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Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: Kadyr  (Mensaje original) Enviado: 04/06/2024 21:19
Aldo Lavganini, MAGISTER, señala que "En la segunda mitad del siglo XVII el
rosacrucianismo y la masonería se van enlazando tan íntimamente y se ejerce
tal intercambio entre el simbolismo de la una y de la otra, bajo la influencia del
espíritu filosófico humanista dominante, que, a principios del siglo XVII, los dos
movimientos se han fundido prácticamente, y la masonería se prepara para ser
heredera de las tradiciones rosacruces y las corrientes humanistas de la época
Este grado tiene como base fundamental a la doctrina gnóstica misma que se
origina entre el cristianismo naciente y el platonismo renaciente en Alejandría
y la cual consiste en someter toda creencia a la razón humana, ya que se
señala que el gnosticismo, es esfuerzo de la razón para asimilar el
6
pensamiento y transformarlo en conocimiento, en inteligencia y en filosofía
mística".
Como en la naturaleza todo nace, todo se destruye y todo se regenera; la
generación, la destrucción y la regeneración son la tres consideraciones
principales que constituyen el objeto del grado 18º .
En éste grado, el masón, debe reconocerse y reflexionar sobre los valores
internos, contenidos en las virtudes cardinales, de prudencia, justicia,
templanza y fortaleza, así como en las virtudes teologales de fe, esperanza y
caridad a las cuales se les otorga en nuestras torres, un especial atención, en
virtud de que el hombre que ha llegado a ser fuerte confiando en la fe y en la
esperanza tiene conciencia de que puede ser libre; comprendiendo que
solamente por la caridad o el amor puede llegar la humanidad a ser todo, una
sola familia universal. Veamos pues, brevemente, el significado de cada una de
ellas.



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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: Kadyr Enviado: 04/06/2024 21:20
La Fortaleza consiste en el vigor, fuerza o resistencia para vencer el temor.
La Justicia es el origen de convivencia humana que consisten en la igualdad
de todos los miembros de la sociedad, dando a cada uno lo que le pertenece.
La Templanza es la virtud que nos inclina a refrenar la sensualidad y a usar
todas las cosas con moderación, sujetando nuestro sentido a la razón.
La Prudencia consiste en distinguir lo que es bueno o malo, para conseguirlo
o huir de ello.
La Fe es la creencia en la existencia de algo, pero a través de la razón y la
inteligencia.
La Esperanza es la confianza en lograr o realizar una meta que se desea
alcanzar y que se presenta como posible, en la medida de nuestro esfuerzo y
dedicación.
La Caridad es el amor al prójimo, es un sentimiento puro y desinteresado para
practicar el bien.
Las anteriores definiciones nos permiten visualizar las cualidades humanas,
con que todo buen hombre debe contar, sin embargo y por ser de estudio
fundamental en este grado, las virtudes teologales las debemos considerar
masonicamente como indispensables desde el grado de aprendiz.
FE es la íntima persuasión de la conciencia, fundada en la razón y en el
estudio de la naturaleza; es la luz de la verdad que marca a nuestras creencias
el camino único y seguro que señaló a todos los seres el Supremo Creador del
Universo, sostenida por la razón y el estudio juicioso de las leyes naturales,
ella sola, la inquebrantable FE debe cobijar al hombre; porque contra ella es
impotente la duda y los esfuerzos de la ignorancia, y el más seguro baluarte
donde se estrellan los misteriosos fantasmas de la superstición y el fanatismo.
7
Esa FE que manda creer ciegamente en lo que se nos dice, sin permitir el
examen de la razón, es la FE del ignorante o del estúpido que la convierte en
fácil instrumento de los demás. El hombre que no examina o que no
comprende lo que se dice y lo acepta sin consultar, degenera su condición
igualándose al bruto: por esto algunos hombres que se titulan ministros de
Dios, han hecho de esa virtud un instrumento poderoso para realizar sus fines
y mantener en las masas la ignorancia, haciendo entender que hay mayor
mérito en el que quiere creer que en el que cree.
Es la creencia en la existencia de una cosa demostrada y reconocida por los
sentidos, por la inteligencia y por la razón. Con el sentimiento y el juicio el
hombre fortifica su creencia su FE, porque le ayudan a discernir lo justo, de lo
injusto, lo verdadero de lo falso, el bien del mal; creer una cosa porque no se
comprende; o ―porque es absurda‖, como hizo San Agustín, es indigno de un
ser pensador, es renunciar a su libre albedrío, es desconocer la legitimidad de
los sentidos, es negar las verdades de la ciencia. Aquel que posee en sí la FE
tal como debe ser, tiene el poder de vencer el mal; podrá ejecutar todo lo que
conciba; porque no deseará sino lo que es justo y útil a su bienestar y al de sus
hermanos. Aquel que cree ciegamente es un fanático peligroso, hijo del caos,
esto es, de la noche, mientras que los masones son hijos de la luz; es un
ignorante, imagina, y sus sueños engendran el error, una de las plagas de la
humanidad.
El Gran Arquitecto del Universo, nos dio los sentidos y la inteligencia para que
pudiéramos darnos cuenta de la verdad.
