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De: Porque77 (Mensaje original) |
Enviado: 05/09/2013 11:23 |
La Ley
que Jesucristo no vino a abolir es la Ley del Evangelio
Algunas
religiones imponen la creencia de que Jesucristo no vino a abolir las leyes de
muerte y de esclavitud del viejo testamento, pero esta enseñanza es totalmente
contraria a las enseñanzas del Evangelio, pues el Evangelio nos enseña que
Jesucristo abolió muchos mandamientos del viejo testamento. Y es que Moisés
recibió la Ley, pero después de Moisés los escribas judíos la cambiaron, como nos dice el profeta Jeremías:
"...
mi pueblo no conoce el juicio de Yavé. ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y
la ley de Yavé está con nosotros? Ciertamente
la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas"
(Jeremías 8:7-9).
Dios
había dado la Ley a Moisés en Diez Palabras o Diez Mandamientos, pero en
tiempos de Jesucristo las leyes del viejo testamento ya tenían más de 600
preceptos, muchos de ellos preceptos y tradiciones de hombres. Por eso,
Jesucristo abolió muchos preceptos del viejo testamento y restableció la
verdadera Ley de Dios. Pero muchos poderosos codiciosos de las naciones no
recibieron los mandamientos del Evangelio y siguieron aplicando las leyes del
viejo testamento.
Desde
el siglo IV (emperador Constantino y sus sucesores), la religión dominada por
el imperio interpretó mal el Evangelio para volver a imponer las leyes de
muerte y de esclavitud del viejo testamento que Jesucristo había abolido. Y esta
interpretación que ha confundido a muchos es la interpretación errónea que hacen
algunas religiones de las
siguientes palabras del Evangelio:
"No
penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas..." (Mateo 5:17-20).
En
estas palabras se basan muchos para decirnos que Jesucristo no vino a abolir
ningún mandamiento del viejo testamento, pero eso es un error porque estas palabras del Evangelio no
hacen referencia a la ley del viejo testamento, pues Jesucristo sí que
abolió muchos mandamientos del viejo testamento, como podemos ver en Mateo 5:21-48 y otras partes del
Evangelio.
Las palabras de Jesucristo en este famoso versículo (Mateo 5:17), que nos dice
que Él no había venido a abolir la Ley y los profetas, hacen
referencia a la verdadera Ley de Dios, que es la que el mismo Jesucristo nos enseña en el
Evangelio. Jesucristo nos da a conocer que la Ley y los profetas que
Él no había venido a abolir es
la siguiente:
"todas las cosas que queráis que los hombres hagan con
vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas". (Mateo 7:12).
Por
tanto, ésta es la Ley que Dios dio a Israel porque Jesucristo mismo dice que
"ésta es la ley y los profetas".
Ésta es la Ley que sigue vigente, que Jesucristo no vino a abolir ("No
penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas").
Y de esta Ley es de la que no ha pasado
"ni una jota ni una tilde":
de la Ley que Jesucristo nos enseña en el Evangelio y que es la verdadera Ley
que Dios había dado a Moisés.
Aclarado
este punto, veamos lo que nos sigue diciendo el Evangelio en cuanto a los
mandamientos de la Ley:
Jesucristo
también nos enseña los mandamientos de la Ley, que son "mandamientos muy pequeños",
unos pocos mandamientos, que son los que
Jesucristo también nos enseña en el Evangelio. El Evangelio así nos
dice:
"Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener
la vida eterna? El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino
uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo:
¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás.
No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás
a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he
guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús
le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los
pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el
joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones" (Mateo
19:16-22)
La
figura de este hombre que tenía muchos bienes y que no quiso seguir los
mandamientos de Jesucristo, es la figura de los dictadores poderosos de las
naciones que hicieron religiones a su gusto para que justificaran la opulencia y
el dominio de los dictadores poderosos. El Evangelio también nos dice:
"Entonces los fariseos, oyendo que
había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una. Y uno de ellos,
intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál es el
gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás
al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás
a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos pende toda
la ley y los profetas". (Mateo 22:34-40)
¿Cómo
voy a amar a mi prójimo como a mí mismo si no reparto con él todo lo que
tengo para que él viva como yo vivo?... Las religiones que justifican a
los poderosos dictadores en su codicia de poder y riquezas, no cumplen con lo
que manda el Evangelio.
