¿Qué es la celulitis?
En Medicina, entendemos por celulitis de una zona determinada del organismo la inflamación del tejido celular subcutáneo, es decir, la capa de tejido existente inmediatamente por debajo de la piel y compuesta sobre todo por células grasas. Se manifiesta habitualmente como una zona enrojecida, hinchada, caliente y dolorosa y se produce, por lo general, por una infección por una bacteria que penetra en esa zona a través de una herida en la piel.
No es esta enfermedad ni este concepto el que vamos a desarrollar en este artículo, sino el más popular, que define como celulitis la acumulación localizada de grasas con cambios en la textura de los tejidos subcutáneos superficiales, caracterizada por el “acolchamiento” de la piel, que se ha denominado “piel de naranja”. Se trata pues de una serie de irregularidades que aparecen en la piel como consecuencia de que la grasa empuja hacia fuera, pero la piel es retenida por los tabiques que la sujetan dando lugar a este aspecto tan característico.
Se localiza habitualmente en los muslos (las clásicas “pistoleras”), glúteos y caderas, pero también en las rodillas, piernas, región lumbar e incluso en el cuello, produciendo el llamado “cuello de bisonte”.
Importancia y trascendencia social del problema
Aunque desde el punto de vista estrictamente médico no es una enfermedad, la celulitis puede influir de forma negativa en la calidad de vida y en el bienestar de las personas que la presentan. Es conocido que los factores sociales y culturales se relacionan de alguna forma con los modos de enfermar. La implicación de estos factores en los valores estéticos, en los valores personales, en la percepción de uno mismo y en el papel asignado al cuerpo es indudable.
La celulitis afecta a más del 90% de las mujeres, y no sólo a las obesas, ya que también aparece en las mujeres delgadas. Suele empezar en la pubertad, cuando aparecen los estrógenos u hormonas sexuales femeninas, ya que este proceso parece tener un origen hormonal (sabemos que las hormonas sexuales determinan el reparto de las células grasas en el organismo).
¿Por qué se produce?
Fundamentalmente por causas genéticas y hormonales. Afecta, como hemos visto, a mujeres y se centra en las zonas donde éstas acumulan la mayor cantidad de grasas. También influyen otros factores, entre los cuales citaremos:
- la mala circulación sanguínea
- factores psicológicos como el estrés, los trastornos afectivos, conflictos familiares o laborales
- el estilo de vida: falta de ejercicio o de sueño, una dieta desequilibrada, trastornos digestivos
- consumo de tabaco
- el consumo de determinados fármacos, como los anovulatorios y los corticoides.
¿Cómo se puede prevenir?
Una vez que aparece, la celulitis es muy difícil de eliminar del todo, por lo que la prevención de este problema se hace fundamental.
Hacer ejercicio para mejorar la circulación sanguínea y evitar el exceso de peso son las mejores medidas para evitarla. Es fundamental pues mantener una serie de hábitos sanos o saludables. En cuestión de alimentación, la clave no reside tanto en adelgazar (es posible perder kilos y no perder celulitis) como en seguir una dieta con bajo contenido en grasas.
Entre los deportes más eficaces para prevenir este problema destacan la natación, las carreras suaves, la bicicleta y el aerobic, siempre que se practiquen de forma regular. Otras actividades físicas como patinar, bailar, subir escaleras o caminar a paso rápido al menos media hora diaria pueden ser útiles.
Otras medidas que se han propuesto para prevenir la celulitis, porque mejoran la circulación son:
- elevar y estirar las piernas a menudo
- evitar las prendas demasiado ajustadas y los tacones altos
- huir de cualquier fuente excesiva de calor
- no fumar ni beber alcohol
- sentarse o dormir con los pies ligeramente elevados
- acostumbrarse a las duchas alternando el frío y el calor, sobre todo en las piernas
- no permanecer de pie sin caminar durante mucho tiempo
- no cruzar las piernas, ya que se comprime la circulación.
¿Qué tratamientos existen?
