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Respuesta  Mensaje 1 de 31 en el tema 
De: LUNASOL  (Mensaje original) Enviado: 03/09/2009 02:16

Enviado: 28/06/2009 21:20

 

El encuentro con la palabra de Dios nos lleva a reflexionar

sobre nuestra mision , comportamiento y fe,  aqui dejare unas reflexiones

sobre  ella, el estar cerca de el, el hacerlo dueno de nuestra alma

el que haya dejado a su hijo derramar su sangre , por nosotros

nos hace perdonar nuestras faltas

Espero , la conversion real autentica en la gracia de Dios

gracias mis gaviotas

 

 



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Respuesta  Mensaje 2 de 31 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 03/09/2009 02:18

“Qué tiene su palabra?”

Lc 4, 31-37

         Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

1.                 TODOS ESTABAN ASOMBRADOS DE SUS ENSEÑANZAS

Jesús, luego de no ser aceptado por sus coterráneos de la sinagoga de Nazaret, y del intento de precipitarlo por un barranco, todo esto como consecuencia de haber propuestos el perdón de Dios, no solo a los judíos, sino también a los paganos, enemigos tradicionales del pueblo de Dios, predica esta vez en la sinagoga de Cafarnaún. Esta situada algo más al oriente, pero siempre en Galilea. En este lugar enseñaba los sábados.

Todos estaban asombrados de sus enseñanzas, porque hablaba con autoridad. Jesús nuevamente sorprende a los asistentes de la sinagoga, donde la gente acude para oír la palabra de Dios y sentirse liberados de toda clase de esclavitud. En la sinagoga había un hombre que estaba poseído por el espíritu de un demonio impuro, esto es, se encuentra nada menos que un hombre esclavizado por el demonio. Podemos decir también que es un hombre poseído por un conjunto de ideas o valores que caracterizan una forma de pensar o que marca una línea de actuación ideológica que le enajena completamente la libertad y lo hace hablar como instrumento de otros. Este hombre, sorprendentemente, habla en plural y comenzó a gritar con fuerza: "¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios"

2.                 “YA SÉ QUIÉN ERES: EL SANTO DE DIOS”

Para este endemoniado, como para otros presentes que comparten su idea, Jesús no ha venido a liberarlos, sino a destruirlos, es así como le preguntan ¿Has venido para acabar con nosotros?. Este hombre con el espíritu inmundo sabe que Jesús es el Mesías, el Consagrado de Dios, “Ya sé quién eres: el Santo de Dios”, le dice.

Pero Jesús lo increpó, diciendo: "Cállate y sal de este hombre". El demonio salió de él, arrojándolo al suelo en medio de todos, sin hacerle ningún daño. La liberación del endemoniado es una prueba para lo cual ha venido Jesús, al igual que en la sinagoga de Nazaret. El ha venido a liberar no sólo a pobres, ciegos y cautivos del cuerpo, sino también a cuantos están esclavizados y alienados por una idea que todavía piensa en un Dios de venganza y de revancha.

3.                 “,QUÉ TIENE SU PALABRA? ¡MANDA CON AUTORIDAD Y PODER A LOS ESPÍRITUS IMPUROS, Y ELLOS SALEN!”.

El temor se apoderó de todos, y se decían unos a otros: "¿Qué tiene su palabra?

La Palabra de Jesús, no era una palabra sin sentido, vacía o hueca, es una “Palabra de Vida”, porque antes de ser palabra, había sido vida y porque la palabra de Jesús causa y origina la verdadera Vida, porque su Palabra es la Verdad.

Esto es lo que nos revela este Evangelio, como todos, Jesús vino a predicarnos y atraernos un nuevo mundo, el nuevo Reino del Padre, y frente a Jesús, los espíritus del mal confiesan su derrota. “¡Manda con autoridad y poder a los espíritus impuros, y ellos salen!", expresaron los Judíos allí en la sinagoga. En efecto, las palabras de Jesús causaron impacto, porque independientemente de quien lo exponía, era un mensaje nuevo, hasta ese momento nunca oído, además, de una palabras convincentes, de alguien que sabe perfectamente lo que dice.

4.                 PALABRAS DE VERDAD, ESPERANZA Y PROMESA DE ETERNIDAD.

Este ejemplo debe ser motivarnos a actuar como lo hizo Jesús, anunciar el Reino de Dios a todo lugar, pero no en nombre propio, siempre en nombre de Jesús, y no es con nuestro pensamiento, ni como creemos que debe ser, sino con las enseñanzas y el pensamiento del Señor. Esto es, no se fundamenta con nuestras palabras, se hace con la fuerza de la Palabra de Jesús, que es irresistible para las personas, sin lazos afectivos ni intereses que lo liguen al lugar o al medio en el que está, o los alienados de espíritu que han perdido la capacidad de pensar por sí mismos y son esclavos de ideas y formas de ser perdidas, incapaces de pensar y actuar por uno mismo, como a aquel pobre endemoniado.

En cierta ocasión, alguno discípulos considerando demasiado duro el lenguaje del Señor, le abandonaron, entonces Jesús preguntó a los habían quedado: «¿También ustedes se quieren marchar?», y Pedro le responde: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna» (Jn 6, 67-68). Y eligieron permanecer con él. Bella e imitable elección, porque las Palabras de Señor, eran de vida eterna, es decir, con mucho sentido, palabras de verdad, esperanza y promesa de eternidad.

5.                 BUSCAN ARGUMENTOS FRÍVOLOS Y FÚTILES PARA QUE NO SE OIGA LA PALABRA SALVADORA.

¿Qué es lo que se oye hoy?, ¿Qué es lo que se escucha con mucha frecuencia?, de todo, algunas cosa tienen sentidos, pero, hay muchas payasadas y boberías, simplezas y banalidades se oyen por doquier y lo peor, es que se le presta atención. Con todas las dificultades del mundo actual, hoy es más necesario que nunca distinguir lo bueno de lo malo y el bien y del mal. El Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, Palabra del Señor, nos pregunta hoy si nosotros también no la queremos oír o si la queremos atesorar. Los endemoniados de hoy, temerosos de la verdad, buscan argumentos frívolos y fútiles para que no se oiga la Palabra salvadora.

