¿Sus Zapatos Crujen?
"Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los
hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden
los flecos de sus mantos"
Mateo 23:5
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En una aldea africana, un nativo Cristiano buscó el
comerciante local para comprar un par de zapatos. Él
experimentó algunos hasta que encontró un par que se ajustó
perfectamente en sus pies. Feliz el nativo volvió a su casa.
Algunas semanas más tarde él regresó a la tienda para
devolver los zapatos que había comprado. "¿Ellos no le
sirvieron? Son muy buenos, ¿usted no halló?" preguntó el
comerciante. "Sí," contestó el nativo. "¿Por qué, entonces,
quiere devolverlos?" tornó a preguntar el comerciante.
"Porque ellos no crujen." Quería que los zapatos hiciesen
barullo cuando él entrase por el pasillo de la iglesia y que
todos tuviesen la atención desviada para él. ¡Ese tipo de
cristiano es tan antiguo en cuanto la propia iglesia!
¿Será que la historieta del nativo no se parece un poco con
la nuestra propia vida? ¿No tenemos nosotros, también, la
inclinación de busquemos los holofotes para nuestras
realizaciones? Parece que no es suficiente alcanzar metas o
vencer desafíos, pero sí que las personas reconozcan y
aplaudan nuestras conquistas.
En la iglesia, almejamos el cargo de dirigente del culto, de
líder de la alabanza, de predicador o maestro de la Palabra.
Solo así nos pondremos expuestos a todos, seremos vistos y,
muchas veces, aplaudidos. Ser responsable por la oración,
por el adorno del material a ser usado en la reunión, o
celador de la Casa de Dios no nos interesa. Al final, ¿quien
dará valor a personas que no aparecen en la frente?
La vanidad no nos deja percibir qué, haciendo la voluntad
del Señor, aun cuando escondidos, podremos ser mucho más
bendecidos. Podremos no recibir los aplausos o
congratulaciones de la platea presente, pero recibiremos los
aplausos y reconocimiento del Dios Todo Poderoso que no mira
apenas para el exterior o para qué pasa en la frente de la
iglesia, pero principalmente para el corazón de aquéllos que
tiene placer en servirlo.
¿Qué tipo de zapato espiritual usted prefiere usar?
Paulo Barbosa
Un ciego en el Internet