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**La mirada de la espectro se llena de satisfacción al observar como aquella sombras cumplen con su cometido, envolviendo el cuerpo del vikingo, haciéndole sentir todo aquel dolor y agonía que habita en sus corazones, provocando que ésta se abra camino nuevamente hacia donde el norteño se encuentra pero, en lo que pareciera ser un segundo, el cuerpo de aquel se vuelve a cubrir de energía, pero esta vez, el aura cambia sus tonalidades a un peculiar violáceo, lo que provoca que los ojos de la espectro nuevamente se vuelvan a abrir sorpresivos “¿Cómo…cómo es posible? ¿Acaso…?” cuestiona en sus adentros mientras su propia convicción hace acto de presencia al observar como aquella cosmo-energía logra que las sombras que le sujeten muestren su verdadera forma, múltiples cadáveres agonizantes y gimientes consumidos en alquitrán se muestras en la superficie terrena, siendo aquella misma luz la que comienza a desprender la resina del cuerpo de los condenados, levándose su propia concepción con dichos trozos y liberándose así de su amarre -¡Maldición!- profiere por inercia la estrella celeste, “Si fallo, Aiakos-sama…” concientiza en sus adentros la bestia hebrea, al tiempo que su cuerpo se ve envuelto nuevamente en su propio purpureo fulgor en contraposición al que expele el dragón vikingo, acelera el paso alzando su diestro puño con la intención de acertar por lo menos en aquel golpe, sumergiéndose igualmente en aquella luminiscencia que va cubriendo la escena poco a poco a una velocidad considerable, resplandor que en pocos segundos logra cubrirlo todo, dejando a la expectativa lo que sucedería a continuación**

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 "Sobre mis actos se encuentran sus ojos y apara esos ojos, la victoria será mi ofrenda."

* Tras liberarse de la técnica empleada por Violatte de Behemont, ésta se lanza en una veloz carrera en contra de su antagonista. Sin embargo, el valiente guerrero nórdico aún se encuentra oculto producto de la gran explosión que ha generado su cosmos detrás de las intensas ventiscas y torrentes gélidos que simulan ser una densa cortina nevada que se antepone frente a la humanidad del descendiente del héroe de la leyenda nórdica... - En verdad admiro tu espíritu de lucha, es una verdadera lástima que todos tus esfuerzos sean inútiles... - se escucha decir a lo largo del escenario, mientras desde el mismísimo lugar de la explosión aquellas ventiscas y raudos vientos nevados comienzan a disiparse para dar cuenta paulatinamente la humanidad de Siegfried de Dubhe Alfa, quien mantiene una postura que transmite gran superioridad frente a su adversario a quien observa acercándose hacia él con el puño alzado con la intención de golpear a su cuerpo... - Es ahora de que comprendas la diferencia que existe entre ambos y... ¡Te mostraré que puedo seguir los ideales de mis queridos camaradas con mis propias manos! - sentencia con su característica determinación y valor hacia el esbirro del reino del mundo de la muerte, al instante que el hombre más poderoso de su estirpe extiende su brazo diestro hacia al frente a la altura de su zona pectoral, en tanto éste cierra su correspondiente puño con gran presión concentrándose en ese momento su aura albina con múltiples partículas violáceas, para así liberar un sin número de esferas kens de tonalidad blanca, las cuales son acompañadas por destellos púrpuras que avanzan a una velocidad casi imperceptible hacia la anatomía del espectro que se aproxima de frente al mortal ataque ejecutado por el comandante vikingo que pretende impactar cada zona del cuerpo de su enemigo haciéndole saber sólo una muestra de su terrible poder que aún no se ha desatado en plenitud a lo largo de esta contienda... *