ESPERANZA es la perspectiva futura del bien, el presentimiento de la
recompensa, basada en la ley del equilibrio universal; pues así como tras de la
noche viene el día y tras de la tempestad viene la calma, así pues de los
dolores que algunas veces nos aquejan, debemos creer que vendrán días de
calma y bienestar, en que reposará nuestro espíritu, así tras de las luchas que
casi siempre reclama el bienestar, vendrá el indefinible placer de la conciencia
como la justa retribución de nuestros afanes.
Esa creencia firme que nos hace soportar con resignación las adversidades de
la vida, apoyándose en nuestra razón y nuestra conciencia sigue sin
descarrillarse las leyes del Universo, esa es la ESPERANZA, bálsamo
consolador que alienta al hombre hasta el borde del sepulcro.
Es la aspiración del alma humana hacia lo infinito; es una disposición a
persuadirse que lo que desea sucederá; es la esperanza de un bien que se
desea y que parece ha de suceder. La mitología y la religión ha hecho de la
Esperanza, la primera una divinidad; y la segunda una virtud; según la
Naturaleza y la Masonería, es sencillamente un estado del alma, un
sentimiento; y estos dos sentimientos opuestos son las palabras más
poderosas de que se sirven los sacerdotes para asegurar la dominación de los
cuerpos y de las almas.
8
La CARIDAD que razona, que exige circunstancias y condiciones, podrá ser
beneficiosa, pero nunca CARIDAD; la que se ejerce en las plazas y las vías
públicas como alarde de suficiencia, no es más que la necia vanidad del
orgullo, porque en ellas no existe esa relación magnética, que nos hace
presentir los sufrimientos de nuestros semejantes para hacer germinar el
imperioso deber de consolar el infortunio.
Sabéis cuál es nuestra creencia, sabed igualmente que cada uno de nosotros
procura en el mundo el cumplimiento de estas tres máximas: ilustración a las
masas, consuelo al oprimido y libertad al esclavo.
La Caridad es el amor sagrado, de la humanidad, la primera de las virtudes, y
una de las principales bases de la ley masónica. La Caridad no fue nunca el
monopolio de ninguna secta religiosa; puesto que es en el corazón del hombre
un sentimiento innato que no depende ni de los tiempos ni de los lugares. Su
objetivo es la felicidad del género humano, su misión es consolar, pacificar,
unir a los hombres, introducir la justicia en sus relaciones y en sus leyes. En
todos los tiempos ha animado a las almas generosas y a los filósofos de todos
los países. Si todos obedeciesen a sus dulces impulsiones, la concordia y la
felicidad reinarían sobre la tierra: la Caridad es la palabra más hermosa de
todas las lenguas humanas; más el orgullo sacerdotal la ha desnaturalizado, y
desde su nacimiento le ha arrojado de la buena sociedad, dándole un sentido,
despreciable y desdeñoso; haciendo esta palabra sinónima de limosna, los
sacerdotes han debilitado el sentido humanitario. La caridad no es la
beneficencia; la beneficencia no es más que el arte de socorrer al desgraciado,
ya sea porque encuentra en ello placer, ya porque sus sufrimientos repugnan a
la vista, y esta acción no se refiere más que a nosotros mismos.
La caridad, por el contrario: expresa una idea doble, como hace experimentar
doble gozo, el de hacer el bien y el de hacerlo a un ser que nos es querido. Por
eso se han también engañado al calificar la caridad de virtud teologal; pues
―teologal‖ quiere decir ―que tiene a Dios por objeto‖; es así que la caridad no
abraza más que a la humanidad, y ésta la abraza toda entera; luego es con el
sinónimo de fraternidad; una virtud eminentemente masónica y de ningún
modo una virtud teologal.
El grado 18°nos revela la ciencia y el conocimiento que nuestros predecesores
tenían y por ende representa la gran logia del macrocosmos como la del microcosmos, presencia descriptiva de la máxima como es arriba es abajo y
viceversa, el color encarnado o rojo vivo nos recuerda el amor que el iniciado
debe alcanzar por medio de la instrucción al valorarse y conocerse a si mismo
para amarse y poder amar a sus semejantes, los blasones del grado se
adornan con franjas áureas como lo es fulgor del ser que ha encontrado la
palabra perdida y que se convierte en ejemplo a seguir, líder natural, que
trasciende lo humano para alcanzar la inmortalidad.
En este grado cuando el Doctísimo Maestro declara en plena actividad los
trabajos del Capitulo, señala "Como es arriba, es abajo", palabras que se le
9
atribuyen a Hermes Trismegisto, el tres veces grande, de quien se dice, fue el
fundador de la religión Egipcia, y el primer filósofo que enseñara en el interior
de las pirámides las ciencias ocultas, es decir, el conocimiento del hombre,
de la naturaleza y de Dios. (No les recuerda esto, queridos hermanos, las
preguntas del triangular en el cuarto de reflexiones, en fin). Estas ciencias
constituían la base secreta de la sabiduría religiosa. También se dice que
Hermes Trismegisto, fue el autor de 36,525 libros de enseñanza sagrada, otros
comentan que sólo eran 20,000 y algunos señalan que fueron varios los
personajes que escribieron éstos libros en forma conjunta y colectiva y que
acordaran firmar todo bajo el seudónimo de HERMES.
Pero sea como sea, los Egipcios conocían las ciencias Herméticas como ARTE
SACERDOTAL, cuyo objeto, siempre misterioso, consiste en la fuente de la
salud y de las riquezas, dos bases en las que se ha apoyado la felicidad de la
vida.
