MILAGRO DE VIBHUTI Durante
nuestra estadía en Puttaparthi en agosto de 1962, un día mi hijo
Sathish me dijo que su pierna izquierda le dolía tanto que no podía
soportar más. Después de Darshan de Swami, partimos hacia el viejo
Mandir. Alguna gente pensó que la pierna de Sathish debía tener un
esguince y le masajearon con aceite de mostaza. Pero esto aumentó el
dolor; también tenía fiebre. Toda la noche estuvo sufriendo de intenso
dolor y no pudo dormir. Estábamos muy tristes al verle sufrir. Le oramos
a Swami y le aplicamos en la pierna Vibhuti que Él nos había dado.
El sufrimiento de Sathish iba incrementando. Incluso empezó a delirar.
Decidimos regresar a Mysore dado que Swami se iba de Puttaparthi en un
tour. Nos acercamos a Él para pedirle permiso. Sathish tuvo que ser
cargado al nuevo Mandir. Swami nos llamó al cuarto de entrevistas. Aún y
cuando nosotros hablamos sobre la salud de Sathish, Swami evitó el tema
y habló sobre otros asuntos. Finalmente, Swami materializó Vibhuti y se
lo aplicó. Obtuvimos el permiso de Swami y salimos. Aún nos quedaba la
dura tarea de llevarlo a Mysore. Era imposible llevarlo de Bukkapatnam
en carro tirado por bueyes. Como la pierna se había hinchado y puesto
rígida, tampoco podíamos llevarlo en autobús desde Bukkapatnam. Al
escuchar que Swami saldría esa misma tarde, mis otros hijos corrieron
para tener Darshan. Al verles, Swami les dijo, “Estudien bien. Mis bendiciones están con ustedes.” Cuando los chicos le contaron sobre la condición de Sathish, Swami les dijo enojado, “Después de que me vaya, ninguno de ustedes debe quedarse aquí.”
Me sentí triste, porque Swami nunca antes se había enojado con
nosotros. Un devoto de Kodagu, Sri Ravindra Punja, que estaba parado
cerca, dijo que él llevaría al niño en su auto hasta la estación de
ferrocarril en Penukonda. Dijo además que si no hubiera tenido un
trabajo importante que hacer, habría llevado al niño hasta Mysore mismo.
¡Qué bondad! Pensamos que ésta era la gracia de Swami.
Tan
pronto como llegamos a Mysore, internamos a Sathish en el Hospital Sri
Krishnarajendra. Él estaba semi-consciente y cada vez más inquieto. Se
puso a delirar y empezó a hablar día y noche. Su pierna se había
hinchado mucho. Los doctores en el hospital le dieron excelente cuidado.
En tres ocasiones los doctores extrajeron líquido de su pierna
hinchada. Pero el líquido se acumulaba cada vez más rápido. Después de
unos días, los doctores dijeron que para salvarle la vida la única
alternativa era amputarle la pierna. Tuvimos que acceder. Justo en la
víspera de la operación, para nuestra buena fortuna, Swami llegó a
Mysore. Él se estaba quedando en la casa de Sri Setty. Nuestro Swami
llegó en el momento correcto. Me fui de prisa allá. Tan pronto como Él
me vio en esa casa, Él preguntó, “Ammayi, ¿cómo está el niño?” Yo le contesté, “Swami, los médicos le van a amputar la pierna mañana.”
Swami jocosamente dijo, “¿Qué
otra cosa hacen estos doctores? ¡Cortar piernas, cortar manos, cortar
cuellos! Te daré un poco de Vibhuti. Ponlo en su boca. Todo estará
bien.” Dije que Sathish estaba empecinado en venir a la casa de Setty para tener el Darshan de Swami. Swami dijo, “No. En esta condición él no debe ser traído aquí. Dile que puede tener mi Darshan después que se alivie.”
Conforme a lo indicado, puse el Vibhuti en la boca de Sathish. El
líquido dejó de acumularse en su pierna. Los doctores estaban
sorprendidos. Nos preguntaron, “¿Qué es lo que han hecho?” Le dijimos
que el Prasadam de nuestro Sathya Sainatha lo había curado. La operación
programada para el día siguiente fue cancelada. Tuvimos Darshan de
Swami al siguiente día en la casa de Setty. Swami nos indicó que
subiéramos al piso de arriba. Todos fuimos e hicimos Padanamaskar.
Swami dijo, “Ammayi,
te debiste haber sentido mal porque les hablé bruscamente en
Puttaparthi. Si se hubieran quedado allá, uno de ustedes hubiera muerto.
Si yo hubiera hablado de manera suave, ustedes no hubieran hecho caso.
Ammayi, ¿sabes cuán fuerte debe ser tu fe? Incluso si tiras una piedra
cantando Mi Nombre, ésta habrá de convertirse en diamante. Ahora todo
estará bien. El regresará a casa curado. Ustedes vendrán a Puttaparthi
para Dasara. No te preocupes.” Así diciendo, Swami me bendijo y
me dio un puño lleno de paquetes de Vibhuti. Hicimos Padanamaskar y
salimos. Tal como lo predijo Swami, Sathish regresó a casa totalmente
curado. Yo fui a Puttaparthi para Dasara.
Tomado de “Sri Sathya Sai Anandadayi”, por Karunamba Ramamurthy.
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