* Ante las palabras del caballero de Pegaso solo hay silencio, uno que enfoca la atención en el sereno rostro del extraño ser que pareciera calcular lo que debería decir en ese momento; Sin embargo, justo después de un breve momento rompe en carcajadas que aminoran la tensión de la escena. - ¡Vaya sorpresa! - Exclama con un tono exagerado, como si presentara un espectáculo que pronto pasa a segundo plano, pues su voz roba todo foco de atención. - En realidad no eres muy educado, Partita debió ser más dura contigo, con el pecador de los cielos. - Adjunta con un sonido un poco más punzante, pues en ese momento su cuerpo se rodea por una energía oscura que innunda la atmósfera con maldad, tal como si nada pudiera ir en contra de su voluntad. - Que descortés, me presentaré como es debido. ¡Soy Youma de Mefistófeles, una de la estrellas celestiales de Hades y creador de este guión llamado Guerra Santa! - Anuncia con vigor y orgullo conforme su mirada carmes{i emite un brillo que pareciera estar sediento de sangre, aunque también alberga curiosidad por el chico que será fundamental para el desarrollo de sus planes. - Pero debo darme prisa, es muy pronto para encontrarme con Athena, el Patriarca y los caballeros dorados, quienes ya deben haberse percatado de mi cosmos... La emoción de ver a mi querido hijo me ha hecho descuidado, así que ven y muestrame tu fuerza, ¡Ven, pecador de los cielos! - ...*

 

 

* - Je, vaya que eres impulsivo. - Comenta mientras observa como avanza el joven Pegaso hacia donde él se encuentra, pero, lo más extraño es que no mueve ni un solo músculo, rehúsandose a evadir el golpe que en cuestión de unos instantes encuentra la mejilla de Youma, quien por la inercia del movimiento es impulsado con cierta violencia hacia atrás, viéndose como al caer las alas negras se extienden para crear resistencia con el aire y, así, evitar la caída. - Eres débil, no puedo soportar que tu alma sea tan inferior a la de él... - Menciona con cierta decepción mientras recompone la postura para caer de píe sobre el suelo que ni siquiera emite un sonido cuando por fin queda firme. - Por eso es demasiado pronto para tí, aún no eres tan fuerte como tu reencarnación del futuro... Pero no te preocupes, lo serás. - Adjunta con cierta malicia y diversión, pues ahora es cuando pondrá a prueba a su hijo, el chico que ha heredado la fuerza para matar a los Dioses. - ¡Así que empecemos con el primer acto! - Y, es trás las palabras que las alas se desmaterealizan bajo un torrente de energía oscura que rodea por completo a Mephisto, quien empieza a mostrar un cosmos tan o más fuerte que el de un caballero dorado o juez del inframundo...*

 

 

* - ¡Oh! ¡Jajajaja así que tienes curiosidad! - Exclama con gozo mientras su mirada se centra de forma punzante en la imagen de Pegaso, - Así que supongo que te mostraré un poco de él. - Adjunta conforme abre los brazos frente al pecho, colocando las palmas de las manos de manera paralela conforme un remolino negro abre un vórtice que va haciendo aparecer numerosas imágenes que relatan la historia de un evento fuera de toda imaginación, pues se observan a varios dioses siendo golpeados por el puño de un humano, de uno que ha logrado superar la barrera de la mortalidad al alcanzar los milagros màs imposibles de realizar, pues con la voluntad supera a sus enemigos por el bien de la humanidad, de Athena y de sus amigos, si, ese es el caballero de Pegaso del futuro, Seiya... El ùnico que ha logrado terminar con las guerras santas. - ¡Maravilloso! - Termina con un comentario que solamente describe lo que se presenta delante del joven Tenma...*

 

 

