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Respuesta  Mensaje 1 de 51 en el tema 
De: Gabriel Yulian  (Mensaje original) Enviado: 05/10/2011 14:52
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

*** Continuación - Adiectio - Palacio Imperial 


Llegaron frente a la gran mansión. Una mansión completamente abandonada. No solo porque ningún inquilino habitaba allí, además de Sam, claro. Sino porque no había ni un suspiro de vida en ese lugar. El desierto vasto, propio del Cardinal, las nubes oscuras de la noche que parecía comenzar a llover en cualquier momento, aunque en realidad jamás pasara eso, la oscuridad de las ventanas, la luz de la luna que iluminaba con esfuerzo a través de la espesura del cielo. Parecía un lugar abandonado incluso por Gaia, incluso por el mismísimo príncipe del Hades. Una soledad extrema, una tristeza extrema, un misterio extremo. La gran mansión sobre una colina, con una torre no muy alta y tres pisos que estaban para nada conectados entre sí. Un lugar con arquitectura gótica, podía verse una cúpula en una de las torres, arcos ojivales,  las pilastras. Quizás obra de algún mercader con la buena suerte de poder solventar aquellas infraestructuras pero con la mala suerte de irse al infierno por su propia avaricia.

Avaro Sam? No… Pero si podía asesinar a un niño desobediente, porque no llevarse el alma de un mercader egoísta? Corrijo, de un mercader egoista y toda su penosa familia. Caminó hacia la entrada como si nada, como si no se diera cuenta que aquella escena era ensordecedoramente maldita. Pero Sam se veía tan bien en ella, con su cabello azabache dejándose mecer por la brisa, su ropa negra mezclándose entre las sombras, su aura misteriosa de espaldas a Hisoka, subiendo los pocos escalones que necesitaba pisar ante de empujar con ambas manos las puertas de la mansión y abrirlas haciendo un sordo ruido.

Entró y miró a Hisoka a través de las puertas que se iban cerrando lenta y silenciosamente. Pero el rubio pasó por esos portones y Sam sonrió levemente. Llegar hasta aquel lugar solo, un lugar abandonado por  todos, y siquiera sabiendo el camino de regreso, era valiente, era suicida, era cautivador.

En el interior les recibía dos escaleras oscuras, que se encontraban en un primer piso permitiendo el paso a un pasillo profundo y oscuro, donde seguramente existirían puertas que darían a habitaciones que jamás fueron abiertas por Sam. Habitaciones que todavía seguirían con los muebles cubiertos por sabanas blancas.
Las puertas se cerraron por completo y de repente las luces de los candelabros fueron prendidas. Velas por todos lados, incluso las del pasillo que podía visualizarse en el primer piso también encendieron sus luces. Y se pudo ver, los pocos muebles sin ser descubiertos por las telas. La chimenea y los cuadros también se encontraban tapados y en los rincones de la casa podían verse telas de araña amontonadas, espesas y antiguas. Sin embargo los pisos brillaban debajo de ellos, reflejando las luces, las sabanas blancas y los cuerpos parados en el recibidor.

Los pasos de Semhiazza comenzaron a verse para cualquier lugar, sin sacar la mirada de los ojos verdes frente a él, hacia atrás varios pasos, a la derecha unos pocos y girar sutilmente mirando por la gran vidriera de colores que daba afuera. En el otro ventanal, del otro lado de la puerta podía verse un sillón bordó con detalles dorados, que no estaba cubierto por las sabanas, era el único que al parecer era usado. Y frente a ese sillón, que miraba hacia la ventana, unos cristales rotos, que a juzgar por las formas, antes había sido una copa. En el piso, la sangre se encontraba seca, la sangre de un ratón atravesado por un cilindro de vidrio, que seguramente debía ser el tallo de la copa que acabó con la vida del animal, sin motivo aparente.

Sin embargo Sam, no dijo ninguna palabra. No sospechaba que hubiera algo que decir, aquella mansión hablaba muy bien de él. Misteriosa, maligna, oscura y llena de muerte. Pero a la vez se veía desolada, triste, fría, sin la calidez de una familia, sin la armonía de la voz de un mortal, sola, y principalmente con mucha necesidad de atención



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Respuesta  Mensaje 7 de 51 en el tema 
De: Gabriel Yulian Enviado: 16/10/2011 01:35
-Mi amor... No confias en mi? - Sonreía caminando sin apartar la mirada de la de Hisoka.
Dobló en una esquina del pasillo y en la primera puerta, volvió a doblar para entrar a una habitacion,
empujando con su espalda la puerta que al parecer estaba entre abierta y frenó sus pasos, pues
seguramente el rubio no lo seguiría a la cama ni mucho menos. 
 
