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Sin duda una noche diferente a muchas otras se presenta en las gélidas tierras de Europa del Norte, más precisamente en el país de los fríos eternos, Asgard, aquel que junto a su pueblo soporta el sacrificio de las bajas temperaturas por decisión divina a cambio del bienestar de los pueblos hermanos, aquellos que gozan de los privilegios que otorga la luz del Sol y que el país nórdico no conoce, menos aún en la especial y oscura noche en la que se encuentra el pueblo venerador del magno Dios Odín en aquellos momentos. * Visualizando con sus claros orbes el oscuro cielo de Asgard, la joven Hilda nota como en su interior aquella sensación que desde hace tiempo viene haciéndose presente en su ser interior ahora se hace más palpable y comprensible para la fiel oradora – Es tiempo, la hora ha llegado – se confiere mientras su andar comienza a llevarla a las afueras del mítico palacio Valhalla * Y en las afueras del palacio principal en Asgard, hasta las frías corrientes árticas pareciesen anunciar los extraordinarios sucesos que la noche acarrea en el negruzco cielo despejado donde un particular acontecer puede observarse y es donde se posa el mirar de aquella joven que con el pasar del tiempo ha aprendido a entrelazar y alinear en si misma los ideales y pensamientos del mismo Dios que rige en Asgard, al cual Hilda representa y ora cotidianamente, haciendo que el armonioso calor de los corazones pueblerinos jamás se apaguen ante los interminables desafíos, ante la nueva era de caos que azota la Tierra. * Con su diestra apoyada a la altura de su corazón y sus ojos en el firmamento, finalmente Hilda asume los avisos y designios de su Dios para el tiempo presente – Polaris, mi estrella protectora, mi estrella guía…- promueve serena la sacerdotisa sin despegar su mirar del cielo* Resonando los exactos vocablos de Hilda en el intenso frío nórdico, los mismos pareciesen accionarse como disparadores del magnífico brillar que la constelación de la Osa Mayor refleja ahora en cada uno de los astros que la conforman y que con el transcurrir temporal toma mayor intensidad y protagonismo en el negruzco cielo de Asgard * …- Con tu divino poder Padre Odín te encomiendo sacar de su letargo a quienes con su honor, valentía y orgullo conllevarán el poder de las armaduras divinas ¡Despierta el mito del Norte a tus sagrados guerreros! – agrega con seguridad y convicción la joven valkiria para así dar paso al acontecer que el mismo Odín ha estado proclamándole internamente a Hilda; el despertar de las sagradas armaduras que portaran los mejores guerreros de Asgard, aquellos que darán su vida con orgullo por el bienestar de su amada tierra * Lineales rayos de luz salen así despojados hacia diferentes y exactos puntos del país nórdico, partiendo de las mismas estrellas que resguardan las armaduras que desde eras mitológicas resurgen de sus escondites cuando épocas de caos amenazan a la tierra y Asgard para ser portadas por quienes dignamente merezcan llevar consigo el honor de ser un Dios Guerrero de Odín.
Hilda de Polaris // Representante de Odín
"Estrella guardiana de Polaris, hazme de ti una luz sobre el firmamento de Asgard y cuida de mi pueblo"
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Entonces en ese momento, después de que la Osa Mayor ha disparado las siete luces que revelan los lugares de descanso de las armaduras divinas de Odín, toda la atención de la escena se centra inmediatamente en el primer paraje que ha sido bendecido por el padre de Asgard, un lugar provisto de un conjunto de montañas donde una de ellas es la más prominente, siendo esta donde el rayo de luz se dirige mientras un hombre se mantiene observando la escena, como si el hecho de estar ahi es un designio divino, como si hubiera acudido al lugar por instinto... porque es su inminente destino.
* "Ha llegado el momento, el momento que he esperado toda mi vida" piensa aquel, observando de manera solemne la escena, sorprendido incluso, viéndose como sus largos cabellos castaños son lanzados hacia atrás por una ventisca que recorre la escena de manera curiosa*
Conforme pasan los segundos, aquella imponente luz se encarga de destruir completamente la montaña donde se encontraba, expulsando un conjunto de piedras alrededor y a su vez una energía tremenda que se expande por todo el pueblo nórdico, notándose como justo dentro de aquella montaña algo sobresale... una armadura en especial
Es la de dubhe alpha, la armadura del dragón de dos cabezas que se muestra ante aquel hombre con total entrega, mostrando un cosmos que desde tiempos memoriales se ha ido acumulando para hacer gala a quien fuera merecedor de manejarlo.
