
TRANSFORMAR
TEMPORALIZAR
PERSONIFICAR
EXPRESAR
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De: Nati-U |
Enviado: 05/08/2013 01:55 |
SELECCIONAR...
SELECCIONAR:
Escoger un ser, entre todos los seres que se conocen, para andar con él
por el camino de la creación; es una renuncia a todos esos seres menos
a uno, después de la cual éste se separa y delimita.
ORDENAR:
Decidir y disponer las etapas, los pasos, los medios (Analizar,
Sintetizar, Vincular, Diferenciar, Semejantizar, Trasladar, Juntar,
Apartar, Transformar, Temporalizar, Personificar y/o Expresar)
Conducentes
al logro de la obra de creación.
Estos
Medios pueden sucederse unos a otros en el mismo orden en el que aquí
se presentan.
Pero
una vez que se ha cumplido la selección, el orden más conveniente
puede ser cualquier otro, de acuerdo con el asunto de que se trate y el
fin que se persiga.
En
algunas ocasiones hay que aplicar sucesivamente el mismo medio varias
veces seguidas.
En
cada caso se considera:
1. Lo
que el ser ES;
2. Lo
que el ser NO ES.
Depende
de las circunstancias el que se aborde una a otra consideración en
primer lugar.
Un
ser es lo que es,
Porque
es lo que NO ES.
Para
comprender un ser hemos de considerar tanto lo que ese ser ES, como lo
que ese ser NO ES.
A
veces, sólo entendemos el ser a través del conocimiento del NO SER.
ANALIZAR:
Descomponer una cosa en sus partes y considerarlas una a una, como quien
va desmontando las piezas que forman un todo.
Se
analiza lo seleccionado;
Lo
sintetizado, Lo, vinculado, Lo diferenciado, Lo semejantizado,
Lo
trasladado, Lo juntado,
Lo
apartado,
Lo
transformado, Lo temporalizado, Lo personificado, Lo expresado.
En
cada caso hay que analizar:
LA NATURALEZA, LA CAUSA, LOS EFECTOS
NATURALEZA: Aquello que un ser es.
Aquí
respondemos a la pregunta: ¿qué?, si se trata de un ser no personal, y
¿quién?, si nos referimos a una persona.
CAUSA: Aquello que contribuye a que un ser sea lo que es. Hay causas próximas, causas remotas y causas últimas. En este punto
encontramos.
1. La
razón;
2. El agente;
3. La
finalidad;
La
razón: La razón de ser de un ser.
Aquí
respondemos la pregunta: ¿por qué este seres lo que es?
Y
debemos preguntarnos también: ¿Y por qué no puede ese ser dejar de
ser lo que es?
Al
llegar a considerar lo que en ser NO ES la pregunta es la siguiente: ¿por
qué este ser no es tal o cual otro ser (igual, contrario, mayor o
menor)?
Y
debemos preguntarnos también, al igual que al considerar lo que el ser
es, lo siguiente: ¿Y por qué no puede esto, que no es, llegar a ser?,
¿y por qué no puede ser esto de otra manera?
La
pregunta ¿y por qué no...? Tiene fundamental importancia: buena parte
de los logros de la civilización se le deben a ella.
El agente:
Aquello que con su acción produce la existencia de un ser.
Aquí
respondemos a la pregunta ¿quién lo hizo? Si nos referimos a una
persona, y ¿qué lo produjo?, Si se trata de un ser no personal.
La
finalidad: Aquello por lo cual algo se hace.
Aquí
respondemos ala pregunta: ¿para qué se produce la existencia de un
ser?
EFECTOS: Lo que se sigue como resultado de la acción de una causa. En este
punto se consideran:
Las
consecuencias que se derivan del hecho sobre el cual se reflexiona, Y
las soluciones en las que pensamos si el asunto las requiere. En éstas
incluimos:
Las
metas que es necesario alcanzar,
Y
los medios para alcanzarlas.
Se
considera la Naturaleza, Las Causas y los Efectos de cada una de las
partes de:
LA
ENTIDAD
LA
SINGULARIDAD
LA
ENTIDAD: en este punto consideramos los elementos constitutivos de
un ser
MATERIA
FORMA
CUALIDAD
CANTIDAD
TIEMPO
ESPACIO
MATERIA: Sustancia con la cual está hecho un ser.
