22 de abril de 2007
“EL CENTRO DE MI VIDA”
OM... OM... OM...
Sai Ram
Con Pranams a los Pies de Loto de Bhagavan
Queridos Hermanos y Hermanas,
DIOS NO ES UNA META
Si Dios quiere, nos reuniremos en el mes de junio. Aunque no estamos seguro sobre fechas específicas, al menos tenemos la seguridad de una interrupción. Mas, amigos míos, nos sentimos muy agradecidos a Dios por todas las oportunidades que nos ha dado hasta ahora.
De modo que, esta mañana, me gustaría compartir con ustedes un par de pensamientos acerca de qué es lo que separa al hombre de Dios. De hecho, el decir que Dios representa una meta, no es correcto. Dios no es una meta, amigos míos, tengamos absoluta seguridad al respecto.
Una meta está a una distancia; una meta requiere de tiempo y espacio. Para llegar a una meta, necesitan tiempo; para llegar a una meta habrá una distancia por la que tengan que pasar o que cruzar. Dios, sin embargo, está allende tiempo y espacio. Por ende, Dios no puede ser una meta. Además, ¿Siendo Dios, siendo esencialmente Divinos, por qué surgiría la cuestión de una meta? ¿Dónde está la meta? ¡No pueden apartarse de sí mismos! ¿Pueden estar lejos de sí mismos? ¡Imposible!
Si les dijera que Anil Kumar está separado de mí, esoy seguro que todos comenzarían a comentar sobre mí: “Le encontramops esta mañana cuando estaba bastante bien. ¡Repentínamente se ha vuelto loco!” No, no puedo estar aparte de mí mismo. ¡Es imposible! Decir que estoy separado de mí mismo es algo como imaginario o una alucinación. Por eso, mis amigos, aquello sobre lo que quisiera llamar su atención esta mañana es, ¿qué es lo que me hace sentir separado de Dios?
¿Qué es lo que me hace sentir distante de Dios? ¿Por qué me siento apesarado por estar lejos de Dios? ¿Por qué lucho por estar muy cerca de Él? ¿Por qué deseo estar próximo a Él? Estas son las interrogantes que se vienen de manera natural a la mente de cada buscador en todos los tiempos.
¿CUÁL ES EL CENTRO DE MI VIDA?
Cuando estoy en el centro, se siento extremadamente feliz. ¿Cuál es el centro de mi vida? No es el cuerpo, porque el cuerpo es perecedero, es cambiante, no es permanente. Por ende, el cuerpo no puede ser el centro de mi vida. ¿Diré que la mente es el centro de mi vida? ¡No! Porque hay ocasiones en que la mente está en reposo, está totalmente pasiva, y a veces, incluso la mente es retirada.
Por ejemplo, en el estado de sueño profundo, la mente se retira totalmente. Entonces, ¿cómo podría ser la mente el centro de mi vida? Los sentidos no constituyen el centro de mi vida, el cuerpo tampoco ni la mente. Entonces, ¿cuál es el centro de mi vida?
EL CENTRO DE MI VIDA ES MI SER MISMO
Por lo tanto, el centro de mi vida es mi ser mismo. Y, ¿qué es ese ser? ¿Cuál es la naturaleza de ese ser? ¿Cuáles son sus cualidades? ¿Cómo identificar ese ser que es el centro de mi vida?
No tengo nada que decir sobre el cuerpo, porque cuido de él día tras día. Pese a cuidar de él día tras día, nos enfermamos. No tengo que hablar de mi mente, porque se frustra o se deprime, ¡más a menudo cuando Swami, convenientemente, me ignora! No tengo que hablar de mi mente, porque está llena de golpes y brincos, altibajos, choques y cortes, regocijo, júbilo, humillaciones, alabanzas y críticas. De modo que no tengo que hablar de la mente. Tampoco tenemos que hablar de los sentidos, porque operamos con ayuda de los sentidos.
Entonces, dejemos que nuestro foco mental se sitúe sobre la naturaleza del ser. ¿Qué es mi ser? ¿Qué es? El centro de la vida es el ser – no el cuerpo, ni la mente, ni los sentidos. Por ende, simplemente reflexionen sobre este ser por un minuto o algo.
LA PRIMERA CUALIDAD DEL SER ES “EXISTENCIA”
El ser tiene tres rasgos importantes. El primer rasgo del ser mismo es existencia. La vida es existencial. La vida no es no-existencia. ¡No! La vida es existencia.
Todos sabemos que existimos en este momento. No creo que haya alguien que dude de nuestra existencia.
De modo que la existencia es el primer rasgo del ser. Si alguien dijera, “Ya no existirás mañana”, diríamos, “Tu no existirás más mañana, ¡pero yo continuaré viviendo!” Rehusamos aceptar la realidad que algún día habremos de abandonar el cuerpo. No podemos aceptar la verdad que todos hemos de dejar el cuerpo en algún momento, porque luchamos denodadamente todo el tiempo por mantenerlo.
Hasta para cuando se nos cae el pelo, tenemos lista una peluca. Luego se pierden los dientes, de modo que preparamos dentaduras para ocupar su lugar. Nos rehusamos a envejecer; nos rehusamos a dejar el cuerpo, aceptando esa realidad que vale para todos. Mas, por mucho que luchemos con todos los cosméticos y la cirugía plástica, seguimos teniendo que abandonar el cuerpo algún día.
