LA ESENCIA DEL PECADO ¿LA MALDAD O LA DESOBEDIENCIA?
La esencia del pecado para poderla determinar, primero es necesario poner como ejemplo al primogénito de la raza humana (Adán) y a la primigenia mujer (Eva), ya que ellos fueron los pioneros en desobedecer el mandamiento del Padre Eterno, al comer del árbol del conocimiento del bien y del mal y pecaron; y debido a esta desobediencia fueron destituidos de la gloria de Dios. Pasando desde luego la savia del pecado a su descendencia, y así todos los humanos se constituyeron pecadores, con la misma privación que tuvieron sus primigenios antepasados. (Ro. 5:19; y 3:23).
- El conocimiento de la maldad y su relación con la desobediencia:
La maldad es conocida por la desobediencia de Adán y Eva, y ambas desde luego se relacionaron entre sí. En Romanos 3:20, hay una aclaratoria, en el sentido de que por medio de la Ley es el conocimiento del pecado. Y esta Ley fue concertada mediante el primer pacto de IEUE Dios con la descendencia de Israel, pero por causa de la desobediencia ellos la incumplieron, y como resultado les sobrevinieron sanciones y castigos, y que finalmente el desentendimiento del hacedor asía ellos.
Esa desobediencia se puede equiparar a las normativas terrenales, cuando el que sabiendo por los derechos humanos y las Leyes que regulan la materia penal que está prohibido matar intencionalmente y no le importa o no le interesa darle acatamiento, pues sencillamente está desobedeciendo para consumir el pecado que hará un monstruoso mal.
- La voluntad del Padre o la desobediencia:
Las Sagradas Escrituras acerca del Padre Eterno es clara en decir: “Hágase tu voluntad en los cielos como en la tierra”; y JESUCRISTO por cumplir la voluntad del Padre, se entregó para ser Crucificado. El antes de morir estuvo orando en la piedra del Getsemaní, y el dijo: Padre si quieres pasa de mi esta copa amarga, pero no se haga como yo, sino como tu. Si JESUCRISTO hubiera cuestionado la palabra del Padre para no cumplir con su mandato de ofrecerse en sacrificio vivo en la cruz por la salvación del mundo, pues sencillamente al desobedecer hubiera pecado, y ya no hubiera sido la voluntad del Padre Eterno que en él mora, sino la voluntad del hombre (de su cuerpo humano), y el perjuicio o el mal que hubiera recaído sobre la humanidad hubiera sido sobre manera grande.
Conclusiva:
Si el cumplimiento de los preceptos sagrados del Padre Eterno trae beneficios para todos, pues caer en desobedecerla es pecar para recibir o generar el mal. Por lo tanto se concluye que es la desobediencia y no el mal, la esencia del pecado.