FORMA: Lo que se hace, como elemento intrínseco, que una cosa sea lo que es.
CUALIDAD: La manera de manifestarse un ser. Aquí respondemos la pregunta ¿cómo es?
En
la cualidad se incluye:
La
aptitud,
El sistema,
Los
elementos sensibles,
La
figura,
La
belleza.
Aptitud:
Disposición de un ser para el logro de un fin, aquello para lo que
sirve un ser.
Sistema:
Conjunto de reglas y principios a los que se ajustan la existencia y
operatividad de un ser.
Elementos
sensibles:
El
color,
El sonido,
El olor,
Las
sensaciones percibidas
Por
el tacto,
El sabor...
Figura:
Disposición externa de las partes de un cuerpo, determinada por la
posición y la cobertura.
Belleza: El resplandor
que produce la armonía de elementos percibidos por el oído o por la
vista.
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De: Nati-U |
Enviado: 05/08/2013 01:55 |
CANTIDAD:
El número
de cosas y
El tamaño
de ellas.
Aquí
respondemos la pregunta ¿cuánto?
TIEMPO:
Presente,
Pasado,
Futuro,
Velocidad.
Aquí
respondemos la pregunta ¿cuándo?
ESPACIO: Lugar en el que está o puede estar un ser.
Aquí
respondemos la pregunta ¿dónde?, en la cual esta distinción:
¿En
dónde?
¿Por
dónde?
¿Desde
dónde?
¿Hacia
dónde?
SINGULARIDAD: En este punto tratamos de precisar aún más la esencia del ser en
cuestión, a través de 2 Palabras Pareadas:
(A) Posible
(B) Imposible
(A) Acto
(B) Potencia 1
(A) Ente
real
(B) Ente
de razón 2
(A) Hecho
(B) Concepto
(A) Causa
(B) Efecto
(A) Fin
(B) Medio
(A) Todo
(B) Parte
(A) General
(B) Particular
(A) Sustancia
(B) Accidente 3
(A) Fondo
(B) Apariencia
(A) Interior
(B) Exterior
(A) Subjetivo
(B) Objetivo
(A) Animado
(B) Inanimado
(A) Abstracto
(B) Concreto
1 Acto:
lo que un ser es actualmente.
Potencia:
lo que un ser puede hacer o llegar a ser.
2 Ente real: el que existe en la realidad.
Ente
razón: el que sólo existe en nuestro entendimiento.
3 Sustancia:
lo que constituye la esencia de un ser, independiente de las características
concretas que lo envuelven.
Accidente:
lo que forma parte de un ser y puede variar sin que varíe la esencia
misma de ese ser.
(A) Lo
que debe ser
(B) Lo
que es
(A) Libre
(B) Necesario
(A) Positivo
(B) Negativo
(A) Importante
(B) No
Importante
(A) Extraordinario
(B) Normal
(A) Complejo
(B) Simple
(A) Evidente
(B) Dudoso
(A) Lógico
(B) Absurdo
Se
considera:
1. Si
el ser en cuestión es una cosa o es otra, si es (A) o si es (B), v.
gr., si es causa o efecto,
2. En
qué sentido es una cosa y también la otra: en qué sentido es (A) y en
qué sentido es (B), pero al mismo tiempo en una causa que produce unos
efectos.
La
manera de Analizar y Sintetizar lo que es ser NO ES será examinada
después cuando estudiemos el medio VINCULAR.
Adelantemos,
por ahora, que el ser NO ES:
Lo
igual,
Lo
contrario,
Lo
mayor,
Lo
menor.
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De: Nati-U |
Enviado: 05/08/2013 01:57 |
SINTETIZAR:
Componer un todo con dos o más seres, como quien forma un conjunto
uniendo elementos diversos, según su visión personal. Si la Síntesis
viene después de un Análisis, en ella se "rehace", de
diferente manera, lo que en éste se "deshizo".
En este caso se realiza la Síntesis de cada uno de los puntos que
fueron sometidos a Análisis, hasta llegar sucesiva y progresivamente a
una Síntesis total.
