*Un rostro de sorpresa se alcanza ver ante la proximidad del caballero de la llama y sin embargo la sonrisa que se forma tras aquella breve pero existente expresión se hace notar. El cuerpo del Pegaso negro retrocede mas sus piernas se tensan manteniendo sus pies firmes en el suelo al acatar la misma velocidad de su atacante inclinándose al lado derecho de su rival el mismo puño que se encuentra levantado e inclinándose hacia abajo para dejar pasar aquel poderoso brazo que alcanza a rozarle. El calor intenso genera una mueca de dolor así como rastros de quemaduras no solo en la armadura negra del corcel alado si no también en la mejilla del guerrero cuyos puño izquierdo no se hace esperar extendiéndose en contra de su rival desde el costado diestro de él aprovechando la cercanía. - ¿Mi hora?-pregunta con cinismo al momento que su puño libera un golpe en apariencia mas es una secuencia de estas a l velocidad del sonido, aquella propia de un guerrero del poderío del mercenario al tiempo que su mirada brilla con un destello de astucia y ambición, -Yo no ando con juegos… Ankoku Ryuseiken- Culmina cuando cada uno de estos golpes forman una fantasmagórica lluvia de sombras negras que cual meteoros buscan arremeter en contra del rival aprovechando la cercanía de ambos, aquellos peculiares impactos que poseen una cualidad única. SI bien su poder y fuerza no son de despreciar su mayor cualidad radica en la de ignorar la armadura sin importar su rango y penetrar la piel buscando dejar en ella su marca que se propaga como una plaga por el cuerpo de la víctima. La mas secreta arma del Pegaso negro se libera y su rostro contempla esperando aprovechar las condiciones de aquel ataque, la cercanía y la oscuridad que envuelven el negro de sus meteoros.*

Blackdeath Holder.

*Un gesto de sorpresa se forma en el rostro del mercenario al momento que su ataque parece ser evadido con total facilidad. Sin embargo su cuerpo reacciona rápidamente apoyando con fuerza sus pies sobre el frágil terreno emprendiendo primeramente un salto en dirección contraria al caballero de la flama para dar distancia clara entre ellos y de igual manera. “Esta intensidad de flamas, es posible que un hombre como el pueda generar tanto poder” Medita con interés al tiempo que su respiración se mantiene agitada y su vista alcanza a notar el movimiento brusco de aquel enemigo enviado por el santuario, su figura termina por emprender un último movimiento al momento en que sus brazos se cruzan a manera de defensa y finalmente su figura se impulsa con dificultad a un lado dejando que le embestida del ataque del caballero de la llama pase a su lado y sin embargo la fuerza de aquella arremetida impulsa su figura al lado para terminar estrellándose contra una de las rocas de aquel volcánico y escarpado terreno, una delgada hilera de sangre surge de sus labios corriendo por su barbilla y su figura se mantiene apoyada en aquella roca respirando de manera agitada, quemaduras son notorias en sus brazos y en su armadura y sin embargo la mirada de odio y sorpresa no cede pese a la situación en la que se encuentra. Su vida aun no se extingue y su voluntad por alcanzar sus anhelos y mostrar su poder ante el santuario no cede*

Blackdeath Holder

*Una mirada de odio por parte del caballero negro se dirige clara al santo de la Llama al tiempo que el cuerpo de este se recupera de forma lenta de aquella extraña embestida, su tambaleante figura recupera poco a poco firmeza sobre aquel peculiar terreno de la isla volcánica donde se encuentran y conforme su postura se vuelve a erguir delante de su rival sus labios terminan por curvarse, primero en una sádica sonrisa que poco a poco cede para liberar una tétrica carcajada llena de desprecio a donde el caballero de la llama. –Veo que eres un guerrero singular, sin embargo esta es la Isla de la Reina Muerte- exclama el santo renegado al tiempo que la tensión en su cuerpo se recupera y sus piernas se abren sobre el suelo para dar mayor firmeza, -Un lugar de muerte y sufrimiento, de donde solo los guerreros mas fuertes salen con vida, e incluso aquellos que son fuertes temen pues es un infierno en vida- proclama entre una carcajada cruel que se produce al instante que de forma lenta la energía cósmica de su cuerpo se desprende como un negro vapor que apenas y comienza a rodear su imagen. Los puños del mercenario se cierran y sus labios se curvan en una cruel mueca al tiempo que la mirada del guerrero negro se mantiene fija en su rival, “Te mostrare el verdadero infierno, esta Isla cobrara tu vida caballero del santuario, sin importar el costo de ello” piensa determinado al tiempo que su respiración se calma mostrándose aun presto a la batalla*

