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| De: JoKeR-MaN (Mensaje original) |
Enviado: 08/10/2014 02:38 |
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*Ya se han atravesado todos los senderos y ahora, el comandante de las tropas del mar llega mediante pasos seguros a un lugar, donde la magia de su esencia determina el honor y el esfuerzo del pueblo olvidado, aquel que durante muchos años ha sobrevivido a los peores climas y sus designios se muestran sobre la imponente estatua de Odín cuya mayoría de rasgos son cubiertos por gruesas capas de hielo y nieve a causa del constante clima invernal..."Al fin el llegado..." menta el Dragón del mar, quien posado sobre la entrada del misterioso paraje que lleva hacia la escultura del rey nórdico emite una analítica mirada hacia cada parte del aparente inhóspito lugar...-Jhmm- exclama desplegando una amplia sensación de confianza en un experimentado guerrero, sin embargo, en una breve instancia, sus ojos se cierran y durante un ápice de segundo una fuerte corriente de aire cubre la visual de su cuerpo para luego como es natural retirarse, permitiendo volver a ver al marino, quien prontamente abre sus ojos, emitiendo un breve e imperceptible destello dorado que se esfuma prácticamente de forma instantánea dejando paso al entre corte de las brisas mientras la figura de su fisonomía, comienza un seguro avance hacia aquel sendero que lleva hacia la tumba de la sagrada espada de Odín*
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** Unos marfilados ojos le observan, una rasgada sonrisa se aprecia con desprecio sobre la faz, una voz fría y espectral se abre para aducir unas palabras -- Espero, que portes los siete zafiros de Odin, ya que si no los tienes, es inútil que atravieses ese sendero -- dice la voz franca, y en la cual se revela la presencia de un cazador nato, tranquilo, sereno y que sabe arriesgarse en situaciones de peligro, aquel que es y no es, pues solo un símil del original por designio le toca ser, la frialdad del entorno lo cobija como cualquier madre cobija a su hijo, el ambiente le es benéfico, mientras que sus sentidos entrenados en aquellos campos donde la vida es continuamente puesta a prueba son extremadamente agudos, su olfato, su oído, su vista, y hasta la intuición, acababa de llegar de medio salvar a su hermano, en su cinto guarda entonces dos hermosos zafiros, y recargado en una de las esteras con el resuello controlado, observa la espalda de aquel forastero en tierras asgardianas, esperando entonces la respuesta de aquel inesperado visitante **
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*Pero entonces esa figura no titubea en su respuesta, pues instantáneamente una voz ronca y completamente audible se hace escuchar por sobre el ambiente, pero como un extraño eco que parece sobresalir de varios lados a la ves y así mismo desde la figura céntrica...-¡Jhm, Esperaba a que tú me dieras los restantes!- permitiendo ganar una gran atención, mientras el foco se centra sobre su espalda, cuan permite desplegar los largos y desordenados cabellos azules, ganando esa figura, una extrema elegancia ante su misterioso porte*
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** Sin inmutarse en lo mas mínimo responde -- en efecto aquí los traigo, pero tus sucias manos dudo que puedan siquiera llegar a acariciarlos -- el ego de ambos hombres se encuentra de manifiesto, pues ni uno ni otro da quizás la importancia debida al consabido rival, un aura gélida se cuela entonces por entre los seres, arremolineando suavemente el cabello por debajo de la cimera blanca, los sentidos perspicaces se encuentran ya en todo momento alerta, la presencia de aquel sujeto le indica que posiblemente ninguno de los demas guerreros de asgard hayan sobrevivido, una mueca, una sonrisa nefasta se abre en su rostro, pues sabe que esta cerca del objetivo de su mezquino corazón, tener un lugar en la historia de asgard, tener una gema y quizás el control de todo el territorio de asgard, para que nunca mas vuelva a suceder lo que paso con el y con su hermano, mientras siente esto en su interior una fría y hermosa energía argelina lo comienza a envolver, generando que los cuerpos de nieve que caen dancen a su alrededor jugando con aquella energia diafana, el vikingo espera las acciones de aquel sujeto que se antoja arrogante, casi tan arrogante como el mismo **
