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Socio-Política: El Mundo en Guerra
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Respuesta  Mensaje 1 de 34 en el tema 
De: Marti2  (Mensaje original) Enviado: 04/03/2014 05:40

¿Puede Washington derrocar tres gobiernos a la vez?

El poder de un Estado se mide a la vez por su capacidad para defenderse y por su posibilidad de atacar en uno o varios frentes. Bajo esa óptica, Washington está tratando –por primera vez– de demostrar que es capaz de derrocar tres gobiernos simultáneamente: en Siria, en Ucrania y en Venezuela. Creyendo que, si lo logra, ningún gobierno tendrá ya posibilidades de hacerle frente.

Washington, después de fracasar en 2011 en su intento de bombardear simultáneamente Libia y Siria, está tratando de hacer una nueva demostración de fuerza: organizar cambios de régimen en tres Estados al mismo tiempo y en diferentes regiones del mundo –en Siria (CentCom), Ucrania (EuCom) y Venezuela (SouthCom).

Para lograrlo, el presidente Obama ha movilizado prácticamente todo el equipo de su Consejo de Seguridad Nacional.

Primeramente, la consejera de seguridad nacional Susan Rice y la embajadora ante la ONU Samantha Power. Las dos son maestras en el uso de la jerga «democrática». Y durante años se han especializado en aconsejar la injerencia en los asuntos internos de otros Estados con el pretexto de prevenir genocidios. Sin embargo, y a pesar de sus generosos discursos, a ninguna de las dos les importan las vidas no estadounidenses, como lo demostró la señora Power en el momento de la crisis de las armas químicas en la Ghoutta de Damasco. La señora embajadora de Estados Unidos, quien sabía perfectamente que las autoridades sirias no habían cometido aquel acto, simplemente se fue a Europa para asistir con su esposo a un festival de cine dedicado a Charles Chaplin mientras que su gobierno denunciaba un crimen contra la humanidad atribuyéndolo al presidente Assad.

Están también los tres responsables por regiones: Philip Gordon (Medio Oriente y Norte de África), Karen Donfried (Europa y Eurasia) y Ricardo Zúñiga (Latinoamérica).

  • Phil Gordon (amigo personal y traductor del ex presidente francés Nicolas Sarkozy) organizó el sabotaje de la conferencia de paz Ginebra 2 hasta que la cuestión palestina se resuelva en función de lo que quiere Estados Unidos. Durante la segunda sesión de Ginebra 2, mientras que el secretario de Estado John Kerry hablaba de paz, Phil Gordon reunía en Washington a los jefes de los servicios secretos de Jordania, Qatar, Arabia Saudita y Turquía para preparar un enésimo ataque contra Siria. Estos conspiradores han reunido en Jordania un ejército de 13 000 hombres, de los que sólo 1 000 han recibido un breve entrenamiento militar para pilotear blindados y tomar Damasco. El problema es que esa columna corre el riesgo de ser destruida por el Ejército Árabe Sirio antes de alcanzar la capital siria. Pero sus padrinos no logran ponerse de acuerdo sobre la manera de defender esa fuerza sin equiparla con armamento antiaéreo, que pudiera ser utilizado después contra la aviación de Israel.
  • Karen Donfried es la ex oficial nacional de inteligencia a cargo de Europa. Dirigió durante mucho tiempo el German Marshall Fund en Berlín. Actualmente se dedica a manipular a la Unión Europea para enmascarar el intervencionismo de Washington en Ucrania. A pesar de la reciente revelación del contenido de una conversación telefónica de la embajadora estadounidense Victoria Nuland, la señora Donfried logró hacerles creer a los europeos que el objetivo de la oposición de Kiev era unirse a la Unión Europea y que estaban luchando por la democracia, cuando en realidad más de la mitad de los amotinados de la plaza Maidan son miembros de partidos nazis y agitan retratos de Stepan Bandera, quien colaboró con la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
  • Para terminar, Ricardo Zúñiga es nieto del Ricardo Zúñiga que presidió el Partido Nacional de Honduras y que organizó los golpes de Estado militares de 1963 y 1972 a favor del general López Arellano. El nuevo Zúñiga dirigió la estación de la CIA en La Habana, donde reclutó agentes y los financió para fabricar una oposición contra Fidel Castro. Y ahora moviliza a la extrema derecha trotskista en Venezuela para derrocar al presidente Nicolás Maduro acusándolo de stalinismo.

La parte mediática de estas operaciones está en manos de Dan Rhodes, el especialista en propaganda que se encargó en el pasado de escribir la versión oficial de lo sucedido el 11 de septiembre de 2001 redactando el informe de la comisión presidencial. En ese informe, Rhodes eliminó toda huella del golpe de Estado militar que se produjo aquel día (al presidente George W. Bush se le retiró el poder sobre las 10 de la mañana y no se le devolvió hasta la noche, todo su gabinete y los miembros del Congreso fueron confinados en búnkeres, supuestamente para «garantizar su seguridad») para que sólo quedara el recuerdo de los atentados.

En las operaciones organizadas contra Siria, Ucrania y Venezuela, la narrativa estadounidense reposa exactamente sobre los mismos principios: acusar a los gobiernos de matar a sus propios ciudadanos, calificar a los opositores de «democráticos», adoptar sanciones contra los «asesinos» y, en definitiva, concretar un golpe de Estado.

El movimiento comienza siempre con una manifestación en la que mueren opositores pacíficos y ambos bandos se acusan mutuamente de los hechos de violencia. En realidad, fuerzas especiales o elementos a las órdenes de Estados Unidos o de la OTAN, convenientemente ubicados, disparan a la vez contra la multitud y contra la policía. Así sucedió en Deraa (Siria) en 2011, al igual que en Kiev (Ucrania) y en Caracas (Venezuela) en los últimos días. En el caso de Venezuela, las autopsias practicadas demuestran que 2 víctimas –un manifestante de la oposición y otro favorable al gobierno– fueron baleadas con la misma arma.

Calificar a los opositores de «democráticos» es un simple juego de retórica. En Siria, se trata de takfiristas financiados por la peor dictadura del planeta: la de Arabia Saudita. En Ucrania, son unos cuantos proeuropeos sinceros rodeados de un montón de nazis. En Venezuela, son jóvenes trotskistas de familias acomodadas respaldados por milicias a sueldo de dueños de empresas. Y en todos los casos aparece el seudo opositor estadounidense John McCain para proclamar su solidaridad con los opositores locales, sean verdaderos o falsos.

Del apoyo a los opositores se encarga la National Endowment for Democracy (NED). La NED es una agencia gubernamental estadounidense que se presenta como una ONG financiada por el Congreso de Estados Unidos. La realidad es que la NED fue creada por el presidente Ronald Reagan, en asociación con Canadá, Gran Bretaña y Australia. La dirigen el neoconservador Carl Gershman y Barbara Haig, la hija del general Alexander Haig (ex comandante supremo de la OTAN y posteriormente secretario de Estado bajo la administración Reagan). Es precisamente la NED –en realidad el Departamento de Estado– quien moviliza al senador «de oposición» John McCain.

En este dispositivo no podía faltar la Albert Einstein Institution, «ONG» financiada por la OTAN. Creada por Gene Sharp en 1983, la NED formó agitadores profesionales a través del CANVAS [1] –en Serbia – y de la Academy of Change –en Qatar.

En todos los casos, Susan Rice y Samantha Power adoptan invariablemente la misma pose de justa indignación antes de dictar la adopción de sanciones –a las que rápidamente se suma la Unión Europea– cuando en realidad son ellas mismas quienes se dedican a orquestar previamente los actos de violencia.

Queda entonces por llegar a concretar los golpes de Estados, lo que no siempre funciona.

Así trata Washington de demostrarle al mundo que sigue siendo el amo. Para garantizar los resultados, emprendió las operaciones en Ucrania y en Venezuela mientras se desarrollaban los Juegos de Sochi. Así garantizaba que Rusia no tomara medidas de respuesta, con tal de evitar que algún atentado de los terroristas islamistas le echara a perder la fiesta olímpica.

Pero los Juegos de Sochi terminaron este fin de semana. Y ahora le toca jugar a Moscú.

Thierry Meyssan


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Respuesta  Mensaje 20 de 34 en el tema 
De: Marti2 Enviado: 10/04/2014 02:20

Comprender la guerra…


Estados Unidos, indignado por la muerte de cientos de personas tras un ataque con armas químicas, decide castigar al gobierno de Siria con una guerra de una duración predeterminada –cuestión insólita esa de saber cuánto duran las guerras— de dos meses, tiempo durante el cual el número de muertos civiles será de cinco o incluso seis cifras.

Según se ve, los esfuerzos internacionales se centran en saber si es legítimo atacar Siria por violar el tratado que prohíbe el uso de armas químicas si se demuestra que este país ha transgredido las normas y ha usado gas contra su propia población, pero no parece que haga falta ningún esfuerzo para reflexionar sobre el sentido que pueda tener que un gobierno sea castigado haciéndole ver cómo la población que va a ser defendida por los siempre buenos occidentales contra ese gobierno malvado ve destrozado el resto de lo que a sus ciudadanos les queda de vida, ya sea porque unos mueran mientras son defendidos, ya sea porque otros sobrevivan a un ataque masivo –sin armas química, eso sí—, que les condenará a vivir en un país en ruinas y, tal y como se intuye por las guerras emprendidas en los últimos años bajo el lema de extender la paz y la democracia al gusto occidental, en la rutina de una interminable guerra civil para la cual no habrá duración predeterminada –seguramente porque no responde a los parámetros racionales que barajan los occidentales que calculan el tiempo de las guerras que ellos comienzan y de las que se retiran— y la proliferación de grupos “terroristas” que antes de la guerra de castigo para salvarles y entregarles un mundo mejor no existían.

En una comparecencia ante el Senado de Estados Unidos que tuvo lugar en abril de 2013, un ciudadano yemení explicaba cómo un misil lanzado desde uno de esos drones con los que se afirma hacer la guerra al terrorismo con la seguridad y eficacia que necesitan los buenos, matando sin tomar verdadera conciencia de ello desde la virtualidad y distancia que otorga ir a la oficina a eliminar terroristas en una pantalla de video, con un buen café, o té, en una agradable y enmoquetada sala de algún edificio de la NSA rodeado de verdes y perfectamente recortados jardines, efectivamente cumplió su misión, pues para que haya guerra contra el terror tiene que haber terroristas, y esto se logra cuando destrozas una aldea y matas a primos, abuelas, hijos y alguna madre en plan daño colateral.

Desde las oficinas de la NSA, se debe ver algo así como cuando se te muere el erizo del Sonic en la consola, que desaparece de la pantalla y ya. Igual que desde los salones de todo occidental que se precie, enganchado a su tele para matar la vida y no pensar el tiempo, tampoco se ve nada porque las cosas importantes, como el fichaje de un tipo cachas por una de esas empresas dedicadas a hipnotizar a las masas con la exhibición casi diaria de sus empleados en un césped tan bien o mejor cuidado que los jardines del edificio desde donde se disparó el misil del dron, acaparan toda la atención de los ciudadanos de pro.