Las gentes dicen que la cirugía plástica ayudará para que uno luzca joven. Oh, ya veo. Mas esa cirugía plástica no servirá para el momento en que uno tenga que dejar el cuerpo. Tal vez, la cirugía plástica podría hasta adelantar la fecha de partida, ¿quién sabe? (Risas) Si la vida es natural, es tan bella. Realmente me pregunto por qué alguna gente mayor se esfuerza tanto por lucir joven. ¡Pobrecillos! No se ven más jóvenes. ¡Es imposible! Además, cuando son viejos, el verse joven es artificial.
PERMITÁMONOS ENVEJECER CON GARBO
El verse viejo a una edad avanzada está lleno de elegancia. A la edad de 70 o 75 años, si todos tuviéramos el cabello negro y vistiéramos jeans, mas usáramos un bastón para cruzar a otro lado de la calle, ¡nuestro lugar sería una institución para enfermos mentales! Seamos naturales, amigos míos. Seamos naturales. No hagamos intentos artificiales para ser diferentes de lo que somos. Envejezcamos con garbo – hay elegancia en el envejecer. Hay belleza en cada etapa diferente de la vida. Un infante es bello en la infancia, mientras el abuelo es tan apuesto a su edad. ¿Por qué no?
De seguro no esperarían que sabios como Vashista o Vishwamithra anduvieran de jeans, ¿no es cierto? (Risas) No les gustaría. No. No sentirían la unción de unir sus palmas respetuosamente ante ellos. ¡No! Esperamos que luzcan blancas barbas, lleven un bastón y hablen serena y equilibradamente, sopesando cada palabra, viendo a través de las personas, no mirándolas. A esa edad, esperamos una clase totalmente diferente de tendencia conductual, ¿no es cierto? ¡Sí!
De modo, mis amigos, que el cuerpo habrá de ser abandonado algún día. Por hermosa que sea la casa arrendada, por muy bellamente amoblada que esté, habrán de dejarla algún día, ya que no les pertenece. Después de todo, no es sino una construcción arrendada. Pagan por ella, eso es todo. Deberán dejarla, porque no es suya. De manera similar, el cuerpo es como una casa arrendada – se les ha dado para que lo usen. Algún día habremos de dejarlo, de modo que no puede ser el centro. Como deben dejarlo, como deben abandonarlo, no puede ser el centro de su vida. ¡No!
LA MENTE NO PUEDE SER EL CENTRO DE MI VIDA
Llegando a la mente... no es el centro por una simple razón: a veces está activa y a veces inactiva. Se refleja bastante bien en algunas personas cuyas expresiones son vibrantes por la mañana y ceñudas como aceite de ricino en la tarde – caras tan largas. ¿Por qué? No lo sabemos. Cambiamos contínuamente de expresión. A veces está muy activa, sonriente y movediza; a veces está melancólica. ¿Por qué? No lo sabemos. De modo que la mente es muy impredecible.
La mente quiere que todo se haga de acuerdo a sus expectativas. Mas la vida no es una expectativa; la vida es realidad. No pueden encontrar a persona alguna, desde un indigente a un millonario, que declare: “He logrado todo lo que quiero.” ¡Imposible! Cualquiera que diga eso, significa que no tiene ambiciones ni objetivos en su vida. Supongamos que un sujeto quiera conseguir 35 puntos. Si dijera, “Los conseguí”, muy bien, gracias. Ese era tu objetivo. Mas no puedes llegar al estado de perfección. La perfección es siempre una meta distante; no es posible. Por ende, la mente no puede ser el centro de mi vida puesto que es imperfecta, incompleta, tanto pasiva como activa, y también reflectante y reactiva.
LOS SENTIDOS NO SON EL CENTRO DE MI VIDA
Los sentidos no son el centro de mi vida, porque durante el sueño dejan de ser funcionales. Por supuestro que hay personas que hasta pueden caminar dormidas. ¡Mis humildes saludos a ellas! Y hay otras que pueden dormir aun cuando tienen los ojos abiertos. (Risas) Muy bien, ¡por cierto que hasta ahora no puedo hacer ninguna de las dos cosas!
El punto es que los sentidos no pueden ser el centro de la vida, porque son pasivos; en tanto que en el dormir, son inactivos. No son participantes en el dormir. Por ende, no puede ser el centro de mi vida.
EL CENTRO DE MI VIDA ES SER UN TESTIGO, NO UN PARTICIPANTE
Es así que el centro de mi vida es existencia, queriendo decir aquello que es constante, inmortal, sin principio ni fin. No tiene nacimiento, no muere, no empieza, no termina – es continuidad. Eso es el centro de mi vida. Está siempre vibrando; siempre fluyendo. Es un testigo. Es así que el centro de mi vida es ser un testigo, no un participante. El participar es distinto al testimoniar.
Un simple ejemplo: Estoy hablando a través del micrófono aquí. También lo pueden hacer ustedes o alguien más. Mas, el hablar no está en la naturaleza del micrófoco, tampoco el cantar, bromear o ser ingenioso es de la naturaleza del micrófono. Un micrófono sólo amplifica el sonido, eso es todo. Esa es la naturaleza del micrófono.
Es como un testigo. Si pregunto, “Hola micrófono, ¿estás sonriendo?” No lo se. “¿Llorarías? Déjame ver.” Mas el micrófono sólo amplifica sonido, eso es todo. Cada sonido que emito, es amplificado. De manera similar, la realidad de mi vida, el centro de mi vida, es ser un testigo, no un participante. Pienso que he sido claro. En la participación, uno es afectado; al ser un testigo, uno no lo es.
