**Siendo exitoso aquel amarre, mismo que sostendrá al santo de bronce de no caer a las aguas de la laguna al tiempo que se vuelve más fuerte y apretado, pues las sombras se enredan con mayor firmeza sobre las extremidades de aquel caballero para que éste logre percibir en sus propios sentidos la agonía y el dolor a los que son sometidos dichos condenados -¡Maravilloso! a Aiacos-sama le encantará escuchar cómo se rompen cada uno de tus huesos-  expone con emoción mientras la siniestra de la espectro ahora trata de buscar la cabeza del santo ateniense, para aferrarse a la misma y contraerla hacia su cuerpo al tiempo que su siniestra pierna se flexiona para que su rodilla cause impacto contra el cráneo del Atheniense, manifestando con aquello la facilidad que tiene para manejar las sombras a su voluntad y juicio, pues la que se mantiene sujetada al cuello del Dragón se alarga, para poder permitirle tal acción**

 "Sobre mis actos se encuentran sus ojos y apara esos ojos, la victoria será mi ofrenda."

**Los ojos de la espectro se abren de par en par al denotar aquel destello que nace del brazo del guerrero Atheniense “Pero ¿Qué?” cuestiona para sí, al tiempo que en un ágil movimiento lanza su anatomía hacia atrás para apartarse lo más rápido posible de la técnica cortante pero, perdiendo un poco el largo de sus hebras capilares… El foco de atención se centra ahora en las sobras que aún sujetan al caballero de Athena; sin embargo, solamente un par de extremidades, las del lado opuesto al generador de tal ráfaga afilada  -No sé cómo pudiste generar tal movimiento al estar sujeto por mis sombras, pero necesitarás un poco más que esta simple demostración-**

 "Sobre mis actos se encuentran sus ojos y apara esos ojos, la victoria será mi ofrenda."

**-Pensé que serías más divertido pero, sinceramente ya me aburrí…- menciona aquella fémina reincorporándose tras el movimiento de escape anteriormente realizado ante la espada cortante -…ya no me importa si caes o no a las aguas de la laguna-  al decir esto aquella aura purpurea nuevamente se hace presente delineando la figura de la estrella celeste de la soledad, energía que emana del mismo centro que compone a la espectro y se concentra en la pierna diestra de la misma; sus violáceos cabellos danzan al compás de dicho poder y la mítica bestia, aquella que para los hebreos rige las extensiones terrenas según el antiguo testamento pareciera hacerse presente a las espaldas de aquella, silueta emergente de las mismas tinieblas –Llegó la hora de terminar con esto ¡Verdadera Brutalidad!- expone con fiereza entonces para alzar su diestra rodilla hasta encontrarla paralela a su cadera y ahí dejarla caer con todas sus fuerzas para que ésta impacte contra el suelo, provocando un tremendo terremoto de grandes proporciones que van fisurando y quebrando la tierra que se encuentra a su alrededor separándola entre sí, teniendo la intención de que este santo de Athena caiga entre las fisuras y se convierta en el tributo al centro de la tierra y en el mejor de los casos, que el agua que se encuentra a sus espaldas le cubra igualmente al dejarse llevar por los movimientos terrenos que se manifiestan en la cuarta prisión del inframundo** 

 "Sobre mis actos se encuentran sus ojos y apara esos ojos, la victoria será mi ofrenda."

**La cuarta prisión se estremece sin remedio, la tierra se desquebraja y se parte para darle la bienvenida en su “estomago” todo aquello que la superficie le regale, terremoto provocado por la fuerza misma de la representante bajo las ciento ocho estrellas malignas de la bestia terrenal del libro del Job, el Behemoth -He de admitir que eres persistente, la forma en la que te aferras tanto a la vida, acaso ¿temes a la muerte? ¡Qué curioso chiquillo!- Expone la espectro con una sonrisa en sus labios mientras observa detenidamente al caballero del dragón, sin perder detalle alguno de su muerte o en tal caso, de su salvación** 

 "Sobre mis actos se encuentran sus ojos y apara esos ojos, la victoria será mi ofrenda."