En el sistema de los filósofos Herméticos, se ESCRUTA cuidadosamente la
naturaleza para descubrir los principios que constituyen los cuerpos y
para conocer el modo de su generación. En él se aprende a conocer cada
cosa por su causa y a distinguir las partes accidentales que no son de su
naturaleza; quienes poseían éste secreto, lo velaban en jeroglíficos, fábulas,
alegorías, símbolos y enigmas como la Orden Masónica, para impedir que el
vulgo lo pudiera conocer.
Salomón en la Biblia, proverbios, cap. 3, versículo 5, expresó claramente
el doble resultado de la obra hermética, cuando habla de la sabiduría, la
cual tiene en la mano derecha lo largo de los días, es decir, la salud y en
la izquierda la riqueza y la gloria.
La tradición del Hermetismo es milenaria. Se originó, hace unos cinco mil
años, en el antiguo Egipto. Se la atribuye a Thoth, que los griegos conocieron
con el nombre de Hermes y los romanos como Mercurio. A esta tradición se
han sumado los aportes de muchos filósofos Hermetistas durante estos cinco
mil años.
Para el Hermetismo Dios es incognoscible. De ahí que, con frecuencia, se le
llama "La Ley" o "El Gran Desconocido". La literatura clásica de Hermes le
llama Nous, que quiere decir mente. Así, el problema se resuelve igualando a
Dios a la Mente Universal que, de acuerdo con el Primer Principio Hermético,
es la fuente de todo: "Todo es mente, el universo es mental."
Esos dos aspectos: el hecho de que Dios sea dado por sentado y que el
esfuerzo del Hermetismo se centre en la evolución del hombre, como un
proceso personal, hacen que el Hermetismo sea una Escuela de Misterio laica,
dirigida al despertar de la conciencia.
Resulta interesante comparar la tradición mistírica pagana con el Hermetismo.
Por ejemplo, las escuelas mistíricas basan sus procesos en la fe, mientras
que el Hermetismo los basa en la experiencia. Así, en la época de Cristo, las
10
Escuelas Herméticas -llamadas entonces Neoplatónicas- van a influenciar
poderosamente algunas derivaciones del Cristianismo como, por ejemplo, la
Gnosis.
Pensaban los Gnósticos que la experiencia era más importante que la fe, la
cual era sostenida, por la ortodoxia Cristiana, como un don del Espíritu Santo.
Los Gnósticos no deseaban depender de la Tercera Persona, sino que
querían tener la libertad de vivir las experiencias del Cristianismo. Tal es
una de las muchas influencias del Hermetismo sobre la Gnosis.
Las escuelas de la antigüedad basaban sus enseñanzas en la Lógica,
Retórica y Gramática, llamado el Trivium. De alguna manera, todos los
aspectos de la cultura calzaban dentro de esa concepción tripartita. Hoy día, el
Hermetismo moderno se mueve dentro de la Ciencia y el Esoterismo, como
factores opuestos y complementarios. Sabemos que la ciencia se ocupa de
todo lo que se cuenta, se pesa y se mide. Pero los Hermetistas creen que las
cosas más importantes de la vida son aquellas que no se cuentan, no se
pesan, ni se miden: como el amor, la autenticidad, la serenidad, la
compasión y la alegría. De ahí que, en la mente del Hermetista, las ciencias
de la materia y del espíritu, sean opuestas y complementarias. Por eso el
Hermetista se ocupará de ambas.
En el encuentro entre el Cristianismo y el Mithraismo, el primero resulta
vencedor. Dos factores principales influyen en ese triunfo: el carácter universal
de la doctrina cristiana y el hecho de que el Cristianismo sí acepta a las
mujeres en su "escuela de misterio." A esto se añadirá el advenimiento de
un primer Emperador Cristiano. Cuando Constantino "se convierte", el
Cristianismo será la religión oficial de Roma. Y, en contraste con la antigua
incorporación de las religiones de los vencidos y de la tolerancia religiosa de
los romanos, ahora el que no es Cristiano es el perseguido. El antiguo dicho de
los Cristianos "el que está con Dios está con nosotros", se convierte en "el
que no está con nosotros no está con Dios."
(Entre paréntesis, queridos hermanos, no sera conveniente analizar en su
oportunidad, la conveniencia o no de la participación de la mujer en la
masonería)
En el Hermetismo se consolida, el ideal de desarrollo del ser humano, se
sintetiza, por esos tiempos, en Nueve Proposiciones Fundamentales:
1.-Conservar los Principios, dentro de una vida austera.
2.-No desear ni mostrar aparentar, sino ser.
3.-Hacer el Bien y convertirlo en culto de la justicia pura.
4.-Purificarse en todo acto y, antes de hacer, pensar.
5.-Considerar como obstáculos la gula, la voluptuosidad
y la influencia negativa del mundo profano.
11
6.-No decir más que lo que se conoce de verdad y que
por verdad nos consta. No dar de lo que no se tiene;
no codiciar lo que por tu merecimiento no puedes tener.
7.-Conservar celosamente las palabras. No dar perlas a
los cerdos y no mentirse a sí mismo.
8.-Ser ejemplo de respeto y de justicia. Antes de violar la
ley de otros, pensar que no queremos que violen nuestra
ley.
