|
« Retos: Radamanthys de Wyvern v.s Milo de Escorpio.
Elegir otro panel de mensajes |
|
Milo de Escorpio (Kareck) v.s Radamanthys de Wyvern (Gastón)
Lugar: Octavo Recinto del Santuario, Templo de Escorpio
Contexto: ¡Guerra, Invasión! Los espectros siguiendo a los caballeros de Athena resucitados por el poder de Hades, han logrado atravesar las primeras 6 casas, desapareciendo en la Sexta casa de Virgo, el Cosmos de Saga, Shura y Camus, por lo tanto, un tanto sorprendido las hordas de espectros avanzan por la casa de libra, hasta llegar a Escorpio. Por otro lado, un impaciente Juez del Infierno no ha tolerado el fracaso de ese trío traidor y se ha dispuesto a viajar hacia el santuario de Athena, para cumplir personalmente con la tan importante misión de cortarle la cabeza a Athena para el banquete principal del Señor Hades.
Inicia: Radamanthys de Wyvern.
::::ROL ON:::
|
|
|
|
* Cada detalle de la acción realizada es bien observada por el caballero dorado, quien posee una amplia expriencia en combate que le permite el realizar la acción indicada en el momento adecuado. - Jhm, así que pretendes subestimarme. - Exclama en el instante en que esboza una sonrisa confiada y arrogante, misma que es transmitida a un movimiento tan veloz que es casi imposible de percibir, pues su imagen de desvanece del terreno para dar a conocer una cualidad que dentro de la casta dorada es la más destacada, pues se dice que Milo es el más rápido entres los doce caballeros dorados y, eso, queda reflejado en el instante en que las lanzas energéticas se clavan en el suelo que carece de un objetivo, pues este se ha traslado a un costado de la trayectoria trazada por el espectro, viéndose como ataca de forma frontal mientras la mano derecha obtiene el foco protagónico de la escena, siendo esa misma extremidad la que se impulsa hacia adelante cuando se encuentra a una distancia cómoda para Milo, quien apunta con el aguijón carmesí hacia la humanidad del Wyvern. - Grave error, es imposible que alguien como tú pueda terminar con el Escorpión Dorado. - Adjunta en medio del ataque, el cual pareciera congelarse en el tiempo mientras de la punta de la uña se desprenden un par de puntos diminutos que buscan incrustarse en el cuerpo del Wyvern para darle el primer golpe que defina el rumbo del combate, pues aquella manifestación roja guarda un profundo y oscuro secreto...*
"Ríndete o morirás... Te daré tiempo para pensarlo mientras recibes quince golpes"
|
|
|
|
*Los calculadores ojos del Wyvern perciben con exactitud lo que desde un inicio ha necesitado saber para combatir a su presa de igual a igual, sus mayores habilidades en la lucha, por lo tanto, en su rápido descenso la cámara se congela a un paso lento dejando ver como su humanidad ejerce un movimiento que alza completamente su cuerpo de horizontal a vertical, dejando a su integridad física suspendida ante un movimiento de sus grandes alas que le permiten acomodar su posición al momento en que observa como su ofensiva es plenamente esquivada, para luego ejercer un rápido cierre con sus aladas extremidades por delante de su cuerpo ante el ataque enemigo, donde esos puntos impactan con violencia, para luego ver como su fisonomía es arrastrada por el aire a causa de la presión por parte del ataque enemigo hasta conectar con un muro de rocas aledaño a la explanada del octavo recinto, su cuerpo cae al piso, pero aún su contextura física permanece oculta bajo esas grandes plumas del manto espectral dejando un gran misterio de la situación real de aquel hombre quien ahora parece desfavorecido ante la táctica de su rival*
|
|
|
|
* Mientras desciende puede notarse una expresión de satisfacción por el resultado de su técnica, misma que aunque luce poco peligrosa en realidad posee un poder excepcional, tal como el aguijón de un auténtico escorpión. - Aguja Escarlata. - Exclama conforme puede verse como se posa firme sobre el suelo, dejando las piernas en la forma de compás, quedando la derecha un poco más adelantada a la otra mientras la mano se coloca frente al pecho, apuntando en todo momento a su víctima. - Ahora no hay marcha atrás, pues recibirás más golpes como este. - Adjunta mientras su mirada punzante y firme se mantiene atenta...*