Lo que Dios quiere es la
misericordia:
"... si supieseis qué significa: Misericordia
quiero, y no sacrificio,
no condenaríais a los inocentes" (Mateo
12:7)
Jesús mandó perdonar
setenta veces siete:
"Entonces
se le acercó Pedro y le dijo: Señor,
¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?
Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete".
(Mateo18:21-22)
La misericordia y el
perdón es la enseñanza de la verdadera Ley de Dios.
Muchas
religiones dominadas por los poderosos dictadores nunca aceptaron estos
mandamientos de Jesucristo, pues con sus filosofías e interpretaciones lo
cambiaron todo, y así es como se volvieron a la leyes del viejo testamento de
penas de muerte y de esclavitud para imponerlas como si todas fueran
mandamientos de Dios.
Estas
enseñanzas del Evangelio que nos devuelven la verdadera Ley y los verdaderos
mandamientos de Dios, nos descubren que los mandamientos de muerte y de esclavitud
del viejo testamento (preceptos que justificaban que unos hombres tuvieran a
otros como esclavos y que mandaban que unos hombres hicieran daño y mataran a
otros hombres) no son la Ley que realmente había dado Dios a Moisés y al
pueblo desde antiguo.
Ningún
versículo aislado de las escrituras puede suplantar toda la enseñanza del
Evangelio, la cuál nos enseña la verdadera Ley y los verdaderos mandamientos
que Dios había dado a los hombres desde el principio.
Moisés
recibió la Ley, pero después de Moisés los escribas judíos la cambiaron en
mentira, como nos dice el profeta Jeremías:
"...
mi pueblo no conoce el juicio de Yavé. ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y
la ley de Yavé está con nosotros? Ciertamente
la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas"
(Jeremías 8:7-9).
Esto
había ocurrido con las escrituras antes de Jesucristo y el pueblo ya no
conocía la verdadera Ley de Dios, por eso el pueblo estaba en tinieblas. Y
cuando Jesucristo comenzó a predicar y restableció la verdadera Ley de Dios,
el pueblo que estaba en tinieblas vio una gran luz:
"El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz;
Y a los asentados en región de sombra de muerte,
Luz les resplandeció".
(Mateo 4:15-16)
Otra
interpretación equivocada de algunos religiosos
Muchos
nos quieren hacer ver que el Evangelio no es la Ley sino que viene a confirmar
las leyes del viejo testamento. Y por otra parte, también quieren hacer
ver que el Evangelio es solamente lo que dice la siguiente cita de
las cartas atribuidas a Pablo:
"Además
os declaro, hermanos, el evangelio que os he
predicado, el cual también recibisteis,
en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra
que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente
os he enseñado lo que asimismo recibí: Que
Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue
sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras..."
(1ª Corintios 15:1-4)
¿Es
ésta toda la enseñanza del Evangelio? ¿que Jesucristo murió por
nuestros pecados, que fue sepultado y que resucitó al tercer día?...
Cuando
una verdad tan amplia como es la enseñanza del Evangelio se la quiere reducir
toda a unas pocas palabras, esa verdad tan reducida puede llegar a ser
incomprensible para muchas personas sencillas. Esta enseñanza que reduce
tanto el significado de lo que realmente es el Evangelio, es una enseñanza muy
difundida por muchos religiosos, pero esta enseñanza no nos dice toda la
verdad. Y al no decirnos toda la verdad, muchos pueden ser confundidos por
diferentes religiones.
La verdad amplia y completa hay que buscarla en todo el contexto
del Evangelio, el cuál nos enseña que Jesucristo también dio su vida para
enseñarnos la verdadera Ley de Dios y los verdaderos mandamientos que Dios
había dado desde el principio y que su pueblo ya no conocía. Ley que el
pueblo ya no conocía porque había sido cambiada por la pluma mentirosa de los
escribas (Jeremías 8:7-8).
