Entendemos por dolor de espalda aquel dolor que afecta a la parte posterior del tronco, es decir, desde la nuca hasta el sacro o final de la columna vertebral. De todos los dolores de espalda, el más frecuente (afecta a 7 u 8 de cada 10 personas en algún momento de sus vidas) es el que corresponde a la zona o región lumbar y hablamos entonces de lumbalgia o lumbago. Le sigue en frecuencia el dolor cervical o del cuello y, por último, aunque bastante frecuente también, el dolor dorsal o de mitad de la espalda
En este artículo describiremos algunos aspectos destacados del dolor de espalda, con especial referencia a la lumbalgia, y abordaremos las medidas adecuadas para prevenirlo mediante la llamada higiene postural.
¿Por qué es tan importante el dolor de espalda?
Pocos problemas de salud, como el dolor de espalda, tienen una repercusión tan importante en los planos personal, laboral, de costes socioeconómicos y de gastos sanitarios en cualquier país. Desde un punto de vista laboral y económico, la lumbalgia constituye una de las principales causas de baja e incapacidad laboral y de absentismo del trabajo en nuestro medio.
En la respuesta al tratamiento y en cuanto al pronóstico del problema intervienen no sólo factores físicos sino también factores psicológicos, sociales y laborales, que desempeñan un papel de gran importancia y, a menudo, son difíciles de valorar y resolver.
¿Cuáles son las causas del dolor de espalda?
Existen muchas causas del dolor de espalda, pero las más frecuentes (hasta el 90% de los casos) se deben a trastornos mecánicos de la columna, ya sea por alteraciones degenerativas o desgaste de los huesos y las articulaciones de las vértebras, ya por alteraciones de los músculos y los ligamentos de la espalda (sobrecargas, contracturas, traumatismos). En conjunto, las alteraciones degenerativas predominan en las personas mayores, mientras que la afectación de los músculos y ligamentos es más propia de jóvenes y adultos.
El 10% restante de causas son debidas a alteraciones o enfermedades específicas, como enfermedades del metabolismo de los huesos, infecciones, tumores de los huesos o metástasis de otros tumores, traumatismos o diversas enfermedades reumatológicas. En cualquier caso, es muy importante descartar siempre la existencia de alguna de estas causas ya que el abordaje y el tratamiento pueden resultar muy distintos.
¿Cómo sabrá el médico cuál es la causa de mi dolor de espalda?
Como en otras muchas facetas de la Medicina, el médico realizará una serie de preguntas acerca del dolor (forma de comienzo, tiempo de evolución, localización y posibles irradiaciones, ritmo, factores que lo alivian o lo agravan, etc.), examinará al paciente detalladamente y, si lo considera necesario, solicitará determinadas pruebas complementarias como radiografías, análisis de sangre, etc. o remitirá al paciente al especialista adecuado.
¿Cómo se trata un dolor de espalda?
Una vez establecido, el dolor de espalda se trata, en general, inicialmente con reposo los primeros días, calor y masaje suave cuando exista contractura muscular y medicamentos del tipo de analgésicos simples como el paracetamol o los salicilatos, antiinflamatorios no esteroideos y relajantes musculares.
¿Cómo puedo prevenir la aparición del dolor de espalda?
La prevención del dolor de espalda es uno de los pilares fundamentales de su tratamiento. En los últimos años se han desarrollado en España distintos programas de prevención del dolor de espalda del que destaca la llamada Escuela de Espalda.
Se trata de un programa de enseñanza dirigido a los pacientes que proporciona información general sobre columna, posturas y actividades físicas recomendadas, así como medidas de prevención y ejercicios para la espalda. Se trata de hacer partícipe al paciente del cuidado de su espalda para evitar que los casos leves se hagan crónicos y para conseguir la reincorporación social y laboral de los casos más graves o crónicos.
Medidas o consejos de Higiene Postural
- Es aconsejable dormir o descansar en la llamada posición fetal. Como alternativa se propone dormir boca arriba con un cojín bajo las rodillas.
- Cuando esté de pie y sin moverse, es aconsejable apoyar uno de los pies, ligeramente más adelantado, sobre un pequeño taburete o bloque de madera de 15 a 20 cm. de altura. Un ejemplo práctico sería la utilización de dicho taburete durante la tarea de planchar.
- Si es preciso agacharse, lo recomendable es hacerlo mediante la flexión de las rodillas con las piernas abiertas (posición en cuclillas), pero manteniendo la espalda lo más recta posible. Para ayudar a las rodillas en esta tarea, es de gran utilidad buscar un apoyo (una silla, una cómoda, una pared, etc.), tanto a la hora de agacharse como al incorporarse de nuevo. Si lo encuentra más cómodo, puede agacharse apoyando una de las rodillas en el suelo. Como ejemplo doméstico sencillo, es preferible la carga superior en la lavadora.
- Al levantarse de la cama, acérquese a su borde, deje caer las piernas y, apoyándose con ambos brazos, incorpórese lentamente contrayendo los músculos del abdomen. Una vez sentado en el borde de la cama, utilice las manos como apoyo para levantarse.
- A la hora de hacer la cama aconsejamos arrodillarse manteniendo erguida la espalda.
- Al vestirse, debe hacerlo sentado. Al calzarse, coloque la pierna sobre el muslo del lado contrario. La espalda siempre recta.
- Respecto del carrito de la compra, es mejor empujarlo que arrastrarlo pues así evitamos la rotación forzada. El asa debe ser alta (hasta la altura de los codos) y son preferibles los carros de cuatro ruedas a los de dos.
- Para conducir, debe apoyar completamente la espalda en el respaldo. Los brazos deben permanecer ligeramente flexionados y las rodillas a mayor altura que las caderas.
- Al levantarse de la silla debe hacerlo con la mirada al frente. Apoye los brazos en la silla, desplácese hacia el borde anterior del asiento, mueva la cabeza hacia delante y retrase uno de los pies, que le servirá de impulso y apoyo para levantarse.
- A la hora de barrer, debe hacerlo de lado con la escoba cerca del cuerpo, las piernas abiertas y semiflexionadas y la espalda recta. Los movimientos de vaivén se realizarán a base de piernas y no de inclinación-rotación del tronco.
- Fregar debe hacerlo igual que barrer. Para escurrir la fregona coloque el cubo entre los pies. Escurra la fregona presionando, haciendo la rotación de la misma con los brazos, no girando la columna.
- En el trabajo de oficina, la altura de mesas y sillas debe ser la adecuada para mantener la espalda recta. Los brazos deben estar en ángulo recto con la mesa. Las rodillas más elevadas que las caderas. El borde superior de la pantalla del ordenador a la altura de los ojos. Si se trabaja con documentos, situarlos en un atril. La silla debe, idealmente, tener reposabrazos, 5 patas con ruedas, respaldo reclinable y regulable en altura y el asiento debe ser igualmente regulable. Los pies han de estar apoyados en el suelo o en reposapiés.
- Para coger un objeto alto se aconseja subirse a un taburete en vez de forzar la espalda estirándose.
- Para coger un peso del suelo es preciso agacharse correctamente y situar el objeto lo más cerca posible del cuerpo. Levántelo lentamente con la espalda recta.
- Para llevar pesos, cargue el peso siempre lo más cerca posible del cuerpo y repartido entre ambos brazos.
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