Todo tiene su encanto, hasta el desierto en el que me encuentro, o la inercia que mueve mis pasos. Es como flotar en un mar sereno, con el cuerpo al sol, y los párpados cerrados para recibir los tibios rayos.
La ausencia de pasión da una tregua para respirar a gusto, aunque no me gustaría que fuera algo que se hiciera permanente. Me gusta la vida que agita las entrañas, que revoluciona el interior.
|