Poemas de amor,
de soledad, de esperanza
Todas las sombras hoy se te acumulan bajo la piel del alma, envenenadas; despedazan el gozo a dentelladas, y la ilusión más ágil estrangulan
Pero nubes serán a la deriva que no enturbian la luz de tu semblante, triste tal vez, mas no menos radiante. Queda la luz, la sombra es fugitiva.
Brevería Nº 1023
Tú, poeta
Tú, poeta de fuego, aunque lo ignoras, hombre de noches blancas, días grises, oyente de palabras escondidas sólo a almas en silencio perceptibles. Tú, cazador de sombras, de misterios, que nadas con los cisnes, y hablas en voz alterna de rosas blancas y ásperos fusiles. Mente cuajada de murales vivos de rameras y vírgenes, alondras y cornejas, tambores y violines. Desconoces el numen que te habita, oculto en la nostalgia que te aflige, en la sensualidad que te desborda, en el temblor del brazo que te ciñe. Se te espera, rapsoda de caminos que aún no conoces; el poder del tigre agazapado en tu interior, despierta con un rugido que te apremia: ¡Escribe! Lleva tu canto de palabras nuevas de la choza al castillo. No limites, ni ignores, el caudal que te rebosa, que eres poeta. Suenen tus clarines en la estepa, en la plaza, en las callejas, ábrete en vivo, sangren tus raíces, tiñendo en rojo ideas encendidas, revela los enigmas de tu esfinge. No te llames poeta, pero ejerce, que tu silencio se hace inadmisible.
Cantabria, 15 de mayo de 2011
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