Vivir el Dharma
por S.S. XVII Karmapa
Texto cedido por Samye
Dzong Barcelona 27-02-2009
La
hermana de Su Santidad Karmapa, Chyamsin-la, ofreció el mandala para
solicitar
la enseñanza y lo colocó en un altar lleno de banderas en miniatura de
cada país
del mundo.
A continuación, unos extractos de la charla de Su Santidad, que
aclaró muchas
ideas equivocadas sobre la práctica del Dharma, el apego y el amor;
asimismo,
reveló la gentileza, la calidez y el sentido del humor de su carismática
personalidad.
"El
Dharma no es simplemente un ritual, sino algo que transforma la mente.
Podemos
practicarlo en la vida cotidiana. Observad cómo actuáis y reaccionáis,
cómo os
relacionáis con los demás. Sed conscientes.
Cada vez tengo una vida más ajetreada y menos tiempo para
meditar. Mi práctica
consiste en la forma que tengo de pensar y en cómo procuro vivir la vida
con la
intención de ayudar a los seres. Examino mi vida para ver si es así o
no.
Cuando era joven, hice muchas plegarias, pero en la actualidad
conozco a muchas
personas y hago conexiones de afecto con ellas. Cuando estoy despierto o
dormido, están conmigo en mi mente, y así mi práctica es más viva y
real. Cuando
recitas plegarias, no tienes gente viva con quien conectar.
Lo principal es no abandonar a los seres. Si los retenemos en
el ojo de nuestra
mente, eso es una base importante; nos transformará y el apego al ego se
reducirá. Este tipo de amor es como una joya que otorga todos los
deseos.
La bodhichitta es, en cierto modo, como enamorarse; se disipan
todas las dudas,
nuestro corazón se llena de alegría y estamos completamente
concentrados;
nuestra práctica del Dharma se vuelve fácil y está claro el propósito de
la
vida. El Dharma llega muy fácil si comprendemos el propósito, el objeto y
el
punto de vista. Si se piensa demasiado, se convierte en una religión, un
sistema
con dioses y espíritus y desaparece la práctica real. No es necesario
que
entendamos mucha filosofía; lo principal radica en trabajar por el bien
de los
seres.
El Dharma se ha de fundir con tu mente y tu vida. La gente
piensa que tiene que
estudiar y llevar eso a su vida, cuando más bien se trata de aplicar el
Dharma
para llenar los huecos de nuestra vida. Si lo haces, el Dharma y la vida
se
vuelven uno y esa es la diferencia entre llevar el Dharma a tu vida y
vivirlo.
Todos los maestros no tienen por qué ser seres vivos; cualquier
cosa que
aparezca puede ser un lama. Un incidente negativo también puede ser tu
maestro.
Cuando examinas tu vida en profundidad, puedes ver muchas instrucciones
vivas;
no tienes que oírlas en palabras: las puedes ver también.
Por lo general, la práctica del Dharma se puede hacer en
cualquier lugar,
incluso en prisiones o cuando se duerme, si se sabe cómo hacerlo.
Por la mañana hemos de hacer una práctica: tomamos refugio,
relajamos la mente y
formulamos una fuerte aspiración para ese día. Si no puedo hacer algo
bueno, al
menos no debo hacer nada que dañe; entonces el día que vives se vuelve
favorable.
Tenemos que dar a la mente un respiro, llevarle paz y alegría.
Cada día
deberíamos darnos tiempo para que la mente se relaje. Descansa la mente
durante
diez minutos cada tres horas. Nuestra mente se distrae y necesita un
lugar al
que volver a casa. Relájala ahora. Nos hace falta sentir que hemos
conseguido
algo y que ahora nos podemos relajar.
Lo más importante es dar descanso y relajo a la mente; aunque
tenga el cuerpo y
el habla ocupados, mi mente está al mando. Aunque estemos ajetreados,
debemos
ser conscientes para no sentirnos abrumados. Es como mirar desde arriba,
ver la
situación y hacerse cargo de ella.
Cuando tengo tiempo, hago una práctica y la hago al completo;
no dejo que nada
más entre en mi mente. Formulo una clara aspiración de que haré eso y
nada más;
entonces podemos relajarnos y encontrar paz.
El apego constituye
un obstáculo muy notable a la hora de encontrar paz mental. La cólera va
y
viene, pero el apego está ahí todo el tiempo. Es importante averiguar
cómo
surgen el apego y la fijación. Si estamos apegados, sólo vemos el lado
positivo
frente al negativo. No se puede separar lo bueno que vemos y nuestra
mente. Se
vuelve uno y la mente no es libre. Lo importante del apego es que
pierdes tu
libertad, te domina.
Cuando era joven me llevaron a la China, a las tiendas; había
tantas cosas
bonitas e interesantes. Me di cuenta de que si cedes al deseo, te puede
conducir
a robar y que lo deseable y lo indeseable tiene que ver con la mente. Es
una
identidad colectiva que crea la sociedad. Cuando nos apegamos, perdemos
nuestra
libertad.
El objeto de nuestro apego no es exactamente tal como es, lo
sobrevaloramos y lo
vemos deseable al cien por cien.
La diferencia entre el amor y el apego radica en que con apego
no me puedo
controlar, pero cuando tenemos compasión por los seres, es distinto.
Existe una
razón auténtica para no abandonarlos, existe libre elección. Escoges
amarlos y
no dejarlos. El apego es cerrado y tirante. Con la compasión y el amor
hay un
sentimiento abierto, libre y afectuoso. La compasión no es un trabajo,
sino que
se basa en la clara comprensión.
Las relaciones deben aportar felicidad, no sufrimiento. Si
tienes una relación
de amor, incluso regar el jardín tiene la cualidad del amor.
El apego es pegajoso; tiene el aspecto de que esto es
completamente mío. Por
ejemplo, cuando una pareja está enamorada y el marido habla a una mujer
más
hermosa, la esposa siente celos - eso es apego. Me pertenece. El amor
consiste
en dar libertad, desear alegría y felicidad para los demás. Intentas
respaldar
lo que el otro desea; no se trata de que, "este es mi marido y él debe
hacer o
decir las cosas a mi manera". Eso es control, no hay libertad. Si ésa es
la
actitud, es difícil tener juntos una vida feliz. El amor es libertad,
generosidad, apertura. El amor y el apego se tienen que entender
correctamente.
La cólera:
una cosa que me ha
ayudado mucho es no concentrarme en un incidente personal, porque
entonces la
cólera se vuelve muy fuerte y tenemos que hacer algo con ella. Desvía la
mente,
cambia el centro de interés hacia otras cosas. Me ha sido muy útil.
La tierra es la base de todas las cosas animadas e inanimadas;
no tiene
preferencia, es igual para todo. Por eso el Buda puso la tierra por
testigo.
Todo lo positivo que hizo estaba en la tierra, por eso ésta fue testigo.
Lo más maravilloso de la originación dependiente es que todo es
posible.
Texto
y fotos extraídos de monlam.wordpress.com,
traducido del inglés por Elisa Mª Caño