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*Es en ese preciso instante en que la imagen que se visualiza con total nitidez representando al General Marino, hace una pausa en sus acciones para contemplan en apariencia los rasgos de la imponente estatua, pero como ha sido desde un inicio, su margen misterioso se alza en cada paso, ya que la visual solo adopta la estructura de la espalda de este, quien confiado ni se limina a ejercer un momento hasta ese instante...-Saber que has traído hasta aquí esos zafiros es una gran noticia...¡Hmhehe!- pero entonces, ante las albinas ráfagas que azotan la legendaria tierra del norte, esa contextura física emite unos pasos más hacia la gigantesca estatua, como si supiera lo que le depara el destino...-¡Por que pronto mis planes estarán finalizados y yo, gobernaré Asgard como también los siete mares! ¡Hahahahahahá!- finaliza dando un objetivo más bien a su visión, sin importar la trascendencia que cause su rival en su desenlace, ya que desde su participación, los Asgardianos se han demostrado cobardes y escurridizos, por lo cual ya no es un motivo de desesperación en el General del Mar*
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** Aquel guerrero en un acto inaudito aparentemente en el, da la media vuelta y comienza a descender aquellas efímeras plateas de la explanada de Odin, como si se retirara de aquella batalla mientras sus palabras suenan un poco adustas, encontrando eco en las vicisitudes del visitante, augurando entonces una cruenta batalla mas -- Lastimosamente para ti, lo que deseas es algo que no podras obtener pues quien dominara asgard no sera otra persona que yo mismo -- indica mientras sigue descendiendo poco a poco sin prisa, pero sin dejar a la ligera ninguno de sus maximos sentidos que desplegados con aquella aura cosmica que emana de el, se maximizan a toda la potencia que tiene, los planes de aquel argento blanco no se saben, pero la sagacidad del cazador se puede poner de manifiesto en cualquier momento **
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*Percibiendo como su enemigo desciende desde la cúspide de esa escultura memorial en representación de Odín para el pueblo de Asgard, la imagen del general del Mar, orgullosa, temeraria y misteriosa solo se limita a engendrar nuevos pasos con extrema confianza, para finalmente detenerse a varios metros de donde debería descender su enemigo...-Jhm, ¿Tú dominar Asgard?- cuestiona la imagen, cuyo rostro es cubierto de momento por las sombras generadas por los largos mechones azules que recaen sobre su rostro, permitiendo apreciar nada más que la parte baja de su mentón y una breve pizca de sus labios...-Tu ambición es ingenua jhe jhe, alguien como tú jamás podría llevar la carga de lo que eso representa- inquiere con convicción, permitiendo presentir como esa energía latente que desde su fuente real refleja con intensidad sobre esa figura que se mantiene bajo un velo de misterio, más allá de reconocer la imagen de su protección como una galardonada entre las siete más poderosas del la total armada de Poseidón...-¡Ningún dios guerrero tiene el poder para conquistar! ¡Solo son unos ilusos jugando a quien es el último en sobrevivir, pero eso está muy cerca de terminar!- exclama con confianza, seguro y aplacante como solo el hombre más hábil sobre la tierra es capaz de hacer, aquel que incluso ha conseguido, manipular la voluntad de los dioses*
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** Una sonrisa sarcástica aparece entonces en la faz de aquel guerrero nato, -- Esa, forastero imberbe, es la razón por la que yo soy el elegido para dirigir Asgard, pues no soy un dios guerrero como tal dices, te has topado con ellos, ni el cobarde de Megrez ni el marginado de Phenril tienen el poder de cambiar Asgard, poder que yo tengo -- indica con tranquilidad mientras su espalda es cubierta de un brillo excelso que comienza a envolver todo su cuerpo, poco a poco haciéndolo resplandecer en todo momento, al tiempo que cierra con gran furia su puño, evocando entonces toda la fuerza de su alma, un golpe de cosmos se abre por todo el lugar, revolviendo y mezclándose con el viento gélido que los rodea, la naturaleza guerrera de Asgard se manifiesta y entonces la voz vuelve a hablar de una manera mas confiada, -- Y seguirás ahí, o es que prefieres darme tus zafiros sin batallar --**
