Cuesta levantarse por las mañanas,
y tener dolor y no saber qué hacer.
Cuesta tener un objetivo, una meta,
mas tanto más caminar sin querer.
Cuesta tener confianza sin ganas,
y tener que camino recorrer.
Cuesta tomar decisiones, rumbos,
mas tanto cuanto no se tiene saber.
Cuesta fracasar y de nuevo remontar,
y tener miedo y tener que luchar.
Cuesta tener ganas por la vida, sí,
tanto más cuanto más se ha de reanudar.
Cuesta empezar de nuevo y no llorar,
y tener flaquezas y no saberlas salvar.
Cuesta llegar a puerto donde anclar,
tanto más cuanto los años pasan sin cesar.
Cuesta tener valor y paso firme dar,
y tener indecisiones y nada saber tomar.
Cuesta crecer como persona, en su integridad,
tanto más cuando sin fe, se intenta lograr.
Cuesta tener voluntad sin ganas de lograr,
y tener que tenerla porque la vida se va.
Cuesta amar cuando un gran vacío hay,
tanto más cuanto el placer y el goce es soñar.
Cuesta tener placer sin poder realizar,
y tener el cuerpo que vibra, que tiene vida.
Cuesta dar aquello que no se tiene, sin lograr,
tanto más cuando se camina sin saber dónde llegar.
Cuesta tener que hablar sin vida actuar,
y tener ausencia de vivencias, ausencia de lugar.
Cuesta convivir con las personas, sin amar,
tanto más cuanto la distancia es una barrera a salvar.
Cuesta mucho tener a la vida un sentido dar,
y tener que despertar otro día sin saber.
Cuesta ofrecer algo de lo que se carece,
tanto más cuanto la inseguridad no deja de cesar.
Autora: Rosa Mª