Si tú me quisieras, como yo te quiero, las estrellas se turnarían, allá en el cielo; para que nunca faltara brillo, ni de noche ni de día, al azabache de tu pelo, que es como una noche, de menguante luna y crecientes luceros.
.Si tú te dejases querer, como yo quererme me dejo, oiríamos el canto del mar, aunque se halle tan lejos. Y nos arrullarían las olas, de ese océano hipotético, al que nos dejaríamos arrastrar, allende de este tiempo que nos ancla en la distancia, que nosotros mismos, juiciosamente; nos imponemos.
Porque, aunque tú me quisieras, como yo te quiero, hay amores que surgen a contra destino, y el nuestro es uno de ellos. Así que, qué más da que me pertenezcas, qué más da, si por ti me muero, si no está, en las estrellas escrito, que tú y yo debamos querernos…
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