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De: Porque77 (Mensaje original) |
Enviado: 03/03/2017 14:38 |
... ¿MANDÓ DIOS A LOS HOMBRES MATAR A HOMBRES, MUJERES Y NIÑOS DE LOS PUEBLOS VENCIDOS?... Jesucristo es Dios hecho Hombre. Y Jesucristo guiaba a Moisés y al pueblo cuando atravesaba las naciones paganas. Entonces, la pregunta también se podía formular de la siguiente manera: ¿Mandó Jesucristo matar a hombres, mujeres y niños de los pueblos vencidos?... Jesucristo es Dios. Y cuando predicó el Evangelio, restauró los verdaderos mandamientos que Dios había dado a los hombres desde el principio. Y estos mandamientos son todos misericordiosos y están en contra de las leyes del viejo testamento que mandaban penas de muerte guerras y genocidios. Jesucristo, con sus enseñanzas del Evangelio, abolió todos los mandamientos del viejo testamento que mandaban penas de muerte, guerras y genocidios, y los abolió porque esos mandamientos no eran misericordiosos y por lo tanto, no eran mandamientos dados por Dios, pues sólo eran preceptos de hombres. La Ley que Dios había dado al pueblo en tiempos de Moisés y que Jesucristo no había venido a abolir, es la Ley que Jesucristo nos vino a enseñar cuando predicó el Evangelio. Y de esta Ley del Evangelio así nos dice: "todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas". (Mateo 7:12) Jesús también enseña los verdaderos mandamientos de la Ley de Dios que debemos guardar para entrar en la vida y que así nos dicen: "Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. " (Mateo 19:16-24) Como vemos, Jesucristo mandó: "NO MATARÁS". Y eso fue lo que Dios había mandado a los hombres desde el principio. El Señor no mandó que se mate a las personas, sino que se les perdone y que se ame a los enemigos, pues el Evangelio así nos dice: "Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra........". (Mateo 5:...) "Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen...." (Mateo 5...) "Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete". (Mateo18:21-22) "Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas". (Mateo 6:14) Estos son la verdadera Ley de Dios y los verdaderos mandamientos que Dios había dado a los hombres desde el principio y que había dado a los hombres en tiempos de Moisés. Pero después de Moisés, los escribas cambiaron la Ley, como nos dicen los profetas: "...mi pueblo no conoce el juicio de Yavé. ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Yavé está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas" (Jeremías 8:7-9). "Así ha dicho Yavé el Señor: Esta es Jerusalén; la puse en medio de las naciones y de las tierras alrededor de ella. Y ella cambió mis decretos y mis ordenanzas en impiedad más que las naciones, y más que las tierras que están alrededor de ella; porque desecharon mis decretos y mis mandamientos, y no anduvieron en ellos". (Ezequiel 5:5-6) "Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, cambiaron los mandamientos, quebrantaron el pacto sempiterno" (Isaías 24:5-6). Como vemos, la Ley de Dios había sido cambiada, pues Dios había mandado: "NO MATARÁS", perdonar a los hombres sus ofensas y amar a los enemigos, pero los escribas judíos se olvidaron de la misericordia de Dios y escribieron en el viejo testamento que Dios les había mandado que aplicaran penas de muerte, que hicieran guerras y cometieran genocidios con los pueblos. Ahora vamos a recordar las guerras y genocidios que los judíos imponían a los pueblos como si esos mandamientos de muerte los hubiera mandado Dios a Moisés. Veamos lo que nos dice el viejo testamento sobre las guerras que los judíos mantenían con los pueblos vecinos: "Entonces Moisés habló al pueblo, diciendo: Armaos algunos de vosotros para la guerra, y vayan contra Madián y hagan la venganza de Yavé en Madián......... y mataron a todo varón....... Y se enojó Moisés contra los capitanes del ejército, contra los jefes de millares y de centenas que volvían de la guerra, y les dijo Moisés: ¿Por qué habéis dejado con vida a todas las mujeres?......... Matad, pues, ahora a todos los varones de entre los niños; matad también a toda mujer que haya conocido varón carnalmente" (Versículos de Números 31) "Y nos salió Sehón al encuentro, él y todo su pueblo, para pelear en Jahaza........ y lo derrotamos a él y a sus hijos, y a todo su pueblo. Tomamos entonces todas sus ciudades, y destruimos todas las ciudades, hombres, mujeres y niños; no dejamos ninguno". (Deuteronomio 2:32-34) "Y tomamos entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomásemos......... Todas estas eran ciudades fortificadas con muros altos, con puertas y barras, sin contar otras muchas ciudades sin muro. Y las destruimos, como hicimos a Sehón rey de Hesbón, matando en toda ciudad a hombres, mujeres y niños". (Deuteronomio 3:4-6) Antes de nacer Jesucristo en Belén, el pueblo judío mantenía todas estas leyes de muerte escritas en el viejo testamento como si Dios las hubiera mandado. Pero Jesucristo, que es Dios, cuando nos predicó el Evangelio, abolió todas estas costumbres de hacer guerras y matar a hombres, mujeres y niños de los pueblos enemigos. Y así, los primeros cristianos no imponían penas de muerte ni hacían guerras para invadir a los pueblos, pues convencían a los pueblos sólo con la paz y el amor que nos enseña el Evangelio. Pero pasados los años y los siglos (en el siglo IV), los emperadores de Roma (emperador Constantino y sus sucesores), que no amaban los misericordiosos mandamientos que Jesucristo había enseñado en el Evangelio, que eran los verdaderos mandamientos de Dios, se volvieron de nuevo a las leyes judías del viejo testamento para justificarse en ellas y así volver a imponer penas de muerte, guerras y genocidios como si Dios los hubiera mandado. Y así, siguiendo estas costumbres del viejo testamento judío de aplicar penas de muerte, hacer guerras y cometer genocidios contra los pueblos enemigos, aquellos emperadores de Roma y después de ellos muchos caudillos poderosos de los pueblos llamados "cristianos", cometieron actos similares en muchas ocasiones, y durante siglos, después de Jesucristo, no han parado las guerras, las penas de muerte y genocidios en diversos pueblos llamados "cristianos". En la Edad Media, siguiendo las leyes del viejo testamento (las leyes de la guerra y de la espada), los pueblos llamados "cristianos", durante siglos impusieron terribles sistemas de terror y de inquisiciones que dejaron espantado al mundo. LAS GUERRAS MUNDIALES Como locura final de todos estos hechos comentados anteriormente y recordando más acontecimientos, los pueblos del mundo aún recuerdan las dos grandes guerras mundiales (Primera y Segunda Guerras Mundiales) provocadas por pueblos donde se supone que dominaban las religiones llamadas "cristianas"... Y como locura final de todos estos hechos, los pueblos llamados "cristianos" conocidos como aliados de muchas naciones, arrojaron bombas atómicas sobre ciudades llenas de hombres, mujeres y niños de la nación de Japón... Hiroshima y Nagasaki tuvieron que vivir este horror que dejó aterrorizado al mundo. Y las terribles heridas de aquel horror aún existen en los cuerpos destrozados de muchas personas afectadas por los efectos de las bombas atómicas. Estimados amigos, después de recordar estos desastres de las penas de muerte y de las guerras y genocidios que Dios no había mandado, yo os pregunto: ¿Es éste el cristianismo que nos predicó Jesús?... Quedáis invitados a responder.
