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Respuesta  Mensaje 1 de 47 en el tema 
De: Lyricalia  (Mensaje original) Enviado: 22/03/2015 05:03


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"Libro escrito aparecerás, todo en ti es condena y verdad." La tonada reverberaba suavemente entre los labios sonrientes de Nichts, su mechones de cabello largos y cortos ondeando de igual forma contra sus ropas al sin son de las ruedas del carruaje y el viento; las dos 'Baenas aladas deslizándose con rapidez a través de los caminos terrosos cercanos a la ciudadela.

La melodía se volvía más intensa en su cabeza, siendo que ningún instrumento o marioneta le acompañaba. Tarareaba y tarareaba, cada vez más alto, y más más más-- las segundas cabezas en las colas parecían bailar al compás, cuatro pares de ojos que Nichts teorizaba nunca de acuerdo estaban en donde mirar.

El desierto había dado paso a verdes parajes, viajeros, mercaderes ambulantes y riachuelos.

La tonada en su cabeza se detuvo. Rememoró en las noticias que su amigo Delrösch, aún recuperándose de la situación le había relatado.

De como habían invadido silenciosamente los laboratorios del Cardinal de Tierra.

De como habían robado y llevado secretos a la luz.

De como el Cardinal había tenido que controlar insurgentes, y erradicar a aquellos civiles que mucho ahora sabían y no gustaban callar.

De los Cuervos Negros, y su ideal.

Las 'Baenas se quejaron al sus garras piedra tocar, mas su camino siguieron por el camino principal que se ensanchaba frente a ellos.

"Kaiser." Enunció el cochero, cubierto de pies a cabeza en ropas que solo parte de sus ojos dejaba ver.

"Hm? Ara, Danke, mein freund." Y tras promulgar esas palabras, siguió tarareando, su cabeza apoyada en su puño, mirada viajando a través de la abierta ventanilla.

Las bestias se detuvieron en la puerta principal, y el cochero les identificó con los guardias. Nichos observó Windsohn patrullando a lo ancho, y sus ojos achicó, inquisitivo. El coche siguió camino, los guardias haciendo reverencia ante su paso. Nichos sonrió de forma amplia y asintió con la cabeza a ellos.

Marionetas se detenían a observar a los reptiles pasar, extraños y majestuosos en ese lugar, aterradores y violentos en su caminar. Nichts golpeó la puerta del carruaje, y con una asertiva orden, el movimiento se detuvo. Plumas fueron removidas de forma natural, dañadas por el largo viaje. El cochero con prestancia bajó de su puesto, y con una reverencia y practicado movimiento abrió la puerta. 

"Danke" Susurra esta vez Nichts, sus pies firmes en una de las calles aledañas y menos ataviadas de marionetas del Palacio Imperial. "Llamaré por ti cuando lo requiera."

"Aber Kaiser..." Dudó el cochero."Sus respetos a la Familia Imperial--"

"--serán con honor cuando el hijo de la cabeza del Cardinal del Fuego encuentre su camino. Después de todo, estaba perdido en la ciudadela por si solo, se le puede perdonar dado que no hubo nadie para recibirle en la entrada, hm?" 

"Ja, Kaiser." Sabiendo no cuestionar al Príncipe, hizo una reverencia y retomó su posición. Con una última mirada, desapareció del lugar entre insonoras pisadas de reptil.

Algunos curiosos miraban al rubio muchacho parado en la mitad de la calle, su atención fija en los letreros de las tiendas.

Y le había logrado sacar un último pedazo de información a Delrösch. De como la mafia habría aparentemente perdido un maletín, y de como sospechaba del grupo insurgente cuyo emblema era Yatagarasu, el Cuervo de tres patas.

Nichts sonrió.

"Saa...Por donde empezar."


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Yyyyyyy heme aquí, queriendo rolear. Esta es la continuación de Dies Irae! Pero puede sumarse cualquier persona, y no tienen que saber nada en especifico del otro rol. Sip! Hay una trama, pero es mucho más ligero este rol que el anterior. Espero les guste y y y y se quieran unir? *wisheeees hard*


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Respuesta  Mensaje 2 de 47 en el tema 
De: ~Ariadne Enviado: 25/03/2015 00:39
Podrá ser que los vientos sagrados nos inciten...
 