LOS SENTIDOS SON DUALES, EN TANTO QUE EL SÍ MISMO O ATMA NO ES DUAL
Un simple ejemplo: los sentidos participan. Por eso no son el centro de mi vida. El centro de la vida es ser el testigo. Todo el resto del equipamiento de que está dotado un ser humano es sólo de naturaleza concurrente o participante.
Cuando miro hacia una bella escena, la disfruto. Cuando miro una escena desagradable, siento deseos de cerrar los ojos. Mas, la visión, la vista... ¿La podrían tildar de bella o desagradable? La facultad de visión de mis ojos... ¿es fea o bella? No, el sentido de la vista no es ni feo ni bello.
La escena puede bella o puede ser fea, pero mi vista es neutral. Mis ojos pueden ver ambas cosas: mis ojos pueden ver a un hombre guapo o pueden ver a una persona fea. Mas los ojos, la visión, la vista es neutral; sólo la escena es dual. Quien ve es no-dual, la visión es no-dual, la vista es no-dual; mas la escena es dual. Aquello que miro puede ser bello o feo, mas mi mirar va más allá y es neutral. Por eso, mis amigos, incluso respecto de los sentidos existe un centro de mi vida, el que es neutral.
Los sentidos son duales, mas el Sí Mismo no lo es. El centro de la vida es lo que se llama el Sí Mismo o la conciencia o el Atma. La conciencia es sólo un testigo; es el centro de mi vida. No puede ser manchada; es inmaculada.
Un simple ejemplo: Oigo. Oigo todo tipo de sonidos. Oigo música, música Pop. ¿Por qué no? Oigo música indostánica, oigo música clásica. ¿Por qué no? Mas este oir no es música Pop ni música clásica.
Si dijera, “Sr. Anil Kumar, su oído es clásico”, ¿cómo lo saben? El oído no es clásico, no es indostánico. Oir es sólo su audición, el poder de escuchar. Eso es todo. No hace distinciones, no tiene discriminación. De modo que el oir es un testigo, en tanto que el sonido es dual. El sonido puede ser fuerte o suave, o sea es dual, mas no así el oir. El ver es un testigo, en tanto que la vista es dual. La vista es dual, mas el vidente no es dual.
Tomen otro ejemplo – el gusto. Los dulces de la India del norte son muy buenos. ¡Me gusta comer tantos como sea posible! Al mismo tiempo no pueden comer la calabaza amarga. Así también, quienes provienen del norte o el oeste no soportan los alimentos condimentados y picantes. Cuando se ponen una pizca de pickle de mango sobre la lengua, ¡no necesitan pasaporte ni visa para volverse a casa! (Risas) ¡Se van como una exhalación!
De modo que la lengua puede saborear lo que es amargo, lo que es dulce o lo que es picante; mas el sentido del gusto mismo, es neutral. Los alimentos que uno consume tienen diferentes sabores – mas le lengua está más allá de ellos. Por lo tanto, aquel que saborea es neutral, en tanto que las cosas que come son duales. Mis amigos, en esto reside la belleza del centro de mi vida.
Esta mañana, en verdad me sentí impulsado a hablarles sobre este tema, “el Centro de Mi Vida”, porque hemos perdido nuestros centros. Hemos perdido el interés por la vida, porque estamos muy lejos de su centro. Por eso, somo casi desdichados.
¿CÓMO DICEN QUE SON DESDICHADOS?
¿Cómo dicen que son desdichados? Un hombre desdichado estará en compañía de otro desdichado. Un hombre desdichado se sentirá feliz de poder hacer desdichado a otro, ya sea igualmente desdichado o hasta más desdichado. Es por eso que somos desdichados hoy. ¿Por qué?
Estamos desconectados del centro de nuestra vida, el Sí Mismo, la conciencia o realidad. Por eso, esta conciencia o Sí Mismo, la realidad, es lo que ve. Vidente es aquel que ve; oyente es aquel que oye. Entendámonos para ser el testigo. Mis amigos, ese es el centro de nuestras vidas. Le es común a todos.
Podemos ser diferentes a nivel del cuerpo; podemos ser diferentes a nivel de la mente. De modo que somos diferentes a varios niveles respecto de la periferia; mas en cuanto a lo que concierne al centro, todos somos el mismo y uno solo. Todos tenemos el mismo centro.
Un simple ejemplo: pueden dibujar cualquier cantidad de círculos, mas el centro será uno solo y el mismo. Eso es el ser, la realidad o conciencia. Por lo tanto, el primer rasgo o cualidad del centro, la conciencia, es “Existencia”.
No hay nada que sea in-existencia. Existencia es aquello que es eterno, que está presente en cada uno de nosotros. Algunos expresan, inconscientemente o cuando están decaídos de ánimo, “Me sentiría feliz si me suicido” ¿Cómo saben que estarían felices si cometieran suicidio? ¿Cómo lo saben? Hay quienes dicen, “Voy a ser feliz en mi próxima vida.” ¿Cómo lo saben? ¿Están seguros? Algunos dicen, “Estoy harto de esta vida. Déjenme morir y ser feliz.” ¿Cómo lo saben? Inconscientemente, sabemos que hay algo en la vida después de la muerte.