Se
sintetiza lo seleccionado,
Lo
analizado,
Lo
vinculado,
Lo
diferenciado,
Lo
semejantizado,
Lo
trasladado,
Lo
juntado,
Lo
apartado,
Lo
transformado,
Lo
temporalizado,
Lo
personificado,
Lo
expresado.
VINCULAR:
Establecer
conexiones con otros seres, desde el punto de vista en consideración.
Hay
dos tipos de vinculaciones que se deben atender.
1. Las
que se encuentran, porque ya existen.
2. Las
que se piensa que pueden llegar a existir.
Se
vincula lo seleccionado,
Lo
analizado,
Lo
sintetizado,
Lo
diferenciado
Lo
semejantizado
Lo
trasladado
Lo
juntado,
Lo
apartado,
Lo
transformado,
Lo
temporalizado,
Lo
personificado,
Lo
expresado.
La
conexión se establece, desde el punto de vista en consideración, con:
Lo
igual,
Lo
contrario,
Lo
mayor,
Lo
menor.
Lo
igual: La primera igualdad que hay que tener en cuenta es la de ser
consigo mismo.
Después
se establecen las conexiones con otros seres iguales.
Lo
contrario: La idea diametralmente opuesta, como el negro con respecto al
blanco.
Lo mayor lo
que es más o tiene más.
Lo
menor Lo que es menos o tiene menos.
Vinculamos
la naturaleza de, v. gr., la materia de un ser con:
La
materia de ese mismo ser,
La
materia de un ser igual,
La
materia de un ser mayor,
La
materia de un ser menor;
Todo
ello desde el punto de vista en consideración.
Después
se establece la vinculación con:
La
forma del mismo ser,
La
forma de un ser igual.
La
forma de un ser mayor,
La
forma de un ser menor.
De
esta manera se van estableciendo conexiones entre la naturaleza de la
materia y la de los demás elementos constitutivos de la Entidad.
Luego,
se atiende ala causa de la materia y esa causa se vincula con:
La
misma causa,
La
causa de un ser igual,
La
causa de un ser contrario,
La
causa de un ser mayor,
La
causa de un ser menor.
Siempre
desde el punto de vista en consideración, en este caso la Materia.
El
mismo procedimiento se lleva a cabo en lo que se refiere a los efectos
del ser por causa de su materia.
Y
así se procede con los demás puntos de la Entidad.
La
fórmula de lo igual, lo contrario, lo mayor, y lo menor se utiliza para
la vinculación de lo que NO ES:
No
se vincula con un ser igual,
Con
un ser contrario,
Con
un ser mayor,
Con
un ser menor;
Su causa no
se vincula con la causa de un
ser igual,
Con
la de un ser
contrario,
Con
la de un
ser mayor,
Con
la de un
ser menor;
Sus
efectos no se vinculan con los efectos de un ser igual,
Con
los de un ser contrario,
Con
los de un ser mayor,
Con
los de un ser menor.
El
mismo procedimiento para lo que ser NO ES se emplea
al:
Analizar,
Sintetizar,
Diferenciar,
Semejantizar,
Trasladar,
Juntar,
Apartar,
Transformar.
En
lo que se refiere a la Singularidad, se busca y se piensa en las
conexiones entre cada par de Palabras Pareadas.
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De: Nati-U |
Enviado: 05/08/2013 01:59 |
DIFERENCIAR: Considerar las diferencias que existen entre dos seres, en cada uno de
los puntos en los cuales hay una vinculación entre ellos.
Se
diferencia lo seleccionado,
Lo
analizado,
Lo
sintetizado,
Lo
vinculado,
Lo
semejantizado,
Lo
trasladado,
Lo
juntado,
Lo
apartado,
Lo
transformado,
Lo
temporalizado,
Lo
personificado,
Lo
expresado.
SEMEJANTIZAR: Considerar las semejantes que existen entre dos seres, en cada uno de
los puntos en que hay una vinculación entre ellos.
Se
semejantiza lo seleccionado,
Lo
analizado,
Lo
sintetizado,
Lo
vinculado,
Lo
diferenciado,
Lo
trasladado,
Lo
juntado,
Lo
apartado,
Lo
transformado,
Lo
temporalizado,
Lo
personificado,
Lo
expresado.
