LA ENERGIA DEL APOYO, DE LA AMISTAD Y LA DIGNIDAD: el tercer chakra


El tercer chakra es el centro de la autoestima y del poder personal, del honor y de la ética. Su energía nos infude el sentido del "qué soy". Este es el "centro vital", la base del poder personal, los límites pisicológicos sanos y la autosuficiencia. Aquí es donde reside la capacidad de tomar decisiones sobre uno mismo, afrontar las crisis y asumir riesgos.

En muchos sentidos, este chakra es el que más influye sobre la capacidad de crear una vida feliz y satisfactoria. Una persona que cree en sí misma siente que el mundo es un lugar acogedor; o por lo menos que no es un lugar amenazante o aterrador. No se amedrenta ante los desafíos que le plantea la vida y tiene una seguridad interna que no se puede comprar con dinero. Una persona sin autoestima no podría llenar ese vacío ni con todo el dinero del mundo. Nunca se sentirá feliz, segura o libre de temores. Por descontado, es posible sobrevivir en este mundo sin autoestima, pero, sin este ingrediente fundamental, es imposible tener una sensación interior de libertad y seguridad.



El tercer chakra es el centro del ego, la zona que posee el poder de la intuición para la superviviencia. Nos nutrimos más de la energía de este chakra que de la de los otros seis. En este campo energético, las percepciones cambian hacia el sentido personal e individual de la propia identidad.

Como dijo Buda: "De la misma manera que con un montón de flores se puede fabricar muchas guirnaldas, aquel que nace como ser humano debe hacer muchas buenas obras".

Muchos de los grandes maestros espirituales instan a la gente a dar sin esperar nada a cambio, a hacer el bien sólo por amor al bien. Mucho antes de que lleguemos al punto de ser capaces de realizar actos de poder superiores e invisibles, necesitamos hacer actos visibles. Tenemos que disfrutar ayudando a otros a sanar o preparando sorpresas maravillosas para los demás. Esto es lo que nos permitirá descubrir el encanto de dar, así como el regalo de recibir.



Este chakra también contiene el poder del aguante, la capacidad de soportar y aceptar lo que nos depare el universo en el curso de nuestras vidas y de ayudar a los demás a soportar lo que no pueden cambiar. Asi pues la palabra clave del tercer chakra es "yo" una pequeña palabra en torno a la cual construimos todo nuestro mundo.



La energía del yo se puede utilizar de muchas formas, desde el egoísmo hasta la autoiniciación y el autofortalecimiento. El yo engloba tanto nuestro ser externo y público, como el yo interior de nuestra alma. Nuestra tarea espiritual a la hora de aprender a administrar esta energía tan compleja consiste en evolucionar de la mera autoconciencia a la plena conciencia del yo, a fin de equilibrar nuestro ego y nuestro espíritu.

El tercer chakra es el centro del instinto visceral, que también se denomina intuición para la supervivencia. Aquí podemos sentir físicamente la guía intuitiva personal. A menudo colocamos la mano sobre el plexo solar cuando decimos cosas como: "El instinto me dijo que tenía que salir corriendo" o "supe inmediatamente que podía confiar en aquella persona porque me sentí seguro"; aprendemos a escuchar a nuestro yo interior por encima de las fuertes influencias externas, que incluyen la familia, los amigos y la gente de nuestro entorno laboral y social.



El nacimiento del yo es una lucha arquetípica que nos aguarda a todos. Debemos emprender solos nuestro viaje heroico a fin de descubrir nuestros propios recursos espirituales. Pero a veces necesitamos inspiración y apoyo, sobre todo al principio de nuestro viaje.

"Pasare por este mundo solamente una vez; por tanto, todo el bien que pueda hacer y todo el cariño que pueda demostrar a otro ser humano, quisiera hacerlo ahora; no me dejéis postergarlo al olvido, pues no recorreré otra vez este camino."



En el alma de cada acto de bondad reside la semilla de la transformación. La fe, la paciencia, la resistencia y el respeto son las energías centrales que nos ayudan a discernir qué debemos hacer. Todo el mundo, en algún punto de su vida, se ha cuestionado su capacidad para catalizar cambios profundos que puedan activar el poder alquímico de la transformación. Examinar el tercer chakra implica examinar el yo y la valentía que determina las elecciones que hacemos. Oculto tras cada acto de bondad que alguien hace por nosotros está el principio de una nueva vida. Cada buena acción, obra o palabra es un catalizar de una reacción alquímica en cadena; el hecho de poner la atención en las acciones que realizamos cada día contienen la verdadera energía de la gracia, el verdadero significado de los actos de poder invisible.

Carolyne Myss



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