La habitacion estaba a oscuras, solo las luces del pasillo la iluminaban levemente, una ventana abierta y grande 
cerca de la cama, en donde la luz de la luna iluminaba intensamente. Parecia sacado de alguna pelicula de amor 
y cuentos infantiles, pero en ese lugar se encontraba justamente porque Sam la habia colocado allí, porque
estaba muy cautivado con la luna y verla por las noches mientras descanzaba en su cama, era algo que le daba
un poco de tranquilidad.
 Estiró su mano, tomando la de Hisoka con suma delicadeza y caminar hacia la cama. Era tan directo que lo más 
probable era verlo resistirse, oirlo quejarse y chillar. Le dió la espalda y se dirijió a aquella cama que los esperaba ansiosa.
-Acuestate aqui....- Susurró con tranquilidad, mientras tomaba su cintura y lo recostaba en la cama, sin hacerle caso a sus 
reclamos o protestas, pero deseando no oirlas - Acuestate- Pidió con suavidad en su tono aunque siendo directo. 
Lo empujó con suavidad a la cama, recostandolo sobre la almohada. Para subirse un poco sobre él y posar su cabeza en el pecho
del menor -Necesito descanzar.......- Susurró algo lastimado- Ayudame a descanzar ....- 

Respuesta  Mensaje 8 de 51 en el tema 
De: Shounen Kait Enviado: 18/10/2011 00:38
Le oía con atención, "Confiar en él... hmpf..." elevó sus dejas mirándole con cierto desprecio. Él no confiaba en nadie más que en ese demonio. Y no dudaba de él solo porque... lo adoraba. Pero aún así creía en las atrocidades que las marionetas rumoreaban sobre él. Siguió cauteloso sus pasos hasta ver la habitación... la cama... lo extraño en ella era que parecía el lugar más habitado en toda la mansión. Le dio su mano cuando la pidió con sus indirectas típicas a las que la mayoría de las veces les era indiferente. "Que quieres hacer..." pensó, mirándole de reojo. "Acuéstate aquí... Acuéstate" dijo suavemente, a lo que el rubio se sorprendió, apartando su mano o por lo menos intentándolo. Sin embargo el demonio tomó su cintura y lo recostó con cuidado en la cama. No parecía escucharlo. "..Idiota" pensó con fastidio, dirigiendo sus ojos a él justo en el momento en el que su cuerpo se montaba a la cama y descansaba su cuello y cabeza en la almohada. "Que cómodo.." murmuró dentro de sus pensamientos relajándose un poco, un poco pues... ese imbécil volvía a alterarle. Abrió sus ojos sobresaltado cuando Sem subió sobre él, pero aún así solo se recostó en su pecho y entre sus piernas. El ojiverde no pudo hacer más que sonrojarse "Necesito descansar.... Ayúdame a descansar..." parecía realmente necesitarlo, le conocía la voz. Sabía cuando mentía, cuando hablaba en serio. Sus ojos verdes brillaron intensos en la oscuridad, observando su rostro tranquilo, sus manos quietas y su cabello largo. Sus dedos gráciles y delicados, finos y cuidadosos se enredaron con ambas manos en los cabellos del Teufel, deslizándose en caricias... mirándole - ....te han perseguido mucho hoy? o acaso trabajas horas extra? - habló con sutileza aunque con ironía. Sin dejar nunca de mirarlo, prestándole atención. Acariciando ahora su mejilla y tocando sus labios. El perfume del rubio era intenso pero el de Sam era impresionante... ya había tenido la oportunidad de sentirlo anteriormente pero en ese momento estaban tan cerca. Tan cerca, tan cerca...

Respuesta  Mensaje 9 de 51 en el tema 
De: Gabriel Yulian Enviado: 18/10/2011 18:10
Sentía sus caricias completamente embelesado. La eternidad no sonaba tan vacía si tenia junto a él, a su mas amado.
Nadie tenía la suavidad de sus manos, esa sensación de paz parecida a un sentimiento materno, recordaba que alguna
vez también habia sido mimado, por su madre, por su padre, por el mismo Hisoka. Sentir caricias despues de tantos años
en agonía, le resultaba increiblemente benévolo.  Como siempre, esas manos suaves y delicadas le hacian recordar esos
detalles tan insignificantes a simple vista, pero que le daban significados para vivir.... Si es que se podia decir que vivia.
Le daban significados para seguir aguatando una eternidad con los pies sobre la tierra. Y éso que Semhiazza lo tenía todo.
Tenía absolutamente todo lo que deseaba, pero a la vez no tenía nada... Porque todo lo que tenía le daba igual.