**-¿Derrotarme? Tu persistencia no conoce límites, asi como las esperanzas de creer que tus amigos pudieran siquiera llegar hasta aquí- menciona burlonamente la espectro, observando simplemente como aquel santo de Athena se aferra tan aprensivamente a la vida, quedando a la espera y expectativa de lo que este por venir, pues las opciones se han vuelto mínimas, sumadas a la curiosidad de la espectro ante cualquier acción que pueda intentar realizar el santo del dragón y mayormente aún, de poder salir airoso en la misma**

 "Sobre mis actos se encuentran sus ojos y apara esos ojos, la victoria será mi ofrenda."

**Siendo en ese momento que los ojos de la espectro se limitan a seguir los movimientos del santo de bronce, observando como éste se lanza hasta donde se encuentra, aquel trozo de suelo que aún se mantiene pobremente en una sola pieza con intenciones de golpearla en el vientre es pues que la estrella celeste se prepara pare recibirle igualmente, estirando su diestro puño en dirección lateral, para después ser disparado en orientación contraria siguiendo la misma línea buscando impactarle de lleno entonces directamente en su rostro llegando el momento y punto indicados, de modo que  de lograr su cometido lastimar gravemente su mandíbula y en el mejor de los casos  lanzar su cuerpo directo a alguna de las grietas inundadas**

 "Sobre mis actos se encuentran sus ojos y apara esos ojos, la victoria será mi ofrenda."

**Y es así que al observar el nuevo arremeter del santo de bronce, la sonrisa de Behemoth se borra en su totalidad y en su lugar sus ojos parecieran encenderse -¡No eres más que un maldito insecto!- acota con severidad al tiempo en el que nuevamente aquellas almas condenadas a la séptima prisión emergen de entre las fisuras de la tierra, tanto secas como cubiertas por las aguas de la laguna estigia para sumarse a los rastros del alquitrán que ya había atado el cuerpo del caballero del Dragón y de ese modo, buscar sujetarlo en pleno vuelo -Tu persistencia es admirable pero poco inteligente, mi paciencia se ha terminado y con ella ¡tu vida!- sentencia en ese momento, para entonces, de lograr su cometido aquellos condenados regresarán de donde salieron, de adentrarán a las entrañas de la misma tierra donde gobierna la bestia hebrea, su elemento y culto, llevando consigo entre lamentos y llantos de desesperanza al dragón de jade, para perderse entre la absoluta obscuridad donde irremediablemente esencia y cuerpo desaparecen de la existencia conocida, experimentando solamente el sufrimiento eterno, la pena de las mismas almas corruptas y alquitranadas con las que se entrega en sacrificio aun divinamente irrevocable, o bien, de tener suerte, llegar al mismo centro terreno para consumirse en su incandescencia, pues no hay nada más allá que el propio submundo, el reino de los muertos y las ánimas errantes**

 "Sobre mis actos se encuentran sus ojos y apara esos ojos, la victoria será mi ofrenda."

** Y ahí al escuchar las desesperadas palabras del santo de bronce ante su irremediable destino la sonrisa de Violette regresa a sus labios esbozándose ampliamente -Pero, si estos son mis medios, tu palabrería no sirvió de nada, fallaste y ahora intentas justificarte cobardemente, nunca comprenderías mi fervor hacia Aiakos-sama ¡Soy capaz de todo con tal de otorgarle el mayor de los espectáculos!- acota con severidad sin anexar nada más, palabra o gesto serian ya insuficientes pues el destino irrevocable del santo del Dragon está ya firmado, condenado a hundirse en lo profundo de la tierra, siendo arrastrado por aquellos condenados de alquitrán, pecadores ante el soborno, lo que muchos consideran medios para una vida de comodidades aquí, en el inframundo su inmortal esencia paga las consecuencias por toda la eternidad **

 "Sobre mis actos se encuentran sus ojos y apara esos ojos, la victoria será mi ofrenda."