Pero muchos judíos, celosos de
las leyes del viejo testamento, no recibieron la Ley de Dios como Jesucristo la
enseñaba. Y esta gran discusión que mantuvo Jesucristo con los escribas
y fariseos por causa de la ley, muchas religiones del mundo la quieren hacer
olvidar. Por eso dicen que el Evangelio es que Jesucristo murió por
nuestros pecados, que fue sepultado y que resucitó al tercer día.
Esta
enseñanza reducida de lo que es el Evangelio puede confundir a muchos cristianos, y por eso es necesario
que todo cristiano conozca el Evangelio completo para saber qué es lo que nos
enseñó Jesucristo realmente. El mismo Pablo nos dice que no creamos en
"evangelios" diferentes al que nos predicó Jesucristo, pues así nos
dice:
"Estoy maravillado de
que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo,
para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que
hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de
Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del
cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea
anatema. Como antes hemos dicho, también
ahora lo repito: Si alguno os predica
diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema". (Gálatas 1,6-9).
Esto nos enseña que los puntos difíciles de las cartas atribuidas a Pablo hay
que examinarlos a la luz del Evangelio siempre recordando estas palabras del
propio Pablo: "hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de
Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del
cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea
anatema".
En
relación con estas palabras de Pablo, el apóstol Pedro también nos dice:
"Y tened entendido que
la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado
hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en
todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender,
las
cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. Así
que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de
vuestra firmeza. Antes bien, creced en la
gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo". (2ª Pedro
3:15-18)
La
Gracia y el conocimiento de Nuestro Señor Jesucristo es toda la enseñanza del
Evangelio, enseñanza que deja abolidos muchos mandamientos del viejo testamento
porque no eran verdadera Ley de Dios y nos revela la Ley y los mandamientos que
realmente había dado Dios a Moisés y a su pueblo.
En la
siguiente respuesta escribiré varios mandamientos del viejo testamento abolidos
por Jesucristo.
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María_Laura
Claro, Jesús anuló muchos mandatos del Antiguo Testamento porque no eran más que mandatos de hombres, no fueron en verdad dados por Dios ----------------------
Exacto...y sin embargo esos mandatos falsos siguen siendo justificados por el mundo....porque están cómodos en ellos...apartando LOS VERDADEROS MANDATOS DADOS POR DIOS(JESUCRISTO)..PUES TENDRÁN QUE DAR CUENTA DE SU ERROR MUY PRONTO YA.
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...
Hola Esperanza y Laura, así nos dice el Señor:
"todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas". (Mateo 7:12)
"Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios" (Mateo 19:16-24) A los hombres codiciosos que se hacen dueños de muchas posesiones les cuesta muchísimo entregar sus bienes a los pobres. Ellos no quieren el camino de la misericordia y prefieren imponer sacrificios y esclavitud a los pobres. Por eso, Jesucristo también les dijo: "... si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes" (Mateo 12:7 ) "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo". (Mateo 22:34-40) El Señor no mandó que se mate a las personas que cometen faltas, sino que se les perdone, pues el Evangelio así nos dice: "Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete". (Mateo18:21-22) "Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas". (Mateo 6:14)
Jesucristo predicó y mandó predicar sólo el Evangelio y las religiones que imponen sus biblias judaizantes con sus leyes de penas de muerte y de esclavitud han confundido al mundo...