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Dios se hizo hombre y enseñó los verdaderos mandamientos de Dios. Y aún hoy día los sigue enseñando en sus palabras del Evangelio, pero muchos no quieren escucharle y siguen llamando "mandamientos de Dios" a los mandatos del AT que no eran más que mandatos de hombres que Jesús anuló.
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CÁNTICO DE AMOR A JESUCRISTO...
La misericordia predicada por Jesucristo aún va sujetando los pilares del mundo... El día que desaparezca totalmente la noción de la misericordia predicada por Jesucristo, el mundo arderá sin necesidad de que nadie le prenda fuego.
Por supuesto que en el mundo hay muchas religiones falsas que no siguen los mandamientos misericordiosos de Jesucristo. Religiones hay muchas, pero son muy pocas personas las que siguen el camino de la misericordia.
Cada religión predica el Evangelio según sus intereses, pero las personas de buena voluntad sólo siguen el camino de la misericordia. Religiones puede haber muchas, pero Evangelio sólo hay uno. Y el Evangelio siempre está mandando a los hombres que sigan el camino de la misericordia.
Jesucristo es lo más hermoso que ha conocido la humanidad. No desaprovechemos la oportunidad que tenemos de ser amigos de Jesucristo, pues Jesucristo es nuestra única esperanza. Sus palabras son palabras de vida y te alegran el corazón. Y Él dio su vida y se dejó crucificar para que sus Palabras llegaran hasta nosotros. Es hermoso pensar que Jesucristo está ahí viendo lo que haces, oyendo lo que dices y leyendo lo que escribes. Él es nuestra única esperanza.
Fueron muchos los que vieron a Jesucristo morir y fueron muchos los que le vieron resucitado, y entonces comprendieron que Jesucristo era Dios. Y aquellos que vivieron aquellas cosas las dejaron escritas para que ahora nosotros tengamos esperanza.
Fe, nadie tiene fe, pero la esperanza es lo único que una persona inteligente debe guardar mientras no le falte el aliento..., porque si Jesucristo no existiera, ¿dónde está el sentido de las cosas?..., ¿dónde está el principio y el fin de la Creación?... Aunque no tengamos fe, si tenemos esperanza, todo vive. Pero si perdemos también la esperanza, todo se convierte en muerte y sin sentido.
Las Palabras de Jesucristo son Palabras de Justicia y de misericordia, y promesas de vida eterna. Y yo las tomé como mi esposa amada, y esperaré que Jesucristo vuelva, mi Esposo amado, y yo me sentiré como su virgen querida esperándole..., esperando a mi locura de amor en el desierto, esperándole..., sentado a la puerta de mi casa, mirando al horizonte por encima de las montañas... ¡¡Qué hermoso es que cuando el Esposo vuelva, desesperado Él mire a la puerta de su casa y ¡¡qué alegría¡¡..., pues allí estaba esperándole su esposa amada!!...
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Precioso lo que has escrito: Que la esposa esté esperando al Esposo (Jesucristo) con fidelidad y con todo su amor.
Sólo tenemos un Espos, que es Dios, el Dios Creador de todas las cosas. Y Jesucristo es el Dios Creador de todas las cosas que se hizo carne. Leamos: Juan 1:1 Al principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios. 1:2 El estaba al principio en Dios. 1:3 Todas las cosas fueron hechas por EL, y sin El no se hizo nada de cuanto ha sido hecho. 1:4 En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Juan 1:14 Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos visto su gloria, gloria como de Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Gracias Laura por tus palabras de amor a Jesucristo... Que Dios te bendiga.
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La Ley del Evangelio es la Ley que Dios había dado a Moisés
La Ley del Evangelio es la Ley que Dios había dado a Moisés:
"Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Yavé; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. Y
se manifestará la gloria de Yavé, y toda carne juntamente la verá;
porque la boca de Yavé ha hablado. Voz que decía: Da voces. Y yo
respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda
su gloria como flor del campo. La hierba se seca, y la flor se
marchita, porque el viento de Yavé sopló en ella; ciertamente como
hierba es el pueblo. Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre". (Isaías 40:1-11).
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