Un stop en nuestra vida
¿Quién te araña el corazón? ¿Quién te genera dolor?
¿Quién te resta felicidad? ¿Quién borra tu calma? ¿Quién controla tu vida?
¿Tu pareja? ¿Tu familia? ¿Una amistad pasada? ¿Tu jefe?
Seguramente podríamos crear una lista de sospechosos y culpables bien extensa de todos cuantos nos han tratado mal, de todos aquellos que se fueron dejándonos inmersos de dolor y sin regalarnos un poquito de lo que creíamos merecer.
Realmente, no necesitamos ni una lista de nombres, ni una respuesta. Para que nada ni nadie nos haga sufrir, ni nos robe la paz, ni nos rompa el corazón, tan sólo necesitamos un stop. UN STOP PARA ARRANCAR DE CERO NUESTRA CAPACIDAD.
No sufrimos por las acciones de otras personas, sino por lo que sentimos, e interpretamos a consecuencia de las mismas. Nuestra felicidad no puede colocarse en la mente de otro, en sus pensamientos o decisiones.
Absolutamente nadie tiene capacidad para que le entreguemos el control de nuestra vida, a no ser que así lo consintamos y decidamos.
En ocasiones, el sufrimiento se prolonga mientras tratamos de buscar respuestas a preguntas que nunca abandonan nuestra mente. ¿Por qué no llamó? ¿Por qué cambió de acera? ¿Por qué no me invitó? ¿Por qué lo hizo adrede? ¿Por qué me criticó?
Nuestra vida no puede depender de las elecciones de otros, no podemos ceder el poder de nuestros sentimientos para que otras personas acaben convirtiéndonos en marionetas con sus correspondientes acciones.
Curiosamente, la inmensa mayoría de las personas que nos han ofendido o lastimado, continúan con su vida sin llegar a enterarse del “teatro” que nuestra mente desarrolla.
No debemos de estar donde no nos necesiten ni donde no acepten nuestra compañía. No debemos obligarnos a sentir o hacer algo que no queremos, ni con lo que estamos de acuerdo.
Seguramente en ocasiones perderemos el control de todo lo que sucede a nuestro alrededor, pero podemos reaccionar con una CAPACIDAD integra, para saber interpretar lo que está ocurriendo y decidir con libertad por nosotros mismos.
Sólo nosotros a través de esa capacidad y actitud, podemos controlar nuestro destino.
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