"Ríndete o morirás... Te daré tiempo para pensarlo mientras recibes quince golpes"
|
|
|
|
*Pero momentos después de que el galardonado Escorpión de Oro cometiera su acto sentenciando el final con esas lúgubres y simples palabras que resumen la letalidad del aguijón del escorpión un nuevo episodio comienza a generarse puesto que de parte del juez, cuya fisonomía aún es cubierta por el cierre de sus alas, fuertes vibraciones comienzan a ser emitidas, como un total cambio drástico hasta lo visto en el momento, llegando a un punto en que un campo visual se expande sobre su contextura física como un latente fuego de energía pura en su máximo tonel morado...-¡Jhm jhm jhm!- retumba con un fuerte eco, al instante en que sus aladas extremidades se separan bruscamente hacia los costados junto a sus brazos, pudiendo ver como el flujo de esa feroz energía parece ser acumulada de forma ascendente en una flama irradiada por furia y odio hacia su enemigo...-Ya veo, así que ese es el poder de los caballeros dorados... ¡Patético!- exclama prácticamente en un grito, al momento en que enfoca su mirada hacia su contra parte para permitir que sus piernas nuevamente dejen su figura de pié, galante e Imponente como intimidan te...-¡Lo que puedas hacer no se compara con... La furia del Wyvern!- exclama de una manera diferente, con un tonel de voz más grueso de lo usual que prácticamente transforman su tono en el rugir de la bestia infernal, el mítico y gigantesco dragón del Infierno cuyas extremidades inferiores inician un nuevo movimiento para alzarlo al aire donde despliega nuevamente sus alas para ejercer un perfecto equilibrio y regresar en un vuelo, que esta ves se demuestra completamente superior a lo anteriormente mostrado, pues su fisonomía se torna completamente difusa en diversos puntos, confundiendo la distancia real ante la cercanía con su objetivo para luego ante un reducido espacio de separación entre ambos, presenciar un potente rugido que demanda una poderosa ejecución...-¡¡¡Rugido Deslizante!!- que provoca al estirar sus manos, una secuencia de numerosos ataques de energía destructora con la única intención de golpear consecuentes veces la contextura física de su enemigo sin que pueda utilizar la velocidad como un modo de evasión en el que su naturaleza consta en demostrar de forma plena, la bestialidad del Wyvern ante sus presas*
|
|
|
|
* En ese momento solo puede apreciar con asombro la brutalidad que es capaz de expresar el enemigo en turno, quien apesar de embestir de forma frontal prácticamente le cierra cualquier opción posible para escapar de un golpe certero. "Esta velocidad, incluso podría igualarme" Piensa justo cuando su cuerpo es presa de múltiples golpes que van retrasando su posición con cierta violencia, una que es acompañada por un grito de dolor que sin duda refleja el poderio de uno de los jueces del Inframundo. Sin embargo, en medio de toda la bestialidad del oponente Milo es capaz de sobreponerse a la desventaja, pues posee la cualidad de aprovechar la oportunidad ideal para clavar su aguijón de forma certera y ágil, tomando como cortina distractora todo el espectáculo creado por el Wyvern para lanzarle cuatro golpes de la aguja con las que busca mermar la fortaleza del emisario del Inframundo, quien sin duda ha logrado golpear al dorado aunque sin saber a que costo, ya que Milo estuvo dispuesto a arriesgar su integridad física...*
"Ríndete o morirás... Te daré tiempo para pensarlo mientras recibes quince golpes"
|
|
|
|