Permítanme ser muy claro, mis amigos. Inconscientemente, sabemos que hay vida-después-de-la-muerte, no queremos aceptar la muerte. “Ese sujeto murió por la carencia de médicos. Ese otro murió, porque no se preocupó de su salud. Mas yo voy a ser eterno, porque practico algo de Yoga.” ¡Oh, oh! El Yoga jamás les hará inmortales. Puede que les haga saludables, para que no enfermen, para que no requieran de la ayuda de nadie para ir de un lado al otro. Eso es todo. Por ello, mis amigos, el centro de la vida puede identificarse por esta inconsciente percepción de existencia, porque el Sí Mismo o conciencia es la realidad existencial.
LA SEGUNDA CUALIDAD ES “NO-ELECTIVA”
La segunda cualidad del Sí Mismo es un sentido de percepción, ese despertar, esa alerta, una cualidad de no electibilidad. La vida es no-electiva. Mientras más lo entendamos, más felices seremos. Ejercemos nuestra elección, mas nos entistecemos, porque la vida no irá de acuerdo a nuestra elección. ¿Quién puede decir, “Mi vida funciona de acuerdo a lo que eligiera”? Si alguien lo hiciera, sería el maestro fanfarrón nº 1. La vida jamás se acordará con nuestras elecciones, porque es no-electiva. ¡La vida es no-electiva!
Esa sensación de no electibilidad o lo que llamarían “percepción no elegible”, es la segunda cualidad del centro de mi ser. El centro de mi ser, la conciencia, es la no electibilidad puesto que es un testigo. De modo que el centro de mi ser es no elegible, y el centro de mi ser es existencia. El centro de mi ser es conciencia eterna.
LA TERCERA CUALIDAD ES “VENTURA”
La tercera cualidad del centro de mi vida es la ventura. El Sí Mismo está siempre dichoso, simpre lleno de gozo. Mas, lamentablemente, no nos permitimos ser felices. Alguien decía, “Sr. Kumar, no sonría demasiado.” Dije, “¿Por qué?” “Porque la gente se preparará para hacerle llorar. No le gusta ver que usted sonríe. No puede soportar esa sonrisa, la visión de un hombre feliz. Por lo tanto, sea felíz íntimamente, pero parezca ser infeliz por fuera.” Eso fue lo que alguien me dijera. Yo dije, “No puedo hacerlo”. Eso sería un comportamiento acorde a una doble personalidad, lo que se llama esquizofrenia. La esquizofrenia es una enfermedad – una personalidad doble en la que lo interno difiere de lo externo.
De modo que, básicamente, somos felices; básicamente somos venturosos. Convenzámonos de eso. Sintámonos seguros de ello, cada uno de nosotros. Si reflexionáramos sobre nuestras vidas, veremos que hay muy pocos momentos de infelicidad, muy pocos días de enfermedad. Habrá muy pocos días de desdicha; la mayoría de los días somos felices. Pero lamentablemente, pensamos en los días en que nos sintiéramos desgraciados y, con ello, volvemos también infeliz al presente.
A veces, en compañía de algunas personas, cuando notamos que conversan, decimos, “¿Qué les parece Swami? ¿Cómo disfrutan el estar aquí?” Y, de pronto, dirán, “El año pasado, ¿sabe? caí enfermo.” “Si enfermó el año pasado, ¿desea enfermar de nuevo ahora? (Risas) Hoy día está bien, entonces, ¿por qué piensa en el año pasado cuando estuvo enfermo? ¿También piensa en diez años atrás?”
Recordamos los momentos tristes en la vida, lo que es realmente penoso. Sintámonos agradecidos a Dios por la mayor parte del tiempo, cuando somos felices; por la mayoría de los días en que somos bendecidos. ¡Somos realmente bendecidos!
BABA DA UN EJEMPLO
En el arroz, uno puede encontrar pequeñísimas piedrecillas. Al comerlo, pueden causar molestias. Entonces el marido le grita a la mujer, “¡Por qué no te preocupas de limpiarlo bien!” Este sujeto ha estado consumiento sacos y sacos de arroz por un largo tiempo. (Risas) Y entonces, repentínamente, debido a una piedrecilla, estalla su enojo y su furia. No es necesario. Después de todo, no se trata sino de una piedrecilla en un saco de arroz.
Es así que, en esta vida de ventura, en esta vida de felicidad, en esta vida de alegría, en esta vida de diversión y juegos, en esta vida de gozo, los momentos de pesar, los momentos de tristeza, son pocos... muy pocos. De modo que la vida, en general, es venturosa. Ese es el tercer punto o cualidad del centro de mi vida, el testigo eterno, el Sí Mismo.
La quitesencia de lo que he dicho hasta ahora, se puede reducir a tres puntos: existencia, percepción de inelectibilidad y la naturaleza venturosa, las tres cualidades del centro de la vida, que llaman conciencia o que es el testigo. Entonces, ¿por qué no lo sabemos? Alguien me preguntaba esta mañana, “¿Qué es la autorrealización?” Alguien me preguntaba, “¿Es Dios una meta?” Bueno, mi respuesta es esta: “Dios no es una meta. ¡No!” como lo dijera al comienzo. Por ello, se dice que la autorrealización es la experiencia del Sí Mismo, la experiencia de la conciencia. O, más bien, el propósito de la religión es el estar en el centro de sus vidas, o el que identificarles con ese centro.
LA RELIGIÓN TIENE UN PROPÓSITO – LA VIDA NO TIENE PROPÓSITO
La vida no tiene propósito, en tanto que la religión si lo tiene. Puede que se pregunten qué es lo que quiero decir. “Señor, mi vida tiene un propósito, porque quiero ganar una salario de 100 mil rupias al mes.” ¡El dinero no es el propósito de la vida! Alguien más dice, “Quiero ser muy inteligente; ese es el propósito de mi vida.” ¡Los computadores son más inteligentes que tu! Ese no puede ser el propósito de la vida.
