Anunció su llegada y el campo se vistió de nuevo.
Los árboles, enfundados en miles de flores destilando aromas y suaves colores mientras entre la hierba de altas briznas se abren las margaritas al despuntar el día.
Bolas de mirar transparente vuelan descompuestas por el cielo cuyo perfil en regalos se envuelve al trabajar en arduo afán, el viento.
Al ras, desde lo bajo observado verdes, rosas, amarillos y blancos de ramas desnudas la primavera ausente de colores repleta se vistió de nieves.
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