El Evangelio tiene sentido si se ora con el, de este modo la Palabra que elimina todo mal, nos hace pensar desde el corazón, morada predilecta del Señor, y es fuerza para no dejarse seducir por falsos espejismo y palabras que no son de verdadera esperanza.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

SANTORAL

 

SAN ARTURO

Irlandés. Mártir de la Fe, sacrificado por los musulmanes en 1282. Este dato y los pocos más que conocemos y se dan por ciertos sobre él, proceden de las crónicas de la Orden de los Trinitarios. No es mencionado en el Martirologio Romano, ni en la monumental obra de los Bolandistas, ni en las otras colecciones hagiográficas. Su fiesta se celebra el día 1 de septiembre, aniversario, según parece, de su martirio.

En Irlanda nació este Santo, cuyo nombre llevan tantos cristianos de nuestro país y de las naciones de Occidente. Irlanda, tierra de mártires y santos, ha dado mucha gloria a Dios, a través de los siglos, por la integridad y el vigor de su fe. Recibió por primera vez el Mensaje de Salvación, la Buena Nueva de Cristo, en el siglo y, por la predicación de San Patricio, que es considerado su principal Apóstol y venerado como Patrono de la nación. Ésta fue evangelizada a base de la fundación de algunos monasterios, que fueron verdaderos centros de irradiación apostólica y de cultura cristiana. Y a medida que los naturales del país, en ritmo acelerado, se iban convirtiendo al catolicismo, Irlanda misma se convirtió en foco de luz para todo el norte-centro de Europa.

En tiempo de San Arturo la vitalidad católica de Irlanda había logrado gran auge. En su historial contaba con varios Santos y algunos teólogos famosos. Era conocido doquier, por otra parte, el dinamismo de los creyentes irlandeses, que les llevaba constantemente a empresas grandes. Nadie extrañaba, pues, que hubieran cuajado allí las órdenes Militares y la directamente emparentada con ellas, la Trinitaria. A ella perteneció nuestro Santo.

A causa de las luchas entre cristianos y sarracenos y debido a los procedimientos de piratería de éstos, yacían en la esclavitud, en todas las ciudades musulmanas, centenares y hasta miles de cristianos, sufriendo toda suerte de penalidades. Sintióse Arturo con alma generosa para trabajar y aun para ofrecer su propia vida en aras de la liberación de los infelices cautivos. Y por esto ingresó en la ínclita y tan fervorosa milicia redentora.

Pronto demostró sus actividades. Siguiendo con perfecta fidelidad las normas directrices de San Juan de Mata, fundador de la Orden, partió Arturo para el Oriente, a rescatar a los fieles que estaban prisioneros... Poco conocemos de sus andanzas por tierras semitas. Pero la celebridad de su heroísmo es indicio seguro del sendero de claridad que dejarían sus huellas, todas ellas en ruta de inmolación por Cristo. Sin cesar, resonaría en su corazón la promesa del divino Maestro: «El que pierde su vida, la recobrará».

Es casi seguro —como de las Crónicas trinitarias se colige, guardadas en el convento de Cerf-Froid— que visitó los Lugares Santos, donde se acabaría de enardecer de amor a Jesús y a su Pasión. Este amor era el que le impulsaba a laborar y luchar por la libertad de los pobres reclusos de las mazmorras mahometanas, y por la abolición total de la esclavitud. Se sabe que estuvo en Babilonia, si bien se ignora si vivió mucho tiempo en ella.

Su condición de fraile cristiano, su activismo proselitista, su celo ardiente y sus osadías, se hicieron odiosos a los discípulos del Corán. Y, según noticias de su Orden, fue apresado y allí mismo, en Babilonia, quemado vivo, por odio a la fe y a la doctrina de nuestra Religión.

A raíz de haber obtenido Fray Arturo la palma del martirio, difundióse su veneración rápidamente por amplias regiones. Y ha sido y es grande la devoción que en muchas partes se le tiene, desde el siglo XIII..

SANTORAL PREPARADO POR LA PARROQUIA DE LA SAGRADA FAMILIA DE VIGO



Respuesta  Mensaje 3 de 31 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 03/09/2009 02:19

“todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y él”

Lc 4, 38-44

         Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

1.                 JESÚS EN GALILEA

El capitulo cuarto del Evangelio de Lucas, nos relata primero a Jesús en la Sinagoga de Nazaret. Allí desagradó sumamente a unos oyentes que no querían oír hablar de la buena noticia de su liberación dirigida a los pobres, a los cautivos, a los ciegos y a los oprimidos, de una amnistía general de Dios, del perdón otorgado a la humanidad entera (Lc 4, 16-30). Luego predica en la sinagoga de Cafarnaún, situada algo mas al oriente, pero siempre en Galilea, allí para un endemoniado, como para otros presentes, Jesús no ha venido a liberarlos, sino a destruirlos. (Lc 4, 31-37)

2.                 JESÚS FUE A LA CASA DE SIMÓN

Después de estar en la sinagoga, Jesús fue a la casa de Simón, allí encontró que la suegra de Simón (Pedro). Ella tenía mucha fiebre, entonces le pidieron que hiciera algo por la suegra de Pedro. Con la disposición natural que tiene Jesús por hacer el bien a los hombres, inclinándose sobre ella, increpó a la fiebre y ésta desapareció. Notable es la actitud de esta mujer, en seguida se levantó y se puso a servirlos. La suegra de Pedro nos hace una bella enseñanza, y la debemos hacer nuestra, es la actitud de los seguidores de Cristo, ser servidores, así lo hace al ponerse inmediatamente al servicio del Señor Jesús.

3.                 JESÚS SE HA DEDICADO A CURAR A LOS ENFERMOS

Jesús se ha dedicado a curar a los enfermos y a las personas que están dominadas por un espíritu maligno, y lo hace en forma individual, con afecto, sensible, enternecido por el dolor, el ser compasivo es algo propio del Señor. Es así, como al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y Él. Jesús, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. El no hacer curaciones masivas, sino que personalmente, es una actitud de mucho amor y respeto hacia la personalidad de cada enfermo. Que maravilla el poder sentir las manos de Jesús en nuestras cabezas, como se inflama el corazón.

4.                 "¡TÚ ERES EL HIJO DE DIOS!"

Y los que estaban dominados por un espíritu maligno, poseídos por los demonios, también quedaban curados y de muchos salían demonios, gritando: "¡Tú eres el Hijo de Dios!". Pero él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías y Jesús no quiere que a El se le de un carácter distinto al que vino, porque El ha venido para servir y no para dominar; por eso quien se encuentra con él, como la suegra de Simón, se libera para el servicio.

