El objetivo de la vida en la tierra es lograr la unión con nuestra naturaleza fundamental iluminada. Y solo hay una manera de hacerlo, que consiste en emprender el viaje espiritual con todo el fervor y la inteligencia, la valentía y la determinación posibles de transformarnos.
La raza humana debe emprender la senda de la sabiduría si queremos salvar al mundo de los peligros internos y externos que lo amenazan. En estos tiempos de violencia y desintegración, la visión espiritual no es un lujo elitista, sino algo esencial para nuestra supervivencia.
No obstante, en esta situación trágica hay también una significativa fuente de esperanza, y es que las enseñanzas espirituales de las grandes tradiciones místicas aun se hallan a nuestro alcance. Pero, por desgracia, hay muy pocos maestros que las encarnen, y una casi completa ausencia de discernimiento en quienes buscan la verdad. Occidente se ha convertido en un paraíso para los embaucadores espirituales.
Reconocer quien es y quien no es un verdadero maestro constituye un asunto sutil y delicado, y en una era como la nuestra, adicta al entretenimiento, a las respuestas fáciles y a las soluciones rápidas, los atributos mas sobrios y menos espectaculares de la maestría espiritual muy bien pueden pasar inadvertidos. Nuestras ideas acerca de la santidad, de que es algo pío, insípido y manso, pueden volvernos ciegos a las manifestaciones dinámicas y a veces exuberantemente juguetonas de la mente iluminada.
Los verdaderos maestros son amables, compasivos, incansables en su deseo de compartir la sabiduría que pueden haber adquirido de sus maestros, nunca maltratan ni manipulan a sus alumnos en ninguna circunstancia, no sirven a sus propios fines sino a la grandeza de las enseñanzas, y permanecen siempre humildes. La autentica confianza puede y debería desarrollarse solo hacia alguien de quien, con el tiempo, se llega a saber que encarna todas estas cualidades. Entonces descubriremos que esta confianza llega a ser la base de su vida, siempre presente para sostenerlo en todas las dificultades de la vida y la muerte.
Al principio es mas importante encontrar y seguir la verdad de la enseñanza que encontrar al maestro, puesto que estableciendo una conexión con la verdad de la enseñanza es como descubrirá usted su conexión viva con un maestro.
Emprender el viaje espiritual es una cosa, y otra muy distinta encontrar la paciencia y la constancia, la sabiduría, el coraje y la humildad que hacen falta para seguirlo hasta el fin. Puede que se tenga el karma para encontrar un maestro, pero entonces tiene que crear el karma para seguir a su maestro. Muy pocos de nosotros saben seguir verdaderamente a un maestro, lo cual es un arte en si mismo. Por lo tanto, no importa lo grande que sea la enseñanza o el maestro, lo esencial es que encuentre en usted mismo la intuición y la habilidad de aprender a amar y seguir al maestro y la enseñanza. |