El propósito de la vida es aprendido, conocido, practicado y experimentado por los métodos y las técnicas sugeridas por la religión. La religión sugiere técnicas y métodos para realizar el propósito de la vida. No hay sino un solo propósito, que es el de ser uno con el centro de la vida. Cuando llego a ser uno con el centro de la vida, ¿qué sucederá? Seré venturoso y no dual. Con el sentimiento de eternidad, con el sentimiento de inmortalidad, con el sentimiento de alegría eterna, la vida se hace maravillosa e interesante.
Para algunos, la vida es odiosa. Para algunas personas, la vida es indiferente e irritante. La consideran una tortura, una carga y un peso. ¿Por qué? Porque están desconectados del centro.
EL CENTRO LES MANTENDRÁ SEGUROS Y A SALVO
Un simple ejemplo: Shirdi Baba ha mostrado esto. Lo demostró en su vida. Solía moler arroz en la piedra de moler – una lámina de piedra abajo y una piedra encima; ahí se fija una manivela, la cual se hace girar para que las piedras muelan. ¿Qué hemos de aprender de este ejemplo? Los granos que están cerca del centro no serán molidos, en tanto que los de la periferia se muelen y quedan convertidos en polvo. Es así que el centro les mantendrá a salvo y seguros, en tanto que los que andan por afuera quedan pulverizados (¡como nos pasa a la mayoría de nosotros!) Por lo tanto, el estar en el centro del ser es asunto de seguridad, protección y alegría.
Sri Ramakrishna Paramahamsa ha dado otro ejemplo: un pescador está parado en la playa y lanza su red. Todos los peces del entorno quedarán cogidos en ella, mas los peces que estén muy cerca de sus pies, no podrán ser cogidos, porque la red no llega hasta ahí, sino que se extiende hacia afuera.
De manera similar, si yo estoy en el centro, estoy a salvo; si estoy a distancia, seré cogido en las redes del mundo. Seré cogido en las redes del placer sensorial. Seré cogido en la red del engaño. Seré cogido en la red de la ilusión. Quedaré cogido en la red de la falsa identificación. Por lo tanto, el estar en el centro de la vida, es estar lejos de la imaginación, de la alucinación, del engaño, es ser uno con la conciencia. Por ello, mis amigos, es absolutamente necesario para cualquier hombre religioso o cualquier persona espiritual el ser uno con el Sí Mismo o la conciencia, que es la realidad.
NO GOCEMOS DE DIOS SÓLO A TRAVÉS DE LOS SENTIDOS
Puesto que estamos desconectados de nuestro Sí Mismo o centro, decimos, “Aún espero a Bhagavan. Quiero que Bhagavan me mire. Quiero que Bhagavan me hable.” Mis amigos, este es el punto: Muy bien, tuvimos darshan a las 07:40 esta mañana o a las 09:00, como sea. ¿Podrían tener darshan las 24 horas del día? ¡Imposible! Tenemos darshan por un par de minutos. ¿Qué hay del resto del día? “Quiero escucharle”. Muy bien, oyeron Su discurso. ¿Qué hay del resto del año? “Quiero tocar Sus Pies.” Muy bien, tuviste una oportunidad ahora. ¿Qué hay del resto de la vida? De modo que el punto es este, aunque quieran disfrutar de Bhagavan en la forma humana a través de los sentidos, eso no les proporcionará sino una felicidad temporal.
Viendo a Bhagavan se sienten felices. Más tarde, pasó. Escuchándole, difrutarán de la melodía de Su voz, la profundidad y amplitud de Su palabra, llena de humor, llena de ingenio. Hay tanto material en Sus palabras que despiertan el interés de todos. Lo aprecian. Mas, después del discurso, ¡el gozo se fué!
Por eso, amigos míos, mi segundo punto es este: No experimentemos o gocemos a Dios o a ninguna encarnación o Avatar meramente a través de los sentidos. Al verle, soy feliz; al escucharle, soy feliz; al tocarle, soy feliz. ¡Correcto! No lo estoy negando. Mas luego vienen las reminiscencias del momento en que tocara Sus Pies. Pienso en ello y sigo sintiéndome muy feliz. Esto es lo que se denomina “contemplación” o “meditación”.
EL RECUERDO CONSTANTE DE CONVERSACIONES CON SWAMI ES MEDITACIÓN
Penitencia, meditación o contemplación son manifestaciones de la asociación de uno con el Sí Mismo o conciencia, Bhagavan Sri Sathya Sai Baba. Si yo continuara pensando en la conversación que sostuve con Swami hace diez años atrás, eso me sigue haciendo muy feliz, incluso ahora.
Cuando hablan con devotos – con cualquier devoto – repentínamente, dirá, “En una entrevista, Swami me dijo...” Como si la hubiera tenido esta mañana. De hecho, la tuvo hace diez años, pero habla de ella con toda la frescura, todo el fervor y bullente entusiasmo de algo que sucediera recién. ¿Por qué?
Está en la naturaleza de la contemplación el sentir la frescura. La frescura es la naturaleza de la meditación. El sentir frescura es cualidad de la contemplación. Cuando pienso en Swami en aquel día en que me hablara, aquel día en que me dirigí a la audiencia en Su presencia, en aquel día en que pude tocar Sus Pies... mientras pienso repetidamente y comparto estas cosas con otros, las experiencias se mantienen siempre frescas. Y pensar en ello es penitencia, contemplación, meditación.
