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Y me dijo: La maldad de la casa de Israel
y de Judá es grande sobremanera,
pues la tierra está llena de sangre,
y la ciudad está llena de perversidad;
porque han dicho: ha abandonado Jehová
la tierra, y Jehová no ve. Ezequiel 9:9.
Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos;
Derramad delante de él vuestro corazón. Dios es nuestro refugio. Salmo 62:8. ¿Es Dios indiferente?
A menudo se oye decir: «Si Dios es realmente bueno y poderoso como ustedes lo pretenden, ¿por qué hay tanto sufrimiento, violencia y desorden moral en el mundo?» ¿Por qué? Porque Dios respeta la libertad humana. Pero el hombre usó esa libertad primero para desobedecer y luego para crucificar a su Hijo, Jesús, el Príncipe de paz, y se puso bajo las órdenes de Satanás, llamado el príncipe de este mundo. ¿Permanece Dios indiferente? Aún hoy él llama a todos los seres humanos para que se vuelvan a él arrepentidos y acudan al Señor Jesús; invita, aun manda, pero no obliga. Sin embargo, sus planes se cumplen; su larga paciencia pronto se acabará y todos verán su omnipotencia, sea para liberar a los suyos o para juzgar a los que lo hayan rechazado. La creación es una prueba de su poder. Mostró su amor por nosotros en la cruz. Por eso, la certeza de que Dios todo lo puede da una apacible confianza al verdadero cristiano, porque sabe que esa omnipotencia divina está a la par de Su infinito amor. Cada mañana el creyente puede confiar tranquilamente en Dios y decirle todo lo que le preocupa o abruma. Sabe que el Señor puede resolver todos los problemas, grandes o pequeños, y que lo hará si es para el bien de su redimido. “De mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti, y esperaré. Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; el malo no habitará junto a ti” (Salmo 5:3-4).
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