Porque Jesús es el refugio de todas las necesidades y de las enfermedades su medicina, Jesús es la calma para los angustiados, los que lo siguen, saben que en El encontraran alivio, no solo a las cosas de salud, además a las del alma, por eso cuando gozamos de buena salud, también acudimos a El, y para cualquier caso, acudimos a El, como lo hacían los enfermos que rodeaban a Jesús, con sencillez y con gran confianza y amor extremo.

5.                 “Y PREDICABA EN LAS SINAGOGAS DE TODA LA JUDEA”

Que bueno es saber, que para cualquier dolencia que nos aqueje, para las angustias que nos oprimen, o para los males del espíritu, tenemos a quien acudir, “Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados y yo los aliviaré” (Mt 11,28). Así fue, que al amanecer la gente supo que Jesús se fue a un lugar desierto, sintiendo la necesidad de El, comenzaron a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos. Pero él les dijo: "También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado".

“Y predicaba en las sinagogas de toda la Judea”, de esta modo Jesús iba predicando por todas las sinagogas, y por todos los pueblos y a todo tipo de gente, sin predilección para un sector o un grupo determinado, por esa razón, El no quiere que lo retengan con la excusa de de que le van a agradecer los beneficios y la curaciones, porque Jesús se debe a todos, mira a todos, los busca todos, porque para todos ha venido y por todos se ha entregado al Padre.

6.                 JESÚS, SIN DESCANSO ANUNCIABA LA BUENA NUEVA DEL REINO DE DIOS

Nadie debe sentirse que no será oído por Jesús, ni por muy grave que sea mal que lleva, el es que juzgará nuestra actitud, por que solo a Dios le corresponde decidir quien entra al Reino de los Cielos, y a todos nos corresponde pedir con toda el alma, que el enfermo acuda a Jesús para que reciba la curación a su mal, y es muy simple hacerlo, orando, implorando y sin limite de cuantas veces o de tiempo. Santa Mónica, rogó por tres décadas por su hijo san Agustín.

Y Jesús, sin descanso anunciaba la Buena Nueva del Reino de Dios, y hoy todos lo debemos hacer, porque el mundo habrá de salvarse por el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, transmitido y anunciado por nosotros, para eso estamos, para hacer presente a Jesús a los hombres en este mundo en que vivimos. Pero debemos hacerlo promoviendo con ejemplo de actitud y conducta, para que cuando nos vean y nos conozcan observen que somos creíbles e imitables, especialmente en el servicio a los demás.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

SANTORAL

 

BEATO ANDRÉS GRASSET DE SAN SALVADOR 1758-1792

La mayoría de las veces, cuando pensamos en los misioneros o en los mártires, pensamos en alguien que va de un país establecido más antiguamente hacia otro más joven y menos desarrollado. El Beato Andrés Grasset de San Salvador nació en Montreal, Canadá, pero murió mártir en París durante la Revolución Francesa. Su padre había servido como secretario del gobernador de Nueva Francia, pero la familia había retornado a Francia, donde el Beato Andrés fue ordenado sacerdote. El desasosiego creció en Francia hasta que el 2 de septiembre de 1792 una turba invadió un monasterio carmelita que había sido convertido en prisión, y donde se mantenía encerrado al Beato Andrés junto con otros 187 sacerdotes y tres obispos. Cuando los prisioneros rehusaron jurar lealtad a una iglesia cismática que no reconocía al Papa, fueron matados todos.

El Beato Andrés no podía haber sospechado cuando abandonó Montreal de niño que un día se vería envuelto en un tumulto político que le obligaría a elegir entre el gobierno y su fe. Y, sin embargo, eso es lo que sucedió. Cuando nos embarcamos en una nueva dirección a menudo no sospechamos qué elecciones tendremos que afrontar. Lo único que podemos hacer es confiar en que si hemos tomado nuestras anteriores decisiones en buena fe y buena conciencia, entonces, suceda lo que suceda, todo ha de desenvolverse como debiera.

SANTORAL PREPARADO POR LA PARROQUIA DE LA SAGRADA FAMILIA DE VIGO



Respuesta  Mensaje 4 de 31 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 08/09/2009 07:22

“Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron”

Lc 5, 1-11

         Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

1.      SE AMONTONABA ALREDEDOR DE EL PARA ESCUCHAR SU PALABRA

Estando Jesús de pie a la orilla del lago de Genesaret, la multitud se amontonaba alrededor de El para escuchar su Palabra, mensaje de verdad, de vida y esperanza, es por ese motivo que las gentes se apresuraba a oírla. Podemos suponer que las gentes buscaban la posibilidad de conseguir algo, de ver o oír algo nuevo, pero no solo eso es lo que ha levantado expectativas en el pueblo que se agrupa a su alrededor, la Palabra de Jesús seduce, cautiva, encanta, hay entonces gran interés para escuchar su mensaje.

2.      TENÍAN HAMBRE, SED DE JUSTICIA Y HAMBRE DE LA PALABRA

En efecto la gente estaba ansiosa de oír la Palabra de Dios, ellos tenían hambre, sed de justicia y hambre de la Palabra. En este párrafo del Evangelio, se dice lo que se hace, pero no se dice cual es la enseñanza especifica de Jesús a las gentes que se agrupaban junto a El. Pero fijémonos en esta expresión: algunas versiones de este Evangelio, dicen que la gente se agolpaba, otras que se amontonaban, ambas son sinónimos de aglomerar o acumular, su Palabra entonces era absolutamente atractiva. Así es, como la gente rodea de tal forma a Jesús, que no le deja moverse libremente. Entonces desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes. Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón (Pedro), y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca.

3.      "NAVEGA MAR ADENTRO, Y ECHEN LAS REDES"

Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: "Navega mar adentro, y echen las redes". Con estos hechos aprendemos cómo Pedro llega a ser el discípulo que es de Jesús, como ha sido elegido, como Jesús le confía el ministerio y como lo llama para que lo siga. En efecto, Jesús le esta encargando a Pedro su misión de discípulo, y es un cometido de tipo universal, no solo debe pescar gente de su misma nacionalidad, en este caso pescar “israelitas”, sino “personas” de todos los orígenes y razas, lo que constituirá el nuevo pueblo de Dios, que estará integrado por judíos y paganos, y así sucederá con el tiempo, como ocurrió en esta pesca, abundante.

