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FLORA (*1979, +1996)
Un día, alguien te abandonó a la puerta del pequeño estanco (comercio de tabaco, sellos de correos, chicles y algunas otras chucherías) que regentaba mi papá, tras haber cerrado, en 1994, su querido "Bar Penalty", porque derribaron el edificio en que estaba...
Eras muy pequeña (unos 3 meses), pero sobre todo, estabas muy débil y flaquita. Mi papá compró leche y un platito, y nos avisó. Eras una tricolorcita muy guapa; te llevábamos jamón cocido y pescadito hervido (ni pensar en piensos por entonces).
Te quedaste en el estanco, y pronto le tomaste cariño a mi papá, además de dar muestras de ser muy inteligente. Te pusimos en la trastienda una cajita con serrín, y allí hacías "tus cositas". Como por aquellos días la Cia. de Tabacos había sacado una nueva marca de cigarrillos, llamada "Florida", mi papá te bautizó así... aunque luego acabamos llamándote Flora.
Ya estabas reponiéndote; crecías rápido y se te veía sanita. Un día, un cliente le dijo a mi papá: "Esta gatita es mía, es hija de la gata que ha habido siempre en mi almacén (una cuadra más abajo); se le escapó a la madre y ésta la ha estado buscando".
Así que mi papá le dijo que se te llevara... ¡Qué rabia, ahora que te estabas poniendo tan gordita!. Mi papá quedó muy triste; te echaba ya en falta.
Pero a los pocos días, una mañana cuando mi papá iba a abrir el estanco... ¡la pequeña Florida estaba allí, esperándolo a la puerta! ¡Qué alegría más grande!. Pero... otra vez estabas flaquita y desnutrida...
Entonces, mi papá lo tuvo claro: Ya podía aquel hombre volver 20 veces reclamándote, que él ya no te iba a entregar de nuevo. Eras la nueva dependienta del estanco, la "relaciones públicas".
Y así estuviste tres años. Te convertiste en una bella damita... Durante el día no te separabas de mi papá, te gustaba sentarte sobre el mostrador, o a sus pies. Pero por la noche querías salir, así que cuando cerraba, mi papá te dejaba en la calle, y por la mañana, allí estabas sentadita a la puerta; si no te veía, silbaba y venías volando.
Un sábado, a media mañana, saliste un momento a la calle; algo te llamó la atención. Al volver, te cruzaste con un hombre que llevaba un bote de barniz en la mano, destapado. El hombre tropezó contigo, y el barniz se volcó encima de tí. Entraste despavorida al estanco, con la cabecita y medio cuerpo cubierto por aquella sustancia pringosa.
Mi mamá y yo estábamos trabajando, ella en la oficina de Aguas, y yo en el Banco. Serían más de las 12, cuando mi papá me llamó: "Florida se muere...". Me contó lo que había pasado... hacía más de 2 horas ya. El barniz se había secado y solidificado; te estabas asfixiando...
Yo no me podía creer que hubiera dejado pasar tanto tiempo. Me dijo que "no quería asustarnos". ¡Pero ahora era peor, podría ser demasiado tarde! .
Llamé enseguida a casa de Don Carlos, el veterinario. Sabía que él ya no nos podía atender... hacía un mes había sufrido una trombosis que le había dejado incapacitado. Le conté a su esposa lo ocurrido; ella habló con él, y nos recomendó una clínica en un barrio de Alicante, pero que llamáramos antes porque era sábado.
Avisé a mi mamá; pedí permiso en el Banco diciendo que "me habían llamado de casa, que mi mamá se había puesto enferma"; tomé un taxi, os recogí a mi papá y a tí; fuimos a recoger a mi mamá -su oficina estaba cerca de la clínica, y la veterinaria ya nos estaba esperando.
Era impresionante, horrible tu aspecto... Tu cabecita era todo un bloque; tus ojos, naricita y parte de la boca, cubiertos por aquella masa, ya endurecida, que te bajaba por el lomo hasta medio cuerpo.
Te metieron en una bañera, tras darte un contra-veneno por vía oral, y otro inyectado. Te rociaron con aguarrás, para ablandar el barniz, y luego, con unas pinzas, te fueron arrancando aquello a trozos, llevándose detrás el pelo.