*La letalidad del Wyvern ha sido demostrada a medias hasta el instante, puesto que su accionar deslizante le ha permitido desplegar una gran cantidad de golpes bajo el efecto de una furia brutal que ha servido para golpear diversos puntos de la anatomía de su enemigo, sin embargo en medio del avance y retroceso por medio de ambos, Radamanthys no puede evitar presionar sus dientes con total fuerza, cuando siente como un ardor intenso se apodera en cuatro puntos diferentes en la anatomía de su cuerpo que mezclan un color carmesí con la estela que deja el paso del Dragón infernal...-¡Kyagh!- deja escuchar, cuando por un instante la potencia de sus golpes cesan, pero no como un acto suficiente para detenerlo, si no que para emitir un nuevo movimiento con sus alas con extrema velocidad, que lo dejen de forma vertical, sobre la fisonomía de su golpeado enemigo atacante con un primer plano de la amplia resistencia que posee ese Juez, seguido a un acto macabro que arroja toda su ferocidad, cuando sus ojos expresan un tonel rojo profundo y un ensordecedor grito totalmente audible ante la poca distancia...-¡Iluso!, ¿Con esa clase de fuerza pretender derrotarme?, ¡Te aplastaré en este momento!- y entonces, ante ese delirio desquiciado de ira donde el dolor pasa desapercibido gracias a su extrema adrenalina que lo impulsa a seguir adelante, lleva sus manos hacia la altura de su abdomen, donde se puede ver como ese flujo de energía comienza a juntarse hasta formar una esfera que irradia fuertes vibraciones que hacen temblar el suelo, hasta que finalmente, el letrado de Caína sentencia...-¡¡¡Gran Caución!!!- permitiendo desplegar ambas manos hacia el frente, completamente hacia su único objetivo, su enemigo, notando como todo el flujo que el poder de su energía demanda, es transmitido visualmente en forma de más de una onda expansiva, con una extremo poder masivo de choque que se demuestra ante el tacto de su ejecución con el material de la explanada, que no tarda en ser elevado y agrietado, desprendiendo fuertes trozos de concreto al aire, ante el paso de esos consecuentes golpes destructivos de extremo poder que alcanzan a deslizarse en un parpadeo lumínico hacia su enemigo*
|
|
|
|
* Es así como el combate entra en un ritmo frenético, dejando notar el constante y violento despliegue de cosmos por parte del Wyvern que no le da ni un pequeño respiro a Milo, quien observa con cierta molestia como está siendo superado por el enemigo. - No me subestimes, Wyvern. - Exclama con arrogancia conforme su cuerpo se cubre por un pequeño destello dorado, uno que en poco tiempo es opacado por el brillo carmesí de su aguijón. - No pretendas ser superior a mí cuando ya has sido alcanzado por mi aguja. - Adjunta conforme coloca los brazos frente al cuerpo, amortiguando en los antebrazos el golpe que lo hace retroceder con gran violencia, dejando la marca de sus botas al friccionarlas con el suelo que traza líneas perpendiculares, viéndose como además su sagrada protección sufre diversas grietas a causa del poderio enemigo que incluso ha logrado mermar su cuerpo, pues se puede observa la ausencia del yelmo, así como una lína de sangre que emana de la boca para deslizarse por el mentón. - ¡Así que recibe mis golpes! - Es justo al final de las palabras que rompe la postura defensiva, dejando notar como con esfuerzo y potencia impulsa el cuerpo al frente, colocando la pierna derecha por delante para crear un punto de apoyo mientras direcciona su mano del mismo lado hacia la imagen del Juez del Infierno para liberar seis puntos carmesís que viajan como si fuese cometas en medio del camino lleno de destrucción que ha dejado el Kyoto, aquel que se ha convertido en la presa del letal escorpión...*
"Ríndete o morirás... Te daré tiempo para pensarlo mientras recibes quince golpes"
|
|
|
|