9.-Purificar el cuerpo con ayuno; el alma con el silencio.
El recto pensar, el recto actuar y el arte de compartir,
son las energías que abren el reino oculto donde se
aprende, se piensa, se crea y se calla.
Otro de los aspectos fundamentales que ha caracterizado al Hermetismo a
través de las edades ha sido su interés porque cada hombre le encuentre
sentido a la vida. No se trata solamente de conocer las cosas en el aspecto
intelectual. No se trata solamente de saber cómo, cuándo y dónde sino, mejor,
por qué. El manejo de conocimientos útiles, permite el discernimiento para
superar el mero adoctrinamiento de conceptos obsoletos y prejuiciados.
Hablamos de la enseñanza que distingue entre información y valores, entre
qué y por qué.
Asimismo y cimiento del Hermetismo, desde la antigüedad, lo constituye el
uso inteligente de la mente. Ideas como el optimismo y la positividad. La
confianza en uno mismo, la entrega, la perseverancia, el uso de
programaciones mentales para establecer nuevos estados de conciencia,
siempre constituyeron aspectos medulares de la enseñanza del Hermetismo
dirigida al crecimiento total del hombre. En el Hermetismo el hombre se siente
henchido de la fuerza que la divinidad ha insuflado en él y que lo capacita para
abarcar, con el poder de su mente y de su espíritu, todos los niveles de
conciencia. "Me represento las cosas no por la visión de los ojos, sino por la
energía espiritual que derraman sobre mi las Potencias divinas..."(Corpus
Hermeticum). Será preciso que el hombre aprenda a manejar esa fuerza. El
Hermetismo es una reafirmación de la condición espiritual del hombre y de su
capacidad para regresar a la Fuente. "Considérate inmortal... si abrazas con tu
mente todas las cosas.... Habrás llegado a la mayor semejanza con Dios y
entonces lo conocerás mejor." (Corpus Hermeticum).
El Hermetismo siempre pregonó la búsqueda del equilibrio a través de la
armonización de las partes. Ha sido esta una filosofía que ha inspirado a los
espíritus más selectos de occidente. Los textos de grandes sabios, de notables
filósofos, o de distinguidos escritores han sido influidos por esta filosofía
milenaria que, como el ave fénix, surge de sus propias cenizas renovándose
en cada generación.
12
Ciertamente, si nos olvidamos de que somos seres espirituales que pasamos
por una experiencia material, viviremos en la ignorancia de nuestra realidad y
de nuestro destino. Nos será negada, entonces, toda posibilidad de
evolucionar. Porque, para el Hermetista enterado, la transformación es un
proceso que debe involucrar -como evolución consciente- nuestra voluntad. De
ahí la necesidad de la enseñanza y su relación con el conocimiento, que
obtenemos al poner en práctica esa enseñanza. Esas dos coordenadas -
enseñanza y experiencia- son la esencia misma de la tradición Hermética. De
ahí la necesidad del contacto con un Maestro, aunque entendamos que ésa
debe ser una relación pasajera mientras el discípulo aprende el arte -difícil- de
crear y recrear la enseñanza Hermética. Mientras el discípulo aprende a
fabricar el oro... Muchas veces la misión del Maestro es desconcertar o
abandonar al discípulo para ver qué es lo que ha aprendido.
Pero nada se logra sin disciplina. Esta palabra (disciplina) tiene la misma raíz
que discípulo. Pero la disciplina no es asunto de hombres solamente. La
Naturaleza está llena de ejemplos de paciente disciplina. De procesos lentos,
perseverantes, formativos, de crecimiento, que finalmente se resuelven en lo
maravilloso, en lo portentoso del fenómeno natural. Cualquiera que ha
seguido el desarrollo de un embrión, desde los comienzos hasta su formación
final, sabe de lo que hablo.
La disciplina es la practica de hacer lo correcto para optimizar el logro. Es una
medida de eficiencia, de productividad. Y la disciplina alcanza su verdadero
significado cuando surge como autodisciplina. Cuando el discípulo, convencido
de su necesidad, busca su propia disciplina para la realización de sus actos y
convierte lo rutinario en maravilloso, lo intrascendente, en algo realmente
significativo.


Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: Kadyr Enviado: 04/06/2024 21:21
La autodisciplina conlleva el uso de prácticas constructivas tales como
observar de una vida dentro de la armonía. Una vida donde, continuamente,
ejercemos los juicios de valor, pero somos cuidadosos en los juicios morales.
El desarrollo de la sensibilidad es parte de esta autodisciplina, en la que nos
volvemos sensibles para interpretar y comprender el mundo y la vida. El uso
positivo de la inteligencia para llevarla hacia la producción creadora. La entrega
a nuestro trabajo, el enfoque amoroso buscando la integración que dan la
seriedad de propósito y el compromiso. El ejercicio continuo de la libertad
personal, para escoger lo mejor de las opciones múltiples que nos da la
vida, dentro de la capacidad de autodeterminación del individuo.
Por esta misma razón sabemos que la enseñanza del Hermetismo no es para
todo el mundo. Hace falta cierto grado de madurez interior que nos garantice
que las enseñanzas van a ser usadas correctamente y que conducirán a la
realización integral de la personalidad, de manera armoniosa, y no a la
hipertrofia del ego. Es ésta una madurez que no se refiere a la vida
cronológica sino a la madurez de las almas viejas.
