Un Amor Que Dura Para Siempre
"Porque el Señor es bueno; para siempre es su misericordia"
(Salmos 100:5).
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Cierto día, caminando en una zona rural al lado de un amigo,
un evangelista notó que, en el tejado de un granero, había
una velera. En su parte superior estaban escritas las
siguientes palabras: Dios es amor. El evangelista, apuntando
para el lugar, comentó con su amigo que hallaba un local
impropio para tal mensaje. "Las veleras de tiempo son
variables, sujetos a cambios," dijo él, "pero el amor de
Dios es constante." "Yo no concuerdo con usted," dijo el
amigo. "Usted no comprendió el significado. Aquélla velera
fija una grande verdad: No importa para que lado estén
soplando los vientos, Dios es amor."
¿De qué forma los vientos han actuado en nuestras vidas?
¿Estamos caminando por carreteras serenas, disfrutando la
brisa que ha soplado tranquila a nuestro favor o hemos
experimentado momentos turbulentos con vientos Fortes que
parecen investir en contra de nosotros? ¿Y cual ha sido
nuestra reacción cuando estamos delante de ambas las
situaciones?
Normalmente, cuando todo va bien, solemos sonreír y cantar,
saludar los vecinos y hasta bromear con las niños que
encontramos por las calles. Estamos felices y exteriorizamos
nuestra gratitud al Dios que nos ama y tiene derramado
bendiciones sobre nuestras vidas.
Cuando, sin embargo, las circunstancias se vuelven
desfavorables, con rayadas de vientos contrarios que parecen
nos empujar para detrás o querer nos derribar, nuestro
semblante si transforma, la risa da lugar al malhumor,
viramos la espalda para todos que encontramos en la calle y
hasta las bromas infantiles nos exasperan. Queixamonos de
todo y, principalmente, del abandono y falta de amor del
Dios a quien servimos.
Pero la verdad no es ésta. Dios nos ama de cualquier forma y
demuestra Su amor en cualquier ocasión. Podemos hasta no
percibir, pero muchas veces el amor de Dios por nosotros es
mostrado de forma más intensa exactamente cuando estamos
debajo de grande tormenta. Él siempre estará a nuestro lado,
cuidando de nosotros, intercediendo por nosotros para que
estemos aptos a seguir enfrente y vencer obstáculos aún
mayores.
El amor de Dios dura para siempre y con viento a favor o
contra, usted alcanzará siempre la victoria.
Paulo Barbosa
Un ciego en el Internet