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*Las ráfagas que desprenden la preparación de su enemigo golpean su rostro con frialdad, permitiendo que sus mechones azules se agiten con violencia durante determinado tiempo para luego ver como ante un pleno acto de convicción, el osado general de los mares avanza sin temor alguno o intimidación ante su enemigo...-No me interesa lo que tu creas, por que para mi no eres más que un estorbo en mi camino...- exclama en una tonalidad de voz más violenta, mientras sus pasos se detienen a una escasa distancia del albino guerrero...-¡Ahora te haré sentir el terror que mi poder puede causar!- permitiendo que de forma implacable y completamente como un acto de sorpresa, la diestra empuñadura de Kanon se eleve hacia el frente, apuntando con su índice hacia la cabeza de su enemigo, para destacar fuertes palabras como un total acto ofensivo...-¡Rindete a mi!... ¡Golpe Diabólico del Emperador de las Tinieblas!- permitiendo que un parpadeo su mirada se alce desplegando un gesto ilusorio demoníaco para acaparar toda la atención, siendo que por detrás ese índice que de forma tenue es iluminado por una aglomeración que despide un fino y casi imperceptible haz dorado a una velocidad extrema como la luz ante la corta distancia entre ambos, un conocimiento que solo aquellos de gran poder pueden expresar de una forma indirecta, pretendiendo atravesar de forma no física su cerebro y afectar completamente su sistema nervioso junto a una parálisis momentánea mientras el efecto se completa antes de que su propio consciente pueda darse cuenta de la realidad y ante sus ojos, solo prevalezca la imponente imagen del Emperador de los Demonios para gobernar sobre su voluntad hasta que este mismo pueda presenciar la muerte con sus propios ojos*
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** La nueva cara de zeta, no se ha movido de su lugar, mas por efecto de la técnica del grandilocuente marino, la penumbra que rodea aquel sujeto se ve afectada así como la bruma del vapor de hielo y la cortina nevada que poco antes caía resalta en medio de todo aquel lugar, a unos pasos de ahí, escasos centímetros realmente el guerrero de armadura blanca responde, -- Sabes, la bruma de esta nieve y los vientos gélidos a veces hacen que los ojos nos engañen, creando sombras donde no las hay, o hacen de nuestra imaginación una enemiga nuestra, quizás creíste verme unos centímetros mas a mi derecha o mas a mi izquierda, pero la verdad es que no me he movido de donde estoy, posiblemente la luz refractada de los copos de nieve que continúan cayendo te hayan hecho cometer algún pequeño error de calculo -- y eso era lo que había previsto aquel experto cazador al generalizar su cosmos en aquel ambiente de manera que todo fuera una parte de el, y el una parte de ello, así como el gran felino que representa, se podía mimetizar con las nieves eternas, así aquel guerrero ha, quizás sin saberlo, evitado una de las técnicas mas poderosas y sádicas de los señores de géminis, poco a poco se gira y quedando frente a aquel marino -- No estas en tu ambiente, guerrero marino, no estas en tu triste coral, estas en las tierras de ASGARD!!!!! -- indica con fuerza y poder -- Y aquí, soy yo quien pone las reglas!!!! -- al tiempo que dice esto, una nueva vorágine de viento helado se enseñorea sobre el lugar como si prestara su tesitura para beneficio del nórdico, todo el lugar tiembla bajo la hermosa cosmoenergia argelina que lo rodea, y el viento así como los copos de nieve cambian varias veces de dirección, ahora los ojos avellanados del guerrero, se clavan en su oponente, agudizándose, el olfato se exalta, y los músculos se tensan, preparados precisamente para el comienzo de aquella cruenta pelea, cacería que se antoja imposible, pues el visitante ya ha dado muestras de poseer un grandioso poder ....**
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