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**La visibilidad poco a poco regresa, el fulgor lentamente va perdiendo su brillo y el ataque frontal de la espectro pareciera ya vislumbrado por el Dios guerrero, de modo que al acercarse con su golpe preparado para atacar a ciegas, la espectro es recibida por una nueva ofensiva, la misma especie de cosmo-energía que había dado vida al incandescente fulgor, ahora manifiesta a múltiples kens de la misma coloración y tonalidad que se desprenden a gran velocidad hacia el cuerpo de la estrella celeste, quien ante la sorpresa del momento y la corta distancia cae irremediablemente ante la ofensiva -¡Argh!- siendo golpeada sin reparo alguno por aquellos kens, provocando que su protección, su joya inframundal comience a fisurarse y desquebrajarse, y como efecto secundario de tal ataque, su fisionomía sale despedida por los aires metros hacia atrás… El ambiente vuelve a su visibilidad normal, la nieve continua cayendo por montones sobre los suelos ya nevados, el frio impera y en el ambiente las explosiones lumínicas ahora parecieran ser solamente un recuerdo; sobre la nieve puede observarse un gran surco que logra mostrar el suelo que hay bajo el agua congelada, dibujando el camino que el cuerpo de la bestia hebrea curso tras recibir tal ofensiva; segundos después, lentamente, el cuerpo de la espectro comienza a ponerse nuevamente en pie y conforme ésta logra desprenderse del suelo, al igual de su cuerpo lo hace aquella coraza que resguardaba su cuerpo, siendo cubierto ahora solamente por un trozo de tela que cubre perfectamente su pecho, dejando entonces  a la vista su pálida piel, abdomen y brazos en toda su extensión cubiertos por incontables cicatrices, sumadas a nuevas heridas provocadas por tal enfrentamiento, marcas de guerra y medallas honorarias ante cada una de las pruebas superadas con orgullo y aprobación ante los ojos que le inspiran el mayor de los respetos “Él observa, mi deber es brindarle el mayor de los espectáculos en cada enfrentamiento, sin importar si muero en el intento” menciona en sus adentros para entonces,  lentamente entre jadeos, el cuerpo de la estrella celeste de la soledad se encuentra nuevamente en pie**

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 "Sobre mis actos se encuentran sus ojos y apara esos ojos, la victoria será mi ofrenda."

 

 

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**Su cuerpo tambaleante busca mantenerse en pie, así como su difusa mirada busca enfocar al Dios guerrero que se encuentra frente a sí, con respiración entre cortada y jadeante vuelve nuevamente a erguir por completo su cuerpo, sin perder aquella imponencia que le representa; escucha pues atenta a las palabras proferidas por el Dragón vikingo, su psique pareciera no comprender en tal momento el origen de su curiosidad, pero tras un pequeño encuentro dentro de sí la estrella celeste de la soledad encuentra en aquel guerrero alguien digno de considerarle por lo menos como su igual –¡Je!- profiere de forma un tanto altanera permitiéndose entonces cerrar momentáneamente sus ojos dirigiendo su mirar a los cielos para entonces volverlos a abrir –Él observa, desde los cielos su mirar se posa sobre mis actos, el ave de la mitología Hindú- responde con cierta variación en su hablar, en tonalidades mayormente propias a su sexo para después volver a girar su rostro y depositar su mirar sobre el Dios guerrero -¿Ves estas cicatrices?...- cuestiona extendiendo sus brazos con un poco de torpeza con la intención de que logren visualizarse mayormente -…son mis medallas, son mi orgullo, representan cada prueba superada, cada obstáculo vencido, condecorado igualmente con su aprobación y reconocimiento, aquel ser único dueño de mi admiración y respeto; él me eligió de entre todos sus sirvientes, fui honrada por su persona para ser llamada su ala derecha…- pausa nuevamente al tiempo que baja su mirada observando los trozos de su surplice sobre el suelo -…no hay mayor honor que ese, por eso no puedo permitirme morir aquí ¡no puedo permitirme manchar tal honor!- vocifera dando énfasis a la última parte, al tiempo que alza su rostro hacia el Dios guerrero observándole fijamente con sus violáceos ojos, mismos que reflejan nuevamente un purpureo destello, más diferente al anterior, alimentado en esta ocasión por su propio orgullo y convicción, no propiamente el despertar de aquel micro universo que se encuentra dormido en cada uno de los seres sobre la faz de la tierra –Por ello, es preferible morir aquí, a ver la vergüenza en sus ojos, su decepción-**

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 "Sobre mis actos se encuentran sus ojos y apara esos ojos, la victoria será mi ofrenda."