*Y justo cuando la armadura se muestra, una voz conocida para el mencionado hombre se hace presente, proviniendo desde una parte alta que se encuentra en el paraje sagrado - El guerrero más valiente, el héroe de la leyenda, Siegfried... - es escuchado mencionar con un orgullo increible - Yo honraré tu armadura divina, la de Alpha - finaliza aquella mujer, viendo la escena con total admiración*
*Escuchando tales palabras, el hombre más valiente del continente europeo se muestra imponente, viendo la armadura que lo ha elegido con un total honor guerrero mientras a sus espaldas se forma Fafnir, el dragón bicéfalo, aquel animal mitológico quien es el guardián de Siegfried y el que lo representa, notándose como este último se queda intacto siendo que su cosmos se enaltece en lo máximo y comienza a fusionarse con el de la armadura divina*
- Entregaré mi vida ¡Por Asgard, por mi pueblo y por tí Hilda de Polaris!
Estas palabras parecen ser las indicadas para que la armadura se active, separándose en las diferentes piezas para así lanzarse directamente al cuerpo de Siegfried con total velocidad, impactándose en su cuerpo para así ir vistiendo su humanidad, comenzando por las piernas, que son protegidas junto con las rodillas, luego el cinturón y el peto que se adaptan perfectamente a él, seguidamente los brazos y las hombreras que se cierran de inmediato... y finalmente el yelmo, que con su forma de dragón provee de protección a la cabeza de Siegfried, quien desde este mismo instante es un hombre nuevo, el hombre encargado de la labor guerrera más importante de su pueblo.
- ¡Soy Siegfried de Dubhe Alpha, el hombre, el héroe y el dragón!
Y en ese instante todo finaliza, perdiéndose todo en la oscuridad de la noche y dando paso al nuevo guerrero.
Siegfried de Dubhe Alpha // El héroe de la leyenda
"Yo soy el héroe, el hombre y el dragón... Siegfried es mi nombre y Alpha mi estrella"
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Uno a uno los destellos provenientes de diversos lugares de Asgard comienzan a alinearse con las estrellas que conforman la Osa Mayor, desatando en ese mismo instante una energía mística y realmente poderosa, que sólo es perceptible por los que han sido llamados por alguna especie de divinidad sobre la tierra.
Más allá de las montañas y de la planicie fría que recubre el territorio, cercano a las frías y congeladas cavernas del norte, de forma repentina y misteriosa, un hombre testigo de la magnitud de tal hecho se mantiene serio y en completa expectación, a medida que sus pasos de forma instintiva lo adentran cada vez más hacia el fondo de aquel lugar.
*"Puedo sentir el poder... el momento ha llegado y Odín llama a su guerreros" un pensamiento orgulloso y lleno de valentía es posible percibir en éste sujeto, quien sin mayor espera y preámbulo logra avistar a una distancia relativa un destello muy peculiar que enmarca una imagen sin características humanas*
De esta forma, estando a unos cuantos metros de descubrir lo que se sucita en aquel lugar, la intensa luz proyectada desde una de las estrellas del firmamento de Asgard termina por concluir una especie de circuito de energía, notándose cómo ahora de forma solemne y magnífica un poder cósmico fluye con intensidad por todos lados, viendose un paulatino resplandor que ilumina el rostro serio y orgulloso de quien ha descubierto el más grande de los secretos... una de las siete armaduras divinas de Odín.