Se preguntaba si todos los Teufel sintieran esa sensación de vacio eterno. Pero sonrió. Sonrió porque esa noche podía
descanzar en los brazos de quien amaba. Y tambien se sentía amado. Un Teufel amado... Estaba seguro, de haber
alcanzado la paz despues de tanto tiempo. 
Le oyó hablar con esa suavidad en la voz, tan relajante. Estaba tan protegido en los brazos de ese Feuermaske
- Te necesité... - Susurró sin abrir sus ojos, abrazado a su cuerpo como un niño pequeño.
No necesitaba más que éso, no necesitaba más que acurrucarse en su cuerpo y refugiarse ahi, desconsolado.
-Día y noche te necesité.... - Tragó saliva dejandose llevar por ésos sentimientos atrozes de angustia y anhelo
- Perdoname...- Susurró con al voz quebrada- Perdoname por haber desaparecido - Dijo sin poder evitar más las lágrimas
humedeciendo la ropa de Hisoka. Lo cierto era, que no desapareció de la nada, se vió obligado a irse antes de matar a las
personas que amaba por culpa de sus nuevos poderes.. Que eran tan grandes, que aun despues de tantos años... Aun no controlaba bien

Respuesta  Mensaje 10 de 51 en el tema 
De: Shounen Kait Enviado: 18/10/2011 19:04
Le veía tan concentrado en sus caricias y tan relajado que no pudo evitar sonreír. "Te necesité..." susurró desde su lugar, aún no abría los ojos. Se abrazaba a su cuerpo como si se tratase de lo único que tuviera en el mundo. El rubio entreabrió sus labios podía presentir un dejo de nostalgia en su voz, sus manos no cesaron de acariciarlo. "Día y noche te necesité... Perdóname. Perdóname por haber desaparecido" murmuraba entre sollozos, sollozos completamente masculinos que demostraban dolor. El ojiverde le observó, manteniendo la calma aunque encontrándose algo sorprendido de que llorara sobre él. Ese demonio que parecía tan fuerte, tan seductor y malvado solo se mostraba así con él - ...estás llorando - murmuraron los labios del menor, como si no lo supiera. Claro que estaba llorando. Rodeó con ambos brazos toda la cabeza del Teufel - ....no quiero que llores tonto.... no te queda bien - murmuró, sus dedos aún se acariciaban con el cabello ajeno. Había sufrido mucho, eso era cierto, se había quitado las ganas con quien se le pasaba por adelante, y se encontraba completamente solo ya que no era su especialidad hacer amistades. Se quedó pensativo un momento, lo bueno era que nunca el demonio lo había dejado de necesitar.. Le miró una vez más.. - ..estás bien? - susurró, tocando con sus caricias los ojos ajenos, dejando salir una voz preocupada de su boca casi sin querer.

Respuesta  Mensaje 11 de 51 en el tema 
De: Gabriel Yulian Enviado: 18/10/2011 20:16
-No quiero que llores tonto... no te queda bien- Oyó decir éso
sin embargo, sintió con el abrazo más fuerte contra el cuerpo ajeno, aferrandose
más a su cintura y escondieno su rostro en entre la ropa ajena, apretando los
dientes tratando de calmarse. Ahora esta bien, ahora estaba con él... Y estaba bien.
Miró su rostro con el suyo humedo por las lagrimas, pero con una mirada completamente
entregada.  Completamente enamorada. -...estas bien? - Preguntó el menor
acariciando sus ojos, a lo que Sam los cerró maravillado sintiendo su suavidad, sonriendo
levemente -Ahora estoy bien... - Susurró- Estoy con vos, y estoy en paz - Agregó con
suavidad en su voz. Sus rostros tan cerca, sus alientos tan cerca, sus aromas tan cerca, y
sus labios tan cerca.... Pero Sam, se mantenia mirando los ojos ajenos, maravillado...
Como si pudiera ver, atraves de ellos.... El alma de Hisoka. 

Respuesta  Mensaje 12 de 51 en el tema 
De: Shounen Kait Enviado: 22/10/2011 05:47
El perfume intenso del rubio estaba envenenando al demonio, pues se encontraba entre sus ropas, abrazado a su cuerpo. "Ahora estoy bien. Estoy con vos, y estoy en paz" habló en susurros, el ojiverde observó su rostro, con los ojos cerrados aunque húmedos, podía descubrirlo con sus dedos que intentaban secarlo. Hasta que los abrió y observó al rubio de pocas palabras y emociones duras como el hielo. Sus ojos verdes se ablandaron una vez más, ese idiota, cómo le conocía. Sabía que en su interior era débil y absolutamente enamoradizo. Lo sabía perfectamente. Su mano izquierda se entretiene con los cabellos de la nuca ajena, acariciándolos, estirándolos con suavidad. Mientras que su mano derecha deslizaba dos de sus finos dedos con tranquilidad en la piel de su mejilla.. hasta llegar a sus labios y abrirlos sin querer - ......conozco una forma mejor... - comenzó a murmura con una leve sonrisa en la boca - ..Para llegar a la paz, junto a mi - miró sus ojos, cómplice. Siempre hablaban así, las indirectas eran algo de todos los días cada vez que se veían. En este caso, solo quería alivianar el ambiente... darle un beso en la boca... que no volviera a llorar. Solo eso quería... Ambas manos tomaron los costados del rostro del Teufel.. brindándole calor.