* Siendo escuchadas cada una de las palabras por el líder de los hijos de Odín, éste observa con mayor determinación la humanidad de su adversario mostrando cierta sorpresa en su semblante... "El guerrero que representa la mítica ave Hindú, sin duda se trata de uno de los tres jueces del Inframundo, ella debe ser la más cercana a ese hombre... ¡Aiacos de Garuda!" son las reflexiones que surcan en la mente del valeroso hombre, al tiempo que expresa una sutil sonrisa en su rostro, en tanto, la viva determinación propia de él se materializa en sus ojos que visualizan atentamente a la orgullosa guerrera que tiene de adversaria y que intenta de servir con todas sus fuerzas a su señor para que éste esté orgulloso de ella... - Tu devoción hacia aquella persona es admirable. Es por esta razón, que te contaré una tradicional historia para que no sigas malgastando tus energías inútilmente... - son las sinceras palabras del vikingo, quien ha reconocido la gran fuerza de voluntad que posee su antagonista... - Siglos atrás el hombre más fuerte y valiente de Asgard enfrentó al malvado dragón de dos cabeza llamado Fafnir - comienza con el tradicional relato conocido en la leyenda del Canto de los Nibelungos, mientras se visualiza detrás de su cuerpo de manera ilusoria las imágenes de dicho enfrentamiento que ha pasado a la historia y hasta el día de hoy es transmitido a las nuevas generaciones... - El vencedor de aquél enfrentamiento mortal fue Sigfrido, quien derrotó con su espada a aquella criatura... - ante aquella palabras declaradas, aparece en la escena de la lucha el momento culmine del arcaico duelo mitológico; cuando Sigfrido corta las cabezas del dragón bicéfalo bañando su cuerpo con la sangre del mítico reptil... - Él revistió su cuerpo con la sangre de Fafnir y se volvió inmortal. Yo soy la reencarnación de aquél hombre legendario y fuí bendecido por nuestro padre Odín con su inmortalidad... - finaliza la vanagloriada historia de la cultura nórdica, la cual revela el secreto de su poder a su antagonista al considerarla una persona digna que mantiene sus ideales sacrificando su propia vida para conseguirlo, siendo ésta la única razón por la cual le ha revelado la fuente de su fuerza... - Como te darás cuenta, no tienes oportunidad si me enfrentas en tu condición actual y si realmente valoras a tu señor por sobre tu propia vida te aconsejo que se retiren de nuestro amado pueblo porque... ¡He jurado protegerlo con el puño y la espada que mi antepasado me ha sucedido para hacer justicia y defender a mis seres queridos! - pronuncia energéticamente y con gran convicción respecto a sus ideales ante la mujer que representa a la terrible bestia de Behemont esperando que entienda la advertencia que le ha hecho el orgulloso y valeroso Siegfried... *

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                                                                                                                                                             "He jurado protegerte, princesa mía... ¡Lo juré por mi honor!

 