Pero los tipos que vivían en la aldea donde también vivía el yemení que fue al Senado de Estados Unidos para satisfacer, eso sí, el morbo sensiblero de algunos congresistas progres que verían en el chaval una bolsa de votos inmigrantes o lo que fuera, aquellos tipos, los de la aldea, tenían otra perspectiva de las cosas.

Así que, tras el ataque antiterrorista, muchos de los que segundos antes del impacto del misil eran pastores y artesanos en un puñado de casas de adobe perdidas en los desiertos de la Península Arábiga, debido a que en su ignorancia y barbarie propia de los nacidos en esas tierras no comprendieron la parte positiva del ataque, que era la de haber acabado con algún terrorista, y se quedaron sólo con las cosas negativas, que era la muerte de abuelas, primos, madres, hermanas y algún hijo, ahora son voluntarios en alguna nueva facción anti-occidental dispuestos a inmolarse, pues ya no les quedan ganas de seguir viviendo ante tanta obscenidad que han visto y que, cosas de la entropía, resulta irreparable.

En Occidente, no se concibe tanta falta de cerebro entre aquellos pobres desgraciados que, en lugar de agradecer el esfuerzo que se está haciendo por liberarlos de tipos de quienes no hacía falta liberarlos hace años, cuando sonreían en las visitas de diplomáticos que acompañaban a empresarios occidentales del consorcio de los gases y crudos con que se alimentan, entre otras cosas, las teles desde donde se ve a los empleados de las empresas de hipnotismo saltar y berrear sobre el césped tan bien recortado y tan verde como el del edificio de la NSA, en lugar de agradecer el esfuerzo, se vuelven todavía más bestias y se alistan en grupos terroristas que antes de que comenzara la guerra contra el terrorismo no existían.

Pero esto último no parece que sea demasiado importante en el razonamiento de los debates  para determinar si ha habido o no ataque con armas químicas por parte de un gobierno de malos contra sus ciudadanos y que decidirán, los buenos, si hay que, por el bien de la humanidad y para acabar con el peligro que amenaza el mundo, sacrificar a unas cuantas decenas de miles de ciudadanos, de ellos, que de los nuestros se lía parda cuando muere uno sólo, sobre todo si se trata de niños en una escuela o algo así.

Quizás haya que entender que es por su propio bien, el de ellos, los ciudadanos buenos del gobierno de los malos.

Los mataremos porque nos importan sus vidas.

A fin de cuentas, una guerra declarada por un premio Nobel de la paz, y avalada por el pensamiento del mundo de  las libertades, no puede ser cosa mala.

Lo demás, intereses privados y cosas raras de la geopolítica, queda para la conspiranoia.

Erraticario


Respuesta  Mensaje 21 de 34 en el tema 
De: kuki Enviado: 01/05/2014 01:27

Las paradojas de la guerra: “Una visita a Otorikuma”.

gasoducto_islamico

Hoy en día Otorikuma es considerado el historiador más genial del Japón, aun cuando desde hace muchos años no haya publicado ninguna obra nueva. Es un anciano modesto y pequeño, tiene setenta y cinco años de edad, y vive privadamente dando lecciones a estudiantes de la Universidad.

Fui a verlo con la esperanza de saber por su medio qué piensan hoy, acerca del mundo, los japoneses más inteligentes. Pero Otorikuma no gusta hablar acerca de su patria. Me habló en perfecto inglés:

- Yo era contrario a la última guerra, y por muchas razones, algunas buenas y otras malas. El Japón había vencido la vez primera a un coloso, la China; la segunda vez venció a otro coloso: Rusia. Pero éstos eran gigantes avejentados, enfermos, todavía medievales. No debía ahora enfrentarse contra un tercer coloso en pleno crecimiento de fuerzas y de ambiciones, como son los Estados Unidos. Una vez que se han dado dos golpes con buen éxito es una locura arriesgarse a dar un tercero y un cuarto. Ahí tenemos a Napoleón: había conquistado a Alemania e Italia, pero no logró el mismo éxito contra Inglaterra y se vio arruinado en la campaña de Rusia.

»En el año 1853, los norteamericanos habían obligado al Japón, con amenazas, a abrir sus fronteras a la civilización del Occidente, y nosotros, en lugar de resistir, nos convertimos en alumnos e imitadores de Europa y de los Estados Unidos. Fuimos discípulos excelentes, pero es muy difícil que el alumno pueda superar al maestro si continúa obrando en el mismo plano de la enseñanza recibida. A pesar de las amenazas hubiéramos podido continuar siendo un pueblo de samurai, de artistas y poetas; en cambio, quisimos convertirnos en un pueblo de fabricantes, de ingenieros y navegantes. Traicionamos el espíritu antiguo de nuestras tradiciones nacionales y finalmente sobrevino el castigo.

»Si un pueblo de ruiseñores siente envidia del águila y pretende parecerse a los gavilanes, acaba por ser víctima del cóndor. Pero, le suplico que abandonemos este tema, demasiado doloroso para mi viejo corazón».

-¿Qué piensa acerca de la tragedia actual del mundo?

- Si en verdad es una tragedia, no puede concluir más que en una catástrofe. Pero también puede ser que sea una tragicomedia, y entonces también puede concluir en un contrato de bodas. Pero yo soy historiador, no profeta. Ya que tiene la bondad de escucharme, deseo hablarle de las muy extrañas paradojas que se han producido después de la última guerra.

»En otros tiempos, y bajo otras civilizaciones, las naciones derrotadas eran obligadas a ceder territorios y a pagar indemnizaciones, pero los jefes de esas naciones, y menos aún los jefes militares, no eran procesados por los vencedores. Los monarcas abdicaban a veces, pero por su propia voluntad; los generales vencidos podían ser castigados por sus gobiernos, pero no por los vencedores; el dolor y la vergüenza de la derrota ya eran de por sí un duro castigo. Ahora, en cambio, los jefes políticos y militares de los países vencidos son considerados delincuentes, y como tales son procesados y castigados. Este es un hecho completamente nuevo en la historia moderna. Se ha hablado de «criminales de guerra», pero todos los ejércitos que están en guerra cometen, en formas más o menos graves, lo que se llama «atrocidades». Si los vencidos hubieran resultado vencedores, con los mismos pretextos hubieran podido declarar «criminales» a los mismos hombres que han sido sus jueces. Si mañana hubiera otra guerra, cualquier general de  cualquier país puede correr el riesgo de morir ahorcado o fusilado si no tiene la fortuna – a veces puramente fortuita -, de pertenecer al bando de los vencedores.


»Pero, hay otra paradoja aún más sorprendente. Los vencedores sacrifican millones de vidas y gastan centenares de miles de millones para lograr la victoria, pero inmediatamente después se apuran a gastar otros centenares de miles de millones para alimentar a los pueblos vencidos, para darles los medios de reparar las ruinas de la guerra, para levantar otra vez las industrias, para alcanzar un mejor nivel de vida y lograr una mayor prosperidad. Este singular espectáculo se vio ya después de 1918, pero ahora es todavía más espectacular. El hombre común de la calle podría pensar que era mucho más sencillo ahorrar los millones destinados a la destrucción, con lo cual también se ahorrarían los destinados a la reconstrucción, millones todos que proceden de los combatientes y de los contribuyentes del pueblo victorioso.

»Pero hay todavía otra paradoja aún más increíble e inverosímil. Los vencedores han gastado profusamente vidas y millones para aniquilar a las fuerzas armadas del adversario, y apenas obtenida esta finalidad que parecía ser para ellos de importancia vital, se apresuran a proporcionar fusiles, cañones, aeroplanos y miles de millones a los pueblos vencidos a fin de que el día de mañana éstos se conviertan en sus aliados contra algunos de sus aliados de ayer. Sería algo similar que la policía, después de desarmar a una banda de malhechores, pusiera en manos de éstos armas más poderosas que las que antes tenían, y los invitara a combatir contra las milicias auxiliares que participaron en su captura.

»Estas paradojas no son absurdos inventos de mi fantasía, podría leer las pruebas y confirmaciones en los diarios de todos los países. Ciertamente, en estas paradojas hay una necesidad dialéctica en vías de realización, pero deberá usted confesar que se trata de una dialéctica diabólica o, mejor aún, demente. Según mi parecer, la verdad es que, desde 1914, el género humano ha sido herido por una forma grave de locura colectiva, la que por el hecho de ser común y universal no es advertida y reconocida como locura auténtica. Lo que sucede en los últimos lustros no es juzgado fruto de la fiebre o del delirio, como es en realidad de verdad, sino simplemente se le considera un desarrollo natural de la vida humana. Ninguno piensa o puede pensar, consiguientemente, en una verdadera y apropiada curación. El frenesí y la obsesión parecen estados normales y nadie se da cuenta de las alocadas paradojas a que se ven arrastrados los hombres.

»Esta enfermedad, lo mismo que todas las enfermedades mentales, tiene un desarrollo caprichoso y cíclico: a los ataques de furor homicida de los períodos 1914-1918 y 1939-1945, suceden períodos menos violentos, pero en los que son evidentísimas y constituyen un pavoroso preludio de otros ataques furiosos, las manías de persecución, de grandezas, la manía del suicidio, de la destrucción y otras igualmente peligrosas. La humanidad tendría necesidad urgente de una cura drástica y radical, pero, ¿dónde están los siquiatras titanes capaces de intentarla? Cuando la Tierra toda es un manicomio hasta los médicos y enfermeros se ven reducidos a ser simples espectadores impotentes o se vuelven locos igual que sus pacientes. Esta locura, colectiva e incurable, conducirá probablemente a un exterminio total o a un suicidio universal. Solamente la Divinidad podría curar y traer la salvación, pero hasta ahora Dios guarda silencio, y ese silencio de Dios es quizá la más terrible condenación de los hombres».

Otorikuma cesó de hablar y me miró. Por la expresión de mi rostro debió darse cuenta de que sus pensamientos me habían turbado y entristecido, pues me estrechó fuertemente la mano derecha con sus dos pequeñas manos y me acompañó obsequiosamente hasta la puerta.


Erraticario


Respuesta  Mensaje 22 de 34 en el tema 
De: Marti2 Enviado: 03/05/2014 06:26
Buena información ... click en la flor

Respuesta  Mensaje 23 de 34 en el tema 
De: Marti2 Enviado: 18/05/2014 05:54

Encuentro Putin-Burkhalter, última oportunidad de desescalada en Ucrania

El presidente de la OSCE se reunió con el presidente ruso Vladimir Putin para abordar el tema de Ucrania. La prensa occidental presenta el resultado de esta mediación como un cambio en la estrategia rusa. En realidad, Rusia mantiene su estrategia. El acuerdo entre Putin y Burkhalter demuestra la prudencia de Moscú. Para no verse arrastrada a un conflicto generalizado, Rusia opta por definir un proceso de salida de crisis, aun a sabiendas de que los occidentales no van a respetar ese acuerdo mucho más que el que se negoció en Kiev el 21 de febrero.