Mas, si fuera sólo según los sentidos, “Vi a Swami. Está bien” ¿Y qué más da? Hay gentes que vienen y van. Si se les preguntara, “Ha visto a Swami?” “Si. Lo recuerdo... ¡usted debiera haberlo visto allá por el noventa y cuatro!” ¡Ya veo! Para ellos es historia. Mas para quienes reviven y reviven, viven, viven y viven, una y otra vez, para ellos todo es fresco. Eso es meditación. Por eso es que pasamos desde los sentidos hacia el estado allende los sentidos.
LOS SENTIDOS SON SOLAMENTE PUERTAS
Veo a Swami con mis ojos; más tarde, cierro los ojos y Le veo adentro. Escucho el discurso de Swami; más tarde, oigo Su voz desde adentro, lo que llamamos la “voz interior”. La voz que oyeran en el exterior será más tarde la voz interior. El Swami a quien vieran en el exterior será la visión interna. Es por ello que los sentidos no son sino ventanas; la realidad está adentro.
Cuando visito a alguien, no me paro solamente a su puerta, ¿no es así? Sólo los mendigos se quedan afuera. Los invitados entran. Los parientes hasta entran a la cocina. Por ende habrán de entrar. No se quedan solamente fuera de los muros del jardín o de la puerta. No hacemos eso.
Así también, similarmente, los sentidos no son sino entradas; son sólo puertas. Los sentidos son solamente puertas, para que la experiencia se sumerja en el interior, cada vez más profundamente. Por eso, busquemos entender que existe un vínculo de conexión entre lo externo y lo interno.
INVITEN A ENTRAR A LA DIVINIDAD Y LA ALEGRÍA INTERNA
SERÁ MUCHO MAYOR
No niego a los sentidos; no niego al cuerpo. El cuerpo y los sentidos debieran invitar a la Divinidad, debieran absorber a la Divinidad, como para que la experiencia interna o la alegría interna se acrecienten. Es por eso que vamos desde los sentidos al estado más allá de los sentidos. Véanlo, luego cierren los ojos y siéntanlo; escúchenlo y luego prestan oído a la voz interior. Piensen profundamente en Él. Esto es meditación. El mero contacto externo a través de los sentidos no puede ser para largo; será sólo por un corto tiempo.
Algunos dicen, “¡Miren! Swami se fue como un rayo. No conseguimos sino atisbarlo.” ¡Y qué! La vida no es más que un atisbo. La vida pasa en un destello. ¡Y qué! Aceptemos en cambio la realidad. Esa realidad está adentro.
Un simple ejemplo: el freno está adentro del auto, aunque las ruedas están afuera. El interruptor está adentro, pero los focos están afuera. El acelerador está adentro, la tracción va por fuera. Es así que las partes internas controlan a las externas. ¡Las ruedas no controlan los frenos! Si las ruedas controlaran los frenos, ¡tendríamos al Hospital de Superespecialidades con una tecnología avanzada en ortopedia! Según los niveles internacionales, la ortopedia es avanzada aquí ahora. ¡Tendrán espacio reservado quienes sean controlados por las ruedas!
De modo que son los frenos desde adentro los que controlan las ruedas exteriores. Es el interruptor de adentro el que hará que se enciendan las luces – ellas no comienzan a parpadear para que el interruptor comience a trabajar desde adentro; si así fuera, habría algo que funciona mal en ellas. Por ende, amigos míos, todo esto trabaja en perfecta armonía, al unísono. Si aplicara los frenos y el coche no se detuviera, ahí mismo se acabaría mi vida. Si los focos no se encendieran aunque conectara el interruptor, no podría viajar de noche. Es por eso que lo externo y lo interno deben armonizar, algo como una orquesta, en la que todos los instrumentos tocan en perfecta armonía y al mismo tiempo.
LA VIDA ES UNA ORQUESTA
La vida es una orquesta, los sentidos son un armonio y la boca una tabla (tambor indio). ¿Por qué no? La mente es un sruthi, que indicará la melodía para el total. Por eso la vida es una orquesta y, en esta vida, si hubiera la más leve traza de desarmonía, si el conjunto estuviera desafinado o fuera de ritmo, apasruthi, la gente se taparía los oídos. No podrían seguir la música de ustedes, por carecer de melodía. Para que la música tenga éxito, deberá estar perfectamente orquestada. Es así que la vida es una melodía y la orquesta de la vida está en perfecta armonía.
Si la orquesta de la vida estuviera a tono con la música y el ritmo, podrán disfrutar de la melodía de la vida.
Es así que el centro de la vida puede experimentarse inicialmente a través de los sentidos; a partir de ahí, la experiencia total es hacia adentro. La totalidad de la realidad está en lo interno. Lo que ven afuera es fragmentado o segmentado o pieza por pieza. La realidad es total, holística, interna.
NUESTRA VIDA ES MÁS VENTUROSA
CUANDO CONTEMPLAMOS EN EL CENTRO DE LA VIDA
Por lo tanto, para volver a mi pregunta original, la que planteara esta mañana, somos desdichados porque estamos desconectados del centro mismo de nuestra vida. Nos hemos distanciado del centro de nuestra vida. Somos arrastrados por la periferia de nuestra vida. Por ende, somos desdichados.
Debido a que los sentidos desvían, la mente pervierte y distrae... esa es la razón por la que estamos muy lejos del centro de nuestra vida. Por eso, amigos míos, concentrémonos, contemplemos, meditemos en el centro mismo de nuestra vida, en nuestro ser mismo, lo que llamamos el Sí Mismo o conciencia. Eso vuelve nuestra vida gozosa y realmente bienaventurada.