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**Escuchando atentamente aquella historia, narrada de tal modo que aquellas imágenes ilusorias le trasportaran directamente al tiempo y espacio donde esta ocurre y así igualmente escucha atenta la propuesta que le lanza el heredero de tan prestigioso linaje -Interesante pero ¿no me has escuchado? ¡Prefiero morir a regresar manchada en deshonra!- Profiere con severidad al tiempo que una vez más aquella purpúrea aura cubre su fisionomía por completo, recorriendo el mismo de modo que su energía se va concentrando especialmente en un punto exacto de su cuerpo: la pierna derecha… El ambiente de nueva cuenta vuelve a recuperar su lobreguez, el aroma a alquitrán y putrefacción se denotan nuevamente en el aire, sumado a un desdén impregnado en las frías corrientes que trastornarían la psique de cualquier ser humano ordinario -¡Entregaré mi último aliento si es necesario, conocerás la verdadera fuerza, el poder del Behemoth!...- pausa sus vocablos mientras a sus espaldas pareciera ilusoriamente mostrarse la imagen de la bestia terrenal, alzando sus cuartos delanteros a manera de embestida, es entonces que la espectro pareciera tomar la misma postura que su atributo, pues su diestra pierna comienza a elevarse flexionando su rodilla hasta colocarla en paralelo a su cadera y su pantorrilla en vertical al suelo -...¡Verdadera Brutalidad!- sentencia entonces y es en ese momento, cuando su pierna se ilumina por completo por aquella energía que deja caer la misma dando un poderoso pisotón sobre el suelo nevado provocando que el espacio terreno donde se encuentra se hunda ante aquel impacto, provocando un terremoto de proporciones descomunales, haciendo estremecer la tierra por completo; de ese mismo espacio, ante el impacto pequeñas  fisuras que se abren paso a sus alrededores comienzan a ramificarse y a aumentar su proporción, desquebrajando el firme suelo, abriendo surcos entre el mismo sin detener tal sacudida; de este modo todo aquello que caiga entre las fisuras caerá sin remedio a sus entrañas, devorado por la tierra misma sin reparo alguno** 

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 "Sobre mis actos se encuentran sus ojos y apara esos ojos, la victoria será mi ofrenda."

* Y como consecuencia del brutal ataque realizado por la poderosa representante de la mitológica bestia de Behemont se produce un estruendoso movimiento telúrico que simula ser un verdadero terremoto que abre el piso en diversas fisuras que intentan de conducir hasta la profundidad de la tierra al honorable líder de los Dioses Guerreros de Asgard... "¿¡Cómo es posible que aún tenga tan destructivo poder!?" se cuestiona en su interior con gran sorpresa, al instante que intenta de evitar con un gran salto hacia su costado derecho los múltiples agujeros que provocan el terrible poder del ala derecha de uno de los tres jueces del mundo de la muerte, a tal punto que el intento de esquivar aquella técnica se vuelve casi imposible para el valiente comandante nórdico, ya que éste pierde el equilibrio mientras se encuentra suspendido en el aire, lo cual lo lleva a ser estrellado estruendosa y brutalmente de frente contra la estatua de su amado padre y Dios protector Odín... - ¡Aghhhh! -,  es el grito de dolor que se escucha por parte de él, para acto seguido observarse diversos fragmentos de su manto sagrado de Dios Guerrero destruidos que caen al suelo violentamente junto con el cuerpo del hombre que intenta de defender a su pueblo e incluso si tuviera que arriesgar su vida para cumplir su promesa... - Se le prometí a los habitantes de mi amado país, a mis hermanos y sobre todo a mi amada princesa Hilda... - menciona con dificultad a los pies de la estatua de su correspondiente Deidad, mientras Siegfried se encuentra tendido en el suelo con evidentes heridas y con múltiples rasguños en su cuerpo que tiñen con su sangre parte del destruido suelo nevado del territorio... - Mientras ella reza por el bienestar de todos los seres de este mundo... ¡Yo no puedo permitirme ser derrotado! - expresa demostrando sus firmes convicciones, en tanto, comienza a incorporarse lentamente de manera temblorosa a medida que se termina de despedazar completamente su hombrera izquierda. Pero, a pesar de ello logra ponerse una vez más en pie sacrificando su propia integridad física para así levantar su rostro y observar orgulloso a su antagonista mientras limpia con su diestra un pequeño hilo de sangre que recorre entre sus labios... *

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                                                                                                                                                        "He prometido protegerte, princesa mía... ¡Lo juré por mi honor!"