Varias observaciones muy concisas sobre el encuentro de ayer [7 de mayo de 2014] entre el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, y el de la Confederación Suiza y presidente en ejercicio de la OSCE [1], Didier Burkhalter:

- 1. El acuerdo marco adoptado, que traza las líneas generales de una hoja de ruta para la organización de una desescalada en Ucrania, comporta 4 disposiciones principales:

  • instauración de un cese del fuego,
  • desescalada militar (retirada de las tropas y desarme de todos los grupos armados ilegales),
  • apertura de un diálogo para la reconciliación nacional y
  • organización de nuevas elecciones.

Es evidente que la pelota está en el campo de Kiev. Todo nuevo intento de reprimir con el uso de la fuerza el movimiento de oposición que se desarrolla en el sudeste de Ucrania volverá a cerrar definitivamente esta estrecha puerta hacia una posible solución de la crisis.

- 2. El pedido de posposición de los referéndums previstos en Donetsk y Lugansk es un acto de buena voluntad del presidente Putin. Dado el estado de ánimo y los sentimientos de la población, es poco probable que se anulen esos referéndums. Los habitantes de esas regiones están impacientes por disponer de medios legales sobre los cuales poder apoyarse para deshacerse de la autoridad y de las decisiones arbitrarias del régimen de Kiev. Dicho sea de paso, la no anulación de los referéndums desacreditaría la propaganda occidental, que acusa a Putin de estar manipulando los movimientos de protesta en el sudeste de Ucrania.

- 3. El presidente ruso subrayó nuevamente que

«los responsables de la crisis hay que buscarlos del lado de quienes organizaron el golpe de Estado en Kiev y que no se han preocupado, hasta el momento, de desarmar a los grupos de fanáticos de los nacionalistas y de la extrema derecha» [2].

En otras palabras, ni el compromiso de diálogo a favor de la reconciliación ni ninguna elección podrán organizarse mientras no se concrete el desarme de esos grupos.

- 4. También subrayó que el proyecto de nueva constitución para Ucrania debería discutirse en el marco del diálogo de reconciliación nacional y, por supuesto, antes de la realización de cualquier tipo de elección.

- 5. La situación en el terreno hace pensar que la aplicación de esa hoja de ruta exigiría no menos de 6 meses y requeriría la participación de Viktor Yanukovich, presidente constitucional de Ucrania.

Esta oportunidad única e inesperada es la última que pudiera permitir preservar la existencia de un Estado federal ucraniano. Al analizar los intereses tan opuestos de las potencias internacionales que controlan la actual administración de Kiev, puede verse que la posibilidad de mantener abierta la puerta a la negociación es un difícil desafío. La esperanza será, sin dudas, la última víctima de esta interminable crisis.


Respuesta  Mensaje 24 de 34 en el tema 
De: Marti2 Enviado: 18/05/2014 05:56

Las masacres en Odesa dan el tiro de gracia a la unidad de Ucrania

Las masacres que enlutaron Odesa el 2 de mayo de 2014, tanto en las calles como en la Casa de los Sindicatos de esa ciudad, muestran la voluntad del régimen golpista de Kiev de imponer la ley del terror anti-ruso. Lejos de reaccionar condenando esos hechos, los países miembros de la Unión Europea y de la OTAN se encierran en un silencio cómplice. Estos hechos hacen imposible la continuación del experimento ucraniano y marcan el inevitable fin de un Estado artificial.


Los trágicos acontecimientos de Odesa, donde militantes nazis quemaron a más de 50 personas, resuenan ya en las conciencias como un nuevo Khatyn. Las dos masacres se parecen tanto que la imagen de Khatyn volvió a todas las mentes de inmediato. La población no ha olvidado cómo los mártires de Khatyn fueron quemados vivos por el 118º batallón de la policía nazi, cuyos miembros provenían fundamentalmente de los batallones Roland y Nachtigall, inicialmente creados en 1939 con la colaboración de Stepan Bandera [1] para servir en las filas del ejército nazi y puestos en 1941 bajo las órdenes de la Abwehr [2].

La misma mentalidad criminal orquestó y perpetró ambas masacres. Al principio de la guerra (1939-1945 [el autor se refiere a la Segunda Guerra Mundial]), el batallón Nachtigall estaba bajo las órdenes de Roman Shukhevych. Este individuo reasignó posteriormente su banda de asesinos a otra unidad de las fuerzas represivas que acababa de crearse. El 2 de mayo de 2014, los habitantes de Odesa murieron entre las llamas del incendio provocado por la nueva generación de fascistas ucranianos que hoy se pasea por las calles del país agitando los retratos de sus predecesores, Stepan Bandera y Roman Chukhevytch.

La masacre de Odesa puso fin a una etapa. Una nueva realidad se impone ahora a los ciudadanos ucranianos que sólo aspiran a defender su derecho a hablar su lengua materna, a preservar su modo de vida y los valores en los creen y que, para lograr eso, no tienen otra opción que levantarse contra el régimen neonazi que se ha apoderado de Kiev, la capital de su país.

Contrariamente a lo sucedido en la región de Donbass, donde se formó una milicia armada, Odesa siguió siendo, hasta el 2 de mayo, una ciudad tranquila y las manifestaciones que allí se registraron eran totalmente pacíficas. A pesar de ello fue precisamente en esa ciudad donde se cruzó el Rubicón. Allí se violó el principio que prohíbe que hombres armados asesinen pacíficos ciudadanos. No es por casualidad que, horas después de la masacre de Odesa, la Guardia Nacional abrió fuego sobre los habitantes de Kramatorsk que trataban de cerrar el paso a sus vehículos blindados interponiéndose físicamente en su camino. Muchos de ellos ignoraban sin dudas lo sucedido a sus conciudadanos de Odesa, quemados vivos en presencia de fuerzas de policía indiferentes a su suerte, mientras los neonazis vociferaban consignas como «¡Fríanse, sucios rusos!» y «¡Muerte a los diablos rusos!». Quienes lograban salir del edificio en llamas eran exterminados a garrotazos y hachazos mientras resonaba el himno nacional ucraniano, manchado para siempre por la huella infamante de la masacre de Odesa, convertida en una nueva Khatyn.

Informaciones recientes demuestran que los dirigentes del régimen de Kiev planificaron y organizaron las provocaciones que sirvieron de pretexto a las operaciones represivas desatadas el 2 de mayo contra la población de Odesa, para intimidar a los opositores. El objetivo era ahogar y liquidar un foco de agitación que podía extenderse y desembocar en la organización pública de una resistencia frontal al régimen de los sucesores de Stepan Bandera, como ya estaba sucediendo en Donetsk, Lugansk y Slaviansk.

Es para eso que los hombres de la fuerza de intervención especial de la región este (Vostok) y las tropas de asalto patrocinadas por el multimillonario ucraniano Igor Kolomoisky fueron enviados a Odesa disfrazados como civiles. La llamada «14ª compañía de las fuerzas de autodefensa de Maidan», proveniente de Kiev y ya implicada en los motines que allí se produjeron el 29 de abril, también participó en la operación de Odesa.

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Abril de 2014. Vista de las tiendas de campaña instaladas por los militantes antifascistas de Odesa en el barrio de Kulikovo después del golpe de Estado perpetrado en Kiev en febrero pasado.

El grupo de tiendas de campaña de los ciudadanos de Odesa contrarios al régimen ilegal instaurado en Kiev fue instalado en el centro de la ciudad desde finales de febrero de 2014, inmediatamente después del golpe de Estado. A lo largo de los meses subsiguientes, miles de ciudadanos se reunieron allí y expresaron repetidamente en aquel lugar su decisión inquebrantable de manifestarse públicamente en defensa de sus derechos y de sus libertades fundamentales en una Ucrania donde la camarilla nacionalista de Kiev trata de extender su control a todo el país.

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Extraña mezcolanza de emblemas contradictorios (la cinta de San Jorge y la bandera ucraniana) sobre el chaleco blindado de uno de los participantes en la matanza perpetrada en las calles de Odesa. Obsérvese además el brazalete rojo que porta este individuo.

El 2 de mayo de 2014, el club de futbol local FC Chornomorets recibía en Odesa al FC Metalist de Jarkov en un partido correspondiente a la Liga 1 de Ucrania. Multitudes de aficionados llegaron de Jarkov y se dirigieron al estadio. Pero se vieron agredidos repentinamente por encapuchados armados que portaban al mismo tiempo la cinta de San Jorge (adoptada como símbolo de los opositores al régimen de Kiev) y un brazalete rojo. El mismo brazalete rojo podía verse sobre los uniformes de algunos policías ucranianos.

En varias fotos, muy fáciles de encontrar, puede comprobarse que los agresores contaron como mínimo con la neutralidad de las fuerzas de policía. Otras imágenes demuestran que el despliegue, las agresiones y los desmanes de los agresores estuvieron coordinados por individuos que portaban uniformes de la policía. Uno de los coordinadores identificados no es otro que el jefe delegado de los servicios del ministerio del Interior en Odesa, el coronel Dimitri Fucheji.

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El responsable de las fuerzas de policía delegado por el ministerio del Interior (visible en el círculo rojo y en la foto insertada en la esquina derecha) supervisa las acciones y el despliegue de individuos armados que extrañamente portan la cinta de San Jorge.
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Odesa, 2 de mayo de 2014. Individuos con brazaletes rojos escuchan las instrucciones que les imparte un personaje en uniforme de la policía ucraniana.
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Encapuchados armados (ver arma en el círculo rojo) se mueven tranquilamente entre los agentes de la policía local. Obsérvese que estos individuos también llevan brazaletes rojos.
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Individuos armados disparan contra la multitud de aficionados al futbol.
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Un individuo armado (en el círculo rojo) apunta y dispara contra los aficionados al futbol sin que los agentes de la policía de Odesa traten de impedirlo o se interesen por él.

Respuesta  Mensaje 25 de 34 en el tema 
De: Marti2 Enviado: 18/05/2014 05:58
No es por lo tanto sorprendente la reacción de los aficionados al futbol, quienes se lanzaron a perseguir a los agresores destruyendo todo lo que encontraban a su paso. Luego de aparentar brevemente que se «interponían», las fuerzas de policía se replegaron dejando libre el camino hacia el barrio de Kulikovo, donde se hallaba el campamento de base de los antifascistas que protestaban pacíficamente en Odesa.

En ese preciso instante se sumaron los matones de Pravy Sektor a los grupos de aficionados al futbol, luego de dejar la Casa de los Sindicatos a los manifestantes antifascistas que en su mayoría se habían refugiado en aquel lugar. La horda que así se constituyó se abalanzó entonces dentro del edificio matando a todo el que encontraban a su paso e incendió la construcción lanzando gran número de cocteles molotov.

Al final de la jornada se contabilizaron 116 víctimas como resultado de los enfrentamientos callejeros y del incendio. Más de 200 personas resultaron heridas y mutiladas, 20 quedaron gravemente heridas y están en estado crítico. Al menos 8 personas murieron al saltar por las ventanas de los últimos pisos tratando de escapar a las llamas.