4.      SI TÚ LO DICES, ECHARÉ LAS REDES

Simón le respondió: "Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes". En efecto Jesús es el líder, el tiene el primer puesto, El dirige, El tiene influencia sobre todos, El sirve y entrega. Cuando las cosas se hacen sin la dirección de Jesús son distintas, como lo que le sucedió a Pedro y a su grupo, que se había pasado toda la noche trabajando mucho y afanosamente, pero sin embargo no habían pescado nada, pero cuando las cosas se hacen como señala Jesús, todo cambia. Importante lo que hace Pedro, inmediatamente acoge la petición del Señor, y puestos a la obra, lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse.

Siguiendo la orden de Jesús, el resultado es una pesca abundante a pesar de no ser la hora apropiada; tan abundante que tuvieron que hacer señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían.

5.      ADENTRO DE NOSOTROS, EN NUESTRAS PROFUNDIDADES, EN NUESTRA INTIMIDAD

Seguro que cuando Pedro hecho las redes al mar, a pesar de que durante la noche no había pescado, lo hizo con fe en su Maestro, así aprendemos que siempre debemos echar las redes en nombre de Jesús, siempre confiados en su palabra.

El navegar mar adentro, también es adentro de nosotros, en nuestras profundidades, en nuestra intimidad, en nuestro corazón, morada del Señor, fuera de todo bullicio, para oír solo a Dios. En el silencio para oírlo plenamente. Porque cuando el corazón esta despojado de todo, esta mejor preparado para darle cabida a Dios. En la abstracción o separación de toda la realidad que nos rodea menos lo que es de Dios, el alma queda en sus mejores condiciones, y solo así es cuando podemos oír la Palabra del Señor.

6.      CON JESÚS Y BAJO SU DIRECCIÓN, LAS REDES SE LLENAN EN ABUNDANCIA.

¿Estamos preparados para echar las redes al mar? Cuando hemos remado mar adentro, cuando hemos sido capaces de penetrar en la soledad de nuestro interior, esa es la hora de echar las redes. Cuando nuestro corazón ha penetrado en nosotros mismos, es entonces cuando trabajamos con Cristo y echamos las redes en su nombre. Sin El, nos fatigaremos inútilmente, sin frutos, si pescar lo que deseamos, pero con Jesús y bajo su dirección, las redes se llenan en abundancia.

7.      "NO TEMAS, DE AHORA EN ADELANTE SERÁS PESCADOR DE HOMBRES".

Así fue, como al ver este resultado abundante, bajo la orientación del Señor, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: "Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador". El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: "No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres".

Entonces, ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron. La parábola en acción de la pesca milagrosa le dice a Pedro y a los otros lo que va a ser su vida apostólica en adelante en nombre de Jesucristo. Y no sólo Pedro, sino el que los otros lo dejaron todo, es la vocación que aquí late en todo el fondo del pasaje, y porque no relata que dejando todas las cosas, no sólo se fueron con El, sino que mucho más: lo “siguieron”. La llamada fue eficaz. Aquel día tomó Cristo definitivamente sus cuatro primeros discípulos.

8.      HAY QUE HACERLO TODO POR EL SEÑOR, SOLO EL DA SENTIDO A NUESTRAS OBRAS.

Ser discípulo implica, llegado el caso, “dejarlo todo”. Puesto que los discípulos se hacen miembros de una comunidad guiada por Jesús, las personas llamadas al discipulado tienen que estar preparadas para abandonar sus cosas y no separarse de Jesús, vivir estrechamente unidos a El, todo cambia con El, eso fue lo que le ocurrió a Pedro, echo las redes en nombre de Jesús y pesco en abundancia.

Jesús nos quiere ver a su lado, pero no para ser visto por los hombres, sino para ser visto por Dios, para agradar a Dios, y para hacernos saber como trabajar para que los demás se salven.

Pero hay que hacerlo todo por el Señor, solo El da sentido a nuestras obras. Trabajemos con Jesús, en la oración y la contemplación, El nos dirá donde y como echar las redes, porque así como las gentes se agolpaban para oír al Señor, es necesario que nosotros oigamos y la meditemos la Palabra de Dios para saberla como transmitirla y para que nuestra pesca sea fructífera

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

SANTORAL

 

 

SAN GREGORIO EL GRANDE ¿540?-604

 «El hombre ha sido creado para contemplar a su Creador, para buscar siempre su rostro y habitar en la solemnidad de su amor». Esta frase de San Gregorio Magno da luz sobre toda su vida. El heredero de unos senadores romanos renunciaba, a sus treinta y cinco años, con esa idea a los altos cargos civiles que desempeñaba, para consagrarse a la vida monástico en su morada del Coelius (hacia el 575). Vivió allí cinco años de paz y gozo íntimos. Mas el Señor tenía otros designios sobre él. El papa Pelagio II le nombró diácono suyo y le envió en misión a Constantinopla (580-585).

Vuelto a Roma, el desbordamiento del Tíber produjo muchas calamidades: hambre y peste sobre todo. Una de las víctimas de la peste fue Pelagio II. Reunidos el clero, el senado y el pueblo, eligieron Papa al diácono Gregorio. Le costó mucho dejar su soledad, pero aceptó. Era el primer Papa monje, estilo que introdujo en la espiritualidad y liturgia de su pontificado. Publicó la Regla Pastoral, que fue el código de los obispos durante la Edad Media. Restauró la disciplina.

Recibió la consagración episcopal en San Pedro el 3 de septiembre del 590. Hasta su muerte (12 de marzo del 604), el papa Gregorio Magno iba a llevar a cabo una considerable tarea. Como pastor de un pueblo saturado de desgracias, hubo de procurarle alimento, tanto de pan como de la palabra de Dios. De cara a un mundo nuevo, entró en contacto con los bárbaros: envió misioneros a Inglaterra.

Esto supuso una amplia correspondencia, Comentarios de la Escritura, Homilías escritas con cuidado para que fueran leídas por algún clérigo - pues Gregorio estaba habitualmente tan alcanzado de salud que apenas podía hacerse entender por el pueblo -. Así fue la vida del «cónsul de Dios», como le llama su epitafio de la basílica vaticana. La posteridad ha rodeado la obra de Gregorio de una veneración tal que el compendio de oraciones litúrgicas que él compuso se ha conservado prácticamente hasta nuestros días como el Misal romano.

San Gregorio el Grande era un agudo observador de la naturaleza humana. ¿Quién no reconoce la verdad contenida en la afirmación: «Quienes tropiezan en terreno llano, deberían evitar acercarse a un precipicio»? O la claridad de recordar a la gente que es más fácil abandonar las posesiones que cambiar nuestro corazón, pues «renunciar a lo que uno tiene no es sino algo menor, pero renunciar a lo que uno es, eso es mucho pedir».