Jesucristo no nos predicó el viejo testamento ni nos mandó predicar el viejo testamento. Jesucristo predicó el Evangelio y mandó que se predicara el Evangelio: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado". (Marcos 16,15-16). "Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo". (Mateo 4,23). "Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; y bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí". (Mateo 11,
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PENA DE MUERTE. ¿MANDÓ JESUCRISTO LAS PENAS DE MUERTE?... Cuando Dios entregó la Ley a su pueblo en tiempos de Moisés, les había dicho: "NO MATARÁS" (Éxodo 20:13). Luego, los judíos se olvidaron de este mandamiento de Dios tan importante y en el viejo testamento escribieron que Dios les había mandado aplicar penas de muerte. Antes de Jesucristo, el pueblo vivía en tinieblas, pues las penas de muerte y los castigos terribles eran un infierno para los pobres y humildes. Los dictadores del pueblo ataban cargas tan pesadas sobre los hombros de los pobres, que nadie podía soportarlas. Los profetas descubrieron que los poderosos y escribas habían cambiado la Ley y así dejaron escrito: "...mi pueblo no conoce el juicio de Yavé. ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Yavé está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas" (Jeremías 8:7-9). "Ay de los que dan leyes inicuas y de los escribas que escriben prescripciones tiránicas para apartar del tribunal a los pobres y conculcar el derecho de los desvalidos de mi pueblo, para despojar a las viudas y robar a los huérfanos" (Isaías 10,1-2) "Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, cambiaron los mandamientos, quebrantaron el pacto sempiterno" (Isaías 24:5-6). Y Jesucristo, recordando las palabras del profeta Isaías, también les dijo a los escribas y fariseos que estaban enseñando mandamientos de hombres: "Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres". (Mateo 15,7-9
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Asi es Esperanza...
Jesucristo que es Dios no había mandado al pueblo judío penas de muerte, ni guerras, ni genocidios donde se mataban a hombres mujeres y niños, ni esclavitud, ni sacrificios... Fueron los escribas judíos los que escribieron aquellas leyes..., pero Dios no las había mandado: "Aun la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce el juicio de Yavé. ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Yavé está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas. Los sabios se avergonzaron, se espantaron y fueron consternados; he aquí que aborrecieron la palabra de Yavé; ¿y qué sabiduría tienen?" (Jeremías 8:7-9). Los escribas habían cambiado la ley de Dios, y ante todas esas barbaridades, ¿que hizo Dios?... Dios se hizo hombre, vino a sus hijos, y volvió a enseñarles los misericordiosos y verdaderos mandamientos de Dios, que son los que nos enseña Jesucristo en el Evangelio...
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Jesucristo es Dios..., y
Jesucristo vino a enseñarnos los verdaderos mandamientos de Dios que
dejaron anulados los mandamientos de los hombres escritos en el viejo
testamento, mandamientos judíos que mandaban penas de muerte, guerras,
genocidios donde se mataban a hombres, mujeres y niños, esclavitud y
muchos sacrificios...
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Las contradicciones que existen entre las leyes de muerte y esclavitud del viejo testamento y los misericordiosos mandamientos de Jesucristo, están bien patentes. E igualmente las contradicciones de las filosofías "paulinistas" impuestas por los emperadores de Roma y de otros imperios que son tan contrarias a los misericordiosos mandamientos de Jesucristo, también están bien patentes.
Por eso, Jesucristo no mandó predicar leyes del viejo testamento ni doctrinas contrarias al Evangelio y atribuidas a Pablo. Jesucristo mandó predicar por todos los pueblos solamente el Evangelio.
En las cartas de Pablo hay un Pablo escondido, ignorado, silenciado..., que muy pocos quieren recordar. Un Pablo que fue amigo y hermano de los apóstoles y junto a ellos dio la vida predicando el Evangelio de Jesucristo. Este mismo Pablo cristiano, sintiendo que sus cartas podían ser torcidas y mal interpretadas para predicar un "evangelio diferente", nos avisó que no siguiéramos "otro evangelios diferente" al de Jesucristo, ni aunque dijeran que el mismo Pablo lo había predicado. Pablo así nos dice:
"Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema". (Gálatas 1:6-9).
Y esto es lo que deben seguir los cristianos: solamente el Evangelio de Jesucristo, que fue lo que Jesucristo mandó que se predicara por todos los pueblos:
"Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado". (Marcos 16:15-16).