Respuesta  Mensaje 13 de 51 en el tema 
De: Gabriel Yulian Enviado: 28/10/2011 21:30
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Las yemas de los dedos de Hisoka se posaron sobre sus labios y los entreabrió levemente.
Oyó el comentario.... no ..... el encantador comentario del menor y sus pupilas negras y oscuras observaron la boca ajena.
Esa preciosa boca, esos finos y suaves labios que dejaban escapar sin consentimiento de su dueño, porque claro...
Cuando Hisoka si diera cuenta de estaba sonriendo seguramente desviaría la mirada enfadado de sí mismo por dejarse mostrar de esa manera
y a Semhiazza, tambien... Solo porque se le daría la gana. 
Estos pensamientos hizo sonreir al Teufel, que miraba esa sonrisa pasmado. Sin embargo cuando las dos manos ajenas se posaron en sus mejillas,
el morocho se deslizó sobre el cuerpo ajeno, rozandolo casi posesivamente, para quedar frente a frente, sus rostros uno ensima del otro,
y su cuerpo, todo su cuerpo, recostado sobre el cuerpo ajeno sin aplastarlo.
Incluso sus pelvis se tocaban una con la otra, sensualmente. Ese masculino y oscuro cuerpo, sobre el delicado y apacionado de Hisoka. 
 
Suspiró mirando sus ojos, sus rostros tan cerca que compartian aliento. Sus labios entreabiertos se acercaron a los ajenos.
Tan lento, tan seductor, tan asfixiante
Posandose sobre su piel al mismo tiempo que su mano se colaba debajo de su cabeza,
para dejarla allí y asegurarse que el menor no lo aparte, no se mueva, no se resista.
Sin usar la fuerza bruta, solo utilizando éso; éso que utilizaba siempre cada vez que queria dominarlo: El amor
La otra mano, atrevida, acarició la cintura del rubio para deslizarse por su cadera y llegar a su pierna,
acariciando su piel desnuda, ya que su ropa dejaba a la vista aquella blanca y frágil porción de él. 
Inspiró como hechizado cuando su boca rozó la boca de Hisoka.
Incluso parecía estar a punto de volver a la vida y ser una marioneta normal.
Con extremo cuidado sus labios se movieron, acariciando una y otra vez la piel del rubio.
 
Crack.
Crack.
Crack.... crack crack crack.

Todos los fragmentos que era su alma, todo el dolor, toda la soledad, aquella pantalla de cristal
que había puesto frente a él para que nada lo lastimase, se hizo pedazos.
Y su respiración se detenía cada vez más mientras los minutos pasaban.
O al menos, esa era su impresión. 

Tan extasiante. Tan asesino. El cuerpo de Hisoka era sin duda, ese cáliz de oro, lleno de veneno puro.
Que lo traía a la vida, y lo volvía a matar. 
 Ves ese sentimiento de muerte Semhiazza? Ese sentimiento que nunca pudiste sentir, esa sensación de estar quedandose sin vida?
Bueno... Disfrutala mientras dure.


Ahora que sentía morirse en sus labios, podía darse cuenta que estaba más vivo que nunca. 
Post largo? xD Espero que te guste como está quedando ésto mi amado Kait : )

Respuesta  Mensaje 14 de 51 en el tema 
De: Shounen Kait Enviado: 30/10/2011 01:59
Observó su perversa sonrisa y también sonrió... (...) sonrió porque ambos eran iguales. Eran iguales en el interior, en los pensamientos, en los deseos. El moreno se movió, de forma tal que el rubio no le sacó los ojos de encima, a pesar de haberle causado un estremecimiento en la espina con ese movimiento. Podía sentir cada músculo ajeno, pues aquel kimono de seda era como andar desnudo por doquier. *¿Porque estaban tan cerca? ¿Porque Él esta tan cerca de mi?. Suspiró, y el rubio observó los labios ajenos, dejando ir su propia sonrisa a la nada. Recibiendo la boca con su lengua... dejándose morir en su boca. Cerrando sus ojos y sin resistirse. La mano del demonio se había sentido como una caricia. Su boca ahogada en los besos de Semyazza, ambas de sus manos se deslizaron desde su rostro a su cabello, enredándose en él, en esos largos mechones oscuros que se espacian por la cama, rozándose también con su cuerpo aún vestido, y por suerte. Sintió caricias en su cadera, sintió estremecerse al verse acariciado incluso hasta en su pierna desnuda... Pero se dejaba tocar, se dejaba tocar sin duda alguna. Al menos, por ahora no tenía pensado avergonzarlo, ni apartarlo de él. Era impresionante esa forma de besar, de tocar... de murmurar cosas que le hipnotizaran. De pensar tan distinto, de actuar tan diferente. Todo le llamaba la atención de él. Absolutamente todo. Pero en especial... esos ojos oscuros. El cabello rubio se acariciaba con el cabello del demonio, sus labios se rozaban intensamente en aquel beso, pasional. Y sus uñas se deslizaban en la cabeza ajena, amenazantes, de poder hacerle cualquier cosa al mostrar tanta debilidad.
 
