HIJOS TRAS LA RUPTURA DE LA PAREJA, 3ª. PARTE
También puede resultar duro para uno de los padres ver cómo su nueva pareja riñe a sus hijos y critica su comportamiento. La reacción natural es saltar en defensa de sus propios hijos y ponerse de su parte. Al criticar a los hijos, indirectamente se critica al padre o a la madre. Muchos padres sienten que mientras ellos pueden reñir y criticar a sus hijos, nadie más tiene el derecho de hacerlo.
¿Cómo aceptan los hijos a sus hermanastros?
Cuando los dos componentes de la nueva pareja aportan hijos a la relación, éstos tendrán acaso que enfrentarse no sólo a un nuevo padre o madre, sino también a hermanastros. Es importante esforzarse en ver las cosas desde el punto de vista de los niños; son los adultos quienes decidieron vivir juntos, no sus hijos. En situaciones así, el humor y la tolerancia ayudan a suavizar las cosas.
¿Y si los hijos no quieren vivir con el progenitor que se queda con su custodia?
No sirve de nada oponerse cuando un hijo insiste en amenazar con marcharse a vivir con el otro progenitor. Quizá hay que dejar que lo haga; podría salir bien y volvería a estar feliz y contento. Si, por el contrario, no funciona y el hijo vuelve con su nueva familia, al menos habrá tenido la experiencia y posiblemente se porte mejor y se encuentre más asentado.
A nadie se le educa para ser padrastro o madrastra, un papel que puede resultar muy duro. Por esta razón, no hay que tener reparo en leer libros sobre estos temas, ni de hablar con otros padrastros para escuchar sus consejos.
En España existen asociaciones de padres y madres separados y divorciados que pueden ayudar a los que de repente se ven en esta situación, se pueden compartir experiencias y aprender formas de comportarse.
Hoy en día ya no es inusual formar familias con hermanastros y padrastros. Por otra parte, pertenecer a una de estas familias puede ser una gran oportunidad para dar y recibir cariño, y una experiencia reconfortante. Sin embargo, los resultados satisfactorios suelen necesitar grandes dosis de paciencia, sensibilidad y diplomacia por todas las partes.
Finalmente, cuando la vida se hace difícil, los padrastros y madrastras deben recordar que ellos son adultos, y que por muy complicada que se vuelva la situación, siempre deben comportarse con más madurez que la que esperan de sus hijastros.
SALUDOS…ADRY