Los últimos informes recogidos revelan que se hizo uso de gases tóxicos contra las personas que ya se habían refugiado dentro del edificio. La Red Voltaire publicó un estremecedor reportaje fotográfico sobre las atrocidades perpetradas dentro de la Casa de los Sindicatos [3]. Víctimas que habían sobrevivido y que lograron salir del incendio fueron masacradas en la plaza. Sus cuerpos fueron fotografiados después junto a una serie de cadáveres calcinados con letreros que proclamaban «¡Esto es Ucrania!».

De todas las imágenes registradas en Odesa, las peores no son ni siquiera las fotos de los cadáveres calcinados apilados a la entrada de la Casa de los Sindicatos. Son las imágenes de video que muestran un grupo de neofascistas rabiosos desbaratando la pierna derecha de un joven en medio de la calle [4]. Los verdugos no disimulan el deleite que sienten al oír los alaridos de la víctima y el ruido de sus huesos al romperse, mientras se embadurnan las manos con su sangre lanzando gritos de júbilo. No queda en ellos ni un átomo de humanidad. Son bárbaros de la peor especie. El país que alguna vez llevó el nombre de Ucrania ha desaparecido definitivamente.

Ya puede verse claramente que el régimen no ha logrado lo que quería. Los ciudadanos de Odesa han renunciado a las manifestaciones pacíficas y ahora optan por la guerrilla y el contraataque al estilo de los partisanos. Los habitantes de los territorios ocupados no tienen ya otra opción para oponerse a los fascistas que hoy profanan su tierra, como ya sucedió durante la Segunda Guerra Mundial.

En vez de ahogar las brasas de la guerra civil que ya podían verse en Ucrania, el régimen de Kiev ha arrojado pacíficos ciudadanos a las llamas. Pero ha incendiado así el país entero.

Los que militaban por la preservación de la identidad ucraniana en el marco de un Estado federal fueron quemados vivos. Se ha violado así un fatídico límite. Nada justifica en lo adelante que se prorrogue la existencia del Estado ucraniano en sus actuales fronteras.

Por supuesto, a Occidente le interesa que se instaure un Estado neonazi ucraniano. La cuestión es saber cuál será su perímetro. Y no es una cuestión que afecte únicamente a Rusia. Es muy probable que los rumanos, los húngaros y los polacos no vean tampoco con entusiasmo la proximidad de un vecino tan poco recomendable.

Por lo pronto, ya pueden sacarse varias conclusiones de la tragedia de Odesa.

- Primeramente, fue con el concurso de la policía local, que se ha mantenido fiel al régimen de Kiev, que los individuos armados de Pravy Sektor –identificados con sus brazaletes rojos– iniciaron la provocación organizada a expensas de los aficionados del club de futbol que habían llegado a la ciudad para respaldar el equipo de Jarkov en ocasión del partido correspondiente al campeonato local.

- Segundo: La cuestión de saber si la reunificación de Crimea con la Federación Rusa fue una buena decisión está definitivamente resuelta. 7 millones de personas se pronunciaron por un porvenir de seguridad y prosperidad. Optaron por sumarse al proyecto autentico, respetable, libre de argucias que se les proponía. Y lo hicieron a sabiendas del tipo de vida que han de encontrar como ciudadanos de la Federación Rusa.

- Tercero: El sudeste de Ucrania nunca aceptará someterse a la autoridad de un régimen que cuenta fascistas entre sus miembros. Las llamas de Odesa hicieron desaparecer no sólo el acuerdo de Ginebra sino también la idea misma de una posible federalización de Ucrania, que para muchos se ha convertido incluso en obscena.

- Cuarto: La opción aplicada en Donetsk de adelantarse a los acontecimientos y distribuir armas a la población resulta finalmente una sabia decisión. El régimen de Kiev ha demostrado no tener la más mínima intención de recurrir al diálogo con las regiones del sudeste. Lo que sí ha demostrado, por el contrario, es que no vacila en matar y quemar vivos a quienes no comparten sus puntos de vista.

- Quinto: Los rusos pueden ahora decidir a su conveniencia el momento oportuno para desplegar sus tropas en el terreno y acudir en auxilio de la población, si la situación así lo exige, ya que las milicias creadas en esos territorios son ahora capaces de enfrentarse eficazmente a las tropas del régimen. La Federación Rusa estará en todo su derecho de aportar a las regiones del sudeste, a las regiones de la Nueva Rusia, la ayuda humanitaria que estas necesiten. Las necesidades serán considerables, dada la importancia de la destrucción y el hambre que sufre gran parte de la población.

- Sexto: Es inaceptable la organización de una elección presidencial en una situación de guerra civil. El régimen de Kiev no podrá por lo tanto reclamar ni una onza de legitimidad después del 25 de mayo. Y todos los discursos de Angela Merkel y Barack Obama no podrán modificar esa situación.

El día mismo del drama de Odesa tuvimos la oportunidad de comprobar la diferencia entre el comportamiento de los rusos y el de los individuos que dicen ser ucranianos.

Pobladores de origen ruso de Lugansk derribaron un helicóptero del régimen. Los soldados del régimen que respondieron al pedido de auxilio del piloto herido se preocuparon por recuperar su armamento, pero abandonaron el herido a su suerte. Fueron los pobladores rusófonos de las fuerzas de milicia local quienes lo recogieron y lo llevaron al hospital más cercano, donde le salvaron la vida las mismas personas que él estaba dispuesto a ametrallar.



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De: Marti2 Enviado: 18/05/2014 06:02


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De: Marti2 Enviado: 25/06/2014 07:23


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De: Marti2 Enviado: 11/08/2014 05:18

El Kurdistán y el Califato


En pocas semanas están materializándose dos entidades a las que muy pocos concedían alguna posibilidad de concretarse: el Kurdistán y el Califato. Los acontecimientos están confirmando el análisis de Thierry Meyssan. Ambas entidades actúan estimuladas por Washington. Los hechos más recientes así lo demuestran.


Desde el momento de la caída de Mosul escribí que la actual guerra en Irak no podía verse como una acción del EIIL sino como una ofensiva combinada de los yihadistas y del gobierno local kurdo tendiente poner en aplicación el plan estadounidense de rediseño del país [1]. Fui el único en expresar ese juicio y esa visión de las cosas iba en contra de la corriente. Tres semanas más tarde, la justeza de ese análisis se ha hecho evidente.

La creación del Kurdistán

El 20 de junio, Israel compraba al gobierno local kurdo el petróleo robado en Kirkuk, ignorando el aviso internacional que el gobierno federal iraquí había emitido al respecto [2]. El tránsito del petróleo fue facilitado por el EIIL –que controla el oleoducto utilizado– y por Turquía, país que permitió el embarque del crudo en un tanquero en el puerto turco de Ceyhan.

El 25 de junio, los partidos políticos kurdos de Irak dejaban de lado sus divergencias y formaban un gobierno local de unión. Hasta aquel momento habían estado divididos en dos grandes coaliciones, una coalición proturca y proisraelí encabezada por el Partido Democrático del Kurdistán (PDK) de los Barzani y otra proiraní y prosiria, dirigida por la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK) de los Talabani. La unión de ambas facciones no habría sido posible sin un acuerdo previo entre Tel Aviv, Washington y Teherán.

Mendi Safadi, un político druso que sirve de enlace entre Israel y los Contras que operan en Siria, transmitía a Reuven Rivlin una carta del Partido Kurdo de Izquierda en Siria felicitándolo por su designación por el parlamento israelí como próximo presidente de Israel y exhortándolo a que respalde la creación de un Kurdistán independiente, que abarcaría parte de Irak y una porción de territorio sirio.

Los días 26 y 27 de junio, el ministro británico de Relaciones Exteriores William Hague visitaba Bagdad y Erbil. Conforme a lo previsto, llamó al primer ministro iraquí Nuri al-Maliki a formar un gobierno inclusivo, aunque sabía que ese llamado no sería escuchado. La exhortación –puramente formal– fue recibida con sorna en la prensa londinense, que estima que el consejo de Hague llegaba «un poquito tarde» [3]. El jefe de la diplomacia británica conversó después con Masud Barzani sobre la futura independencia del Kurdistán. Como a menudo sucede, el paso de los británicos es un momento decisivo.

El 29 de junio, el primer ministro israelí Benyamin Netanyahu rompió el tabú en Tel Aviv al anunciar, en un discurso pronunciado en el Instituto de Estudios para la Seguridad Nacional, que Israel respalda la creación de un Estado kurdo independiente. Pero se abstuvo prudentemente de precisar las fronteras, que siempre pueden evolucionar con el tiempo [4].

El 3 de julio, el presidente del gobierno local del Kurdistán, Masud Barzani, llamaba el parlamento local a organizar un referéndum de autodeterminación. No sorprendió a nadie que la Casa Blanca respondiera públicamente reiterando su apoyo a «un Irak democrático, pluralista y unido» mientras que, por otro lado, el vicepresidente Joe Biden recibía en privado al jefe de la oficina del señor Barzani, Fuad Hussein, para preparar el referéndum.

No parece que el PDK –mayoritario en Irak pero minoritario en Siria– sea capaz de organizar el referéndum simultáneamente en Irak y en Siria. Washington tendrá por consiguiente que conformarse con un Kurdistán separado del actual Irak y posponer sus planes de partición para Siria y Turquía. Por el momento, lo que está haciendo es multiplicar los mensajes apaciguadores en dirección de Damasco –está comunicándose nuevamente con el gobierno sirio– y de Ankara, que sin embargo no creen ni una palabra proveniente de Estados Unidos.

Lo que todo el mundo se pregunta es cuál sería la política exterior del nuevo Estado. Hasta el momento, los Barzani habían logrado crear un oasis de prosperidad, pero lo habían alineado con la política de Israel. Mantener esa línea sería modificar por completo la correlación estratégica en toda la región.

El espectro del Califato

Mientras tanto, el EIIL –rebautizado EI o Emirato Islámico– ha proclamado el Califato. En un extenso texto, lleno de lirismo y de constantes citaciones del Corán, anuncia que después de haber logrado imponer la sharia en el amplio territorio que controla en Siria e Irak su conclusión es que ha llegado la era del Califato. Anuncia que ha elegido como Califa a su jefe, Abu Bakr al-Bagdadi, y que todo creyente, donde quiera que se encuentre, debe obediencia a este Califa [5]. No se ha divulgado ninguna foto del nuevo jefe de Estado y nadie sabe a ciencia cierta si al-Bagdadi existe realmente o si el nombre del «califa Ibrahim» es algo así como el “coco” o el mítico “hombre del saco”.

Por otro lado, si bien la toma de la región norte de Irak tuvo una buena acogida en una parte del mundo musulmán lo más probable es que la pretensión de gobernar todo ese mundo en su conjunto concite reacciones menos favorables.

Al-Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) expresó su respaldo «a los héroes del Emirato Islámico» mientras que al-Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) envió a ese grupo sus mejores deseos de éxito y victorias. Los demás grupos afiliados a al-Qaeda, como Boko Haram en Nigeria y los Shabaab en Somalia, también deberían sumarse próximamente a ese respaldo. Estaríamos asistiendo así a una mutación de al-Qaeda, que pasaría de la clasificación de red terrorista internacional a la categoría de Estado no reconocido.