. . . . . . .  .
Será mejor que te consentres en el roll y no en mi, tonto Yulian.
Me gusta como está quedando *O* jajajaja

Respuesta  Mensaje 15 de 51 en el tema 
De: Gabriel Yulian Enviado: 30/10/2011 02:37
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Las manos del menor lo tocaban sin escrupulos. Olvidandose los dos de aquellos habituales y sinsentidos papeles de "corre que te atrapo" y "atrapame si puedes". Olvidandose de sus actuaciones: Hisoka de gatito rebelde y Sam de perro faldero. Ahora eran uno, a la par.. O mejor dicho, uno ensima del otro. 
El cuerpo del morocho se movió levemente hacia arriba. No lo podía evitar... La atmosfera romantica y la luz de la luna golpeando aquella cama parecía no tener importancia para él pues aquel movimiento sexual y seductor habia llegado para arruinar aquella situacion. Aunque muy sutil, apenas un pequeño cambio, para acomodarse mejor entre sus piernas.
Sin embargo, se quejó levemente en su garganta, un sordo sonido de placer se oyó mezclandose en los ruidos humedos y viscozos del beso.
Su boca, continuaba igual que siempre, igual de cautivadora y sus besos completamente entregados a esa piel suave y mojada que significaba estar besandolo.
.
.
.
No tenía idea de cuanto tiempo habia pasado, siquiera pudo darse cuenta que la luna ya no alumbraba su cama ya que a causa de los minutos que pasaban se habia movido de lugar y se había marchado para iluminar a otro lado, a otra pareja de amores prohibidos, quizas... .
Sam se alejó de su boca, extasiado. Con sus labios entreabiertos, cansados y entumecidos. Calientes.. palpitantes. Abrió sus ojos solamente para mirar, (porque sabía que le esperaría éso) los labios rojos y algo hinchados de Hisoka. Como si no lo conociera! Como si no supiera que sus labios despues de besar, se volvian rojos, brillantes, carnosos, apacionados y ardientes. Sus labios volvieron a su boca pero solo para rozarlos y rozar su mejilla hasta acariciar con suavidad su oido - Eres....-susurró- El deseo personificado
 
-La más pura fuente de deseo encerrado en  este frasco que los mortales llaman cuerpo. Naciste para ser mio, para ser inmortal junto con mi amor por ti... Sino, como explicas el hecho que puedas paralizarme con solo un roze de tu piel? -Hizo silencio, respirando inevitablemente en su oido- Cuando te toco, cuando te beso, te huelo, te miro, cuando te tengo debajo de mi... Cada parte de mi cuerpo se vuelve llama. Se consume en la sensación de estar en medio de un bosque prendido fuego, y busco la salida por todos lados... Pero sabes? No la encuentro- 
De nuevo guardó silencio-  Y no la quiero encontrar nunca, quiero morirme en las fragiles redes de tu cuerpo, quiero morir con el corazon sangrante y hecho pedazos, quisiera caer en las trampas que colocaste para que todo quien te toque se consuma en el pecado. Quiero todo éso.... Si éso.... implica amarte-

(. . . )
 