*Mediante una letalidad frenética el Kyoto arremete contra su enemigo logrado efectuar los destructores golpes que su técnica masiva evoca, viendo así como su enemigo no hace más que cruzar sus brazos y someterse ante la furia de uno de los jueces más poderoso del inframundo, sin embargo, cuando ya las últimas esporas de la ejecución se disipan, el enemigo comete un acto atrevido de su parte que solo expresa un incalculable valor y afinidad sin embargo ante el clímax que la batalla desarrolla, Radamanthys, ejerce un rápido movimiento de reflejo, que impulsa la totalidad de su extremidad alada diestra como único recurso para defenderse del contra ataque, sin embargo, en cuestión de segundos cuatro fuertes impactos se puede escuchar como lanzas ante un escudo mientras que otros dos, solo dejan una larga estela de sangre al aire, sobresaliendo desde sus dos extremidades siniestras...-¡Kyaghhh!- emite dejando una expresión de dolor en su rostro, mientras que desde su ala derecha se des prenden algunos trozos de su material dejando ver como su acto de resistencia ha llevado al colapso algunas partes de su herramienta de vuelo...-¡M...aldito!... ¡Grrrhhh!- exclama el Wyvern, sintiendo las fuentes punzadas que ha recibido con un intenso dolor que solo provoca más ira en su temple, cuando finalmente permite que su ala fracturada descanse en su retaguardia y alzar al frente su extremidad derecha, permitiendo que los rastros de energía que fluyen a través de su ser comiencen a concentrarse en ese punto, de forma diferente a lo antes mostrado...-¡¿Como te atreves a interponerte ante mi, rata asquerosa?!. ¡Haré que te pudras en el infierno como castigo!- y como última sentencia del magistrado infernal, su diestra al frente comienza a ejercer un comportamiento diferente, pues la presión que emite, genera una onda sobre el radio de sus piés, que cambia el color del losado del santuario por una circunferencia negra que se alza con fuertes ráfagas transparentes sobre la completa anatomía del herido juez....-¡Tú castigo será la pudrición eterna en el peor sitio del Hades, donde tu alma vagará eternamente en la colina del Yomotsu junto a las almas que guiarán tu caía hacia el averno del olvido y la perdición!- sentencia, para luego, ejecutar un fuerte grito de guerra...-¡¡¡ONDAS INFERNALES!!!- transformando instantáneamente toda la escena debido a la feroz y poderosa ampliación del círculo que lo rodea, contaminando la escena de batalla con algunas imágenes difusas de puntos luminosos entre un universo de oscuridad que arrasa con todo a su paso ante una presión de arrastres sumamente poderosa, buscando de esa forma, transportar al caballero de Oro, hacia el límite del inframundo en ese gigantesco y agresivo portal con el completo poder para succionar hacia atrás a su enemigo y hacerlo caer en lo profundo del Mei Kai*
|
|
|
|
* La mirada firme, soberbia y punazante de Milo se mantiene atenta a lo que sucede en el campo de batalla, uno que constantemente es dominado por la ira del Juez del Inframundo que pretende minimizar la fortalaza del caballero dorado, quien por un efímero instante admita un gesto de sorpresa- ¡¿Las Ondas Infernales?! - Repite en un cuestionamiento que es más bien dirigido a si mismo. - Así que dominans la técnica de un caballero dorado, es patético. - Adjunta despectivo conforme su cuerpo nuevamente se cubre por ese resplandor dorado, pues comienza a sentir la presión que ejerce el movimiento del enemigo sobre su cuerpo. - ¡Pero no deja de ser más que una copia lamentable! - Es tras las palabras que hace uso de su potencia física, así como de la velocidad para iniciar un carrera frontal en dirección al oponente, viéndose como su imagen pareciera ser solo una estela dorada que avanza sin mermar la velocidad o intencidad del ataque. - ¡No perderé ante alguien como tú! No puedo perder mientras mi cosmos arda en pos de un futuro, en pos de un mañana para la humanidad. - Dice con seriedad y firmeza, notándose como trata de resistir la onda que busca llevarlo a un mundo paralelo al que se niega a partir. - ¡Recibe el golpe de la Aguja Escarlata! - Dictamina conforme lleva la extremidad hacia enfrente, liberando seis nuevos puntos que tiene como finalidad el completar catorce estrellas de la constelación de Escorpión, buscando crear un daño severo, pues el efecto de su técnica consiste en un dolor agudo que se desprende desde el sistema nervioso central, así como una constante hemorragia en los puntos afectados, una que no se dentendrá hasta que lo lleve a la muerte o la locura, pues la desesperación es la principal cualidad que ejerce el escorpión dorado...*