Recientemente, el nombre de Gregorio ha vuelto a ser conocido popularmente de nuevo por la edición de una grabación de canto gregoriano interpretado por unos monjes españoles que fue éxito de ventas. Irónicamente, aunque sabemos que San Gregorio reformó la liturgia de la Iglesia durante su reinado como papa, no estamos seguros de hasta dónde es realmente responsable de la reforma de la música que porta su nombre.

No obstante, el canto gregoriano ha vuelto, tras haber sido relegado a oscuros monasterios por varios cientos de años. El renovado atractivo de esta música de siglos de existencia ha asombrado a los expertos de la industria. (¡Lo que no les ha impedido sacar buen provecho de ello!) ¿Qué tiene el canto que puede atraer incluso a una audiencia moderna educada en el rock and roll?.

La respuesta puede residir en el canto mismo. El canto gregoriano es una forma de canto sagrado que puede tener sus raíces en la música antigua de las sinagogas judías. Cuando se ejecuta correctamente, es cantado sin acompañamiento. El canto gregoriano no es el único tipo de canto (el ambrosiano, por ejemplo, es otro), pero sí el más conocido. Una vez que hayas oído el canto, nunca lo olvidarás. Y lo amarás o lo odiarás.

SANTORAL PREPARADO POR LA PARROQUIA DE LA SAGRADA FAMILIA DE VIGO



Respuesta  Mensaje 5 de 31 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 08/09/2009 07:24

“Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar uno viejo”

Lc 5, 33-39

         Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

1.                 LOS DISCÍPULOS DE JUAN AYUNAN FRECUENTEMENTE Y HACEN ORACIÓN

Los escribas y fariseos, se han hechos ellos mismo su mala fama, como siempre acostumbran a dirigir palabras en las que se expresa el deseo de que alguien sufra algún daño, es así, como atacan ahora a Jesús directamente diciendo: "Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y hacen oración, lo mismo que los discípulos de los fariseos; en cambio, los tuyos comen y beben.

El ayuno es un elemento esencial de la vida piadosa de los judíos; éstos practican no sólo el ayuno, sino también la oración (Lc 11,1), como les había enseñado Juan Bautista (Lc 11,1). Con esta crítica ellos quieren presentar a los amigos de Jesús como discípulos permisivos, amigos dados a comer, beber y a banquetear.

2.                 ES LA HORA DE LA FIESTA

Jesús responde a este juicio sobre sus discípulos, recordándoles que, cuando se está de boda, los rabinos no sólo eximían del ayuno a los amigos del novio, sino que éstos estaban obligados a interrumpirlo.

Jesús, se refiere a la costumbre de las bodas de aquel tiempo, donde un grupo especial de amigos más íntimos tenían por misión mantener la alegría en los actos de bodas. Eran los más íntimos amigos del esposo; servían de intermediarios de los cónyuges antes de la boda y atendían a todo en la fiesta. Jesús toma la imagen de un festín de bodas. Los amigos del esposo que están invitados, preferentemente sus íntimos, no pueden entristecerse. Es la hora de la fiesta. El Talmud recomienda a los invitados en un banquete de bodas, como un deber, el saber comportarse allí, tener una alegre expansión festiva, y les dispensa incluso a este propósito de diversas obligaciones legales. Por eso, mientras los discípulos están en esta fiesta — y la boda es símbolo bíblico del establecimiento del reino y de la salvación (Ap 19:7.9, etc.) —, estos invitados predilectos a la misma no pueden “entristecerse” (Mt).

3.                 ¿USTEDES PRETENDEN HACER AYUNAR A LOS AMIGOS DEL ESPOSO MIENTRAS ÉL ESTÁ CON ELLOS?

Es así, como les pregunta y les contesta: "¿Ustedes pretenden hacer ayunar a los amigos del esposo mientras él está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado; entonces tendrán que ayunar". El Esposo es Jesús. Cristo, toma ahora un carácter no sólo de comparación, sino de identificación. Anuncia su muerte. Es la profecía de su muerte mesiánica. Cuando termine la fiesta de estos desposorios mesiánicos temporales, que será breve, como lo sugiere su comparación con un banquete de bodas, entonces será la hora de sus ayunos y tristezas.

En Efecto, el evangelista compara a Jesús con un novio, el tiempo presente con una fiesta de bodas, y los discípulos con los invitados a la fiesta. En estas circunstancias el ayuno no es considerado, y el estar con el novio (Jesús), es motivo de alegría.

4.                 NADIE CORTA UN PEDAZO DE UN VESTIDO NUEVO PARA REMENDAR UNO VIEJO

Jesús les hizo además esta comparación: "Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque se romperá el nuevo, y el pedazo sacado a éste no quedará bien en el vestido viejo.

En el Evangelio, Jesús con suficiente claridad nos hace ver que las leyes del Antiguo Testamento, caducan con su venida para iniciar algo nuevo, un Nuevo Testamento, una nueva Ley, una nueva vida. Todo esto requiere un nuevo espíritu, un cambio de mentalidad, caen entonces las antiguas prescripciones y surge la nueva, le ley de amor.

5.                 TAMPOCO SE PONE VINO NUEVO EN ODRES VIEJOS

Es así, como luego Jesús continua:“Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres; entonces el vino se derramará y los odres ya no servirán más. El vino nuevo se pone en odres nuevos. Nadie, después de haber gustado el vino viejo, quiere vino nuevo, porque dice: el añejo es mejor".

Con Jesús –vino nuevo, odres nuevos- se pone fin a un largo período de la historia del pueblo judío, representado por los fariseos que se aferran a las viejas formas de una tradición basada en ayunos múltiples, y se oponen a las nuevas formas del tiempo presente de la salvación, tiempo de alegría, de amor y de fecundidad, representado por la imagen de una fiesta de bodas.

6.                 JESÚS, HA VENIDO A TERMINAR CON TODO LO VIEJO

Jesús ha venido a traernos una vida nueva, vida de la gracia, y esa vida nos requiere como hombres nuevos, con una nueva mentalidad, con nuevos criterios, con una nueva escala de valores, ahora debemos ver las cosas de una manera distinta, y hacer un juicio renovado de los acontecimientos. En efecto Jesús, ha venido a terminar con todo lo viejo y nos trae un hombre con un nuevo sentido de la vida, con esperanzas nuevas.