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Hay que tener cuidado con las escrituras que contienen mandamientos que son contrarios al Evangelio porque no contemplan la misericordia, pues el Evangelio, que enseña los mandamientos que en verdad fueron dados por Dios, en todo su contexto manda a los hombres que tengan misericordia con todos, entonces, todos los mandatos que no manden a los hombres que tengan misericordia con todos, no son de Dios.
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De izquierda a derecha: Galileo Galilei, Marie Curie, J. Robert Oppenheimer, Isaac Newton, Louis Pasteur, Stephen Hawking, Albert Einstein, Carl Sagan, Thomas Edison, Aristoteles, Neil deGrasse Tyson, Richard Dawkins y Charles Darwin.
El mas inteligente de ellos fue el que mas amó a Jesucristo y el Evangelio...
Yo admiro a los genios y este hombre que nos acaba de dejar lo fue, RIP a Stephen Hawking...
De nada le sirve a Stephen Hawking sus cuentos y pensamientos de hombre, si ahora no viene Jesucristo y le salva de estar muerto y enterrado... El mejor descubrimiento es predicar el Evangelio...
De: Unica-esperanza Enviado: 15/03/2018 14:59
La Ley que realmente fue dada a Moisés es la que nos enseñó Jesucristo en el Evangelio.
Jesucristo abolió muchos preceptos del viejo testamento judío, y entre ellos abolió las penas de muerte, las guerras, los genocidios donde se mataban a hombres mujeres y niños, tambien abolió la escalvitud y los sacrificios... Y los abolió porque no eran mandamientos de Dios, solo eran preceptos de hombres que Dios no había mandado...
Dios no da una Ley hoy y otra mañana, nos dicen los profetas que la verdadera Ley de Dios es UNA Y PARA SIEMPRE... Y esta Ley es la que nos enseña Jesucristo en el Evangelio, que es la verdadera Ley que había sido dada al mundo desde el tiempos de Moisés...
Los hombres codiciosos de poder y riquezas cambiaron la ley de vida de Dios por la Ley de muerte de los hombre, desde entonces, el mundo ha vivido un gran infierno...
Los hombres que desde antiguo dominaron en los pueblos del mundo, también han realizado un gran esfuerzo para hacer ver que ellos deben recibir diez, veinte o treinta veces el salario de cualquier obrero... y a las leyes que ellos imponen las llaman: LA LEY... Pero se olvidan y niegan la verdadera y única Ley, que es la ley de Jesucristo, y que les manda a los ricos que entreguen todos sus bienes entre los pobres si quieren entrar en la vida... Todos estos hombres codiciosos siempre han querido aparentar ser mas inteligentes que Jesucristo, los apóstoles y primeros cristianos, que lo tenían todo en común... Los hombres que dominan en las naciones "capitalistas" viven en la opulencia cobrando sueldos astronómicos (diez, veinte o treinta veces mas que los obreros), mientras los obreros, a veces están en el paro y no cobran nada... Los pobres están tan acostumbrados a estas desigualdades que a veces parece que hasta se acostumbran, y viven el sueño de hacerse ricos algún día... Pero los primeros cristianos eran ricos en misericordia y veían como un desastre la desigualdad... La vida de los primeros cristianos (todas las cosas en común) "Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos". (Hechos 2:42-47). "Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad. Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre, como tenía una heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles". (Hechos 4:32-37) Y esta vida de los primeros cristianos es lo que coincide con lo que manda Jesucristo cuando nos dice que amemos a nuestros prójimos como a nosotros mismos... ¿Como vamos a amar a nuestros prójimos como a nosotros mismos si les imponemos castigos terribles y penas de muerte?... ¿Como vamos a amar a nuestros prójimos como a nosotros mismos si no tenemos en común con ellos todo lo que tenemos?...
La verdadera Ley de Dios dada desde siempre y para siempre es la ley y los misericordiosos mandamientos del Evangelio...
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"Nunca se aparten de
ti la misericordia y la verdad;
Átalas a tu cuello, Escríbelas en la
tabla de tu corazón; Y
hallarás gracia y buena opinión
Ante
los ojos de Dios y de los hombres".
