El Cuerpo Causal
El cuerpo causal es uno de los cuerpos superiores. Así como las energías negativas salen de nosotros, se juntan con otras energías de igual calificación, por ley de causa y efecto vuelven a nosotros y se incorporan en el cuerpo etérico, con las energías positivas también pasa lo mismo. Todos los sentimientos, pensamientos o actitudes positivas que generamos cuando vuelven a nosotros se nos acumula en el cuerpo causal.
Es decir, que este cuerpo está formado por todas las energías positivas que generamos desde el principio de todas las encarnaciones.
Para conectarnos con nuestro cuerpo causal podemos simplemente alzar nuestras manos con las palmas hacia fuera (algunas religiones levantan inconcientemente las manos en sus oraciones)
Rayo azul: Fuerza, poder, voluntad Rayo amarillo: Alegría, claridad mental, sabiduría Rayo rosa: Amor, bienestar Rayo blanco: Equilibrio, armonía Rayo verde: Salud perfecta, verdad, concentración Rayo oro-rubí: Suministro, serenidad, paz, prosperidad Rayo violeta: Libertad, perdón, transmutación
Estas energías son virtudes que podemos aprovechar.
Ejercicio:
Cuando querramos conectarnos con alguna de estas virtudes, podemos visualizarnos envueltos en un arco iris de colores. Luego sentimos como una lluvia de luz de distintos colores llega a nosotros.
Ejemplo:
Si estamos confundidos o nerviosos podemos imaginar como la energía amarilla (sabiduría) y oro-rubí (serenidad) nos invade volviendo luz nuestro cuerpo y nuestro aura.
Si tenemos algo para sanar de nuestro cuerpo nos imaginaremos el rayo verde (sanación) y el blanco (armonía).
Si sentimos debilidad o desgano nos podemos imaginar el rayo azul (fuerza, vitalidad).
Si queremos conectarnos con las siete energías de nuestro cuerpo causal es aconsejable seguir este orden: violeta, amarillo, rosa, verde, azul, oro-rubí, blanco.
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