*La mirada llena de odio del oscuro guerrero se posa ante aquel altivo guerrero enviado por el santuario, sus piernas se abren en un compás tenue que a sus pies provocan que sus metálicas botas se incrusten en el escarpado terreno.-Los santos verdaderos… débiles e incapaces de luchar por ellos mismos, prefieren escudarse en algo como “justicia” – exclama aquel guerrero cuyo negro vapor comienza a ser más intenso hasta tomar un destello peculiar, partículas de energía cósmica negra rodean su imagen provocando que aquel oscuro manto que recubre su cuerpo muestre por primera vez un brillo propio, el brillo de la ambición, la promesa de poder de aquellos que portan las armaduras renegadas. –El poder, el miedo, todo esto es real, convertiré esta isla en tu infierno personal caballero- dicta con palabras seguras que acompañan un rítmico movimiento de ambas extremidades, una a una las estrellas de la constelación del Pegaso son alcanzadas por la mano del mercenario israelí y conforme su constelación se traza con sus movimientos su cosmos despierta al tope entregando la oscuridad de su energía que cual mancha provoca el resaltar de su ser aun en la oscura noche. –y cuando lo hayas disfrutado...te daré la muerte- sentencia finalmente al cerrar sus puños y contraerlos preparándose para la batalla, sus expertos ojos analizan al rival y sus labios se curvan en una cruel sonrisa que se oculta bajo la sombra que provoca el yelmo del Pegaso sobre su rostro*

*La rojiza luz del fuego y el magma iluminan el rostro del santo negro entregando al adversario la mirada de un demonio. El miedo a la muerte es removido y el negro de su cosmos resplandece de forma definitiva mientras su sonrisa se hace más clara y presente. –Tu poder… ¿De verdad crees que tu poder puede con los santos negros?- cuestiona el mercenario al momento que su pierna se apoya en el suelo desquebrajando el terreno e impulsándole al frente entre ambos torrentes e fuego, la presión y el calor provocan el crujir del negro manto del Pegaso oscuro cuyo puño se contrae primero a la altura de la cintura y posteriormente se extiende en un solo golpe… -Ankoku… Sui seiken- clama cuando una lluvia de estrellas negras rebasan el torrente oscuro buscando al creador de las llamas, muchas de aquellas estelas se unen en el último de los golpes generando una masa oscura que cae como lluvia ante un poderoso enemigo buscando al menos un golpe que tiene la capacidad de ignorar armaduras y concentra la esencia misma de la muerte en una sola mancha. “Te equivocas… guerrero, te equivocas si crees que temo a tus llamas, mi único miedo es fallar… ni siquiera la muerte es tan temible como ser derrotado… después de todo esto ya es un infierno en vida” reflexiona al sentir el calor abrazarle, el crujir de su coraza se hace más intenso y partes de la misma son desquebrajadas, primero el caso, después las hombreras, sin embargo su imagen permanece estoica y de pie imprimiendo cosmos a su ataque final y con una sonrisa sádica ante un temible rival…”pero sobre todo te equivocas… en…” aquel pensamiento se mantiene firme dejando que el negro de los meteoros y el rojo de las flamas tiña aquel campo de batalla*

*La sonrisa del Caballero Negro se hace mas clara al notar como las manchas negras consiguen impactar en su rival, un silencio total es guardado por instantes por parte del mercenario al instante que su cuerpo cede por segundos al dolor causando que su postura erguida y firme se pierde doblando su figura por segundos. “Este calor, estas llamas… je..parece que este maldito está hablando enserio” razona, sin embargo sabe perfectamente que el meteoro negro ha impactado en su rival y de igual manera entiende lo que esto significa. –Ese Patriarca suyo debió de enviar mas inútiles como tú, quizá así hubiera conseguido algo- reclama al tratar de mantener su postura firme, quemaduras son visibles en su piel y su armadura negra agrietada es prueba del calor que las llamas del guerrero y del magma de aquella isla producen . –Sin embargo, te diré algo… ya estás muerto- exclama liberando una carcajada que se ahoga en su agitada respiración… “La muerte negra hará presa de este caballero… sin embargo…” continua meditando, sintiendo su ritmo cardíaco acelerarse y reuniendo poco a poco el resto de sus fuerzas. –Sigues a un demonio peor que nosotros… Caballero del Fuego… o es ¿Acaso no lo sabes?- cuestiona el malintencionado guerrero dejando que su sonrisa se muestre segura nuevamente ante el rival*