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El Hermetista vive el Hermetismo. Asi como el mason debe vivir la masonería,
aunque para tristeza de todos, en muy pocos casos se hace realidad. Es una
forma alegre, inteligente y amorosa de vivir la vida. Su camino es su meta. Su
proceso es su finalidad. Por eso el Hermetista consagrado crece todo el tiempo
porque, dentro de su ser, hay una segunda naturaleza, una "brújula psíquica",
que lo lleva por donde ha decidido ir.
El Hermetista valora y usa los instrumentos que le han sido dados para su
mejoramiento continuo. Técnicas como la relajación, la concentración, la
visualización y la programación mental son instrumentos milenarios que se
han puesto de moda pero que, en el Hermetismo, han sido por siempre "el
pan de cada día." Esas técnicas, unidas a la práctica continua de la
meditación, se constituyen en elementos poderosos que llevan al Hermetista a
la salud física, emocional, mental y espiritual. Por esto en este grado, mas que
en el de compañero en el simbolismo, se deben practicar los ejercicios
recomendados y concluirlos con una cadena de FE, ESPERANZA Y CARIDAD.
Por otra parte, es necesario comentar que la masonería, principalmente en
Alemania, basada en las enseñanzas de Hermes, dio forma a la filosofía
Hermética y formó la rama conocida como Masonería Oculta o Masonería
Hermética. Actualmente el Hermetismo se considera una doctrina esotérica
que se integra, precisamente con las obras atribuidas a Hermes Trismegisto.
Dichas obras al ser rescatadas por las cruzadas durante la edad media
ejercieron gran influencia en el desarrollo de la alquimia y la magia medieval.
El Hermetismo pues, estudia las correspondencias existentes entre los
fenómenos terrestres y celestiales y entre las partes de la naturaleza y el
cuerpo, para ello sustenta siete principios fundamentales a saber:
1) De mentalidad, 2) De correspondencia, 3) De vibración, 4) De polaridad,
5) De ritmo, 6) De causa y efecto Y 7) De generación.
"Los principios de la verdad son siete:
I. El Principio del Mentalismo:
"El TODO es Mente; el universo es mental"
II: El Principio de Correspondencia:
"Como arriba es abajo; como abajo es arriba".
III: El Principio de Vibración:
"Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra".
IV: El Principio de Polaridad:
"Todo es doble; todo tiene dos polos; todo su par de opuestos: los semejantes
y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero
diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son
semiverdades; todas las paradojas pueden reconciliarse".
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V. El Principio del Ritmo
"Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso; todo
asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su
movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la
izquierda; el ritmo es la compensación".
VI. El Principio de Causa y Efecto
"Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de
acuerdo con la Ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a una ley
no conocida; hay muchos planos de casualidad, pero nada escapa a la Ley".
VII. El Principio de Generación
"La generación existe por doquier; todo tiene sus principios masculino y
femenino; la generación se manifiesta en todos los planos".
Quien comprenda esto perfectamente, posee la clave mágica ante la cual
todas las puertas del templo se abrirán de par en par."
El segundo principio, es decir de correspondencia, también conocido como
principio de analogía, es el que se relaciona directamente con las palabras que
como dije en un principio, decimos en forma recíproca a la apertura de los
trabajos.
Como vemos Excelentes Caballeros, la idea del microcosmos como reflejo del
macrocosmos, o sea de como es arriba es abajo, ha sido conocida desde
tiempo inmemorial. Se halla ilustrada gráficamente por los dos triángulos
en la llamada Estrella de David, ó sello de Salomón y por la escuadra y el
compás sobrepuestos, sugiriendo dos triángulos, en el símbolo o emblema
distintivo de la Masonería Universal.
Otro conocimiento fundamental de este grado es el de la búsqueda de la
palabra sagrada esta en la búsqueda de la verdad trascendente que considera
a la fe no como la fe irreflexiva, injustificada y ciega sino como aquella facultad
nacida de la observación que nos conduzca al conocimiento para obtener la
intuición cierta y evidente de nuestras potencialidades espirituales y divinas. Es
del mismo modo el verbo Creador, que esta en nosotros mismos, en nuestra
entidad o ego, es decir del verdadero iniciado que ha trascedendido. Es en
suma la voluntad la decisión con que debemos trabajar para alcanzar nuestros
propósitos.
La doctrina de la Palabra Perdida existe como un arcano en las liturgias y en
los ritos de ciertas sociedades secretas y filosóficas. Cada cual tiene su
respectiva explicación, pero todas se relacionan con una concepción
fundamental que se arraiga profundamente en las primeras creencias del
hombre.
La mayor parte de estas explicaciones sobre la Palabra Perdida tienen por
base la frase bíblica: ―En el principio era el Verbo y el Verbo estaba con Dios y
15
el Verbo era Dios‖ (San Juan 1:1-3). Cosmológicamente esto quiere decir que
la creación del universo fue acompañada de una idea vocativa -un
pensamiento expresado en Palabra. De esta manera, Dios y la Palabra se han
hecho sinónimos. Dios o la Mente, como razón creadora, se ha manifestado
solamente con la emisión de una Palabra. Por consiguiente, el poder creador
de Dios adquiere fuerza solamente al ser hablado. La fuerza de Dios se ha
hecho su voz o una entonación. Según esta concepción, no ha sido suficiente
que Dios haya existido para que el universo y todas las cosas surgieran de su
naturaleza, sino que ha sido necesario también que la causa activa de Su ser,
la ley o la decisión de su mente se manifestase en una expresión hablada.