* - Es por eso que eres inferior a él, aún no has madurado como un caballero. - Exclama en el momento que recompone la postura, dejando que los brazos caigan a los costados mientras su esencia cósmica aumenta de forma gradual, viéndose como el delgado cuerpo se cubre por una masa negra que da vida a pequeñas explosiones que se expanden por el terreno que se llena de varios colores que rompen durante pequeños instantes con el espacio y el tiempo, dejando una realidad alterna que se desata a raíz del poder manifestado por Youma. - La voluntad y el sentido de proteger, esa es la fuerza del hombre que ha nacido junto a Athena... Si quieres salvar a Alone, tendrás que derrotarlo, pero si dudas serás destruido junto con él. - Adjunta con un extraño tono serio en la voz, misma que transmite aquella sensación al cosmos que de pronto crea un remolino gigantesco que sobrepasa el tamaño de su ejecutor. - ¡Este destino dramático y cruel! ¡Sin duda ha sido una obra de arte, Athena y Hades, criados como amigos y destinado a ser enemigos! - Añade con fuerza y cierto gusto, pues él ha sido quien ha impuesto tan maligno destino, pues esto sin duda es un beneficio extra a lo que pretende realizar...*

 

 

* - ¡Veamos que eres capaz de hacer! - Menciona en el instante en que extiende el brazo derecho hacia enfrente, apuntando con los dedos directamente al cuerpo de Pegaso para así, crear el camino que debe serguir el gigantesco remolino que avanza de forma veloz, creando numerosos giros que lo dotan de una imponente apariencia que es complementada por el intenso sonar de la voz, que como un acto teatral resuena en el sitio. - Marvelous Room - Pronuncia el nombre de la técnica que busca encerrar el cuerpo del enemigo en turno en túnel capaz de desintegrar la materia hasta un nivel molecular, aunque, en ese momento la intención de Youma solo es la de destruir la armadura de bronce, así como el de crear un daño superficial, sin duda, solo pretende detener el avance de su hijo a un nuevo campo de batalla... Al menos, por el momento...*

 

 

* A medida que el combate avanza, el tiempo por extraño que parezca afecta al intruso, quien no puede permitirse presentarse tan pronto ante los caballeros dorado o la misma Athena, pues eso tendría afectaciones a los planes que se encuentra preparando. "Tenacidad, una maravillosa cualidad del ser humano... Sin duda posee un alma tenáz, realmente deseo poseerla, pero antes también tiene que ser fuerte" Pensamiento que genera un inmediado resplandor en los ojos carmesís que se fijan en la imagen de su oponente, como si esparase ver algo que ni el mismo Tenma sería capaz de apreciar. - Ven y terminemos con este acto ¡Aparece Pecador de los Cielos! - Exclama, como buscando ver el verdadero poder del caballero de Pegaso...*

 

 

* - Decepcionante. - Comunica con un tono punzante y serio, algo completamente extraño en el espectro de Mephistopheles que mantiene la mirada al frente pata observar con detenimiento el ataque de Pegaso que para él no es más que una broma. - Pero, aprenderás de esta humillante derrota... Después de todo es el deber de un padre el guiar a su hijo, ´¿No lo crees? - Cuestiona irónico conforme puede sentirse como el ambiente se vuelve extraño, pues de la nada surge el constante sonar de las manecillas de un reloj que marcan el curso del tiempo; Sin embargo, en ese momento surge al extraño, ya que este ritmo pareciera volverse más lento de forma progresiva. - ¡El flujo del tiempo es incierto! ¡Aquellos que lo someten son capaces de realizar cualquier proeza! ¡Apréndelo bien, mira con impotencia como todo a tu alrededor se desmorona y, cuando eso pase tu alma será capaz de despertar todo ese potencial! - Adjunta con diversión conforme los meteoros se van deteniendo lentamente hasta el punto en el que simplemente dejan de moverse, rodeando por completo la peculiar e enirmática imagen de Youma, quien por el juego de luz producido a raiz del cosmos de su hijo adquiere una apariencia imponente como demoniaca, descubriéndose como un ser superior a cualquier imaginación, ya que además es capaz de dominar un poder que solo debería pertenecerle a los Dioses. - ¡Este juego termina aquí, pequeño Tenma! - Sentencia justo cuando de su entorno vuelve a nacer un cosmos con forma de remolino que crece con gran rapidez, viéndose como él es ajeno a los efectos de su poder...*