No viene la palabra para lo que sucede dentro, es un roce arcano e íntimo. Dentro de las mil y un formas de expresión, el corazón (mudo) piensa, sin decidirse por ninguna.
La boca queda hermética, apoyando el pensamiento; pero la mirada se extiende abarcando toda una ensoñación. Una sonrisa atiende a la nada, aunque su imagen la sugiere.
La fantasía le busca entre las letras, en un punto de luz. Le encuentra en cada callejón, y en la oscuridad de un cielo amenazante. Allí me hace mirarle, para dar la vuelta despacio, y presentir quimeras
