
Las gotas de agua, que tras el baño, resbalan por tu piel, hablan de ausencia. Semejantes a la lágrima que en mis ojos pujaba por salir en cada despedida.
Tras de ti las olas murmuran sobre nuestro amor. El cielo va vistiendo su velo tormentoso, afligido en nuestro adiós. Al abrirse tus labios dejan morir la siniestra palabra mientras los míos rozan. Y un eterno beso desvanece el entorno, descoloca la vida.

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