El Nombre de Dios en el Sagrado Tetragrama:

El Sagrado Tetragrama, escrito en la antigüedad con el hebreo arcaico, y luego transcrito al hebreo paleo y a otros idiomas antiguos, inicialmente fue constituido por las cuatro (4) letras vocales: “I, E, U, E”, que se originaron de la revelación dada por Dios Omnipotente a Moisés en el Monte Horeb, desde el zarzal que ardía en fuego y no se consumía:

“Ío soy, El que a Ustedes me ha Enviado (Éxodo 3:14, C.T.)”; y las que escribiéndose y leyéndose en conjunto, dan como resultado la correcta abreviatura del Nombre de Dios “IEUE”.

Cuyas vocales hoy en día son admitidas por centenares de creyentes como la pronunciación original del Sagrado Tetragrama, y las que a diferencia de las cuatro consonantes (YHVH) del Hebreo Moderno, que algunos eruditos piensan ser la clave para pronunciar el Santo Nombre de Dios, fueron anunciadas en el Siglo I d.C., por el Historiador Judío Flavio Josefo, cuando en el Capítulo VI de su editada obra “Guerra de los Judíos” se refirió al sumo sacerdote y al Sagrado Nombre, diciendo

“Cubríale la cabeza una mitra o tiara con una corona hecha de Jacinto; y alrededor de ella había otra corona de oro, la cual traía las letras sagradas, que son las cuatro letras vocales.”

Tetragrama que en contraste a su correcta escritura y denominación, han hecho varias grafías con distintas formas de pronunciarse. Pues la primera con minúsculas vocales entre las consonantes: יהוה (YHVH) del Hebreo Moderno, los eruditos inventaron los principales seudónimos: YaHoVáH, YaHVéH y YeHoViH; y la segunda con la “J” latina, suscitaron el sobrenombre más usado en las actuales versiones de la Biblia “Jehová”.

Aclaratoria de la sustitución del Sagrado Nombre de Dios con un Nuevo Tetragrama:

La sustitución del Sagrado Nombre de Dios con un Nuevo Tetragrama, se retrae entre los siglos I y VI de la Era Cristiana, cuando en detrimento del Cristianismo y de la Septuaginta (LXX) los Sóferim y demás rabinos de la secta farisea, impusieron un Canon Consonántico de estilo babilonico, que suscitó en sus sucesores masoretas, el uso sostenido de las consonantes יהוה (YHVH); y a las que con su inventado sistema “Madre de lecturas”, les adicionaron en forma de signos diacríticos, las minúsculas vocales “a, o, a” de adonay, para que resultando יְהֹוָ,ה (YaHoVáH), simple y llanamente se leyera y se dijera Señor, en vez del Sagrado Nombre. Y mucho tiempo después, otros eruditos en la búsqueda del correcto pronunciamiento, tan sólo pudieron lograr el apodo YeHoViH con las vocales “e, o, i” de la palabra hebrea Elohím (Dioses); y en definitiva a YaHoVaH, algunos reformadores de las traducciones Bíblicas, le hicieron una modificación en Europa, para que al pronunciarse “Jehová”, con la “J” latina y las vocales “e, o, a” de la palabra hebrea “Eloah”, sencillamente se esté diciendo Dios, en lugar del Santo Nombre del Padre Eterno.

Contrariamente a tales sustituciones, hay de algunos la opinión de sostener la creencia samaritana, de llamarlo Yahveh, en el supuesto de los samaritanos no idos al destierro de Babilonia y se habían separados del Reino del Sur, lo usaron basándose en tradiciones antiguas.

En definitiva, los seudónimos: “YaHoVáH, YaHVéH, YeHoViH y Jehová” que rabinos y eruditos confeccionaron con las Consonantes יהוה (YHVH) del hebreo moderno, no son el correcto pronunciamiento del Nombre de nuestro Dios Omnipotente; y es necesario enunciar e invocarlo conforme él lo reveló a su siervo Moisés IEUE, y escrito en alfabeto hebreo arcaico y otros idiomas antiguos, pues su Santo Nombre debe ser Santificado, tal y como en lo siguiente de las Sagradas Escrituras está escrito:

“Vosotros, pues, oraréis así: Padre Nuestro que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu Reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal; porque tuyo es el Reino, y el Poder, y la Gloria, por todos los siglos. Amén (Mt. 6:9-13)”.

“Les esparcí por las naciones, y fueron dispersados por las tierras; conforme a sus caminos y conforme a sus obras les juzgué. Y cuando llegaron a las naciones a donde fueron, profanaron mi Santo Nombre, diciéndose de ellos: Estos son pueblo del Señor, y de la tierra de él han salido. Pero he tenido dolor al ver mi Nombre profanado por la casa de Israel entre las naciones a donde fueron. Por lo tanto di a la casa de Israel: Así ha dicho IEUE: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi Santo Nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones a donde habéis llegado. Y Santificaré mi Grande Nombre profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy IEUE, dice IEUE, cuando sea Santificado en vosotros delante de sus ojos (Ez. 36:19-23)”.

SCHEMA, ISRAEL: IEUE ELOHENU, IEUE EJAD

Oye Israel, IEUE Nuestro Dios, IEUE Uno es (Dt. 6:4; y Mc. 12:29-30).