Muchas de las organizaciones filosóficas y religiosas que conservan la
tradición de la Palabra, exponen que en una época el hombre tenía
conocimiento de ella como una herencia Divina y legítima que le proporcionaba
el dominio de su reino, la tierra. Cómo fue que al hombre llegó a faltarle ese
gran tesoro, a perder la Palabra, es una tradición de la cual diferentes grupos
ofrecen diversas explicaciones. Pero todos creen, cada uno a su modo, que el
hombre puede redimirse y recobrar la Palabra Perdida. Otros místicos dicen
que la Palabra Perdida completa es inefable para el hombre; que él nunca
podrá pronunciarla ni aún si llegase a conocer su contenido, pero que puede
pronunciar ciertas sílabas de las cuales adquirirá un poder personal enorme.
Por otra parte en el Capitulo, el Caballero debe encontrarse con su entidad
verdadera, su ego; y ponerse en contacto con él por el esfuerzo de su mente, a
través de los ejercicios correspondientes, es aquí donde se tiende a entronizar
nuestro fuero interno, por que es el único que nos puede gobernar en armonía.
Todas las cosas que realizamos tienen como punto de partida la mente, la cual
evoca las energías emocionales y físicas o volitivas necesarias para la
realización; sabemos que la acción sigue al pensamiento, que actuamos como
pensamos, que la imaginación siempre tiende a transformarse en realidades, y
como nos imaginamos ser, así nos volvemos; el conocimiento es bueno y útil
para cualquier realización, pero la imaginación es fundamental para el logro de
la obra. Este grado nos deja ver la necesidad de controlar los deseos, la mente
y las emociones. Nos instruye en la manera de realizar una idea por medio de
la acción, a alimentar a nuestra fe, a nuestros sentimientos, a nuestros ideales
para dar cima a los objetivos de encontrar la palabra perdida. Consolidando
que en nosotros reina él.
Aquí se hace necesario recordar que la capacidad mental es ilimitada y que la
meditación concentrada es el medio de atraer energías y por eso se nos
enseña, que es un recurso importante que debemos aprender a aprovechar en
el diario vivir. Y tal como se expresa nuestra liturgia la primera finalidad del
grado, es enseñar a sus miembros la concentración del pensamiento, si aún
los ilustres hermanos no lo han logrado, puesto que se viene practicando
desde el primer grado, para que el hombre se aproxime a sí mismo por medio
de innumerables y repetidos ejercicios, fijando el pensamiento en una sola
16
cosa o en una sola idea y mantenerlo fijo sin permitirle desviarse o divagar.
Claro está, que debe ser logrado con la disciplina que el grado nos
proporciona.
Así el masón conoce el poder de su pensamiento y sus facultades de
concentración mental, para que adquiera confianza en una fe indestructible, ya
que es razonada. Este poder que posee el hombre, permite la meditación
reflexiva en segundo término, para la búsqueda de la verdad.
Y recordemos que el culto a la oración y las ofrendas, deben ser acción
constante; recordando que el pensamiento es el alma de toda actividad, y que
siempre lleva un fin útil y precioso, ya que ésta es la vida y que sólo la acción
conduce al hombre hacia la existencia eterna. Deberán los caballeros y
soberanos príncipes Rosa Cruz, comprometerse a practicar los ejercicios de
concentración cotidianamente, sin ninguna interrupción durante el intervalo de
tiempo que exista entre cada reunión o mesa redonda. Y en cada reunión
deberá informar a los demás de las dificultades que tuviesen en las prácticas,
así como los resultados obtenidos.
Y también deben ser conminados los ilustres hermanos, a medida que se
discipline su mente por medio de los ejercicios, a observar que sus facultades y
aptitudes para su trabajo, mejorarán en calidad y cantidad sea cual sea la labor
que se desarrolle.


Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: Kadyr Enviado: 04/06/2024 21:21
Excelente y Perfecto Caballero Soberano Príncipe Rosa Cruz, tu culto, tu
oración y tus ofrendas son y deberán ser, como lo demanda la Mística
Rosacruciana, la acción. Todos traemos, no la oración en los labios, sino en las
manos y en los cerebros, porque también el pensamiento es acción. Y
debemos dejarlo realizar su obra con esa acción.
Las características divinas que todo iniciado debe tener: el sentir, el
raciocinio y la acción.
Se dice del sentir que emana de la personalidad como consecuencia del
estudio y de las experiencias filosóficas y espirituales que se convierten en la
meta de los nuestros horizontes, son la significación de la esperanza.
Debemos por tanto alcanzar la plena razón con que nos lleve a asumir la
consagración a que se debe todo exc:. Y perf:. Cab:. Rosacruz. Y poder juzgar
con bondad y eficiencia todos sus actos.
La verdadera caridad debe hacer brotar de nuestros sentimiento mas puros la
inducción que siembre amor entre todos los hombres con cada uno de
nuestras acciones.
Estas tres cualidades harán posible que el hombre sea el dueño feliz de este
mundo.