En todo caso, el EI (ex EIIL) prosigue su avance, pero lo hace con prudencia. Sabe que puede combatir dentro de ciertos límites y trata de no interferir en los intereses de Washington y de sus aliados, aun cuando se trata de aliados circunstanciales. Por ejemplo, en Samarra el EI se abstuvo cuidadosamente de atacar los mausoleos de los imanes chiitas para no provocar a Irán.

Y ya se hacen oír en Washington numerosas voces que confirman el rediseño de Irak. Entre ellas se halla la de Michael Hayden, ex director de la NSA y de la CIA, quien dio a Fox News el siguiente veredicto: «Con la conquista por parte de los insurgentes de la mayor parte del territorio sunnita, Irak ya deja prácticamente de existir. La partición es inevitable.» Sus declaraciones vienen acompañadas de llamados a la intervención.

Por su parte, James Jeffrey, ex consejero de George Bush y posteriormente embajador de Barack Obama en Irak, comentó: «[Los yihadistas] nunca se han detenido, ni siquiera cuando yo estaba allá, en 2010 y 2011. Fueron totalmente derrotados y perdieron su población. Los perseguíamos y no lograron recuperarse. No hay manera de hacerlos entrar en razones, no hay cómo contenerlos, no se puede hacer otra cosa que matarlos.»

La prensa atlantista interpreta las posiciones expresadas en esas declaraciones como un debate entre partidarios de la división de Irak y defensores de la unidad del país mediante el uso de la fuerza. En realidad, el programa de Washington no puede ser más claro: dejar primeramente que los yihadistas dividan Irak (y quizás Arabia Saudita) para aplastarlos después, cuando hayan hecho el trabajo sucio.

Es con esa intención que el presidente Obama emprende consulta tras consulta y sigue dando largas al asunto, por el mayor tiempo posible. En franca violación de los acuerdos de defensa existentes entre Irak y Estados Unidos, Barack Obama envió solamente 800 hombres, de los que sólo 300 servirán de consejeros a las fuerzas armadas iraquíes. Los demás se dedicarán a garantizar la protección de la embajada de Estados Unidos.

Thierry Meyssan
Red Voltaire


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De: Marti2 Enviado: 11/08/2014 05:21

«Kurdistán»... pero al estilo israelí


Mientras todo va configurándose con vista a la creación de un Kurdistán independiente, Thierry Meyssan ve en ello una manipulación del sueño del pueblo kurdo en beneficio de Israel, Estados Unidos y Turquía. Denuncia además el proyecto de limpieza étnica del clan Barzani y destaca la oposición del PKK a la creación de un «Kurdistán» basado en tales premisas.


Cuando David Ben-Gurion proclamó unilateralmente el Estado de Israel, la defensa de esa entidad suponía la creación de una zona de seguridad alrededor de esta. Esto correspondía a la estrategia europea de los «peldaños»: las guerras israelíes buscaban extender el territorio de Israel o, como mínimo, desmilitarizar las zonas colindantes con su frontera.

Pero, a raíz de la aparición y generalización de los misiles, la congelación de los «peldaños» dejó de representar una garantía. De modo que, en 1999, Israel estuvo a punto de devolver el Golán [1] y, en el 2000, prefirió retirarse del sur del Líbano para no seguir teniendo que enfrentar el hostigamiento del Hezbollah.

Poco a poco fue imponiéndose una doctrina militar diferente: la seguridad de un territorio dependería de la capacidad de destruir desde más lejos los misiles que lo amenazaran. Ello implica no sólo desmilitarizar los «peldaños» para protegerse de una invasión terrestre sino dotarse además de un perímetro de protección que debe sobrepasar las fronteras de los Estados enemigos para neutralizar también la amenaza de los misiles. Lo cual explica la creación de Sudán del Sur (en 2011) y, próximamente, la del Kurdistán, quizás en 2015. Israel se vería entonces en condiciones de amenazar simultáneamente tres países: Egipto, Siria y Líbano.

La experiencia de Sudán del Sur es muestra del carácter artificial de ese tipo de creación. Hoy por hoy, Sudán del Sur no es otra cosa que un Estado sin Estado, un hueco negro donde no se aplica el derecho… bajo la ocupación del ejército israelí.

Desde el punto de vista de Estados Unidos, la creación del Kurdistán es una etapa del rediseño del «Medio Oriente ampliado» o (Greater Middle East), o sea una división de la región en micro-Estados étnicamente homogéneos y fáciles de dominar. Es por eso que el Pentágono ha pasado a desempeñar el papel de “partidario desde lejos”.

Durante la reunión a puertas cerradas en la que el secretario de Defensa Chuck Hagel y el jefe del Estado Major Conjunto, el general Martin Dempsey, explicaron la situación en Irak a los congresistas estadounidenses, no sólo afirmaron que se les había perdido el expediente de Abu Bakr al-Baghdadi –y que por lo tanto ignoraban por qué Estados Unidos lo había arrestado en 2004 y por qué lo liberó unos meses después [2]– sino que incluso admitieron que no tenían ningún plan de intervención y que Estados Unidos está dejando el campo completamente libre en Irak al Emirato Islámico y al Kurdistán [3].

Desde el punto de vista turco, este «Kurdistán» representa una excelente oportunidad de resolver su propio problema kurdo. El primer ministro Recep Tayyip Erdogan sopló toda la operación en los oídos de la familia Barzani. Por otro lado, el propio Erdogan acaba de hacer votar en el parlamento turco una ley que lo autoriza a negociar con los kurdos de Turquía: los parlamentarios que contribuyan al desarme y la integración de los rebeldes serán exonerados de todo proceso judicial [4]. El primer ministro Erdogan espera convertirse en presidente con los votos de los kurdos de Turquía, quienes le agradecerían así el apoyo prestado a la creación de un «Kurdistán» en el extranjero. Por supuesto, después de electo es poco probable que Erdogan mantenga esa política de apertura.

Pero el «Kurdistán» de Tel Aviv y Ankara no tiene mucho que ver con el que quiere el pueblo kurdo. Al contrario de su gran predecesor Saladino el Magnífico, quien liberó y unificó el Levante, el clan Barzani pretende separar a los kurdos de los demás pueblos de la región –árabes, armenios, etc.– y convertirlos en gendarmes al servicio del apartheid sionista.

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Mientras los miembros del PDK [5] debaten en internet sobre su futura moneda, el kuro [6], el clan Barzani actúa como si ya hubiese ganado, con ayuda de Israel, la partida que iniciaron enviando los peshmerga a apoderarse de los campos petrolíferos de Bai Hassan y de Kirkuk –supuestamente para garantizar su seguridad ante las maniobras de Bagdad– y expulsando de allí a los obreros árabes [7].

O sea, no hay dudas de que el proyecto israelí del clan Barzani implica una limpieza étnica que no ha hecho más que comenzar.

El PKK [8] de Abdullah Ocalan ya llamó a la población kurda a no caer en la trampa. Y publicó un documento de la reunión secreta realizada el 1º de junio en Amman, reunión en la que los grupos islamistas armados y el PDK de Massud Barzani establecieron su actual alianza y planificaron la ofensiva conjunta contra el gobierno central de Irak [9]. El PKK llamó a una movilización general del pueblo kurdo contra el proyecto israelí de los Barzani.

Por su parte, el primer ministro iraquí Nuri al-Maliki reveló que su ejército no puede atacar el alto mando del Emirato Islámico porque este se encuentra… en Erbil –capital del Kurdistán iraquí– y bajo la protección del gobierno kurdo local.

Existen, por lo tanto, dos líneas diametralmente opuestas. Pero sólo el pueblo kurdo podrá hacer fracasar el plan israelí.

Thierry Meyssan
Red Voltaire


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De: Marti2 Enviado: 11/08/2014 05:24

El nacimiento de un siglo eurasiático


Las alianzas comerciales son solo parte del futuro pacto



Un fantasma persigue a Washington, la inquietante visión de una alianza china-rusa combinada con una expansiva simbiosis de comercio e intercambio de bienes a través de gran parte de la masa continental eurasiática a costa de EE.UU.


Y no es ninguna sorpresa que Washington esté ansioso. Esa alianza ya es un hecho en una variedad de maneras: mediante el grupo BRICS de potencias emergentes (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica); en la Organización de Cooperación de Shanghái, el contrapeso asiático a la OTAN; dentro del G20 y a través del Movimiento de No Alineados (NAM) de 120 naciones. El comercio y el intercambio de bienes son solo parte del futuro pacto. Las sinergias en el desarrollo de nuevas tecnologías militares también son de interés. Es seguro que Pekín quiere tener una versión del ultrasofisticado sistema de defensa aérea antimisiles ruso al estilo de La guerra de las galaxias después de que se introduzca en 2018. Mientras tanto, Rusia está a punto de vender docenas de cazas jet Sukhoi Su-35 de última generación a los chinos cuando Pekín y Moscú procedan a sellar una cooperación en el terreno de aviación e industria.

Esta semana debería deparar los primeros verdaderos fuegos artificiales en la celebración de un nuevo siglo eurasiático en gestación cuando el presidente ruso Vladimir Putin visite al presidente chino Xi Jinping en Pekín. Recordareis el “Ductistán”: todos esos oleoductos y gasoductos claves que cruzan de un lado a otro Eurasia para formar el verdadero sistema circulatorio de la vida de la región. Ahora parece que también se firmará lo último en acuerdos de Ductistán por valor de 1 billón [millón de millones] de dólares que se ha preparado durante 10 años. En ese acuerdo el gigante energético ruso controlado por el Estado, Gazprom, aceptará suministrar a la gigantesca Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC), controlada por el Estado, 3.750 millones de pies cúbicos de gas natural licuado diarios al menos por 30 años, a partir de 2018. Es el equivalente de un cuarto de las masivas exportaciones de gas de Rusia a toda Europa. La actual demanda diaria de gas de China es de cerca de 16.000 millones de pies cúbicos diarios y las importaciones cubren el 31,6% del consumo total.

Es posible que Gazprom todavía reciba la parte principal de sus beneficios de Europa, pero Asia podría ser su Everest. La compañía utilizará este meganegocio para aumentar las inversiones en Siberia oriental y toda la región será también reconfigurada como centro privilegiado de gas para Japón y Corea del Sur. Si queréis saber por qué ningún país clave de Asia ha estado dispuesto a “aislar” a Rusia en medio de la crisis ucraniana –y desafía al gobierno de Obama– no hay que buscar más allá del Ductistán.

Sale el petrodólar, llega el "gas-o-yuan"

Y luego, hablando de ansiedad en Washington, hay que considerar la suerte del petrodólar, o más bien la posibilidad “termonuclear” de que Moscú y Pekín se pongan de acuerdo en el pago del acuerdo Gazprom-CNPC no en petrodólares sino en yuanes chinos. Apenas se puede imaginar un desplazamiento más tectónico, en el cual el Ductistán se cruza con una creciente cooperación política-económica-energética china-rusa. Junto a ella aparece la futura posibilidad de un impulso, dirigido de nuevo por China y Rusia, hacia una nueva moneda de reserva internacional –en realidad un canasto de monedas– que reemplace el dólar (por lo menos en los sueños optimistas de miembros de los BRICS).