 

 

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**El terremoto cesa, la tierra deja de moverse y vuelve a su calma y quietud, los ojos de la espectro logran divisar como su ataque ha sido evadido, pero no por completo, pues el Dios guerrero pareciera desde aquella distancia haber recibido algún daño ante el mismo; es pues, que tras su esfuerzo en dicha técnica, el cuerpo de la espectro se tambalea hasta  que sus rodillas parecieran no soportar más y se flexionan encontrándose con el suelo, de modo que la parte superior de su cuerpo hace lo mismo y sus manos encuentran el suelo brindándole un poco de apoyo y sustento, mientras su respiración se entrecorta mayormente, sus jadeos y gemidos más constantes y su cuerpo comienza a mancharse con mayor rapidez ante el desgaste que ha manifestado, a su vez una molesta tos se hace presente de la cual una bocanada de sangre emerge de su garganta tiñendo el suelo aún nevado -Tsk- siendo solamente el rechinar de sus dientes lo que profirieran sus labios ante lo sucedido “No puedo…No debo….No le fallaré ¡lo juro!” sentencia en sus adentros con devota convicción hacia aquel ser único reconocido por su persona, aquel a quien admira y es dueño de su total admiración….Gotas de sangre caen al suelo, sangre emergente de las heridas tanto internas como externas de la estrella celeste ante la batalla, una que merece igualmente su reconocimiento total y es por eso igualmente que una vez más la espectro del Behemoth intenta colocarse nuevamente en pie, entre tambaleos, jadeos y gemidos, sin importar el dolor que aquello cause y sin dejar que se observe en ella la debilidad que ahora se presenta en sus adentros, el temor de ver como sus logros y reconocimientos pudieran caerse a pedazos, fallar en su misión y ante los ojos del ser que más admira en este mundo y el siguiente**

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 "Sobre mis actos se encuentran sus ojos y apara esos ojos, la victoria será mi ofrenda."

* Es ahí, que diversas gotas de sangre comienzan a caer desde el cuerpo del valeroso guardián vikingo que tiñen a los pequeños copos nevados del suelo que ha sido despedazado. Sin embargo, su cuerpo una vez más es envuelto sublimemente por un aura albina que comienza a brillar con gran intensidad como si aquél poder proviniera de lo más profundo de su corazón... "No puedo desperdiciar la vida de mis queridos hermanos y mucho menos dejar que los esfuerzo de mi querida Hilda que se esfuerza día a día para protegernos a todos con su infinita bondad" son los pensamientos del hombre que ha heredado la inmortalidad de su antepasado Sigfrido, quien intenta de sobreponerse al inmenso dolor físico que manifiesta su cuerpo. Sin embargo, él mantiene su determinante mirada en su orgullosa enemiga... - Estoy sorprendido, es primera vez que alguien logra lastimarme de este modo con un espíritu guerrero tan admirable como el tuyo, para corresponder a tu gran devoción... ¡Te responderé con mi propio honor de Dios Guerrero! - sentencia con gran convicción, al instante que su poderosa cosmos-energía empieza a concentrarse en su dedo índice con el cual señala a su antagonista, en tanto, se visualiza en aquella zona un sin fin de partículas blancas que denotan un indescriptible brillo cegador como si reuniera el valiente heredero del héroe de la leyenda todas sus fuerzas en su último ataque... - Querido padre permíteme usar tu poder para proteger a tus hijos que han sobrevivido a las penurias que el destino les ha impuesto... - menciona noblemente Siegfried, para acto seguido visualizarse de manera ilusoria detrás de su esbelta figura la imagen del mismísimo Dios Odín como si éste respondiera al llamado de su devoto seguidor... - ¡¡¡ESPADA ODÍN!!! - finaliza invocando una de sus más potentes técnicas especiales, al tiempo que un fino "haz" de luz se desprende de su dedo índice formando donde se encuentra parada Violatte una perfecta circunferencia que la rodea. Es en ese instante, que dicho círculo termina de completarse para generar una gran explosión en su interior produciendo un gran agujero debajo del anatomía del esbirro de Hades, es desde ahí, que se liberan un sin número de fragmentos rocosos que es acompañado por un poderoso torrente gélido mientras aquellas rocas filosas pretenden atravesar una a una cada parte del cuerpo del ala derecha de uno de los tres jueces del inframundo para así dañar mortalmente sus órganos vitales con el propósito de terminar su existencia y darle un final honorable a su vida de guerrera que ha servido hasta ahora con suma fidelidad a su maestro... *

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                                                                                                                                                       "He prometido protegerte, princesa mía... ¡Lo juré por mi honor!"