Ese vino nuevo, es el hombre nuevo que se forma en Cristo, se debe echar en odres nuevos, esto es un cambio profundo y un nuevo sistema de vida. Pablo nos dice; “Así como Jesucristo resucito en la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva” (Rom 6,4), o también como nos aclara cuando nos dice: “El que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho presente” (2 Cor 5, 17).

No nos contentemos con lo que somos, tratemos de ser como nos enseño Jesús, “sean perfectos como es perfecto el Padre que esta en los cielos” (Mt 5,48)

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

SANTORAL

 

SAN MOISÉS S.  XIII A. C.

En el Antiguo Testamento es la figura capital del depositario de la promesa, el varón fuerte que aguanta sobre sus hombros la Ley: profeta, guerrero, legislador y libertador, el que habla con Dios en las tempestuosas alturas y saca al pueblo elegido de la esclavitud en medio de prodigios estupendos.

En la tremenda visión de Miguel Ángel es un titán airado y sublime, sujetando las tablas que recibió en el Sinaí, negándose a aceptar la debilidad de los suyos, que en el desierto murmuran: Al menos cuando éramos esclavos en Egipto comíamos todos los días, allí había ollas de carne y nos hartábamos de pan.

Dios ha elegido a aquella gente entre todas las razas, la guía y la protege, la hace libre y le anuncia cosas inimaginables, y se quejan porque la comida no es de su gusto, echan de menos el cautiverio en el que tenían la pitanza segura; eran esclavos en tierra extranjera, pero podían hartarse de pan, su mayor aspiración.

A Moisés la mediocridad y la cobardía le sublevan, es un caudillo con una talla moral superior a la de la mayoría de los israelitas que le siguen.

Y como siempre la santidad está marcada por un intenso contraste para recordarnos lo que somos, y Moisés va a morir contemplando la Tierra prometida desde el otro lado del Jordán. "Verás de lejos, pero no entrarás en la tierra que voy a dar a los israelitas".

SANTORAL PREPARADO POR LA PARROQUIA DE LA SAGRADA FAMILIA DE VIGO



Respuesta  Mensaje 6 de 31 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 08/09/2009 07:24

"El Hijo del hombre es dueño del sábado"

Lc 6, 1-5

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

 

1.                 "¿POR QUÉ USTEDES HACEN LO QUE NO ESTÁ PERMITIDO EN SÁBADO?".

Un sábado, en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas entre las manos, las comían. Algunos fariseos les dijeron: "¿Por qué ustedes hacen lo que no está permitido en sábado?".

Pareciera que Jesús siempre esta contradiciendo las costumbres de los fariseos, en este caso por no decirle nada sus discípulos respecto a arrancar espigas en día sábado, que era observado por los judíos en el descanso sabático, que no solo les impedía que los campesinos trabajasen en día de sábado, además se les prohibía incluso recoger espigas. Sin embargo a nosotros no nos parece para nada que Jesús quisiera contradecir a los fariseos, ya que son ellos los que acostumbran a afirmar de algo contrario a lo ya dicho, o ha negar de algo que se da por cierto que debe ser así. Además para ellos, la ley es el centro de atención, en cambio para Jesús es el hombre, es así, como Jesús, nos trae un nuevo modo de ver el sábado. Como en todos los Evangelios, El nos hace un distinta concepción de ver algo a como era la costumbre judía y nos propone un conjunto de ideas nuevas sobre ello.

2.                 "EL HIJO DEL HOMBRE ES DUEÑO DEL SÁBADO"

Así es como Jesús les respondió: "¿Ni siquiera han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios y, tomando los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y dio de comer a sus compañeros?".

En este caso especifico, lo hace sobre el día sábado, que pasa de día consagrado a Dios a día consagrado al bien del hombre, es así como en este día, el hombre se ha liberado del demonio, se ha curado de algún mal, porque para Jesús, la voluntad de Dios coincide con el bien del hombre, durante todo tiempo y todo día; no hay otra ley por encima de ésta.

Jesús, por lo demás, se muestra en este fragmento no como el esclavo-obediente de la orden o mandato del descanso sabático, sino como Señor del Sábado, es así como después les dijo: "El Hijo del hombre es dueño del sábado". Seguramente los escribas y fariseos, habían añadido al libro de la Ley, observancia y prohibiciones, que pesaban en la conciencia de muchos, pero esto es un error, no se puede considerar que el orden de la Ley es mas importante que el mismo hombre, como si este hubiera sido credo para la Ley y no la Ley para los hombres, Por eso Jesús, es muy claro con los fariseos, y es porque el Hijo de Dios esta por sobre la Ley, el es dueño de la Ley, y nos enseña que Dios ha creado todas las cosas para los hombres, y al hombre ha sido creado para Dios.

3.                 LA PALABRA DE DIOS ES COMO ESA ESPIGA DE TRIGO

La Palabra de Dios nos llega a nosotros en todo momento, en el minuto menos pensado, en cualquier circunstancia de nuestra vida, en todos nuestros acontecimientos, la Palabra de Dios esta a nuestro alcance. Aquí en este Evangelio la Palabra de Dios es como esa espiga de trigo, con maduros granos de trigos en nuestras manos, que en este caso nos alimentan el espíritu.

Este es nuestro gran alimento al alcance siempre de nuestras manos, saquémosle el provecho que este grano nos entrega, como lo indica este relato “arrancaban espigas y, frotándolas entre las manos, las comían”, recordemos las palabras de Jesús, “Mi alimento es hacer la voluntad de aquel que me envío” (Jn 4,34). No ignoremos las Sagradas Escrituras, sería ignorar a Cristo, luego ignorar la vida eterna y apartarse de lo que Dios quiere para nosotros. Tenemos tiempo para muchas cosas, por tanto no podemos decir que no tenemos tiempo para dedicarnos unos instantes para conocer más y mejor la Palabra de Dios, el mejor alimento que podemos tener en nuestras manos.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

SANTORAL

 

 

SAN LORENZO JUSTINIANO. 1381-1455

San Lorenzo Justiniano nació en Venecia en 1381, hijo de Bernardo y Querina. Querina Querini quedó viuda muy joven y educó con esmero a su hijo. En frente de San Marcos y del Palacio Ducal está la isla de San Jorge, y en ella, la iglesia de San Jorge, donde vive un grupo de jóvenes. Su madre tenía otros planes, pero él se consagró al Señor.