Respuesta  Mensaje 16 de 51 en el tema 
De: Shounen Kait Enviado: 30/10/2011 03:15
Apretó sus dientes, mordiendo el labio inferior ajeno al escucharlo gruñir. Había fruncido el entrecejo y su cuerpo había temblado ligeramente al sentirlo así, tan hambriento de él. Hacía años que no lo había vuelto a tocar... volvió a separar sus dientes, para seguir jugando con su jugosa boca, lamiendo la lengua ajena, acariciándola. Hasta que se alejó de él, y entonces supo que debía relajar la mirada y traga un poco de saliva, para recuperar el aliento. Sus labios brillantes, sus ojos fijos mirándole... mordió su boca, su propia boca... soltándola después. Dejando que su propio labio inferior se soltara de sus dientes lentamente. Dejándose acariciar, ladeando su rostro para que pudiera alcanzar su oído. Escuchándolo, atento... sumiso. "Eres", el susurro lo hizo temblar, "El deseo personificado. La más pura fuente de deseo encerrado en este frasco que los mortales llaman cuerpo. Naciste para ser mío, para ser inmortal junto con mi amor por ti... Sino, como explicas el hecho que puedas paralizarme con solo un roce de tu piel?". Su mandíbula se presionaba dentro de su boca, sin dejarlo ver. Aún con el rostro mirando a un costado. Los cabellos rubios en la cama ajena, se desarmaban despeinado al menor. "Cuando te toco, cuando te beso, te huelo, te miro, cuando te tengo debajo de mi... Cada parte de mi cuerpo se vuelve llama. Se consume en la sensación de estar en medio de un bosque prendido fuego, y busco la salida por todos lados... Pero sabes? No la encuentro", su cuerpo se relajó. Aquellas palabras eran mortales para Hisoka... "Y no la quiero encontrar nunca, quiero morirme en las frágiles redes de tu cuerpo, quiero morir con el corazón sangrante y hecho pedazos, quisiera caer en las trampas que colocaste para que todo quien te toque se consuma en el pecado. Quiero todo eso.... Si eso.... implica amarte". Amarte, no había en el mundo un ser tan perfecto como aquel que lo amaba y que le dedicada cada uno de sus versos. Porque sabía que eran suyos, sabía que Sam le dedicaba cada uno de ellos. Su rostro se giró para mirarlo y susurrar, algo sonrojado por el calor y sus palabras - Todo quien me toque? Nací para ser tuyo? - sonrió apenas, aunque rápidamente esa sonrisa desapareció. Acariciando el rostro ajeno con ambas manos aún, deslizando sus dedos nuevamente en su boca - ... - sus ojos recorrían su rostro, incluso bajó para mirar sus cuerpos. El cuerpo del moreno aún se encontraba entre sus piernas - .... - volvió sus ojos a él - ....tanta seguridad, tan trasparente soy Sam? - sonrió apenas, aunque nuevamente esa sonrisa desapareció - Tan fácilmente puedes darte cuenta? -.

Respuesta  Mensaje 17 de 51 en el tema 
De: Gabriel Yulian Enviado: 30/10/2011 04:50
 
 
 
 
 
 
Observaba al menos con sus ojos levemente entrecerrados al oir su voz susurrante.
Se encontraba como hipnotizado -Tanta seguridad, tan transparente soy Sam? Tan
fácilmente puedes darte cuenta? - La mirada entregada y enamorada del demonio,
era cautivadora. Cuando el rubio terminó de hablar, el moreno se levantó con sutileza,
arrodillandose en la cama y tomando las dos muñecas de Hisoka para manejarlas a su anotojo y voluntad. 
Una de las manos, la izquierda, se posó con suavidad en el pecho del menor, y la derecha se estiró para decanzar
en el pecho del mayor, la tela de su camisa negra provocaba que Sam se viera como salido de las sombras,
su pelo negro, ojos negros, su vestimenta negra y su oscuro cuarto. 
-Sientes ese sonido? - Preguntó en un susurro fijando los ojos en los ajenos. Claramente Hisoka podia sentir
el sonido de su corazón latir normalmente, como cualquier mortal siente sus latidos. Sin embargo, el corazón del
Teufel no latía, siquiera estaba seguro si habia algo allí adentro. 
-Te das cuenta Soka?.... Notás que estás latiendo por los dos, estás viviendo por ti y por mi....- Su voz sonaba 
profunda y llena de sentimientos, incluso algo débil -  Como no podría darme cuenta....? - El sonido de los latidos del corazón de Kait,
le parecieron aun más fuertes y en el eco perdido de la habitación, podía, quizas, si se concentraba... oir el latido desordenado de
dos corazones, o mejor dicho..... dos latidos distintos de un solo corazón.
-Como no darme cuenta si practicamente vivo en ti? Si sabes muy bien que si mueres yo muero contigo....Si
conoces que soy capáz de lo que sea para que no vuelvas a separarte de mi? Si estoy enamorado de ti... Como podía
no conocerte? - Miraba los ojos del menor desde aquel lugar, alto en comparación y soltó las dos muñecas ajenas. 
Sus ojos se mantuvieron un tiempo más en los verdes pero sin querer se dirigieron a su cuerpo  y su mano, atrevida se posó con firmeza
en el pecho del menor para acariciar con pasión Su torso y su cintura, para bajar con intensidad por su pierna- Como podía ignorar el
hecho que...- Se mandó debajo de su ropa para subirla un poco, erotizandose, sin dejar que se vea más de lo necesario
-...se como te gusta que te toquen....- Su mano se deslizó atras de su pierna, como si estuviera agarrandola, con firmeza- 
-Como te gusta sentirte de alguien....- Su sonrisa apareció levemente y lo miró- ... como te gusta sentirte mio