TRASLADAR: Aplicar
elementos propios de un ser a otro ser distinto, en cada uno de los
puntos en los cuales hay una vinculación entre ellos.
Se
traslada lo seleccionado,
Lo
analizado,
Lo
sintetizado,
Lo
vinculado,
Lo
diferenciado,
Lo
semejantizado,
Lo
juntado,
Lo
apartado,
Lo
transformado,
Lo
temporalizado,
Lo
personificado,
Lo
expresado.
APARTAR: Desunir
un ser de uno o de varios otros seres en cada uno de los puntos en que, mediante la utilización de los Medios para Analizar o
Sintetizar, se conozca que existe una unión.
Se
aparta lo seleccionado,
Lo
analizado,
Lo
sintetizado,
Lo
vinculado,
Lo
diferenciado,
Lo
semejantizado,
Lo
trasladado,
Lo
juntado,
Lo
transformado,
Lo
personificado,
Lo
expresado.
TRANSFORMAR: Convertir
un ser en otro ser, sin que, de alguna manera, ese ser deje de ser ese
mismo ser.
Se
transforma lo seleccionado,
Lo
analizado,
Lo
sintetizado,
Lo
vinculado,
Lo
diferenciado,
Lo
semejantizado,
Lo
trasladado,
Lo
juntado,
Lo
apartado,
Lo
temporalizado,
Lo
personificado,
Lo
expresado.
Para
transformar lo igual, lo contrario, lo menor y la mayor experimentan un
cambio trascendental.
Lo
igual significa ahora:
1. Repetir
el mismo concepto Reiterándolo o Invirtiéndolo.
2. Partir
el concepto para sacar de él un nuevo sentido.
Lo
contrario: significa convertir un ser en su contrario, sin que deje de
ser, de alguna manera, ese ser.
A
esto le llamamos Paradoja.
La
mayor significa convertir lo menor en lo mayor sin que deje de ser, de
alguna manera, lo menor.
Lo
menor significa convertir lo mayor en lo menor, sin que deje de ser, de
alguna manera, lo mayor.
Para
transformar, en lo que se refiere a la Singularidad, se contrapone una
Palabra Pareada ala otra en las formas siguientes:
1. (A)
se considera como igual, y (B) como contrario;
2. (A)
se considera como mayor, y (B) como menor;
3. (B)
se considera como igual, y (A) como contrario;
4. (B)
se considera como mayor, y (A) como menor.
La verdadera y auténtica creación se logra con:
La
Repetición,
La
Partición,
La
Paradoja,
La
Conversión de lo mayor en menor,
La
Conversión de lo menor en mayor.
Y
estoy convencido de que toda la creación que pueda realizar un ser
humano está comprendida dentro de estos cinco conceptos.
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De: Nati-U |
Enviado: 05/08/2013 02:00 |
TEMPORALIZAR: Llenar una cosa de tiempo, darle historia, ponerla a andar.
Se
temporaliza lo analizado,
Lo
sintetizado,
Lo
vinculado,
Lo
diferenciado,
Lo
semejantizado,
Lo
trasladado,
Lo
juntado,
Lo
apartado,
Lo
transformado,
Lo
personificado.
PERSONIFICAR: Encarnar una cosa en la vida y acciones de un ser personal.
Se
personifica lo analizado,
Lo
sintetizado,
Lo
vinculado,
Lo
diferenciado,
Lo
semejantizado,
Lo
trasladado,
Lo
juntado,
Lo
apartado,
Lo
transformado,
Lo
temporalizado.
EXPRESAR: Manifestar un pensamiento por medio de uno o varios signos exteriores de
cualquier especie.
Se
expresa lo analizado,
Lo
sintetizado,
Lo
vinculado,
Lo
diferenciado,
Lo
trasladado,
Lo
juntado,
Lo
apartado,
Lo
transformado,
Lo
temporalizado,
Lo
personificado.
Los
signos pueden ser
Iguales,
Contrarios,
Mayores
O
menores
A
los exactamente adecuados a aquello que se
va a expresar.
La
función de cada uno de estos Medios es procurar una relación sistemática.
Su
conjunto constituye lo que hemos llamado un Medio de Relación, nombre
que también le corresponde a cada uno considerado individualmente.