Directamente después de la decisiva cumbre china-rusa vendrá una cumbre de los BRICS en Brasil en julio. Es cuando un banco de desarrollo de los BRICS de 100.000 millones de dólares, anunciado en 2012, nazca oficialmente como potencial alternativa al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial como fuente de financiamiento de proyectos para el mundo en desarrollo.

El “gas-o-yuan” refleja más cooperación de los BRICS a fin de soslayar el dólar, como en el caso de gas natural comprado y pagado en la divisa china. Gazprom incluso considera mercadear bonos en yuan como parte de la planificación financiera de su expansión. Bonos respaldados en yuanes ya se comercializan en Hong Kong, Singapur, Londres y más recientemente en Frankfurt.

Nada podría ser más sensato que el nuevo pacto de Ductistán se pague en yuanes. Pekín pagaría a Gazprom en esa moneda (convertible en rublos); Gazprom acumularía los yuanes y Rusia entonces compraría la miríada de bienes y servicios hechos en China en yuanes convertibles en rublos.

Es de conocimiento común que los bancos de Hong Kong, de Standard Chartered a HSBC –así como otros estrechamente vinculados a China por tratos comerciales– han estado diversificando en yuanes, lo que implica que se convertiría en una de las monedas de reserva de facto incluso antes de que sea totalmente convertible (Pekín trabaja extraoficialmente en un yuan totalmente convertible en 2018).

El trato ruso-chino del gas está inextricablemente vinculado a la relación energética entre la Unión Europea (UE) y Rusia. Después de todo, la parte principal del PIB ruso proviene de ventas de petróleo y gas, así como su influencia en la crisis de Ucrania. Por su parte, Alemania depende de Rusia en un importante 30% de sus suministros de gas natural. Sin embargo, los imperativos geopolíticos de Washington –nutridos con la histeria polaca– han llevado a empujar Bruselas a encontrar maneras de “castigar” a Moscú en la futura esfera energética (pero sin poner en peligro las actuales relaciones en el terreno de la energía).

Hay consistentes rumores en Bruselas estos días sobre la posible cancelación del proyectado gasoducto South Stream, de 16.000 millones de euros, cuya construcción debería comenzar en junio. Una vez terminado bombearía todavía más gas natural ruso a Europa, en este caso bajo el mar Negro (evitando Ucrania) a Bulgaria, Hungría, Eslovenia, Serbia, Croacia, Grecia, Italia y Austria.

Bulgaria, Hungría y la República Checa ya han dejado claro que están firmemente opuestos a cualquier cancelación. Y probablemente no tenga lugar una cancelación. Después de todo, la única alternativa obvia es gas del mar Caspio de Azerbaiyán, y no es probable que esto pase a menos que la UE pueda repentinamente reunir la voluntad y los fondos para un programa urgente a fin de construir el legendario oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan (BTC), concebido durante los años de Clinton expresamente para soslayar Rusia e Irán.

En todo caso, Azerbaiyán no tiene capacidad para proveer los niveles de gas natural necesarios y otros actores como Kazajistán, plagados de problemas de infraestructura, o el poco fiable Turkmenistán, que prefiere vender su gas a China, ya están fuera del cuadro. Y no hay que olvidar que South Stream, combinado con proyectos energéticos subsidiarios, creará numerosos puestos de trabajo e inversiones en muchas de las naciones de la UE más devastadas económicamente.

A pesar de todo, semejantes amenazas de la UE, por poco realistas que sean, solo sirven para acelerar la creciente simbiosis de Rusia con los mercados asiáticos. Para Pekín especialmente, es una situación en la que ambas partes solo pueden ganar. Después de todo, no hay comparación entre energía suministrada a través de mares vigilados y controlados por la armada de EE.UU. y permanentes y estables rutas terrestres desde Siberia.


Respuesta  Mensaje 31 de 34 en el tema 
De: Marti2 Enviado: 11/08/2014 05:24

Escoge tu propia Ruta de la Seda

Por cierto, el dólar estadounidense sigue siendo la máxima moneda de reserva global, involucrando un 33% de los valores en divisas extranjeras globales a finales de 2013, según el FMI. Era, sin embargo, un 55% en el año 2000. Nadie conoce el porcentaje en yuanes (y Pekín no habla), pero el FMI señala que las reservas en “otras monedas” en los mercados emergentes han aumentado un 400% desde 2003.

Se puede decir que la Fed está "monetizando" un 70% de la deuda del Gobierno de EE.UU. en un intento de impedir que las tasas de interés suban al cielo. El consejero del Pentágono Jim Rickards, así como todo banquero basado en Hong Kong, tiende a creer que la Fed está en quiebra (aunque no lo dirán oficialmente). Nadie puede llegar a imaginar la dimensión del posible futuro diluvio que el dólar de EE.UU. podría sufrir en medio de un monte Ararat de 1,4 trillones de derivados financieros. No hay que pensar, sin embargo, que se trataría del final del capitalismo occidental, es solo la decadencia de la fe económica reinante, el neoliberalismo, que todavía es la ideología oficial de EE.UU., de la abrumadora mayoría de la Unión Europea y de partes de Asia y de Suramérica.

En cuanto a lo que se podría llamar el “neoliberalismo autoritario” del Imperio del Medio, ¿qué es lo que puede no gustar por el momento? China ha demostrado que es una alternativa orientada a los resultados del modelo capitalista “democrático” occidental para naciones que quieren tener éxito. Es construir no una, sino una miríada de nuevas Rutas de la Seda, masivas conexiones de ferrocarriles de alta velocidad, conductos, puertos, y redes de fibras ópticas por inmensas partes de Eurasia. Estas incluyen una carretera del Sudeste Asiático, una carretera de Asia Central, una “carretera marítima” del océano Índico e incluso un ferrocarril a través de Irán y Turquía que llega hasta Alemania.

En abril, cuando el presidente Xi Jinping visitó la ciudad de Duisburg sobre el río Rin, con el mayor puerto tierra adentro del mundo y directamente en el corazón de la industria del acero del Ruhr en Alemania, hizo una audaz propuesta: debería construirse una nueva “Ruta de la Seda económica” entre China y Europa, sobre la base del ferrocarril Chongqing-Xinjiang-Europa que ya va de China a Kazajistán, luego a través de Rusia, Bielorrusia, Polonia, y finalmente Alemania. Son 15 días en tren, 20 días menos que barcos de carga navegando desde el litoral oriental de China. Eso representaría el decisivo terremoto geopolítico en términos de integrar el crecimiento económico a través de Eurasia.

Hay que recordar que, si no hay cambios radicales, China está a punto de convertirse, y mantenerse, en la potencia económica global número uno, una posición que mantuvo durante 18 de los últimos 20 siglos. Pero no lo contéis a los hagiógrafos de Londres, todavía creen que la hegemonía de EE.UU. durará, bueno, eternamente.

Camino a la Guerra Fría 2.0

A pesar de serios problemas financieros recientes, los BRICS han estado trabajando conscientemente para convertirse en una antítesis del original G8 y –después de expulsar a Rusia en marzo– de nuevo un Grupo de 7 o G7. Están ansiosos de crear una nueva arquitectura global para reemplazar la que fue impuesta después de la Segunda Guerra Mundial y se consideran un potencial desafío al mundo excepcionalista y unipolar que Washington imagina para nuestro futuro (con su país como robocop global y la OTAN como su fuerza de robo-policía). El historiador y animador imperialista Ian Morris en su libro War! What is it Good For?, definió a EE.UU. como el decisivo “globocop” y “la última esperanza de la Tierra”. Si ese globocop “se cansa de su rol”, escribe, “no existe un plan B”.

Bueno, existe un plan BRICS, o por lo menos es lo que quieren creer los BRICS. Y cuando los BRICS actúan en este espíritu en la escena global, conjuran rápidamente una curiosa mezcla de temor, histeria y pugnacidad en el establishment de Washington. Tomemos a Christopher Hill como ejemplo. El exsecretario de Estado adjunto para el este de Asia y embajador de EE.UU. en Irak es ahora asesor del Albright Stonebridge Group, una firma consultora muy bien conectada con la Casa Blanca y el Departamento de Estado. Cuando Rusia estaba “derrotada”, Hill solía soñar con un “nuevo orden mundial” hegemónico estadounidense. Ahora, cuando los mal agradecidos rusos han despreciado lo que “Occidente ha estado ofreciendo” –es decir “un estatus especial con la OTAN, una relación privilegiada con la Unión Europea y cooperación internacional en esfuerzos diplomáticos– están, a su juicio, tratando activamente de resucitar el imperio soviético. Traducción: si no sois nuestros vasallos, estáis contra nosotros. Bienvenidos a la Guerra Fría 2.0.

El Pentágono tiene su propia versión de esto dirigida no tanto contra Rusia como contra China que, afirma su think-tank sobre futuras guerras, ya está en guerra con Washington de numerosas formas. Por lo tanto si no es el Apocalipsis ahora, será el Armagedón mañana. Y sobra decir que cualquier cosa que vaya mal, mientras el gobierno de Obama “gira” descaradamente hacia Asia y los medios estadounidenses se llenan la boca sobre un renacimiento de la “política de contención” de la era de la Guerra Fría en el Pacífico, todo es culpa de China.

Empotrados en el demencial arranque hacia la Guerra Fría 2.0 están algunos risibles hechos en el terreno: el gobierno de EE.UU., con 17,5 billones de dólares de deuda nacional, y suma y sigue, considera un enfrentamiento financiero con Rusia, el mayor productor global de energía e importante potencia nuclear, tal como también promueve un cerco militar económicamente insostenible alrededor de su mayor acreedor: China.

Rusia tiene actualmente un considerable superávit comercial. Los gigantescos bancos chinos no tendrán problema alguno para ayudar a los bancos rusos si los fondos occidentales se agotan. En términos de cooperación inter-BRICS, pocos proyectos superan un oleoducto de 30.000 millones de dólares que se está planificando y que se extenderá de Rusia a India a través del noroeste de China. Las compañías chinas ya discuten ávidamente la posibilidad de participar en la creación de un corredor de transporte de Rusia hacia Crimea, así como un aeropuerto, astillero, y terminal de gas natural líquido en el lugar. Y se prepara otro gambito “termonuclear”: el nacimiento de un equivalente del gas natural a la Organización de Países Exportadores de Petróleo que incluiría a Rusia, Irán, y según se informa al descontento aliado de EE.UU. Catar.

El (no definido) plan a largo plazo de los BRICS involucra la creación de un sistema económico alternativo que incluye un canasto de monedas respaldadas en oro que dejaría de lado el actual sistema financiero global centrado en EE.UU. (No sorprende que Rusia y China estén acumulando todo el oro posible.) El euro –una moneda sana respaldada por grandes mercados líquidos de bonos e inmensas reservas de oro– también sería bienvenido.

