Nuestro Ayudador en la oración
Leer Hechos 2:1-4
En un momento de frustación o dolor ¿Ha aclamado a Dios
diciendole: "Señor no se como orar"? Todo creyente ha
experimentado un momento así. Pero nuestro Padre celestial
ha hecho provisión para esas ocasiones: el Espíritu Santo es
nuestro Ayudador en la oración.
Hablar con Dios puede ser difícil sino sabemos pedir con
sabiduría, particularmente si no tenemos clara Su voluntad.
A veces no podemos expresar adecuadamente nuestros
sentimientos con palabras. Cuando esto sucede el Espíritu
Santo intercede y habla en favor nuestro. Él no sólo sabe lo
que deseamos y necesitamos; sabe también qué piensa y qué
quiere Dios, de modo que así puede hacer una oración
perfecta.
Las batallas en la oración son comunes a los creyentes. El
apóstol Pablo escribió cómo su deseo de evangelizar
pugnaba con su deseo de estar con Jesús Fil. 1:22-24.Él
sufrió mucho para poder hacer el trabajo que amaba. Pero
su mayor gozo era aguardar con ansias la eternidad en
presencia de Cristo. Enfrentaba una elección difícil: sabiendo
que probablemente la persecución no disminuiría, ¿debería
orar para que su trabajo pudiera continuar, o pedirle a Dios
que lo llamara al cielo dejando entonces a personas sin
alcanzar con el evangelio?
El Señor sabia que los creyentes necesitaban un Ayudador
que les ofreciera dirección, y una voz para expresar las
necesidades de su corazón. El hecho de que Dios nos aseguró
que siempre podemos comunicarnos con Él, debe indicarnos
el gran valor que Él le da a la oración. En realidad la disciplina
de la comunicación regular con nuestro Padre celestial es tan
vital, que Dios no iba a enviar a ningún ángel para ser
mensajero e intérprete. Él mismo tomó ese papel, y vino a
nosotros en forma de Espíritu Santo....