Una
persona que dominara perfectamente un Medio de Relación como el
descrito en estas páginas podría hablar ordenadamente sobre cualquier
asunto, durante doce horas al día, por un período ininterrumpido de
seis meses, pues permite enfocar un mínimo de 138.000 aspectos
diferentes de un mismo tema.
No
pretendo ser original.
Mi
único propósito es dar testimonio de un convencimiento.
Este
libro es el producto de una necesidad.
Tal
vez todos los libros lo son.
Al
menos aquellos que valen el esfuerzo de ser leídos.
Una
idea va surgiendo dentro de uno.
Lentamente.
Paulatinamente.
Igual
que la yerba.
Al
tiempo, esa idea no nos cabe ya en el entendimiento.
Y
entonces, surge la necesidad: la idea puja por salir, por tomar su
propia realidad, única e independiente.
A
veces el proceso es muy largo.
La
idea va creciendo.
Las
horas la van madurando.
Yen
su camino la idea adquiere nueva forma y color.
Es
hermoso ver esa transformación.
En
muchas ocasiones en la idea final ya no queda nada de lo que fue al
comienzo. Ella cambia.
Y
uno va cambiando con ella.
Sí
medito profundamente, tengo que darme cuenta de que la idea es el
producto de mi propia mente, pero, que, ala vez, en mi ser actual, yo
soy el producto de todas mis ideas, que se confunden, se contradicen,
dialogan o luchan entre sí, durante todo el transcurso de mi vida
consciente y de mi sueño.
En
el momento en que ya no puedo determinar si una idea me pertenece en
mayor medida de la que yo le pertenezco es cuando surge la necesidad de
expresarla de alguna manera.
Creo
que si los conceptos fundamentales que expongo en este libro no llegaren
a tener acogida, no sería por razón de esos conceptos: estoy
persuadido de que ellos son verdaderos.
Tampoco
yo podría decir mañana que el público al cual estaban destinados no
se encontraba preparado para recibirlos o que no quisieron o no pudieron
entenderlos. Nada de eso podría consolarme, porque nada de eso sería
cierto.
La
culpa no sería de más de nadie, sino de mí mismo.
Y
en ese caso, no tendría otra salida que decir la próxima vez lo haré
mejor. Escribo frente al mar, lejos de la vorágine de la gran ciudad.
Aquí
estoy alejado, aun de mi familia y de mis amigos.
Me
acompaña una mujer negra, cuya edad no puedo determinar.
Se
llama María.
Y
no sabe leer ni escribir.
Debe
tener muchos años, por las cosas que dice.
Ella
me prepara la comida cada mañana.
Su
especialidad, una salsa de tomates con ingredientes que se cuida en no
revelar. Esa salsa es el aderezo obligado de verduras, legumbres y
granos, pero sobre todo de unos serpenteantes spaghetti que merecen todo
su esmero.
Un
día le dije: "María, hoy quiero spaghetti pero sin
spaghetti".
Por
toda respuesta contestó: "Humm".
Y
me olvidé del asunto.
Pero,
cuando me senté a comer, allí estaba sobre la mesa, como único
alimento, un amplio recipiente rebosante de salsa de tomate.
Una
semana después me preguntó: "¿Sobre qué trata el libro que
usted está haciendo?"
"Sobre
la inteligencia humana; yo creo, María, que todo el mundo puede llegar
a ser inteligente; que usted, así como podría aprender a leer y a
escribir, también podría aprender a ser inteligente."
No
dijo nada.
Me
miró fijamente y tuve la impresión de que mis palabras se habían
perdido entre sus ojos. Al rato preguntó de nuevo.
"¿Y
cómo lo va a llamar?"
Pensé
que no valía la pena contestarle, pero me acordé de los spaghetti sin
spaghetti y con desgano le dije: la revolución de la inteligencia, nombre que
todavía barajaba entre muchos.
Las
ya amplias ventanas de sus narices se extendieron aún más mientras
hablaba: "Usted ve, sí... eso es lo que usted dice..., ahora sí
lo comprendo..."
Desde
entonces ya no tuve dudas acerca del título de ese libro.
Pero
nunca podré saber si ella lo habrá entendido.
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