Cada quien labra en silencio su piedra real y efectivamente no hay poder en el
mundo fuera de nosotros que sea capaz de transformarnos, somos nosotros,
internamente como iniciados los que lograremos el cambio verdadero, la
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iniciación trascendente que nos permita por el esfuerzo de nuestra mente,
ponernos en contacto con el mundo interior, con nuestro ser verdadero y esto
sólo con voluntad podremos lograrlo, por eso en la iniciación de este grado
existe la posibilidad de suspenderla cuando somos necios, ignorantes y
fanáticos religiosos, y es cuando se dice ―la cruz se ha roto y la rosa se ha
marchitado‖.
Recordemos que aquí depende de la capacidad de cada uno de nosotros para
lograr la concentración del pensamiento y conocer a plenitud las facultades con
las que contamos y llegar a comprender la cabalidad que el pensamiento tiene
una propiedad sui géneris que es la de atraer pensamientos afines, de ahí que
siempre debemos tener pensamientos positivos, pensamientos de fortaleza,
pensamientos de optimismo y de voluntad, ya que los mismos se verán
engrandecidos con pensamientos afines.
Como vemos Ilustres Hermanos, el supremo Ideal del Caballero Rosa Cruz es
alcanzar, por la vía iniciática, la transformación de su YO INTERNO, es decir,
el cambio de su sustancia prosaica a una sustancia divina y viviente. Esto es lo
que se llama en la tradición esotérica la "transmutación del espíritu". En este
orden de ideas, la Alquimia representa precisamente esto y no lo que los
historiadores de la ciencia positivista, típica de nuestro siglo, entienden al
colocar las prácticas alquimistas como los indicadores de una incipiente teoría
pseudo científica propia de una época que según esos historiadores de la
ciencia, fue una época de oscurantismo y superstición. Ellos dicen que
históricamente, la alquimia fue a la química no sólo en antecedente sino la
parodia de la química así como la astrología lo es de la astronomía. Quizá en
el plano de "saber positivista" esto sea muy cierto, pero hay algo de trasfondo
que no es precisamente paralelo a lo antes dicho: la alquimia fue más bien una
simbología y una actitud iniciáticas, una reserva de la tradición esotérica
universalmente expresada en formas diversas.
En Masonería la alquimia se cita no para ilustrar la ilusa intención de
transmutar los metales corrientes en oro, sino para señalar aquel proceso
iniciático por virtud del cual el hombre alcanza un alto grado de conciencia
cósmica capaz de transformar su estado anímico y por ende sus motivaciones
esenciales hacia la vida y todo lo que ella implica. Esta transformación interna
constituye, en esta tradición, el ideal iniciático cuya naturaleza se simboliza con
la Rosa que florece en el seno de la Cruz, como expresión profundamente
poética y altamente valorativa del hombre universal.
Esta conciencia suprema, esta transmutación de la sustancia espiritual de
tosca a pulida recibe el nombre, en este nivel, de conciencia crística y no de
conciencia positivamente cristiana en sí como pretenden algunos hermanos
postular. Jesús, el Cristo, esto es "el ungido", ha sido el fulcro de una
representación simbólica y de una terminología común en el grado dieciocho;
no debe tomarse el cristianismo como esencia rosacruciana. Existen
testimonios históricos que aseguran que la Cruz no es propiamente cristiana
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antes del Maestro Iniciado ya existía. Incluso, en los primeros siglos del
cristianismo no se usó como expresión de esta nueva religión sino mucho
tiempo después.
La Rosa Mística constituye entonces, la manifestación simbólica del acto
supremo de la Alquimia Espiritual. Y esta realización, como señala el texto
litúrgico, es de orden plenamente individual. Nadie, excepto el propio Adepto,
puede ser el artífice de su alma, el constructor de su conciencia universal de
ahí que la realización de la Rosa Mística, es decir, de la transmutación o logro
del llamado Ideal Iniciático, recibe el nombre gnóstico de la Gran Obra, que no
es otra cosa, como se intuye, que el objeto más serio de la alquimia y la meta
espiritual de los rosacruces. Todo este desarrollo se simboliza en la ceremonia
de recepción del grado, cuyo objetivo es Re (volver a) Encontrar la Palabra
Perdida para restaurar la Piedra Filosofal que por virtud de la caída del
hombre en la materia "destila sangre y agua". Esta alegoría no sugiere otra
cosa que el olvido que ha tenido la humanidad del cultivo de la verdadera
ciencia, esto es, del verdadero conocimiento, de aquel conocimiento que se
aspira, que se aprehende en un acto experimental, es decir, en un momento
vivencial, real, plenamente consciente.
Se trata de esa ciencia "hermética", herencia del Tres Veces Grande, que
permitió a sus practicantes, en el ya lejano y perdedizo horizonte histórico,
alcanzar un grado de expansión de la conciencia que les hizo "ver" lo que otros
no veían, "oír" lo que otros no oyeron y sentir lo que nadie sintió. Por ello se
constituyeron en Iniciados, en verdaderos Hierofantes. En este sentido, el
rosacruz actual, con la búsqueda de la palabra perdida, lo que persigue en
realidad no es otra cosa que el renacimiento espiritual, el reencuentro del
hombre consigo mismo, todo lo cual se podría ser representado, de lograr el
objetivo, con la mística Fénix a que alude la clásica tradición helénica.