Respuesta  Mensaje 18 de 51 en el tema 
De: Shounen Kait Enviado: 30/10/2011 05:17
"Sientes ese sonido?" atento, afirmó con su cabeza, moviéndola sutilmente, imperceptiblemente. Aunque miró el pecho ajeno, al no sentir sus latidos. Era normal en cualquier Teufel, no sentirlos vivos, después de todo evidentemente no lo estaban. "Te das cuenta Soka?.... Notás que estás latiendo por los dos, estás viviendo por ti y por mi....", sonrió. Hisoka sonrió dulcemente sin querer "Como no podría darme cuenta....?" sonrió más, más aún cuando notó aquello. Quizás.. emocionándose. "Como no darme cuenta si prácticamente vivo en ti? Si sabes muy bien que si mueres yo muero contigo....Si conoces que soy capaz de lo que sea para que no vuelvas a separarte de mi? Si estoy enamorado de ti... Como podía no conocerte?", los ojos verdes brillaban intensos mientras era observado por el moreno, había soltado sus muñecas. Y los mismos brazos cayeron lentamente a los costados de su propio cuerpo. Observó sus ojos, hasta que los mismos se clavaron en su cuerpo y repentinamente se vio siendo acariciado. Sus dientes se apretaron cuando pudo sentir el calor ajeno en su torso, en su cintura, en sus piernas una vez más. "Como podía ignorar el hecho que..." continuaba, el rubio tomó su propia ropa, evitando que se colara bajo ella pero no había podido detenerlo, su sonrojo aumentó "...se como te gusta que te toquen....Como te gusta sentirte de alguien....como te gusta sentirte mío" - demonios Semyazza! - habló dejando escapar un jadeo. Como si hubiese querido callarlo! callarlo por un momento! ...se sentía desnudo, no quería que nadie más supiera eso. Sus mejillas ardían y su cuerpo se veía sometido ante él de esa forma. Se movía para escapar de sus manos pero no podía hacerlo. Tenia razón... en todo. Tomó su propia ropa, su tela que colgaba y la levantó, descubriendo apenas un poco del lugar donde estaba tocando Sam para ver si podía alcanzar a verlo... - ... - sus ojos fijos volvieron al demonio - ...no lo divulgues - susurró dejando escapar un suspiro después. Apartándose al sentarse en la cama, justo frente a él - ..Solo tu, solamente tu sabes eso.. - el cabello del rubio estaba desordenado, y trataba de acomodarlo con una de sus manos - ...No quiero que lo menciones siquiera estando solo. Me avergüenza ser débil - confesó, sosteniendo fijamente la mirada en él.

Respuesta  Mensaje 19 de 51 en el tema 
De: Gabriel Yulian Enviado: 31/10/2011 02:13

Se sentó en la cama, y sus cuerpos de nuevo quedaron tocandose. Aun entre sus piernas, aun arrodillado en la cama.
El hecho de que el menor estuviera allí, con las piernas abiertas, con la ropa a medio salir, con sus piernas desnudas.
Exhaló de solo..... de solo imaginarse de abajo de esa ropa roja y suave, que dejaba en descubierto gran parte de su cuerpo, la piel de Hisoka se
encontraba completamente desnuda. Completamente... desnudo.

Éso hacia arder la sangre, mientras su respiración se encendía lentamente. Exitandose. Esa cercanía, por tanto tiempo, le estaba
taladrando la cabeza, pero se había dado cuenta recién, recién en ese momento que su temperatura comenzaba a elevarse.

Era tan... Maldido calentón. Suspiró para alejarse del cuerpo del rubio y sentarse en la cama a los pies de la misma, sin bajarse de allí.
Mirandolo simplemente, aunque por dentro su cuerpo se prendía en llamas - Tienes hambre? Quieres... que comamos algo? - Mencionó con su habitual
rostro serio. Hacía cuanto no disfrutaba de una comida? Años realmente. No solo porque ahora estaba muerto y no sentía hambre,
sino porque todas las cenas, almuerzos o algo parecido que habia probado para sentirse mas vivo, solo sirvierón para hacerlo entender,
que estaba muerto... cada vez más muerto.