No es ningún secreto en Hong Kong que el Bank of China ha estado utilizando una red SWIFT paralela para realizar todo tipo de comercio con Teherán, que sufre un duro régimen de sanciones estadounidenses. Como Washington esgrime Visa y Mastercard como armas en una creciente campaña al estilo de la Guerra Fría contra ella, Rusia se propone implementar un sistema alternativo de tarjetas de pago y crédito que no esté controlado por la industria financiera occidental. Un camino incluso más fácil sería adoptar un sistema de Unión de Pagos chino cuyas operaciones ya han superado a American Express en volumen global.


Respuesta  Mensaje 32 de 34 en el tema 
De: Marti2 Enviado: 11/08/2014 05:27

Solo giro sobre mí mismo

Es probable que ninguna cantidad de “giros” del gobierno de Obama hacia Asia para contener China (y amenazarla con el control de las vías energéticas marinas de ese país por la Armada de EE.UU.) logre que Pekín se aleje de su estrategia autodenominada de “desarrollo pacífico”, inspirada en Deng Xiaoping, con el propósito de convertirse en una potencia comercial global. El despliegue avanzado de tropas de EE.UU. o de la OTAN en Europa Oriental y otros actos al estilo de la Guerra Fría tampoco disuadirán a Moscú de un cuidadoso juego de malabarismo: asegurar que la esfera de influencia rusa en Ucrania se mantenga fuerte sin comprometer el comercio y el intercambio de bienes, así como los vínculos políticos con la Unión Europea, sobre todo, con el socio estratégico Alemania. Es el Santo Grial de Moscú: una zona de libre comercio de Lisboa a Vladivostok que (no por casualidad) se refleja en el sueño chino de una nueva Ruta de la Seda a Alemania.

Por su parte Berlín, cada vez más alerta respecto a Washington, detesta la noción de que Europa se vea atrapada en las garras de una Guerra Fría 2.0. Los dirigentes alemanes tienen problemas más importantes, incluyendo el intento de estabilizar una bamboleante UE mientras evita un colapso económico en la Europa meridional y central y el avance de los partidos de derecha cada vez más extremistas.

Al otro lado del Atlántico, el presidente Obama y sus altos funcionarios dan toda la impresión de hallarse atrapados en sus propios giros, hacia Irán, hacia China, hacia las zonas fronterizas orientales de Rusia, y (pasando desapercibidos) hacia África. La ironía de todas esas maniobras –militares para comenzar– es que en realidad ayudan a que Moscú, Teherán y Pekín refuercen su propia profundidad estratégica en Eurasia y otros sitios, como se refleja en Siria o, crucialmente, cada vez en más pactos energéticos. También ayudan a reforzar la creciente cooperación estratégica entre China e Irán. La incesante narrativa del "ministerio de la verdad" de Washington sobre todos estos eventos ignora ahora cuidadosamente el hecho de que sin Moscú “Occidente” nunca se habría sentado a discutir un acuerdo nuclear definitivo con Irán o habría conseguido un acuerdo de desarme químico de Damasco.

Cuando las disputas entre China y sus vecinos del Mar del Sur de China y entre ese país y Japón por la islas Senkaku/Diaoyou se sumen a la crisis de Ucrania, la inevitable conclusión será que tanto Rusia como China consideran que sus zonas fronterizas y vías marítimas son de propiedad privada y no van a aceptar tranquilamente los desafíos –sean mediante expansión de la OTAN, cerco militar de EE.UU., o escudos de misiles-. Ni Pekín ni Moscú tienden a la forma usual de expansión imperialista, a pesar de la versión de los eventos que se suministra actualmente a los públicos occidentales. Sus “líneas rojas” siguen siendo de naturaleza esencialmente defensiva, no importa las bravatas que a veces se urlizan en su protección.

Sea lo que sea lo que Washington quiera, tema o intente impedir, los hechos en el terreno sugieren que en los próximos años Pekín, Moscú, y Teherán se acercarán, lenta pero seguramente, creando un nuevo eje geopolítico en Eurasia. Mientras tanto, EE.UU. perplejo parece cómplice en la deconstrucción de su propio orden mundial unipolar mientras ofrece a los BRICS una auténtica oportunidad para tratar de cambiar las reglas del juego.

Rusia y China en modo de giro

En el mundo de los think-tanks de Washington se ha reforzado la convicción de que el Gobierno de Obama debería concentrarse en una reedición de la Guerra Fría mediante una nueva versión de la política de contención para “limitar el desarrollo de Rusia como potencia hegemónica”. La receta: armar a los vecinos de los Estados del Báltico para “contener” a Rusia. La Guerra Fría 2.0 existe porque desde el punto de vista de las elites de Washington la primera nunca ha terminado realmente.

Sin embargo, por mucho que EE.UU. pueda luchar contra la emergencia de un mundo multipolar, con múltiples potencias, los hechos económicos en el terreno apuntan regularmente a semejantes tendencias. Sigue existiendo la pregunta: ¿Será lenta y razonablemente digna la decadencia del "hegemón" o arrastrará consigo a todo el mundo en lo que ha sido llamada “la opción Sansón”?

Mientras contemplamos el desarrollo del espectáculo, sin que haya a la vista una jugada final, hay que recordar que una nueva fuerza crece en Eurasia y que la alianza estratégica china-rusa amenaza con dominar su región vital junto con grandes trechos de su parte interior. Ahora eso es una pesadilla de proporciones "mackinderescas" desde el punto de vista de Washington. Hay que pensar, por ejemplo, en cómo lo vería Zbigniew Brzezinski, el exconsejero nacional de seguridad que se convirtió en mentor en política global del presidente Obama.

En su libro de 1997 El gran tablero de ajedrez, Brzezinski argumentó que “la lucha por la primacía global seguirá jugándose” en el “tablero de ajedrez” eurasiático del cual “Ucrania era un eje geopolítico”. “Si Moscú recupera el control de Ucrania”, escribió entonces, Rusia “recuperará automáticamente los medios para convertirse en un poderoso Estado imperial, abarcando Europa y Asia”.

Esta sigue siendo la mayor parte de la justificación tras la política imperial de contención estadounidense del “exterior cercano” europeo, de Rusia al Mar del Sur de China. Sin embargo, sin una jugada final en el horizonte, no hay que perder de vista un giro de Rusia hacia Asia, China girando por el mundo y los BRICS trabajando intensamente en el intento de realizar un nuevo Siglo Eurasiático.

Pepe Escobar
Red Voltaire


Respuesta  Mensaje 33 de 34 en el tema 
De: Marti2 Enviado: 11/08/2014 05:30

¿Yihad global contra los BRICS?


Nuevo "califato" del siglo XXI en Irak


Lejos de ser una alianza levantina al servicio de las ambiciones occidentales, el nuevo «califato» del siglo XXI responde a los objetivos del imperialismo global. Para Washington, el Emirato Islámico es un arma de destrucción masiva dirigida contra los países emergentes, fundamentalmente contra Rusia, la India y China. El analista mexicano Alfredo Jalife explica qué uso puede dar Estados Unidos al Emirato Islámico, mucho más allá de Siria e Irak.

La nebulosidad sobre la sorprendente creación y propagación del grupo sunnita jihadista Emirato Islámico de Irak y el Levante (Siria y Líbano) –EIIL, conocido igualmente como ISIL, por sus siglas en inglés, o Daesh en árabe–, que ha generado aparente «confusión», empieza a disiparse debido a sus alcances geoestratégicos en la frontera del «triángulo RIC» (Rusia, India y China), cuyos tres miembros forman parte del ascendente grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), a 14 días de celebrar su sexta cumbre en Fortaleza.

El primer día del ayuno islámico del Ramadán, un dato simbólicamente ilustrativo fue escenificado por ISIL/Daesh, que deja oficialmente de lado su nombre por el de «Estado Islámico»: el lanzamiento del «califato islámico» en los territorios bajo su ocupación militar, y nombró a su enigmático líder Abu Bakr al-Baghdadi como su nuevo califa (que significa en árabe «sucesor» del profeta Mahoma).

El temerario lanzamiento del nuevo califato por el «Estado Islámico» sunnita es un triple anatema para el chiísmo universal de 300 millones de feligreses (20% del total islámico global):
- 1) el califato, que nace con los «compañeros» del profeta, es eminentemente sunnita y motivo de la ruptura sucesoria con los chiítas seguidores de Alí (primo de Mahoma);
- 2) Abu Bakr fue el primer califa del sunnismo, padre de la legendaria Aisha y uno de los suegros del profeta, y hoy su nombre se convierte en nom de guerre del «nuevo califa del siglo XXI»,
- 3) el califato sunnita proclamado llega hasta las fronteras de Irán, en la provincia de Diyala, para vincularse con Alepo (Siria), en la frontera turca.

El primigenio califato fue abolido con la derrota del Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial, lo cual significó el reparto de sus despojos mediante la artificial cartografía medioriental del tratado secreto anglo-francés Sykes-Picot, que el nuevo califato del siglo XXI ha dado por muerto al borrar de facto la transfrontera de Siria e Irak, lo cual beneficia el nuevo trazado militar del Kurdistán iraquí.

Las consecuencias del nuevo califato del siglo XXI son enormes a escala local/transfronteriza/regional y euroasiática, en medio de su epifenómeno multidimensional –donde el control de los hidrocarburos juega un papel preponderante–, cuando sus implicaciones prospectivas se plasman en su irredentismo cartográfico tanto de su yihad petrolera como de su proyección geopolítica para los próximos 5 años.

A «alguien» le convino la guerra de 1980-1988 focalizada entre los árabes de Irak (en la etapa de Sadam Husein) contra los persas de Irán (en la fase del ayatola Khomeiny), para que luego Estados Unidos/Gran Bretaña/OTAN librasen sus dos guerras puntuales contra Irak (en 1990-1991 y en 2003-2011) del nepotismo dinástico de los Bush (padre e hijo).

Irak, hoy en delicuescencia, lleva 34 años ininterrumpidos de guerras caleidoscópicas y ahora entra a un nuevo estadio: una guerra etno-teológica que puede durar otros 30 años –réplica de las guerras europeas del siglo XVII– entre sunnitas y chiítas, que abarca ya nítidamente a varios países del «Gran Medio Oriente» (según la definición del general israelí Ariel Sharon este Gran Medio Oirente va desde Marruecos hasta Cachemira y de Somalia al Cáucaso): Irak, Siria, Líbano, Yemen, Bahréin, Arabia Saudita (en su parte oriental petrolera, donde predomina la «minoría» chiíta), y en la que participan a escala regional tras bambalinas (ya muy vistas) las 6 petromonarquías del Consejo de Cooperación del Golfo, Turquía, Jordania e Irán, sin contar el Kurdistán iraquí (gran aliado de Israel).

El nuevo califato del siglo XXI, en pleno centro de Eurasia, comporta implicaciones profundas en el triángulo geoestratégico de los RIC, donde existen importantes «minorías» islámicas, a diferencia de Estados Unidos y todo el continente americano, donde la presencia musulmana es microscópica: 0,8% de la población en Estados Unidos; 0,42% en Sudamérica y 1,6% en todo el continente americano.