"Ríndete o morirás... Te daré tiempo para pensarlo mientras recibes quince golpes"
|
|
|
|
*La fiereza en el Kyoto atacante lo lleva a plasmar una imagen amplia mente superior, tal y como es conocido en las filas del infierno por poseer un poder que incluso supera al de los afamados santos de la máxima jerarquía en la casta de Athena, por lo tanto en una primera instancia, las palabras del escorpión resistente a sus aplacables ondas desprenden una ira incontrolable...-¡No se a que te refieres!... ¡Yo no me comparo con ningún asqueroso caballero de oro, ninguno de ustedes se comparan a mi tenacidad, pero de algo estoy seguro!...- resuena su voz temblorosa ante la presión generada que afecta de forma completa el ambiente, pues fuertes ráfagas de energía son transportadas de forma indirecta, para permitir la apertura de ese oscuro umbral con una fuerza superior a la de cualquier onda vista en la historia que inmediatamente comienza ir transformando la escena...-¡Ningún caballero dorado tiene el poder suficiente para detenerme ni para superar el poder de mis...¡ONDAS DE HADES!- cuando ese sagaz instante en que su diestra atacante expulsa una oleada más intensa es que la realidad se distorsiona completamente, alejando su figura por un instante y dejando instantáneamente un efecto de que el losado ha desaparecido ante la fuerza de gravedad de su ejecución, redoblando tras breves momentos un paisaje tétrico y oscuro, paulatinamente al sonido de la voluntad del caballero de oro, quien ataca sin piedad, cegado por el orgullo de cumplir su deber...-¡Task!- se escucha seis veces de forma repetida cuando seis puntos luminosos atraviesan de un lado a otro sobre una de las largas filas de almas en su camino a la perdición atravesando varias de ellas hasta seguir su curso sobre el oscuro terreno, generando gritos de terror que de forma instantánea, despierta el fuerte sollozo abrumador de dolor de cada una de las incontables imágenes que adornan toda la reluciente y extensa colina con finos senderos en caída hacia el pozo del olvido, al centro de la colina Yomotsu creando una escena completamente perturbadora...-¡Jhm, Demasiado tarde!- se deja escuchar desde el aire, con sus alas desplegadas que le permiten ejercer un balance casi perfecto sobre el aire, a pesar de tener grandes daños, mas de la mitad de su contextura de cuatro piezas gigantescas por lado relucen en un estado medio, aun con el imponente toque que le brinda en reconocimiento de la magna bestia infernal de corazón oscuro, el jefe del infierno, Waiban quien alzado en el cielo reaparece solo mostrando una imponente ferocidad en un despliegue que tiñe toda su estructura de un tonel violeta por fuera de los designios que adornan su rostro en una densa mezcla entre el dolor y la euforia total, algo que lo hace ver como alguien in detenible y frenético bajo la protección de sus propios dominios infernales y resistir amplia mente los efectos que desde momentos atrás han comenzado la lucha por desestabilizar una mente, que desde un principio se ha volcado hacia la locura como su propia naturaleza, bajo el odio y bajo el castigo del dolor con el que ha aprendido a aplastar a sus enemigos y a ser altamente respetado por las tropas del infierno...-¡Jhm jhm jhm! Basura insolente, tu torpeza te ha llevado al fracaso total... Pero antes de aplastar tu cuerpo como la rata insignificante que eres, te diré el camino que escogeré...- expresa bajando su mirada unos instantes, dando alusión al efecto que han causado los piquetes que anteriormente lograron entrar a su cuerpo...-La locura es algo que no me perturba en lo absoluto si no que... ¡ME IMPULSA A SEGUIR!- y ante ese fuerte grito, una explosión de átomos es expulsada desde su ser, pintando gran parte de la atmósfera espectral con un tonel frío que solo simboliza la oscuridad y la destrucción, como aquella fisonomía que parece dar vida propia a la mítica bestia del infierno*