Querido Kait, te imagino a vos asi y me agarra hambre >D

Respuesta  Mensaje 20 de 51 en el tema 
De: Shounen Kait Enviado: 04/11/2011 04:06
"Tienes hambre? Quieres... que comamos algo?" el rubio elevó una de sus cejas, mientras sus manos acomodaban la tela, logrando que ninguna parte se viera sin su consentimiento - hasta los seres como tu comen? - preguntó fingiendo curiosidad y casi en un susurro. Estaba de acuerdo con olvidar el tema, hacía tiempo que se había desacostumbrado al romanticismo. Miró los ojos de Semyazza - ...tan cordial como siempre, puede que tenga hambre - elevó apenas su cabeza y su cuerpo, arrodillándose en las sabanas... su kimono esparcido por la cama, abriéndose como si se tratara de los pétalos de una flor. Repentinamente dejó escapar una pierna, deslizándola suavemente entra las sabanas de la cama y su ropa, hasta tocar el piso con la punta de sus pies y volver a hacer lo mismo con la otra pierna, sin sacarle los ojos de encima al moreno. Acomodó sus telas una vez más, atando más rudamente su kimono justo en su cintura - ... - sonrió, sonrió apenas debido a como lo miraba moverse y lo transparente que eran sus deseos carnales - ..anda... - descubrió uno de sus hombros "sin querer" y rió un poco por ello, levantando esa parte de la tela para volver a ocultarlo - ..que vamos a cenar? - susurro, poniéndose de pie y dando unos pasos descalzo hasta estar a cierta distancia. Sus sandalias estaban a par de la cama. Sonreía, divertido, mirándolo con los ojos entre cerrados. Casi como si se encontrara.. encantado con él.
 
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Deja de joderme! después mis niñas se burlan de mi xDDD 

Respuesta  Mensaje 21 de 51 en el tema 
De: Gabriel Yulian Enviado: 04/11/2011 17:45
 
 
 
 
Miró como Hisoka se cubría la ropa casi con nostalgia.
Extrañaría aquella piel al menos hasta que volviera a verla de nuevo, pero en la vida de un Teufel peligroso como él y un
soldado tan fiel como Hisoka, que sabía él cuando podría llegar el momento de separarse.
Aunque estaba seguro que ahora que lo habia encontrado en medio del Imperio, no pensaba en separarse de él.-Hasta los seres como tu comen? -
Preguntó el rubio, serenando el rostro del morocho, con algo de enojo. "Seres como tu"? Fuiste cruel - Pensó mirandolo con esa mirada fria,
misteriosa y triste que tenia el demonio. Lo miró salir de la cama con la misma gracilidad con la que habia subido a ella e incluso,
permanecido allí. Su cuerpo, repito, era para Semhiazza el mismisimo pecado encarnado. Una sonrisa se vió en su boca, esa forma
de jugar con sus finisimos hilos de cordura le encantaba. Llevarlo y traerlo, y volverlo a bajar, hundirlo y hacerlo volar, llevarlo de nuevo y
elevandolo al cielo, traerlo y hundirlo y hacerlo volar. Le encantaba. Su mirada se clavó en su hombro e incluso apretó sus dientes y mandibula.
Como habia dicho? Llevarlo y traerlo? Hundirlo y hacerlo volar? Se repetia una y otra vez, una y otra vez mientras el rubio ajeno a su poca estabilidad
lo provocaba. -...que vamos a cenar? - Preguntó para romper ese ambiente y finjir que no pasaba nada. Esa sonrisa y esa expresión en el rostro del
rubio hacia borrar su sonrisa, parecia estar disfrutandolo de tratarlo como a un perro callejero. Como a un niño a quien le sacar de sus propis ojos un
caramelo y se lo mostras una y otra vez. Él y esa desesperante forma de volverlo totalmente loco.Se bajó de la cama, con ese rostro serio, intacto;
y caminó hacia la puerta, sus ropas negras y sus pies limpios y blancos, descalzos en la alfombra de la habitación ahora pisaban el pasillo
desenfocando terriblemente con esa escena macabra de estar en una mansión enorme, solos, alejados de todos y de todo. En donde nadie
podría ver nada, nadie podría oir nada, nadie podría oler nada, nadie podría sentir siquiera el fresco soplo del viento,
pues en ese
sector del Imperio, el viento era seco y caliente, resecando todo a su paso. Como el tiempo... Como el tiempo que resecó
el corazón de Hisoka, volviendolo agresivo.
Se preguntó si el desierto habia creado a los cactus, obligando a aquellas plantas asobrevivir en la desolación.
Creando maneras de protección con espinas que impiden el acercamiento de otras especies. Recolectando de las espinas el sustento
que podían para seguir viviendo con lo poco que recibía de la naturaleza. Y de pronto, se sintió un desierto, un seco y caliente viento
golpeando con violencia el corazón de Hisoka, para hacer más y más grandes y gruesas sus espinas. -Comeremos.....- Sonrió levemente,
tratando de relajar el ambiente y no preocupar al rubio por su rostro serio por tanto tiempo- .... lo que haya - Concluyó con
una sonrisa aún. Esperando sus pasos para caminar por el pasillo directo a la cocina, y para ésto tenian que atravesar
nuevamente aquellas escaleras.


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