LA UNIDAD O IDENTIDAD CON EL SÍ MISMO ESTÁ MÁS ALLÁ DE TODA DUDA
Ese estado de real bienaventuranza está fuera de toda duda. Está allende toda duda.
Algunos vienen y me preguntan, “Sr. Anil Kumar, tuve un sueño anoche”. “¡Oh Dios!” Y, entonces, dicen, “En el sueño aparecía Swami y me daba Vibhuti. ¿Qué significa?” Si les da vibhuti en su sueño, ¿cómo podría interpretarlo yo?
Supongan que comen algo dulce. Si vinieran y me preguntaran cuan dulce es, díganme ustedes mismos qué es lo que yo podría decir. Ustedes lo comieron, por ende, ¡cómo puedo decir yo como les supo! (Risas) De modo que el preguntarle a alguien acerca de sueños que ustedes han tenido es algo similar. Es como si yo terminara de comer y les dijera, “¿Qué tal los platos?” ¡Cómo podrían decir algo!
De manera similar, amigos míos, nunca duden de la experiencia del Sí Mismo. Créanme. La experiencia del Sí Mismo, la experiencia de la realidad, la unicidad o identidad con el Sí Mismo está más allá de toda duda. Sólo la mente es la que duda.
Si algo es suave al sentido del tacto, ya sea algodón, la piel o un ratón o un cojín, todo eso es suave. Podrían dudar en cuanto a qué es. Cuando miran por la ventanilla del avión, no pueden identificar a los seres humanos, ya que son tan diminutos cuendo uno vuela a esas altitudes.
De modo que uno puede dudar de su vista, puede dudar de su oído, puede dudar de su gusto – ¿es glucosa o azúcar? Voy a verificar, el problema está en que ambas son dulces. Es así que las experiencias de los sentidos siempre les dejarán un margen para la duda. Mas la experiencia de la realidad está allende la duda.
La experiencia de la conciencia está más allá de la duda, porque es el testigo, porque es no-dual. También se pueden poder en duda las esperiencias o los pensamientos. “¿Dará Swami darshan esta mañana o no? ¿Me mirará o no? Sucede cuando Él va en el coche, gira la cabeza sólo hacia este lado. ¿Me miró o no? ¿Sabe que existo? ¿O soy un mosquito o una bacteria que simplemente se ignora?” Supongamos que mira hacia mí, y dudo nuevamente, “¿Me miró a mí o a usted?” (Risas) Esa es otra vez la duda. Ciertamente que los pensamientos y la mente están llenos de dudas. El proceso pensante es dado para dudar. De hecho, ¡otro nombre para la duda es mente!
MENTE ES OTRO NOMBRE PARA DUDA
Duda y mente van juntas. No existe una mente estable. Si hubiera alguien que dijera que su mente es estable, ¡tal vez no tenga en absoluto una mente! No está en la naturaleza de la mente el ser estable. ¿Podrían decir que las hojas de un árbol son estables? Tal vez, las artificiales, de plástico o metal lo son, mas las hojas de un árbol deben agitarse con el toque del viento.
De manera similar, la mente vacila, la mente duda, la mente engaña, la mente imagina, la mente explica, la mente expresa, la mente es dual. Por ello, la mente es dada a dudar. El cuerpo duda, debido a que los sentidos dejan un amplio margen para dudas, mas la realidad nunca lo dará.
Puedo dudar de muchas de las cosas que veo, mas no dudo de mi capacidad de ver. ¿Pueden ver? Si. ¿Pueden ver que no estoy seguro que sea esto o aquello? No dudan de su capacidad de ver, dudan de lo que ven. No dudan de su oído, aunque puedan dudar de que hayan oido o no correctamente.
“¿Swami le habló?” “Si, señor.” “¿Qué fue lo que dijo? Yo pienso que dijo tal y cual cosa.” ¡Vaya! ¿Por qué piensan, puesto que Él le habló a otro? ¿Ven? Ahí está el punto. Es así mis amigos, que no dudan de su audición, mas dudan de lo que oyeran. No dudan de su visión, pero dudan de lo que han visto.
EL CENTRO DE LA VIDA, NUESTRO SER MISMO, ES INDUDABLE
De modo que aquello que es indudable es la conciencia. Aquello que es indudable es el centro de nuestra vida. Aquello que no es imaginación es nuestro ser mismo. Es así que esta identidad, este tipo de unicidad con nuestro ser mismo, nos liberará de dudas y hará que nuestra vida sea realmente venturosa.
Esto es posible saberlo, ante todo, por mí mismo, antes de hablarle a otros. Somos capaces de hablar acerca de cualquiera, mas nadie es capaz de conocer su propio Sí Mismo. Sé que son buenos o que son malos. Mas no sé si yo soy bueno o malo. Pienso que soy bueno, siendo que todos ustedes saben que soy bastante malo. O, pienso que soy malo, mientras todos ustedes piensan que soy bueno. Este es un tipo de sentimiento que existe siempre.
Podemos seguir pensando que uno es diferente de lo que es. Mas este tipo de juzgar a otros debiera desaparecer. Ojalá no juzgue a nadie, porque ¿qué es lo que sabe uno acerca de cualquier otro? La gente dice, “Ese es un mal tipo”. ¿Cómo lo saben? A menos que sean malos ustedes, no podrían identificar nada malo fuera de ustedes. Lo malo afuera se puede identificar únicamente debido a lo que hay adentro.