(Proverbios 3:3-4)
"... si supieseis qué
significa: Misericordia quiero, y no sacrificio,
no condenaríais a los inocentes" (Mateo 12:7
)
Como veis, lo que Dios quiere es la Misericordia.
LA MISERICORDIA ES CUMPLIR CON EL EVANGELIO.
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Es por eso que nuestro señor Jesucristo expresa en el versiculo Mateo 19:23 "OS ASEGURO QUE DIFICILMENTE UN RICO ENTRARA EN EL REINO DE LOS CIELOS"
Contundente observacion la que el señor Jesucristo expresa, esto deberia ser una alerta para todas las personas adineradas y con grandes posesiones analizar la expresion del señor JESUCRISTO, que efecto tienen las riquezas y las grandes posesiones en las personas, que les impide reconocer a otro Dios que no sea el dinero.
Los pertenecientes a muchas iglesias se han convertido en hombres codiciosos de bienes y riquezas, y nadie quiere repartir sus bienes con los pobres como manda el Evangelio..., pues Jesucristo en el ejemplo del joven rico manda que reparta sus bienes entre los pobres, y muchas congregaciones no quieren ni oir hablar de ese mandamiento de Jesucristo, y si hablan de él, es para interpretarlo mal. Te pongo la enseñanza del Evangelio:
"Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones" (Mateo 19:16-22)
Y Jesús también enseña la verdadera Ley de Dios, que así dice:
"todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas". (Mateo 7:12)
Ésta es la Ley y estos son los mandamientos que Jesucristo nos mandó guardar para entrar en la vida. Pero muchos hombres ricos no quisieron seguir estos mandamientos y abandonaron a Jesucristo, como hizo aquel joven rico. Luego hicieron religiones a su gusto para predicar "otros evangelios" diferentes que no les recordaran los mandamientos de Jesucristo que les mandaba respetar la vida de los humildes y entregar todos los bienes entre los pobres.
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De: Porque77 (Mensaje original)
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Enviado: 05/09/2013 12:23 |
La Ley que Jesucristo no vino a abolir es la Ley del Evangelio
Algunas religiones imponen la creencia de que Jesucristo no vino a abolir las leyes de muerte y de esclavitud del viejo testamento, pero esta enseñanza es totalmente contraria a las enseñanzas del Evangelio, pues el Evangelio nos enseña que Jesucristo abolió muchos mandamientos del viejo testamento.
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Así es. Todo lo que Jesús abolió del Antiguo Testamento no eran más que mandatos de hombres, pues Jesús no vino abolir la Ley que en verdad fue dada por Dios desde siempre y para siempre.
El hecho de que en las escrituras haya escritos mandatos que ordenaban a los hombres hacer daño y matar a las personas, demuestra que no toda la escritura es inspirada por Dios, pues Jesús nos enseñó los mandamientos que en verdad fueron dados por Dios desde siempre y para siempre, y Jesús mandó no matarás. |
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Dios quiere misericordia y lo que no es misericordioso solo son preceptos de hombres que Dios no mandó... ¡¡Jesucristo, nuestro Señor y nuestro Dios..., escúchame!!: ¡¡NI UNO SÓLO..., NI UNO SÓLO HA ESCUCHADO NUESTRA PREDICACIÓN!!... ¿Qué podemos hacer, Señor?... ¡¡Ni uno sólo, ni uno sólo ha escuchado nuestra predicación!!... ----------------------------------------------------------------------------------------
Así es Esperanza, Dios quiere misericordia y no sacrificios, y mucho menos sacrificios humanos (las penas de muerte)... |
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Para mí la verdadera Iglesia de Jesucristo son todos aquellos
cristianos y cristianas que han comprendido que la verdadera ley de Dios
es el Evangelio y viven y enseñan según el Evangelio.