Desorientaba la ciudad, mi vista, mi percepción de ella, en la medida en que desorientaba mis pasos por sus suelos empedrados.
Aquel suelo que percibía precipitadamente alto, (¿o bajo?...); aquella espiral nebolusa que pitaba mis oídos, que acidificaba mi lengua
que hormigueaba en un temblor creciente desde mi espina dorsal.
 
... para comenzar a caminar hacia la oscuridad...
 
Inspiraba e espiraba, irregular, con labios y boca seca, con el nerviosismo que conlleva el umbral al síncope.
Lancé mi mano como el palo de un ciego que tamborilea el suelo que pisa en busca del tacto, de algo sólido, me recliné en aquella
pared despacio hasta que caí precipitadamente.
 
... acarreando la luz del mañana. 
Me faltaban nutrientes, más horas de sueño y menos de alerta.
Me abracé contra el frío, sosegar mis temblores, mantenerme entero y que mi cuerpo no se desmembrara miembro a miembro, piel de músculo.
Permití soltar los párpados hasta que mis demonios se aquietasen.
 
En un cerrado recodo de mi mente, incapaz de ser barrido por el vahído, como un alfiler hundido, se encontraba la mayor de mis preocupaciones, mis miedos, mis memorias.
Y la persona que había perdido.
...Y habría de encontrar.
 
Era incapaz de contar los días o, tal vez, semanas que dejaban atrás mi vida en el Templo del Cielo. Habían ocurrido demasiadas cosas, era incapaz de reunirlas todas y comenzar a
pensar en ellas. Carecía de tiempo, de fuerzas, y necesitaba continuar mi camino. Ni dejarme atrapar por el resto de wissen o lichts que habrían partido en caza.
Me envolví aún más en la capa, tapando toda mi cara en la mata de pelo y tela.
La poca visibilidad que entreveía entre el retal de tela que cubría mis ojos ayudaba al hastío.
Con la imagen de un desvalido vagabundo y ciego, la gente apenas me brindaban más de dos miradas. Se llenaban de pena, de miedo o incomodidad. Deparar sus pensamientos en que
aquel mundo que vivían no era solo luz y color era un desperdicio de su tiempo.
Y así es como debía seguir... O como quería que fuese. Ni yo sería descubierto, ni ellos sembrarían angustia en sus vidas.
 
En aquella posición encogida y lastimera observaba la feliz calma y alegría de la ciudadela Imperial. El silencio inexistente, ahogado en risas, música de tabernas, niños correteando,
joviales, despreocupados... Y una ligera nostalgía me cortó el hilo de mis pensamientos.
Añoraba los días pasados, mi yo despreocupado, añoraba continuar ejerciendo de niño.
 
Una pelota pasó por mi lado hasta pararla con la pierna que tenía extendida. Ví como la inocente sonrisa de un niño se iba acercando hasta mi para cogerla, el resto de ellos oscilaban sus
ojitos de arriba a abajo con aprensión. Aquel empezó a titubear conforme se acercaba y no me veía reaccionar.
Me habría de prometer que, fuese cual fuese mi camino y meta, no dejaría de sonreír y vivir como mi psyché había sembrado...
Me levanté suavemente, debajo de la capucha solo asomaban mechones de pelo blanco enmarañado (sin aquellos reflejos azules y vivos pasados), pero con la genuina y dulce sonrisa que
era capaz de expresarle.
Se la devolví, fingiendo torpezas de ciego, su sonrisita volvía a aflorar. Quizá aquel pequeño creyese que era un ancianito ciego y bajito.
Con más calma, ví como se alejaba. Decidí continuar yo también, esta vez trataría de buscar algo que comer...
 
Y oí un nuevo estrépito. Me quedé paralizado.
"Jobar. ¡Jobar, jobar, jobar...!"
Era una licht. La reconocía.
Renovado en fuerzas, me moví con disimulada prisa, tapandome más aún mientras me adentraba en callejones oscuros.
Era imposible que la joven me viese o reconociese, pero tenía que asegurarme.
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Emm, huula :D


 
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