El hombre en cuanto tal, es la materia prima con que se efectúa esa Gran
Obra. En ello consiste la Arquitectura Masónica, en la realización de la
Construcción del Hombre Universal y en nuestros Gremios Logiales laboran
aprendices, compañeros y maestros en el aprendizaje y en la enseñanza
perpetuadora de la tradición iniciática y en la construcción de Artífice del alma.
La finalidad ulterior del grado dieciocho es la realización crística en cuanto
finalidad del Arte Real, esto es, la transmutación alquímica de la realidad
interna del hombre. Esta labor es conocida también como la Gran Obra, en las
tradiciones gnósticas. El adepto realizado, el Iniciado comprendería así el
significado pleno del "in nobis regmat ille", estado consciente ideal del Rosa
Cruz filosófico.
En el campo exotérico la misión externa del Caballero Rosa Cruz consiste en
procurar el cumplimiento de las máximas siguientes:
Ilustración a las masas, consuelo al oprimido y libertad al esclavo.
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Para lo anterior, la Institución Masónica, tiene encomendado que los trabajos
de los Capítulos se ocupen de la libertad absoluta de la palabra, hablada o
escrita; de la práctica del derecho que tienen los hombres de formular
cada uno sus opiniones e ideas de la manera que les parece más
aceptable, esto sin restricción de ninguna especie, en tanto que los derechos
de los demás no se vean heridos y minorados por tal manifestación.
Asimismo el grado 18º consagra el recuerdo de la emancipación de los
pueblos por la fraternidad y discute los medios para hacer de esta una realidad
práctica; es aquí donde el masón aprende la teoría de la emancipación de la
humanidad esclavizada por los poderes civiles y religiosos; la emancipación
traerá el aniquilamiento de todas las tiranías, la destrucción de todas las
intolerancias, la desaparición de todos los fanatismos, tanto en el orden político
como en el religioso, ya que el amor fraternal, la tolerancia civil y política y la
tolerancia religiosa, constituye la triple base de la regeneración de la
humanidad. Pero lo importante sin duda alguna, son las consecuencias
filosóficas que el adepto logra realizar para sí.
Es por esto que, el ser humano que ha llegado a ser fuerte y confiado con la fe
y la esperanza, tiene por conciencia la libertad, comprendiendo además, que
sólo por medio de la caridad, puede la humanidad llegar a ser una sola familia,
con tolerancia civil y religiosa, si no antes se ha llegado a amar lo que se debe
amar.
Esto nos está indicando que los trabajos de este capítulo se ocupan de la
libertad absoluta de la palabra hablada o escrita, por la práctica del derecho
que tienen los hombres de dar, cada quién, su opinión e ideas, de manera que
parezcan las más aceptables y sin restricciones de ninguna especie, en tanto
que los derechos de los demás no sean minorados o lastimados por esta
manifestación. Lo que debe estar fundamentado en un raciocinio que satisfaga
la idea y los pensamientos que se expresan, para que sean los correctos y
aceptados. Esto es, que primero deberá el adepto penetrar en su interior, con
la más pura realización espiritual, a fin de conocerse así mismo y poder
entonces conocer a los demás.
La razón del Caballero Soberano Príncipe Rosa Cruz, es la de conservar
encendido en nuestros templos, el ánimo regenerador de la francmasonería. Y
recordar siempre que nuestros misterios y grados nos exigen un estudio
continuado y constante de la naturaleza, de las ciencias y de las artes, para
que la deslumbrante luz que remplaza a las tinieblas de la ignorancia; la
palabra perdida y recuperada; las columnas truncadas; la dispersión de los
útiles de trabajo, que son el símbolo de nuestra tristeza, que es remplazada
con alegría y placer que proporciona la actividad y la animación de un mundo
mejor; el triunfo del bien sobre el mal, de la verdad sobre el error; de la fe
razonada sobre la duda y la superstición; de la relajación, del embrutecimiento
y de la miseria de los pueblos, substituida por la ilustración y el bienestar.
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Que estamos obligados a practicar la tolerancia civil y religiosa, para que las
ideas y los pensamientos se den en abundancia sin la oposición de una
conciencia sujeta a la manera de pensar del clérigo y del administrador de la
religión. Recordemos que los masones admitimos siempre las buenas
doctrinas, por ser éstas de condición necesaria al hombre y que no disputamos
a ninguna religión, ni escuela filosófica, puesto que trabajamos en busca de la
verdad.
El recipiendario debe desarrollar el influjo energético de la esencia esotérica
del grado que lo trasmute en un sol o fuente gestora de vida, que lo convierta
en un ilustrador de las masas, así mismo la espada en su simbología
individual nos refleja el honor, la dignidad, el celo, que un Excelente y Perfecto.
Caballero Rosa Cruz tiene y que debe poner en practica y ofrendar para dar
consuelo al oprimido, y libertad al esclavo.
A todo lo anterior Excelentes Hermanos, consagra el Caballero del Águila y
el Pelícano, su existencia, su vitalidad corporal e intelectualidad entera, es
decir, ésta es la enseñanza del Grado 18°, ésta es la Misión del Caballero
Rosa Cruz.
Con mis mejores deseos de paz profunda y búsqueda eterna de la verdad. 


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