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De: marta-vargas (Mensaje original) |
Enviado: 06/07/2023 14:33 |
Fuerte es como la muerte el amor. Cantar de los Cantares 8:6
En
1 Corintios 13:4-7 hallamos la enumeración de las diferentes cualidades
del verdadero amor, que viene a ser la descripción del Señor Jesús. El
amor de Cristo es perfecto. Su deseo es que lo imitemos en nuestra vida
de creyente. La serie de siete hojas que siguen nos ayudarán a
proseguir en esta perspectiva. El amor no piensa en sí mismo, sino en
los demás. Para nosotros a menudo nuestro «yo» ocupa el primer lugar.
Sólo después pensamos en alguna otra persona. ¡Qué distinto es lo que
vemos en la cruz! El Señor Jesús vendió todo lo que tenía (Mateo
13:46). Se dio a sí mismo por nosotros, para salvarnos de la eterna
perdición. Él es el Hijo de Dios, “el cual me amó y se entregó a sí
mismo por mí” (Gálatas 2:20). ¿Se puede hallar ejemplo más perfecto del
amor que no busca lo suyo, como el que se observa en la cruz de Jesús?
El Señor murió por nosotros a fin de que no fuéramos alcanzados por el
juicio de un Dios santo y justo. ¿No tenía el Señor motivo para
amargarse, cuando constató: “Me devuelven mal por bien, y odio por
amor”? (Salmo 109:5). ¿Cómo nos comportaríamos si un amigo nuestro, con
quien compartimos durante tres años una íntima amistad, hubiese jurado
que no nos conoce? Además, todos los discípulos abandonaron al Señor,
¡y Judas Iscariote lo traicionó! ¡Cuánto bien había hecho el
Salvador a su prójimo! Sin embargo, terminaron gritando: “Crucifícale”.
El amor no se dejó amargar, y Jesús oró: “Padre, perdónalos, porque no
saben lo que hacen” (Lucas 23:34). (mañana continuará)
(( De la Red))
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La paciencia del amor (2)
El amor es sufrido.
1 Corintios 13:4 El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno.
Amaos los unos a los otros con amor fraternal… sirviendo al Señor.
Romanos 12:9-11
El
capítulo 13 de la primera epístola a los corintios es quizás uno de los
textos más conocidos del Nuevo Testamento, pero también uno de los más
difíciles de poner en práctica. Ofrece un cuadro completo del amor según
Dios, que vemos brillar como un prisma con diferentes facetas: la
paciencia, la humildad, la bondad. Para describir estas cualidades el
texto griego sólo utiliza verbos de acción. Así muestra que el amor es
ante todo activo. Por cierto, este amor divino no es natural en el
hombre. Para poder expresarlo es necesario haber recibido, por medio de
la fe, una nueva vida, la vida misma de Jesús. Cuando leemos esta
descripción del amor, descubrimos a Jesús. Él lo vivió perfectamente en
todos sus aspectos, de modo que ese maravilloso retrato del amor, de
hecho, es el suyo. La primera faceta del amor es la paciencia. El
amor soporta el sufrimiento y los malos tratos sin enojarse ni vengarse,
y sin perder la esperanza. En la Antigüedad, renunciar a la venganza
era considerado como una debilidad, y esto es aún cierto hoy día. El
mundo admira a aquellos que saben defender sus derechos y sus intereses.
Pero el amor tan magníficamente visto en Jesucristo es lo opuesto. Su
primera preocupación es el bien de los demás, no el suyo. Rehúsa
devolver mal por mal, y si se le hiere en la mejilla derecha, él vuelve
también la otra (Mateo 5:39). (continuará ..)
((De la Red))
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La bondad del amor (3)
El amor… es benigno. 1 Corintios 13:4
Cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia. Tito 3:4-5
Si
la paciencia soporta todo, la bondad está dispuesta a dar mucho, aun a
sus enemigos. Soportar es vencer el mal; estar lleno de bondad es hacer
el bien. No es sólo un sentimiento de generosidad, sino la generosidad
en acción. No es sencillamente desear el bien de los demás, sino hacer
todo lo necesario para su bien. Para nosotros los cristianos, esto
incluye el hecho de dar testimonio de nuestra fe en Cristo y ayudar a
los que nos rodean a tener una relación con él. Cuando Jesús mandó a
sus discípulos –y a nosotros también– que amasen a sus enemigos, no sólo
quería decirles que debían tener buenos sentimientos hacia ellos, sino
que debían obrar con bondad hacia ellos. “Al que quiera ponerte a pleito
y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te
obligue a llevar carga por una milla, vé con él dos” (Mateo 5:40-41).
Debemos imitar la bondad de nuestro Dios Salvador. La primera
demostración de la bondad cristiana, como todas las demás facetas del
amor, se hace en el hogar. Los esposos cristianos se amarán mutuamente y
amarán asimismo a sus hijos. Éstos responderán a esta bondad, y toda la
familia estará impregnada de ella. Cada uno estará dispuesto a ayudar
al otro, al punto de dejar de lado sus intereses si fuera necesario,
¡Siguiendo así el ejemplo su Señor! ( continuará)
(( De la Red))
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