No tenías fuerzas ni para quejarte. La Dra. nos dijo que probablemente te quedarías ciega... si es que te salvabas. No recuerdo el tratamiento; sólo recuerdo que debíamos lavarte los ojitos 2 veces al día con infusión de manzanilla (camomila), y llevarte a revisión a los 8 días... si sobrevivías.
Necesitabas atención continua. No podías seguir en el estanco así... ni tampoco te podíamos llevar a casa, pues mis padres y yo trabajábamos, y además teníamos ya a Rubi y a Linda.
Una vez más, fueron mis tías las que aceptaron quedarse contigo, pero ahora estábamos cerca; nos habíamos mudado a la ciudad y vivíamos en dos pisos contiguos.
Cuando te vieron llegar, con la cabeza y medio cuerpo pelados completamente, como un Sphynx, y los ojitos enrojecidos y cerrados... ¡Qué impresión, Dios mío!.
Pero, milagrosamente, tus ojitos se abrieron a los pocos días, y... ¡veías!.
Te llevamos a revisión a los 8 días. La Dra. se sorprendió al ver tu rápida mejoría, y tras estudiarte detenidamente, nos dijo que... ¡¡¡IBAS A SER MAMÁ!!!.
Te recuperaste rápidamente, te fué creciendo el pelo, y ¡diste a luz 5 preciosidades, dos blanquinegras, un negrito, un rubito y una tricolorcita!. Todos hermosos y sanitos, ¡increíble, con todo lo que padeciste!.
Toda la familia gozamos de lo lindo con tus bebés, tan guapos y juguetones. Pero en un piso no podía haber tanto gato, aparte de que mis tías ya eran ancianas -82 y 73 años, respectivamente). Así que los dimos a todos en adopción.
Y allí quedaste con mis tías... Fuiste una gata de gran personalidad, o más bien "gatonalidad", de carácter más bien Enzuno, pero no por ello menos querida.
En 1998 falleció mi tía abuela, la mayor, y te quedaste solita con tu "Mamá Carmen".
Había días en que dabas "besitos" -¡de verdad!- y otros, en que... mejor no acercarse a tí. Pasabas las épocas de celo cantando como una María Callas... De vez en cuando se te ponía alguna inyección para el celo, pero no con frecuencia.
En Noviembre de 1994, en sólo 3 días, mi tía Carmen se puso mal y falleció. Te quedaste solita en el piso. Yo vivía al lado, con mis padres y con Linda. Mi mamá ya estaba enferma, impedida, desde 1992, así que yo entraba en tu casa de vez en cuando para atenderte, y también lo hacían las señoras que se turnaban para atender a mi mamá.
Hacia mediados de 1995, noté muchos bultos en tu pancita...
Te llevé al veterinario -al que llevaba a Linda, pues la dra. que te atendió aquella vez había cerrado su clínica.
Me dijo que era cáncer, y que eras demasiado viejita para operarte; no se podía hacer nada. De momento, no parecías tener dolores.
Pero al cabo de unos meses, te salió otro bulto en la cara, que creció muy aprisa; el veterinario lo abrió, lo limpió y me dijo cómo curarte. Y así lo estuve haciendo... hasta que la carita se te abrió; se te veían los dientes por un lado, y ya te quejabas muy amargamente cuando yo te curaba. Y no podías apenas comer...
A finales de Enero de 1996, te llevé al veterinario, para que te ayudara a Cruzar el Puente y a reunirte con tu Mamá Carmen...
-Mari Jose
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EMOTIVA TAMBIEN LA HISTORIA DE FLORA..UN EJEMPLO DE LUCHA Y TESON..POBRECITA QUE MALA SUERTE ESE EPISODIO CON EL BARNIZ..ESE HOMBRE VENDRIA DISTRAIDO..POR SUERTE SE SALVO Y APARTE FUE MAMA Y TODO ♥♥ COSITAAA..Y LUEGO TUVO UNA VIDA LARGA Y FELIZ..Y QUE PENITA CUANDO QUEDO SOLITA..POR SUERTE TU Y LAS SRAS QUE CUIDABA A TU MAMA LA ATENDIAN..
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