|
|
|
|
* "La colina del Yomotsu, así que no lo logré a tiempo" Menciona en cuanto observa el panorama que conduce a la puerta del Inframundo, siendo aquel un lugar resguardado por el cosmos de Athena que incluso ha sido superado por el Wyvern. - Sin duda posees un poder abrumador, pero ante mi aguijón no hay voluntad que pueda superar sus efectos. - Menciona justo cuando esboza una sonrisa torcida, dejando notar cierta confianza en sus palabras y acciones a pesar de encontrarse bajo la influencia del poder de Radamanthys. - La locura solo se encuentra a un paso de la muerte, pero eso ya debes saberlo tú mejor que nadie... El sangrado jamás se detendrá y el dolor aunque lo aceptes será insoportable. - Adjunta en el instante en que apunta nuevamente con el índice al cuerpo del oponente. - Y haz olvidado algo importante, desde el principio jamás tuviste dos opciones... Pues tú, como todos los espectros de Hades moriirán sin remedio. - Dice determinante y firme, marcando perfectamente que no ha perdido la confianza, ni la esperanza de seguir en la batalla...*
"Ríndete o morirás... Te daré tiempo para pensarlo mientras recibes quince golpes"
|
|
|
|
*...-Me eh reservado este lugar para tí- exclama desde su altiva posición donde los efectos de su naturaleza ardiente se demuestran dando paso ante los diversos efectos que causa sobre las almas que rodean en tétrico lugar, dando la sensación de sucumbir en miedo ante la presencia que se expresa y cada ves se desarrolla en un tono de vibraciones más explosivas así como también se refleja en un acto completamente visual al expulsar notorias aglomeraciones de energía en un amplio radio desde su fisonomía...-El infierno es un lugar lleno de sorpresas y el sitio adecuado para insectos como tú- emite cuando su mirada soberbia de tonel carmesí llega a un punto clave en su arrasante ferocidad...-Te daría dos caminos a elegir, morir de hambre y sufrimiento en estas tierras de lamento donde solo hay una salida o permitir que la locura de no encontrar la salida hacia la realidad, te impulse a arrojarte por tus propios medios al pozo de la muerte... Jhm jhm... Pero yo no soy alguien que tenga compasión...- exclama al momento, en que sus brazos comienzan a moverse, alojándose sobre su plexo a una distancia de ciento ochenta grados, donde todo el flujo de su energía comienza a concentrarse en una gran esfera destellante, una que su reflejo cubre completamente la visual del Kyoto de una forma como no se ha visto hasta el momento...-¡Prefiero asegurarme de que las ratas estén muertas y enterradas!- entonces su propia imagen, todo ese brillo irradiado en ferocidad comienza a destellar como ondas, para luego, presenciar el temible rugido de el Dragón de la mitología europea...-¡¡¡LA MAS GRANDE PRECAUCIÓN!!!- desplegando de esa forma, la formación de gigantescas oleadas de cosmos en la que privan completamente de la visual del Wyvern, ante el episodio de gigantescas oleadas de energía cósmica con el núcleo de una cantidad incontable de destructores golpes guiados por la temible e impactante imagen ilusoria de la bestia de los avernos cuyos ojos rojos destacan junto a sus filosas garras y colmillos que se ven dirigidas hacia la integridad del Escorpión, sin embargo la destrucción no tarda en percibirse, puesto a que gran parte de la ladera de la infernal colina comienza a colapsar hundiéndose ante la aplacadora fuerza desplegada por uno de los espectros más poderosos del infierno creando un profundo cráter a donde inevitablemente muchas de las almas caen comenzando a ser aplastadas por gigantescas piezas de piedra, un destino similar al que le espera a su enemigo si es efectiva la técnica más poderosa empleada por el temible Radamanthys*
