Para lograr despejar totalmente la mente y estar en el presente sin conflictos, el cerebro debe cambiar.
El cerebro sabe como curarse a sí mismo pero los viejos hábitos se han convertido a través del tiempo en redes neuronales que nos obligan a repetir nuestros condicionamientos; sin embargo el cambio es posible, porque cuando actuamos diferente el cableado neurológico también cambia.
Cuando se nos revela la verdad y nos damos cuenta de ello, el cerebro se adapta sin importar cómo es la configuración de sus redes neuronales.
El concepto de neurona espejo significa que cualquier neurona puede imitar lo que ocurre en otro cerebro.
No se trata de un acto mecánico sino de la posibilidad que tiene la neurona espejo de distinguir una conducta que le interesa de otra que no le interesa, y de activarse solamente cuando sea una acción que le interese.
Las neuronas espejo tienen el objetivo de construir senderos neuronales mediante la observación, prestando atención y teniendo interés en la cosa.
Los antiguos sabios creían que con sólo observar a una persona santa cuando nos da su bendición, se adquieren bendiciones. Ahora se sabe científicamente cómo se modifica el cerebro cuando observamos las intenciones de otros.
La euforia, la paz interior y el optimismo que se siente, lo logra el alma de otra persona sin esfuerzo, cambiando nuestro cerebro.
Lo que causa el efecto es la influencia del campo de otra conciencia sobre nosotros; por lo tanto y con mayor razón, nuestra alma podría hacer lo mismo, o sea cambiar nuestro cerebro con nuestra intención.
El alma no puede cambiar al cuerpo cuando ambos no están bien sintonizados, pero cuando lo están el cuerpo sigue al alma como un imán sigue al Norte.
Deepak Chopra, en su libro “Reinventa tu cuerpo, resucita tu alma”, relata la historia de una mujer profesional, de cuarenta años, a quien todos envidiaban porque todo le salía bien.
En efecto, confesó que en veinte años no había tenido ningún revés serio; problemas sí, pero no fracasos rotundos ni situaciones desfavorables, irreversibles o insuperables.
Sin embargo no siempre había sido así, porque en sus comienzos su vida era como la de todos los demás en su condición; había logrado un título universitario, había conseguido un empleo aburrido, burocrático y rutinario que solo le daba seguridad; no podía mantener una relación estable y se sentía inquieta e insatisfecha.
Llegó a experimentar un elevado estado de estrés y comenzó a sentir que se desmoronaba por dentro.
Cuando ya no pudo más y su estado de inquietud llegó al límite, de pronto sintió una gran calma y pudo darse cuenta que afuera brillaba el Sol.
Supo entonces que todo lo que deseaba se haría realidad y que para eso no tenía que hacer nada. Fue una extraordinaria revelación.
Fue tan fácil que no lo podía creer. Comenzó a sentirse más relajada y a sentir que se había liberado de una pesada carga; dejó de tener miedo y el mundo entero pareció iluminarse.
A partir de ese momento todo cambió, recuperó la confianza en sí misma, tomaba las decisiones correctas, desaparecieron los dramas de su vida y ahora la gente se daba cuenta de lo feliz que era.
Sintió que era el resultado de haberse rendido y de haberse decidido a dejar de luchar para obtener cosas que no le importaban. Dejó atrás el condicionamiento que la hacía creer que la vida es difícil y que hay que sacrificarse y de esa manera su alma se liberó.
Todos nosotros alguna vez nos deslizamos sin darnos cuenta a estados de conciencia superiores. La cuestión es evitar que la mente, por complacerse en divagar, abandone ese estado que es el que nos permite obtener todo lo que realmente deseamos desde el alma.
Fuente: “Reinventa tu cuerpo, resucita tu alma”; Deepak Chopra.