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La Ley de Dios había sido cambiada, pues Dios había mandado:
"NO MATARÁS", perdonar a los hombres sus ofensas y amar a los enemigos, pero los escribas judíos se olvidaron de la misericordia de Dios y escribieron en el viejo testamento que Dios les había mandado que aplicaran penas de muerte, que hicieran guerras y cometieran genocidios con los pueblos. Ahora vamos a recordar las guerras y genocidios que los judíos imponían a los pueblos como si esos mandamientos de muerte los hubiera mandado Dios a Moisés. Veamos lo que nos dice el viejo testamento sobre las guerras que los judíos mantenían con los pueblos vecinos: "Entonces Moisés habló al pueblo, diciendo: Armaos algunos de vosotros para la guerra, y vayan contra Madián y hagan la venganza de Yavé en Madián......... y mataron a todo varón....... Y se enojó Moisés contra los capitanes del ejército, contra los jefes de millares y de centenas que volvían de la guerra, y les dijo Moisés: ¿Por qué habéis dejado con vida a todas las mujeres?......... Matad, pues, ahora a todos los varones de entre los niños; matad también a toda mujer que haya conocido varón carnalmente" (Versículos de Números 31) "Y nos salió Sehón al encuentro, él y todo su pueblo, para pelear en Jahaza........ y lo derrotamos a él y a sus hijos, y a todo su pueblo. Tomamos entonces todas sus ciudades, y destruimos todas las ciudades, hombres, mujeres y niños; no dejamos ninguno". (Deuteronomio 2:32-34) "Y tomamos entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomásemos......... Todas estas eran ciudades fortificadas con muros altos, con puertas y barras, sin contar otras muchas ciudades sin muro. Y las destruimos, como hicimos a Sehón rey de Hesbón, matando en toda ciudad a hombres, mujeres y niños". (Deuteronomio 3:4-6) Antes de nacer Jesucristo en Belén, el pueblo judío mantenía todas estas leyes de muerte escritas en el viejo testamento como si Dios las hubiera mandado. Pero Jesucristo, que es Dios, cuando nos predicó el Evangelio, abolió todas estas costumbres de hacer guerras y matar a hombres, mujeres y niños de los pueblos enemigos. Y así, los primeros cristianos no imponían penas de muerte ni hacían guerras para invadir a los pueblos, pues convencían a los pueblos sólo con la paz y el amor que nos enseña el Evangelio. Pero pasados los años y los siglos (en el siglo IV), los emperadores de Roma (emperador Constantino y sus sucesores), que no amaban los misericordiosos mandamientos que Jesucristo había enseñado en el Evangelio, que eran los verdaderos mandamientos de Dios, se volvieron de nuevo a las leyes judías del viejo testamento para justificarse en ellas y así volver a imponer penas de muerte, guerras y genocidios como si Dios los hubiera mandado. Y así, siguiendo estas costumbres del viejo testamento judío de aplicar penas de muerte, hacer guerras y cometer genocidios contra los pueblos enemigos, aquellos emperadores de Roma y después de ellos muchos caudillos poderosos de los pueblos llamados "cristianos", cometieron actos similares en muchas ocasiones, y durante siglos, después de Jesucristo, no han parado las guerras, las penas de muerte y genocidios en diversos pueblos llamados "cristianos".
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Dios quiere misericordia y lo que no es misericordioso solo son preceptos de hombres que Dios no mandó... ¡¡Jesucristo, nuestro Señor y nuestro Dios..., escúchame!!: ¡¡NI UNO SÓLO..., NI UNO SÓLO HA ESCUCHADO NUESTRA PREDICACIÓN!!... ¿Qué podemos hacer, Señor?... ¡¡Ni uno sólo, ni uno sólo ha escuchado nuestra predicación!!... ----------------------------------------------------------------------------------------
Así es Esperanza, Dios quiere misericordia y no sacrificios, y mucho menos sacrificios humanos (las penas de muerte)...
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Es cierto. Los hombres nunca debieron aplicar penas de muerte porque todos los hombres son pecadores y Jesucristo enseñó que el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Entonces ningún hombre tiene autoridad para quitar la vida a las personas, porque todos son pecadores.
EL dueño de la vida de las personas es Dios. Los hombres deben respetar la vida de todas las personas y obedecer el mandamiento de Dios que les mandano matarás.
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