                                                           

 

 

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**Justamente entonces, el cuerpo de la espectro logra nuevamente con dificultad colocarse en pie, es pues que escuchando las palabras del Dios guerrero observa como el haz de luz se dirige hacia ella, el asombro y la desesperación pueden observarse en su único ojo visible tras el caer de su cabello sobre su rostro, sin tiempo entonces para reaccionar de manera refleja, su cuerpo se ve envuelto en un lumínico circulo -¿Qué es esto?- cuestiona sin poder tener realmente la fuerza para poder salir de ahí o la inteligencia ante la desesperación para poder idear una posible solución, es pues que el suelo se abre y su cuerpo cae por aquella apertura siendo lo siguiente simplemente el dolor que le provoca tal caída, sobre las afiladas rocas -A….A…A..Aia….k..o..kos-sama- son las palabras que se escapan de los labios de la estrella celeste, el nombre de aquel que parece observar por aquel agujero sobre sí que muestra el cielo, ilusión que pareciera mostrarle la imagen de aquel ser que tanto admira, aquel que le nombrara su ala derecha al tiempo que con esfuerzo su diestra se eleva, como si quisiera alcanzar aquella celestina visión, pretendiendo acariciar aquel ideal dentro del idilio previo a la muerte “Perdoneme, Aiakos-sama…” son los últimos pensamientos, las últimas palabras que pasan por la cabeza de la estrella celeste de la soledad, la representante de la bestia hebrea, el terrenal y temible Behemoth; su vista se nubla, el dolor desaparece, el frio cubre todo su cuerpo en mayor medida que lo hiciera sobre tierra, sus fuerzas le abandonan dejando caer sin reparo su brazo extendido sobre el terreno y sus ojos, se opacan lentamente hasta ser cubiertos en totalidad por sus parpados, es ahí donde ahora yace quien  fuese conocida, de este y el otro lado del Estigia como Violette**

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 "Sobre mis actos se encuentran sus ojos y apara esos ojos, la victoria será mi ofrenda."

* Y al completarse con éxito su ataque, el líder de los Dioses Guerreros observa con determinación el cuerpo inerte de su terrible oponente... - Nunca olvidaré tu nombre honorable guerrera, Violatte de Behemont - menciona noblemente desde su corazón el guardián vikingo, al instante que sus piernas cesan para caer de rodillas en el suelo y observar al cielo, donde de se visualizan de manera ilusoria los rostros de sus queridos hermanos que han caído en batalla protegiendo su amada tierra natal y a sus habitantes para formar un futuro mejor gobernado por la paz y la tranquilidad entre las personas... - Juro por sus almas que en paz descanse que defenderé a nuestra gente junto con la señorita Hilda que representa los designios de nuestro amado padre Odín... ¡Lo juro por mi propia vida! - expresa valerosamente el comandante nórdico, mientras un hilo de formado por sus lágrimas recorre cada una de sus mejillas, en tanto, deposita su pura y carismática mirada hacia el cielo como si intentara de transmitir aquellos sentimientos a sus queridos camaradas que vigilan sus actos eternamente como estrellas guardianas en el firmamento conformando en conjuto la mitológica estrella Osa Mayor que brilla en aquella escena con todo su resplandor como si ésta misma correspondiera una a una las palabras emitidas por el hombre que ha logrado defender a su país de las ambiciones del rey del mundo de la muerte, pero que tuvo como costo una cruel y triste batalla en un choque de ideales indescriptible frente a los ojos de la estatua del mitológico Dios nórdico Odín... * 

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                                                                                                                        "Prometido proteger, princesa mía... ¡Lo juré por mi honor!"

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Ship~ :/3

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 "Sobre mis actos se encuentran sus ojos y apara esos ojos, la victoria será mi ofrenda."

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