José, figura de Jesucristo
hermanos de José) le tomaron y le echaron en la cisterna; pero la cisterna estaba vacía, no había en ella agua.
Génesis 37:24
¡Cuán
interesantes son algunas figuras de nuestro Señor Jesucristo en el
Antiguo Testamento! Así como José, el hijo amado de Jacob, fue
aborrecido por sus hermanos, el Señor Jesús también
fue odiado por su pueblo, los judíos. Cuando los hermanos de José lo
vieron llegar, dijeron: “Venid, y matémosle”. En la parábola de los
labradores malvados, los conductores del pueblo se expresaron de la
misma manera: “Este es el heredero; venid, matémosle” (Marcos 12:7). Es
cierto que a José no lo mataron, sino que lo echaron en una cisterna
vacía. Luego sus hermanos “se sentaron a comer”. El corazón de los que
condenaron a Jesús era igual de malo. Después de la crucifixión se
sentaron para comer la Pascua y festejar el sábado. La cisterna no
contenía agua, pero Jesús se hundió en el profundo lodo de nuestros
pecados. Entonces todas las olas del juicio divino pasaron sobre él.
Cuando Jesús estaba en la cruz, Dios “no escatimó ni a su propio Hijo”
(Romanos 8:32)Los hermanos de José lo trataron con crueldad, pero él no
fue completamente abandonado, pues “Dios estaba con José”. En cambio
nuestro Salvador tuvo que exclamar: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
desamparado” (Mateo 27:46; Marcos 15:34). La respuesta a ese “por qué”
son nuestros pecados. “Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por
nuestros pecados” (Isaías 53:5). José sufrió contra su voluntad, pero
como buen Pastor, el Señor dio voluntariamente su vida por las ovejas.
Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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