*Y ante la aparición de ésta armadura, de pronto, una voz conocida por el pueblo de Asgard y éste sujeto en particular logra percibirse en lo más alto del pueblo, como si fuese la consigna final de la designación del Padre Odín - Mime, con la hermosa melodía de Réquiem que los guía hacia la muerte - se oye con una diminuta pausa, que permite captar el orgullo y el honor de aquel llamado - Yo honraré tu armadura divina de Benetnasch, la de la Eta - finaliza aquella voz femenina, notándose en seguida como los ojos de quien recibe el honor de vestir una de las armaduiras divinas brillan intensamente*
Así como otros seis guerreros bendecidos por la desginación de Odín, Mime, observando con admiración y honor el reconocimiento de Hilda para portar una de las armaduras, su cabello anaranjado se enmarca sobre su rostro, cayendo un mechón de pelo por sobre su frente justo cuando la imagen ilusoria de un Arpa perfectamente dibujada con la constelación de Eta se perfila hacia sus espaldas, creandose de ésta forma un vinculo que a partir de ahora lo representa y elige con el poder de vestir aquella hermosa armadura en forma de instrumento que brilla en un rojo intenso
- ¡He logrado lo que me propuse desde el momento en que te vencí Padre! Mi orgullo y honor estan por sobre tus proezas... Yo que fuí capaz de asesinarte con mi Ken y ahora he alcanzado la meta, me he convertido en un Guerrero de Dios! -
Cada palabra se enmarca en un sentimiento ajeno a lo que sucede, notándose como de forma misteriosa el sonido del movimiento de tres cuerdas de la armadura se filtran ante un extraño brillo a medida que el parlamento de éste joven guerrero termina por invocar el poder que guarda celosamente la armadura divina, de esta manera una luz libera la energía que mantiene sellada cada parte de ésta, debilitando así su prisión y expulsando cada ensamblaje para que se acomode perfectamente al cuerpo de Mime, viéndose de forma majestuosa como las piernas y rodillas se ajustan perfectamente, luego el cinturón y pechera, seguidamente los brazos y hombreras que se caracterizan por una forma ovalada y finalmente una banda que cubre la cabeza de Mime ante cualquier peligro. Una imagen llena de solemnidad se observa cuando de entre los brazos del elegido se enmarca la imagen de un instrumento de hermosas terminaciones y que parece liderar aquellas notas que liberaron el poder de la armadura.
- Soy Mime de Benetasch Eta, el autor del más hermoso réquiem capaz de guiar a los enemigos de Asgard hacia la muerte! -
Son las últimas palabras que se oyen cuando la escena se apaga y aquel suceso finaliza con la aparición de un nuevo Dios Guerrero.
Mime de Benetnasch Eta // El Orgulloso músico de Asgard
"Y yo merezco el más grande de los titulos por haber asesinado con éste puño a quien tanto proclamaron como un héroe!"
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y así, cada una de estas siete luces desprendidas del firmamento van dibujando en el frio suelo de Asgard la constelación madre de estas, el carro de Odín que va despertando de un largo sueño las almas de los hombres; de los hijos de un pueblo orgullosamente sacrificado por la vivencia de otros, y que hoy, ve tomar forma a sus mitos, transmitidos de una generación a otra como cualquier conocimiento, siendo el lago congelado un punto mas de un brillo inmortal…
“Que se levante… que se eleve tanto como pueda la voz de Asgard para que todo un mundo escuche de su valor, de su espíritu”
Reclaman los pensamientos de un individuo parado en lo alto de una orilla la cual rodea este lugar mientras, de sus ojos, el reflejo de un fulgor proveniente de las profundidades acuáticas permite apreciar de manera casi nítida un metal perfectamente ensamblado a la figura de un tigre, brillando en un tono verde-oscuro y cobijado totalmente en una energía blanca que parece otorgarle vida a esta armadura
A lo que en seguida se suma la voz del avatar de Odín en la tierra, llevando sus frases a los oídos de esta figura noble que siente la mezcla entre su palpitar y el de la túnica sagrada - Zyd... el hombre con el colmillo y la garra blanca que asesina, te honrare Mizhar, armadura sagrada de Zheta – invocando su nombre, su propia estrella, otorga y revela el verdadero destino que comparte junto a héroes que ya se han proclamado o se proclamaran respectivamente
Se ve entonces el empuñar de ambas manos conforme ese bravo viento arrecia y abate una capa a su espalda; un singular símbolo de lo que será su voz hacia otras naciones ya que es aquí donde hace notar tanta gallardía y lealtad hacia lo que le fue conferido defender
- Tal vez ha llegado el tiempo que nos merece... el tiempo donde solo una fuerza proteja este planeta; alzándonos incluso por encima del santuario de Athena, quien no conoce de verdaderos sacrificios. ¡Yo, llevaré el estandarte de este pueblo de valientes! -
Mas que un sentimiento o emoción, tales palabras se arraigan a un corazón dispuesto a darle un futuro mejor a los que habitan esta región casi desolada y abandonada por todas las civilizaciones, conforme un carraspeo animal va levantado su sonido hasta convertirse en un rugido capaz de atravesar las montañas que cubren a Asgard; un rugido dominante y furioso que se convierte en la envoltura de una promesa
- ...un pueblo cuya existencia se habrá de conocer a mi consecuencia, ¡la de el Zyd de Mizhar, la del tigre vikingo! –
Volcándose a su cuerpo la armadura dividida y pronto acoplada en diferentes partes de su humanidad, convirtiéndolo en uno entre siete guerreros de Dios y portavoz de aquel país ubicado al extremo norte.
