Hoy no hay críticas ni falacias. No hay fantasías ni nostalgias. Hoy escribo para mi, algo que siento en lo más profundo de mis entrañas, algo personal. Y os lo dejo aquí, para vuestro disfrute o desagrado, para que me critiquéis o me halaguéis. Pero, ante todo, escribo porque sentía la necesidad de hacerlo.
No te he besado y aún siento tus labios.
No te he visto y aún recuerdo tus ojos.
No te he abrazado y aún sé cómo hueles.
No te he hecho sonreír y aún veo tu sonrisa.
No te he tocado y aún siento tu piel.
No nos hemos acostado y aún noto tu calor.
No te quiero. No te quiero querer. Que querer es algo serio y me acongoja más la idea de poderte perder.
Para ti, para que el silencio diga lo que no sé decir con palabras.
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