|
|
|
|
* Sin embargo, el caballero dorado de Escorpíon posee una inquebrantable voluntad para continuar luchando sin importar que pueda perder la vida, pues desde un principio ha conocido su deber como un santo de athena, uno que sacrificará todo en pos de conseguir un futuro para la humanidad, siendo aquella la principal razón que ayuda a que su cosmos se incendie con tal potencia que el brillo dorado por algunos instantes pareciera cubrir por completo la oscuridad, brindando un rayo de esperanza a las almas que avanzan sin remedio al abismo que conduce al Inframundo. - El más grande ataque del Escorpión. - Menciona en el momento en que abre las piernas en la forma de un compás, dejando notar como adelanta la pierna derecha por un paso mientras flexiona un poco las rodillas para tener mayor soporte sobre el suelo tembloroso que sucumbe ante el inmenso poder del Espectro del Inframundo. - ¡Desaparece para siempre de este mundo! - Adjunta en el instante en que el foco protagónico de la escena se centra en la mano derecha, misma que emite un llamativo destello carmesí que anuncia la fuente de su poder, de esa letalidad que es representada por una uña en la forma de un aguijón que sin duda luce peligrosa e imponente. - La Aguja Escarlata: ¡ANTARES! - Exclama justo cuando lleva el brazo hacia enfrente, empujando el cuerpo sin despegar los pies, viéndose como se libera un solo destello, pero que a simple vista luce como un cometa, uno filoso y veloz que busca atravezar por la mitad la técnica enemiga e incrustarse en el corazón, algo que Milo está seguro de conseguir aunque sabe muy bien que le será imposible contener toda la ira de Radamanthys, un Juez del Inframundo que es ni más ni menos que la presa de Milo, el caballero cuyo orgullo está en juego...*
"Ríndete o morirás... Te daré tiempo para pensarlo mientras recibes quince golpes"
|
|
|
|
En vista de que parece que este combate no continuará, pido la intervención de un juez para finalizarlo.
|
|
|
|
Chicos sin duda alguna un gran duelo!. Gran manejo de roll y de estrategia. Dos grandes rolers sin duda alguna. Por ahí inicialmente, en los primeros turnos de ambos, noté pequeñas fallitas ortográficas no tan graves claro pues adjudico tal vez a una mala digitalización, posteriormente sus turnos ya fueron bastantes limpios y sin inconvenientes algunos. Me hubiese encantado ver un final mas completo.
Gastón: desconocía tu gran desenvolvimiento con personajes del inframundo y leerte como Wyvern me encantó mucho. Durante todo el tiempo vi a Radamanthys, ese orgullo, esa altivez y esa seguridad de su poder, realmente excelente personificación y narrativa. Desde el inicio mostraste esa fuerza que lleva el juez del inframundo y eso has sabido resaltar durante todo el encuentro. Los diálogos, realmente he podido detallar esa manera tan déspota al tratar a los athenienses tanto que me han hecho odiarlo más jajaja.
Kareck: nunca me imaginé verte rolear como escorpión o a lo mejor nunca te lo leí y me pareció bastante interesante la forma en como asimilaste la personalidad de Milo, su palabrería y esa pasión que muestra al combatir. Turnos claros, conscisos y precisos, que demuestran que no es necesario llegar a turnos largos para demostrar buenos movimientos. Aún así, siento que en el último turno faltó un poco más darle crédito al poder destructivo que trajo consigo ese oleaje de cosmoenergía que Wyvern describió en su último movimiento: donde detalla colapso de colinas y creación de cráter y demás. Es cierto que especificaste suelo tembloroso pero siento que le minimizaste un poco el resto de esos detalles.
Por ese último pequeño detalle mi inclinación sería hacia Wyvern.
|
|
|
Primer
Anterior
7 a 21 de 21
Siguiente
Último
|
|
|
|
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados | |
|
|