Zyd de Mizhar Zheta // El Embajador de Asgard "De la mano del padre he despertado, pues mi puño y alma son las leyendas que protegen esta tierra sagrada"
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Es entonces que el momento en que una estrella más de las siete que conforman las sagradas constelaciones vikingas se alza sobre el gélido pueblo del Norte de Europa con total brillo y espectacularidad, destellándose en ella un intenso resplandor cósmico que ilumina brevemente el cielo y lo vuelve claro y nítido como si presentase con orgullo su nombre…
“Llegó el momento, ¡una vez más resurgirán los guerreros de la leyenda!”
Por debajo, un inmenso y extenso bosque se impone, conteniendo la más profunda oscuridad y el más notable misterio que ningún otro escenario del pueblo pudieran ofrecer. Dotado de maleza y salvajismo por doquier, los interminables caminos de nieve pareciesen llevar al espectador a los pies de un enorme y viejo tronco que automáticamente comienza a resquebrajarse desde arriba hacia abajo por intermedio de un inestable rayo que lo deja, tras pasados unos pocos segundos, abierto de par en par ofreciendo con gloria la mítica armadura de Megrez Delta…
“¡por fin, lo he conseguido!”
Pensamiento que se reproduce en forma de eco sobre todo el escenario al momento en que la aparición de un joven individuo obstaculiza la imagen de la armadura para detenerse frente a ésta y observarla con sorpresa y orgullo…
- Odín no ha podido escoger mejor -
Se escucha pronunciar con extrema confianza acompañado por extraños sonidos que se emiten desde el bosque en forma incomprensible mientras puede observarse como el ropaje sagrado se separa en diversas partes y comienzan a avanzar hacia la posición de aquel sujeto, acoplándose perfectamente a cada parte de su cuerpo y expulsando un intenso resplandor divino…
- ¡El planeta delta me ha concedido su luz, brillaré como ningún otro! -
Se adjunta observándoselo ahora de forma frontal, reflejándose en su rostro la satisfactoria sonrisa por haber conseguido su primer y tan anhelado objetivo y un peculiar destello en su iris visible que le brinda una notoria apariencia entremezclada entre demencia y diversión…
- Yo, Alberich XIX ¡alcanzaré lo que ningún otro! -
Finaliza cerrando su ojo y manteniendo el otro oculto tras su característico mechón de cabello, mientras su cabeza se mueve al compás de una tétrica y sádica carcajada que comienza a inundar cada rincón del Bosque de los Espíritus, el bosque que ve y despierta hoy con una leyenda y que se fusionará para emprender con ella el largo camino de sus deseos y ambiciones…
Más allá, los sonidos de la naturaleza comienzan a alzarse por sobre su presencia y los últimos segundos de acción se concentran en un centenar de esporas cósmicas que comienzan a danzar por doquier sobre su mano diestra, formándose instantáneamente un fino y perfecto cristal lila que no es más que una muestra de su arma secreta, de su preciosa piedra, de la preciosa amatista, la cual fugazmente se funde con los reflejos de su Armadura resaltando más y más la piedra que descansa en su cinturón, aquel zafiro representante de su estrella: Delta.
Alberich de Megrez Delta // La mente más brillante de toda Asgard "¡Para ganar recurriré a todos los medios disponibles!"
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