¿Cuál es la causa? La hiperactividad y el déficit de atención es un trastorno con estudios recientes, a pesar de ser reconocido desde el inicio del siglo. Todavía no existe una causa específica para el problema. Algunos genes han sido descubiertos y descritos como posibles causadores del trastorno. Lesiones neurológicas mínimas (imposibles de se ver en exámenes) que ocurrirían durante la gestación o en las primeras semanas de vida, son también resaltadas como posibles causas. Cambios en las sustancias químicas cerebrales (neurotransmisores) también están siendo sugeridos como causadores de los síntomas. Se supone que todos estos factores formen una predisposición básica (orgánica) del individuo para desarrollar la condición, el cual podrá manifestarse cuando la persona sufre la acción de eventos psicológicos estresantes, como un disturbio en el equilibrio familiar o otros factores causadores de ansiedad. Además, las exigencias de la sociedad hacia una forma rutinaria de comportamiento y desempeño pueden interferir en el diagnóstico de esta enfermedad.
¿Cómo se manifiesta?
Podemos tener tres grupos de niños (y incluso personas adultas) con esta condición: un primer grupo presenta solamente desatención, otro solamente hiperactividad y el tercero presenta ambos, desatención e hiperactividad. Es muy importante recordar que un 'cierto grado' de desatención e hiperactividad ocurre normalmente con las personas, pero ni tampoco eso es una indicación de que ellas padecen el trastorno. Para que se pueda decir que una persona en realidad tiene el problema, la desatención y/o hiperactividad debe ocurrir de manera tal que llegue a interferir en sus relaciones sociales, en su vida escolar o su trabajo. Además, los síntomas tienen que ocurrir necesariamente en la escuela (o trabajo, si se trata de adultos), y también en la casa. Por ejemplo, un niño que tenga un comportamiento revoltoso o pataleta en la casa, pero en la escuela se porta bien, muy posiblemente no tiene hiperactividad. Lo que puede suceder es una falta de límites (en la educación) en la casa. En la escuela, responde a los límites impuestos, portándose adecuadamente en clase
Para la confirmación del diagnóstico en el adulto, es necesario una investigación que muestre que él ya presentaba los síntomas antes de los 7 años de edad.
¿Cuáles son los síntomas de la persona que padece de desatención?
Una persona padece de desatención, a punto de ser considerado como trastorno de déficit de atención, cuando presenta la mayoría de los síntomas siguientes durante la mayor parte del tiempo en sus actividades: con frecuencia no puede mantener la atención focalizada en los detalles o comete errores por descuido en las actividades escolares, laborales u otras;
con frecuencia tiene dificultad para mantener la atención en tareas o actividades lúdicas;
con frecuencia no sigue instrucciones y no completa sus tareas escolares, domésticas o deberes profesionales, no llegando al final de las tareas;
con frecuencia tiene dificultad para organizar sus tareas y actividades;
con frecuencia evita, manifiesta desagrado o rechaza comprometerse en la realización de tareas que requieren un esfuerzo mental constante (como tareas escolares o caseras);
suele distraerse fácilmente por estímulos extraños a la tarea principal que se está ejecutando;
con frecuencia presenta olvido hacia las actividades diarias.
¿Cuáles son los síntomas de la persona que padece de hiperactividad?
Una persona puede presentar el trastorno de hiperactividad cuando la mayoría de los siguientes síntomas se hace una ocurrencia constante en su vida:
con frecuencia suele jugar o mover las manos o pies y se retuerce en el asiento;
con frecuencia suele dejar su asiento en el aula o en otras situaciones en las que se espera que permanezca sentado.
Frecuentemente corre o trepa en exceso, en situaciones en las que es inapropiado (en adolescentes y adultos esto puede no ocurrir, pero la persona deja en los otros sentimientos subjetivos de desasosiego constante);
Frecuentemente tiene dificultades para participar o disfrutar tranquilamente de actividades de descanso y ocio
frecuentemente está como en funcionamiento permanente o está en acción como si estuviese impulsado por un motor
frecuentemente habla excesivamente.
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