Supongamos que bebo esto. Digo, “Esto es agua”. ¿Cómo conozco el sabor del agua? Debo haber probado el agua antes. Y, por ello, puedo identificar esto como agua. “No señor, esto es licor.” ¿Cómo lo sabe? ¡Lo bebe cada noche, por eso lo pudo identificar! (Risas) Si no supiera lo que es el licor, ¿cómo sabría que es licor?
Si no conoce el laddu, un confite, si no lo ha visto antes, ¿cómo puede decir que es laddu? Si lo conoce, deben haberlo probado antes, o pueden haber oido el nombre. Por eso, mis amigos, no juzguemos a nadie. Todo lo malo que haya en otros no es más que un reflejo de nuestro ser interno.
JUZGAR A OTROS ES MUY POCO CARITATIVO
De modo que uno no debiera ser enjuiciador. Esto no responde más que a una actitud mental. Después de todo, es muy poco lo que saben acerca de otros, ¡mas igualmente les juzgan! Puede que hayan visto a una persona de manera distinta en algún momento, de modo que le dan “un certificado de conducta” – la enjuician. Es poco caritativo el juzgar a otros. Es ridículo juzgar a otros. Condenamos a otros con la idea de que somos superiores a ellos. Juzga sólo el que tiene un complejo de superioridad. En tanto que un hombre verdaderamente superior nunca juzgará.
El Señor Buda nunca juzgaba; el Cristo nunca juzgaba. Baba nunca juzga; es por eso que estamos aquí. Si anduviera juzgando a las gentes según los buenos y los malos, ¡todo Prasanthi Nilayam se habría vaciado hace tiempo! (Risas) Él no lo hace. De modo que no juzguemos, porque, en el centro de la vida, somos los seres posiblemente más bendecidos jamás.
Hay gentes que dicen, “Soy un tipo malo”. Pueden continuar siendo malos, pero no me lo hagan saber; no se condenen a sí mismos. La auto-condena es el peor pecado posible. Nadie es totalmente malo y nadie es totalmente bueno. ¡Eso es imposible! Si alguien dijera que es totalmente bueno, habríamos de averiguar con él qué es lo que entiende por bondad, ¡o tal vez debiéramos redefinir la bondad misma! De modo que no hay nada como eso.
Veamos el caso de una sombra, si alguien dijera, “Señor, si camino, no habrá sombra”, ¡ a lo mejor no existe!
“Señor, hay un lugar en que no hay nunca noche.” “¡Ah! Ya veo. Algo anda mal con usted.” Algo como lo de Dhritharashtra quien era ciego. Dia y noche, luz y oscuridad, el objeto y su sombra, bueno y malo, todos van juntos. Eso constituye una vida total.
LA ACEPTACIÓN ES REALIDAD
El total de la vida es una combinación de lo positivo y lo negativo. La aceptación es realidad. La aceptación es confesión. Por eso, mis amigos, para ser uno con el Sí Mismo, aceptemos la realidad que la vida es una combinación de ambos.
Sé que algunos de ustedes pueden estar planeando el seguir a Bhagavan a dondequiera que Él vaya. Bueno, son afortunados quienes puedan realizar sus sueños y hacer realidad sus planes. Hay quienes Le pueden sentir mentalmente. Eso es lo que se denomina meditación. La proximidad física debiera conducir a la meditación contemplativa. La mera proximidad física, si se limitara a la presencia física... bueno, no sería espiritual.
A veces viene alguien y me dice, “Sr. Anil Kumar, usted es tan cercano a Swami, tiene usted tanta suerte.” No sé que decirles o que responder. De modo que simplemente sonrío y callo.
Mas, si la otra persona es muy cercana a mí, si estoy interesado en ella, diré, “Hay muchas, muchas personas que son cercanas a Él.” Está la gente de seguridad que está muy cerca Suyo; esto no significa que son ángeles. Hay dos cocineros adentro; esto no significa que son ángeles del cielo. De modo que no es físico. El ‘chauffeur’ siempre está allí; Swami se sienta a su lado. ¿Debiera entonces caer a los pies del ‘chauffeur’ ahora? “Por favor, permíteme dejar de mirar a Swami. Permíteme mirar en cambio al ‘chauffeur’ porque el Le es tan cercano a Swami.”
Todo esto son necedades, mis amigos. Todo es ridículo. No es que esté negando ese privilegio, o que esté criticando la proximidad cercana. No estoy en contra de esa proximidad. ¡No! Mas quiero que todos nosotros nos elevemos por sobre esa cercanía física; quiero que todos nosotros nos elevemos por encima de esa proximidad física. La proximidad física nos da alegría, en tanto que la cercanía interna nos otorga dicha. La proximidad física nos da una alegría y regocijo temporales; mas eso es pasajero. La ventura íntima es constante y permanente.
¡Ojalá Bhagavan nos conceda esa ventura permanente, la que está dentro de nosotros, para siempre!
Gracias por estar con nosotros esta mañana. Muchas gracias.
Anil Kumar terminó su satsang cantando “Sai Narayana Narayana”.
OM... OM... OM...
Asato Maa Sad Gamaya
Tamaso Maa Jyotir Gamaya
Mrtoyormaa Amrtam Gamaya
Om Loka Samastha Sukhino Bhavantu
Loka Samastha Sukhino Bhavantu
Loka Samasta Sukhino Bhavantu
Shanti Om Shanti Shanti