Es mi hipótesis que el nuevo califato del siglo XXI y su yihad global, tanto petrolera como geopolítica, carcome las fronteras islámicas del «triángulo RIC» y desestabiliza su conformación demográfica interna –con un total de casi 200 millones de musulmanes en su seno–, tomando en cuenta la doble «contención» que Estados Unidos trata de imponer contra Rusia y China (mediante la doctrina Obama).

Con antelación ya había expuesto el preponderante «factor islámico» en la India, que se encuentra ante un tsunami demográfico y geopolítico.

El presidente ruso Vladimir Putin ya declaró al respecto que

«los acontecimientos provocados por Occidente en Ucrania son una muestra concentrada de una política de contención contra Rusia».

No se pueden soslayar los vasos comunicantes entre Ucrania, el Mar Negro, el Transcáucaso y el Gran Medio Oriente, donde se distingue intensamente el «factor checheno».

A juicio de Putin, después del fracaso del mundo unipolar, «Occidente» pretende imponer a otros países sus principios, convirtiendo el planeta en un «cuartel mundial». ¡Uf!

Durante el paroxismo de la guerra fría, el libro predictivo sobre la disolución de la URSS, El imperio resquebrajado: la revuelta de las naciones en la URSS, de la aristócrata francesa Helène Carrère d’Encausse, exhibió la vulnerabilidad de la URSS debida al galopante crecimiento demográfico de su poligámica población musulmana.

Los políticos de Estados Unidos, entre ellos su vicepresidente Joe Biden, vuelven a repetir el «modelo demográfico» del «imperio resquebrajado», ya reducido a la mínima expresión de Rusia, donde existe una relevante minoría musulmana de alrededor de 15% de su población (20 millones del total) asentada en la región Volga/Ural y en el hipersensible Cáucaso norte (Daguestán, Chechenia, etc.).

En China también existe una «minoría» islámica sunnita muy inquieta, ostensiblemente azuzada desde el exterior: los célebres uigures –de origen mongol, conectados con sus congéneres de Asia central y Turquía–, que predominan en la Región Autónoma de Xinjiang y que ascienden a 10 millones (según el censo de 2010).

La superestratégica región de Xinjiang, con una extensión de 1,6 millones de kilómetros cuadrados, encierra grandes yacimientos de petróleo, constituye la mayor región productora de gas natural de toda China y ostenta importantes reservas de uranio.

La conexión comercial de Xinjiang con Kazajstán es de la mayor importancia geoestratégica en medio de Eurasia.

En fechas recientes, los separatistas uigures sunnitas han intensificado sus atentados en el mero corazón de China, en su capital Pekín.

Los separatistas uigures, que buscan derrocar al gobierno chino local, están inspirados por la teología de la yihad global avant la lettre, teología que ahora proclama y reclama el nuevo califato del siglo XXI, con el que muy bien pudieran conectarse.

Cabe entonces que nos preguntemos: ¿Forman parte del «cuartel mundial» de «Occidente» el nuevo califato del siglo XXI y su yihad global contra los BRICS?


Alfredo Jalife-Rahme
La Jornada (México)


Respuesta  Mensaje 34 de 34 en el tema 
De: Marti2 Enviado: 11/08/2014 05:56

¿Qué tienen en común las guerras de Ucrania, Gaza, Irak, Siria y Libia?


Alfredo Jalife, especialista mexicano en geopolítica, estima que la simultaneidad de los acontecimientos explica el significado de estos: después de anunciar la creación de una institución alternativa al Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial –y por ende al dólar– Rusia está teniendo que enfrentar simultáneamente la acusación de haber destruido en pleno vuelo el avión de pasajeros de la Malaysian Airlines, el ataque de Israel contra la franja de Gaza –perpetrado con la complicidad de los servicios de inteligencia militares de Estados Unidos y Gran Bretaña–, el caos en Libia y la ofensiva del Emirato Islámico en el Levante. Además, en cada uno de esos teatros de operaciones, los combates giran alrededor del control de los hidrocarburos, cuyo mercado funcionaba –hasta ahora– única y exclusivamente en dólares.


Los cronogramas, organigramas, infogramas y genealogías son seminales para el análisis geopolítico. Dos días antes del misterioso y letal misil que derribó en el cielo tempestuoso ucraniano el avión de Malaysia Airlines –como todo lo recóndito que ha ocurrido con sus dos recientes vuelos–, fue clausurada la histórica VI cumbre del BRICS y su conexión con UNASUR, donde concurrieron notablemente Colombia y Perú [1].

Un día antes del misil letal, Obama elevó la puja de las sanciones contra Rusia y su binomio inextricable de la banca y los energéticos. "Coincidiendo" el mismo día con el letal misil misterioso en los cielos de Ucrania, «Netanyahu, jefe de un Estado nuclear, ordenaba a su ejército invadir la franja de Gaza»: apreciación sugerente de Fidel Castro, quien en su filípica acusa de «provocación insólita» al gobierno golpista de Ucrania bajo la férula de Estados Unidos [2].

¿Qué sabrá perturbadoramente el caribeño viejo zorro de mil batallas?

Mientras el misil misterioso derribaba el vuelo de Malaysia Airlines, el Estado racista/paria/apartheid de Israel invadía la franja de Gaza, lo cual le han puesto en desacato de las resoluciones de la ONU y de «aislarse con la opinión pública mundial», como señala el ex presidente Bill Clinton [3] y coincide marcadamente con mi opinión en la radio mexicana.

Al unísono de la «coincidencia» (Castro dixit) de las agendas geopolíticas de Ucrania y Gaza, arreciaban los enfrentamientos sectarios y energéticos en tres países árabes: Libia, Siria e Irak –tildados de «fallidos» por los estrategas de Estados Unidos–, sin contar las guerras de Yemen y Somalia.

En Libia –balcanizada y vulcanizada como consecuencia de la intervención "humanitaria" de Gran Bretaña y Francia, con Estados Unidos hipócritamente instalado en el asiento trasero–, 2 días antes del letal misil misterioso en Ucrania, las milicias rebeldes de las brigadas Zintan cerraron el aeropuerto internacional de Trípoli (la capital libia), mientras recrudecían los enfrentamientos entre clanes rivales en Bengazi, de donde salieron las armas para abastecer a los yihadistas de Siria e Irak, en medio del extraño asesinato del embajador de Estados Unidos en Libia.

Más allá de la interconectividad del torrencial flujo de armas entre Libia, Siria e Irak en la geografía de Al-Qaeda/Al Nusra y el nuevo califato Daesh [4], lo fundamental para las trasnacionales petroleras/gaseras/acuíferas de Estados Unidos/Gran Bretaña/Francia radica en el control de las materias primas (gas y agua dulce) de Libia [5], donde Rusia y China se dejaron embaucar inocentemente.

Resulta aburridamente tautológico abundar sobre la captura del petróleo de Irak, también balcanizado y vulcanizado, lo cual le ha valido «una guerra de 30 años» de parte de la dupla anglosajona Estados Unidos/Gran Bretaña.

En mi reciente estadía en Damasco, donde fui entrevistado por Thierry Meyssan, el director del portal galo Red Voltaire, este me confió que la súbita voltereta de «Occidente» (whatever that means) contra Bachar al-Assad se debió en gran medida –más allá del gas en su costa del mar Mediterráneo– a sus pletóricos yacimientos de hidrocarburos en tierra firme, que hoy se encuentran bajo control del «nuevo califato Daesh del siglo XXI».

La interconectividad petrolera/gasera vuelve a resaltar en Gaza 5 años después del operativo «Plomo Fundido», cuya estrategia es refrendada por la operación «Escudo Defensivo» (sic) en curso, sin una investigación concluyente sobre la culpabilidad del deleznable asesinato de 3 jóvenes israelíes –como había previsto premonitoriamente el "visionario" jefe del Mossad, Tamir Pardo [6] y que fue pretexto desproporcionado para la enésima invasión israelí en Gaza con sus atrocidades de infanticidio masivo.

Manlio Dinucci, del rotativo italiano Il Manifesto [7], aduce que una de las causas del irredentismo israelí se debe a los pletóricos yacimientos gaseros que Gaza posee en su zona marítima.

Asimismo, el pletórico gas de esquistos en la República Autónoma de Donetsk –que busca la separación de Ucrania y/o la federación– muy bien vale la feroz guerra sicológica de propaganda entre los multimedia pro-estadounidenses y pro-rusos para echarse la culpa del derribo del avión de Malaysia Airlines. ¿El derribo del avión de Malasia Airlines pudo haber sido un operativo de «falsa bandera» del gobierno ucraniano que con «grabaciones», que muy bien pueden ser editadas, acusa de «terrorismo» a los separatistas para aplastarlos higiénicamente?

Hace dos meses, el canal de TV Russia Today, cada vez más consultado en Latinoamérica para contrastar la intoxicación desinformativa de los multimedia israelí-anglosajones –lo cual le ha valido el exorcismo del secretario de Estado estadunidense, John Kerry– destaca la importancia del gas de esquistos en Donetsk (la parte oriental de Ucrania que busca su separación) y pregunta si «los intereses de las petroleras gigantes occidentales se encuentran detrás de la violencia» [8].

El oriente de Ucrania, hoy en plena guerra civil, posee «carbón y pletóricos yacimientos de gas shale en la cuenca Dnieper-Donets». En Donetsk la petrolera británica Shell firmó en febrero de 2013 un acuerdo de reparto de utilidades por 50 años con el gobierno de Ucrania (Nota: el anterior gobierno depuesto por los golpistas neonazis apuntalados por Estados Unidos) para explorar y extraer su gas de esquistos [9].

Russia Today argumenta que son tan elevadas «las ganancias que Kiev no desea perder», por lo que ha emprendido una desproporcionada «campaña militar contra su propia población».

Chevron firmó un acuerdo similar el año pasado (con el mismo gobierno depuesto) por 10 000 millones de dólares.

Hunter Biden, hijo del vicepresidente de Estados Unidos, acaba de ser nombrado en el consejo directivo de Burisma, el mayor productor privado (¡supersic!) de gas en Ucrania [10], lo cual «coloca la explotación del gas de esquistos ucraniano en una nueva perspectiva»”, porque «posee licencias que cubren la cuenca de Dnieper-Donets». Kerry no se queda atrás en el reparto de utilidades y Devon Archer, su anterior asesor y compañero de dormitorio de su hijastro, pertenece desde abril a la polémica Burisma.

¿Sirven las "licencias" de enajenación catastral para explotar el gas de esquistos ucraniano como "licencias para asesinar" inocentes?

¿El fracking del gas de esquistos fractura a Ucrania? Tal ha sido la tónica de la trágica historia de los hidrocarburos en el siglo XX y su explotación por las petroleras «occidentales».

Que conste que en todos los frentes bélicos enunciados –Ucrania, Gaza, Irak, Siria y Libia– el común denominador son los hidrocarburos.

Alfredo Jalife-Rahme
La Jornada (México)




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