Incontables puntos de vistosos colores que crecen gracias al calor apresado por un lienzo de plástico. Este es el paisaje impresionista que dibuja el cultivo de rosas de té, especie híbrida de las rosáceas de aroma intenso que reina en las floristerías.
Ruben García Blázquez
Cultivo y recolección en invernadero
El cultivo de rosas se hace en un invernadero. Así se obtiene la máxima producción en un espacio mínimo y bajo una temperatura y humedad controladas. La planta enraiza en tierra o en sustrato hidropónico durante los primeros siete u ocho meses. De cada planta pueden crecer de una a seis rosas y florece en el invernadero cuatro veces por año. La recolección tiene lugar desde comienzos de la primavera hasta finales del otoño mientras que el invierno es la época idónea para la poda. Siempre al amanecer o a última hora de la tarde y armado con unas simples tijeras, el productor recorre los pasillos del invernadero y corta los ejemplares más bellos. Las rosas con tallos más altos son las más cotizadas. Si la rosa ya está abierta en exceso ya no podrá aprovecharse para su venta individual o en ramo, aunque sus pétalos se pueden utilizar para hacer centros florales.
Ruben García Blázquez
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Prevención y combate de plagas
El cultivo de rosas fructifica siempre que haya un control total del pH de la tierra, del riego, de la cantidad de abono y de la temperatura y humedad, y que además las plagas no hagan acto de presencia. Minúsculos insectos alados, el oidio (un hongo parásito que seca la planta y que se combate con azufre), el siempre protagonista pulgón y la araña roja -un ácaro insaciable solo visible a través de una lupa que se alimenta de savia- son los enemigos más comunes de las rosas. Para limitar la aparición de plagas no hay mejor herramienta que la prevención: arrancar malas hierbas, colocar bandas adhesivas, etc.
Ruben García Blázquez
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Del invernadero a casa
Aunque se importan muchas rosas de países como Holanda, Colombia o Ecuador, en nuestro país también se cultiva una cantidad considerable de ellas que incluso se pueden adquirir horas después de su recogida. Se igualan los tallos y se clasifican y protegen en el propio invernadero. Acto seguido se transportan hasta el almacén más cercano que puede venderlas a otros distribuidores o directamente a las floristerías de la zona. La gama de variedades disponible es muy amplia y los especialistas producen híbridos de sorprendentes tonalidades con frecuencia.
Ruben García Blázquez
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