Ordenado sacerdote, pone en marcha la Congregación de canónigos seculares de San Jorge. En medio de dificultades y de insidias, recorre los 150 canales de la ciudad, que enlazan las 122 islas con hermosos puentes, recogiendo y repartiendo limosnas. Al llegar un día al palacio de su madre, se quedó en el umbral y aceptó tan sólo un pan.

A principios del siglo XV, el papa veneciano Gregorio XII -cuando Pedro de Luna (Benedicto XIII) y Baltasar de Cosa (Juan XXIII) le disputaban la tiara -encarga a Lorenzo el priorato de San Agustín de Vicenza. Pronto vuelve a San Jorge. En la peste de 1423 se porta heroicamente.

Vuelve a pasar otros tres años a Vicenza, ahora de retiro y soledad.

Escribe libros ascéticos, luminosos y jugosos, muy distintos de los esquemas fríos de la escolástica, dominada ahora por los últimos nominalistas. Tratan sobre el camino del alma hasta Dios, a través de Jesucristo. Trata con gran altura sobre el matrimonio espiritual. Buen émulo de Gerson.

Otro Papa veneciano, Eugenio IV, - el Papa unionista del concilio de Florencia - le nombra obispo de Castelo, isla adriática, vecina al Lido veneciano. Convocó un sínodo de donde salieron sabias constituciones sobre la reforma de la Iglesia. Algunos se molestaron, como cuando promulgó un decreto para reprimir el lujo de las mujeres, pero él siguió adelante.

Predicaba austeridad, pero iba por delante con el ejemplo: "Dar satisfacción a los sentidos y querer mantenerse puro es igual que pretender apagar un incendio arrojando leña en él". Grande era también su ecuanimidad. "Siempre era igual, dice un biógrafo: nadie le vio, ni conmovido por la ira, ni disipado por la prosperidad, ni turbado por el placer, ni encogido por el miedo, ni acobardado por el dolor". Otro autor asegura: "Tuvo un don maravilloso, y es que todos los que habían estado con él se despedían con el alma llena de gozo y de paz. Todo en él inspiraba amor".

El 1451 fue elevado por Nicolás V a la sede de Venecia. Su vida privada de monje y asceta siguió como en San Jorge. En un lustro realizó una obra ingente. Años de sabio gobierno, de acertadas y valientes reformas, que prepararían el camino para Trento. Aún tiene tiempo para escribir sobre El gobierno de obispos, Grados de perfección, El incendio del amor divino. Así completaba sus escritos del retiro de Vicenza.

La vida de Lorenzo es difícil de resumir, por las múltiples facetas que abarcó. Y lo maravilloso es que en todas las facetas lo hizo con profundidad. No vale aquí el refrán de que el que mucho abarca, poco aprieta.

En efecto, fue amante de la soledad y de la contemplación, y con la misma energía, fue un hombre de múltiple actividad. Dio normas sabias sobre el gobierno pastoral de los obispos, pero no como un hombre de gabinete, sino como alguien que reflejaba lo que él practicaba.

Fue el primer patriarca de Venecia, cuna de papas. Juan XXIII, sucesor suyo con el tiempo en Venecia, lo tomó como ejemplo y patrón de su pontificado. En Venecia murió Lorenzo en 1456 con estas palabras: "A Ti voy, oh Jesús". Fue canonizado por Alejandro VIII en 1690.

SANTORAL PREPARADO POR LA PARROQUIA DE LA SAGRADA FAMILIA DE VIGO



Respuesta  Mensaje 7 de 31 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 08/09/2009 07:25

“Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos”

Mc 7, 31-37

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

 

1.                LE TRAJERON UN HOMBRE SORDO Y TAMBIÉN CON UN DEFECTO PARA HABLAR, “SORDOMUDO”

Este relato Evangélico solo lo trae Marcos. Cristo se retira de Tiro para ir a Galilea, que donde probablemente se produce este singular milagro, singular porque es único. El relato no dice con precisión donde se encuentra Jesús, sin embargo podemos entender que andaba por tierras paganas y que viene de regreso a su tierra.

Le trajeron un hombre sordo y también con un defecto para hablar, tal como dice el Evangelio, sordomudo. Y le rogaban que, para curarle, en especial que le impusiera las manos. Era gesto familiar a Cristo: “a quienes curó imponiéndoles las manos” (Mc 6:5) Igualmente era usado como gesto de transmisión de poderes y autoridad con el que los rabinos comunicaban el magisterio oficial a sus alumnos, lo mismo que signo de transmisión de bendiciones (Gen 48:14ss). Posiblemente estos que traían al enfermo creían que fuese condición esencial para la curación este gesto, pues era de uso tradicional (2 Re 5:11). Otro sentido se expone: Y le impuso las manos. Y al instante se enderezó, y glorificaba a Dios. (Lc 13:13.)

2.                CRISTO SE APARTÓ CON ESTE SORDOMUDO DE LA MUCHEDUMBRE

Cristo se apartó con este sordomudo de la muchedumbre, probablemente le acompañaron, como en otras ocasiones, algunos discípulos. Quería manifiestamente evitar con ello la conmoción que iba a producirse, con las posibles consecuencias de sobreexcitación mesiánica.

Ya aparte, mete sus dedos en los oídos de aquel sordo, como para indicar que iba a abrirlos, y escupiendo, o poniendo saliva en sus dedos, le tocó la lengua, como para indicar que quería facilitar otra vez la forma correcta del hablar a aquella persona. Estos gestos podían hacer pensar a gentes paganas o judías en ciertos ritos mágicos. Los rabinos tenían terminantemente prohibido a todos los que curaban heridas entremezclar con ello el susurro de palabras, menos aún de versículos bíblicos, máxime si esto se hacía utilizando saliva, ya que a ésta se le concedían ciertas virtudes curativas. La saliva era considerada en la antigüedad como remedio medicinal. En Cristo, esto no era otra cosa que una especie de parábola en acción, con la que indicaba lo que iba a realizar, y con lo que excitaba la fe de aquel sordo, ya que con palabras no podía hacerlo.

3.                MIRANDO AL CIELO, SUSPIRÓ Y DIJO: “EPHATA”

Pero, antes de pronunciar su palabra curativa de autoridad, quiso acusar bien que no eran ritos mágicos, sino obra del Padre; así es como en el Evangelio dice: y, mirando al cielo, suspiró y dijo: “Ephata,” que quiere decir ábrete”. En Efecto, Cristo “miró al cielo,” como indicando la fuente de la curación que iba a venir, y luego “gimió”, sin duda, como forma de su oración silenciosa al Padre: “nosotros mismos gemimos en nuestro interior” (Rom 8:23). Y dio la orden de la curación: “ábrete,” que Marcos conservó como un recuerdo gráfico y exacto de aquella escena en su forma aramaica, y que luego la explica traduciéndola; “que quiere decir ábrete”.