Existen en la actualidad 3 tipos fundamentales de tratamiento para este problema, a menudo complementarios: tratamiento médico, tratamiento quirúrgico y tratamiento cosmético o estético.
Tratamientos médicos
Son tratamientos pensados para la celulitis en fase evolutiva y localizada en una zona determinada. El más extendido es la mesoterapia, que consiste en la inyección de una sustancia o preparado médico que “disuelve” ligeramente la grasa para que sea más fácil eliminarla. Esta técnica está contraindicada en caso de problemas vasculares. A menudo son precisas varias sesiones y siempre deben ser vigiladas y controladas por un médico.
Tratamientos quirúrgicos
Se utilizan principalmente para tratar la celulitis en fase avanzada, y cuando no ha respondido a las medidas generales y tratamientos médicos. La liposucción es la técnica más conocida para eliminar acumulaciones de grasa localizada. Otras técnicas similares son la lipoplastia, la lipoaspiración, la liposucción superficial y la liposucción ultrasónica.
Básicamente, la liposucción es la extracción de grasa a través de una cánula por medio de pequeñas incisiones realizadas en la piel. Las distintas variaciones de la técnica se establecen en relación a:
- el calibre de la cánula, que puede ser de mayor o menor diámetro
- la profundidad a la que se hace la liposucción: profunda o superficial
- el método mediante el cual se hace el vacío para la aspiración: jeringa o liposuctor,
- liposucción ultrasónica, cuando además de utilizar un aparato que produce el vacío se utilizan ultrasonidos para romper la membrana de la célula grasa (adipocito) y así facilitar la extracción de la misma.
De cualquier forma, todas estas técnicas contribuyen a mejorar el contorno corporal mediante la extracción, sin cicatrices, de la grasa o de depósitos de grasa aislados.
Existen dos grupos posibles de complicaciones de estas técnicas:
- estéticas, como ondulaciones y depresiones de la piel, déficit de contorno, decoloración de la piel, asimetría y distorsión de la piel, hundimiento o graves deformaciones
- médicas, como embolia grasa, tromboflebitis y tromboembolismo pulmonar, infección e inflamación, hematomas, lesión de los tejidos y necrosis o muerte de los mismos, pérdida de sangre y deshidratación.
Tratamientos estéticos o cosméticos
Se aplican en los centros de belleza y son eficaces en muchas ocasiones frente a las celulitis incipientes. Su objetivo básico es movilizar el tejido graso superficial, estimular el drenaje linfático y la circulación sanguínea.
Existen múltiples tratamientos y productos empleados para este fin, de los que simplemente mencionaremos los siguientes:
- Masajes transdérmicos: consisten en realizar unos masajes con unos rodillos en las zonas afectadas.
- Drenaje linfático: se emplea en caso de retención de líquidos en la zona, y consiste en ligeras presiones en redondo de la zona con carácter descendente. Sirven para eliminar la linfa acumulada.
- Electrolipolisis: consiste en la aplicación de microcorrientes mediante unas placas con electrodos de baja intensidad que activan la grasa para que se elimine de la zona afectada.
- Presoterapia: es un masaje mediante una especie de botas que llegan hasta la cintura y que presionan de forma gradual y ascendente la circulación venosa y linfática, mejorando su drenaje.
- Emplastos de algas o arcillas: se colocan sobre la zona afectada. Sus minerales y oligoelementos tienen propiedades desintoxicantes. Sólo sirven en casos de celulitis muy incipientes o como complemento de otros tratamientos.
- Termoterapia: consiste en la aplicación de calor por medio de baños, vendas o fangos. Se desaconseja en las personas que tienen la tensión baja.
- Hidroterapia: consiste en la proyección de chorros de agua a presión sobre las zonas con celulitis.
- Aplicación de aceites esenciales, como el geranio, la menta o la angélica, por sus propiedades dilatadoras de los vasos sanguíneos.
- Productos anticelulíticos en distintas formulaciones: existen muchísimos, con mayor o menor eficacia demostrada y que pueden ser adecuados en las fases iniciales de la celulitis o como complemento a los tratamientos ya comentados.
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