Y el milagro se hizo. La frase con la que Marcos dice que se curó su mudez es la siguiente: “y se abrieron sus oídos y se le soltó la lengua, y hablaba expeditamente.” Talvez los hace para señalar que la mudez de este hombre había sido producida por un defecto natural, ya que no expresa como en otras ocasiones que sea producto de alguna posesión diabólica ni a ningún espíritu extraño.

4.                JESÚS LES MANDÓ INSISTENTEMENTE QUE NO DIJERAN NADA A NADIE

Cristo insiste en que no lo dijesen a nadie; no en vano le había apartado de la turba. Buscaba con ello evitar prematuros y desorbitados movimientos mesiánicos. Pero no hicieron caso. ¿Por qué prohíbe divulgarlo? Para que viesen que El cumplía el plan del Padre y que no buscaba ni precipitaba estos acontecimientos. Tenía que esperar a su “hora.”

La emoción mesiánica de la turba se desbordó. Y corrió por la comarca, evocándose este mesianismo, al citar y aplicar Marcos a Cristo unas palabras que evocaban las que Isaías dice del Mesías: cómo hará hablar a los mudos y abrirá los oídos de los sordos (Is 35:5.6). Y que fue la respuesta que, para probar en cierta ocasión su mesianismo,  Cristo mismo alegó a los mensajeros del Bautista que venían a preguntarle si El era el Mesías: “¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?”, y Jesús les respondió: “Id y contad a Juan lo que oís y veis”: (Mt 11:1-6).

5.                TODO LO HA HECHO BIEN

Finalmente el relato dice que: “y sobremanera se admiraban, diciendo: Todo lo ha hecho bien: a los sordos hace oír y a los mudos hace hablar”. Es eso lo que nos corresponde hacer a nosotros, hacer las cosas bien, y hacer el bien, es lo que espera el Señor de nosotros, en especial que nos pongamos en la manos del Cristo, para no ser sordos y poder oír la Palabra de Dios, para poder oír las enseñanzas del Evangelio, como del mismo modo ponernos en las manos de Cristo y comprometernos a no enmudecer nuestros labios y predicar sus enseñanzas tal cual el nos lo ha pedido, “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación” (Mc 16)

Pero es bueno hacer el bien en todo tipo de cosas, no solo en las más importantes, también en las cosas simples y sencillas, en las cosas ordinarias de cada día, pero también hacerlas con las modestia que lo hace Jesús, que tomo el enfermo y lo llevo a un lugar aparte, porque si hacemos el bien es para agradar al Padre, conciente que todo lo bueno en nosotros viene de Dios, ya que todo lo perfecto es del Señor, y sin su ayuda, nada podemos hacer, es así como dice el Señor: “Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y Yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada.” (Jn 15,5)

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

SANTORAL

 

 

ELEUTERIO  (siglo VI)

Su nombre ha llegado hasta nosotros gracias a su amigo el papa san Gregorio el Grande, quien nos dice que fue abad del monasterio de San Marcos Evangelista en Espoleto, que vivió mucho tiempo y que «conversó conmigo en Roma, en mi monasterio, donde murió».

«Fue de tanta virtud», dice el pontífice, «que con sus oraciones resucitó un muerto», y le atribuye también la curación de una enfermedad que él padecía, «que si no comía a cada instante parecía acabárseme la vida». Bastó que el santo abad le bendijera para que san Gregorio no volviese a sentir los efectos de su mal.

Pero Eleuterio era citado sobre todo, más que por sus méritos, que debían de ser muchísimos, por una debilidad que nos lo hace sentir más próximo; no es el santo que se nos describe como casi impecable, sino el que es víctima de un momento de flaqueza.

Ciertas monjas le habían encomendado la custodia de un niño atormentado por el Diablo, y   como después de muchos días el Espíritu Maligno no se manifestase, parece ser que el abad comentó un día a sus monjes: El Diablo se burlaba de aquellas santas religiosas, pero ahora no se atreve.

Al instante el Demonio volvió a apoderarse del niño, y Eleuterio comprendió que en sus palabras había habido vanagloria. «Reconoció su culpa, lloróla amargamente y pidió a todo el monasterio que se pusiera en oración e hiciese penitencia». Una simple frase con una pizca de soberbia hizo que el Diablo volviese a sentirse en terreno propio, y se necesitó la colaboración de todos para volver a echarle.

SANTORAL PREPARADO POR LA PARROQUIA DE LA SAGRADA FAMILIA DE VIGO



Respuesta  Mensaje 8 de 31 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 10/09/2009 10:21

“¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece!

LC 6, 20-26

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

 

1.                 ¡FELICES USTEDES, LOS POBRES, PORQUE EL REINO DE DIOS LES PERTENECE!

Jesús, fijando la mirada en sus discípulos, dijo: ¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece! ¡Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados!

Jesús al proclamar las bienaventuranzas, nos esta proponiendo una forma de vida distinta como condición para salvarnos, nos invita a un camino solidario con los pobres, nos estimula a una vida mas austera, nos anima a no vivir atados a los bienes materiales, de esta forma nos podemos dedicar más a Dios. El se preocupa intensamente por nosotros, ¿y nosotros que?

A todos los pobres nos promete el Reino de los Cielos, donde reina la paz, donde todo lo abunda, donde no existe le dolor ni las lagrimas, dono se vive en alegría y felicidad para siempre.

2.                 ¡FELICES USTEDES, LOS QUE AHORA LLORAN, PORQUE REIRÁN!

Que no nos suene extraña esta frase, porque lloraremos nuestros pecados y miserias, nos arrepentiremos de haber sido distinto a como Dios le agrada que sean sus hijos y, Jesús nos perdonará y nos consolará. Pero también nos entristecemos por la desesperanza, pero es así como son bienaventurados los que lloramos amargamente nuestras penas, pero que hemos permanecidos con paciencia y resignación por amor a Dios, buscando el consuelo de Dios y ofreciéndole a El nuestras lágrimas. Sin embargo, es cierto que es triste sufrir, pero mas triste es no saber porque y para que se sufre, entonces busquemos el sentido del dolor, descubriéndolo como nos enseña Jesús. En efecto el dolor no invita a ser más desprendido y nos desprende de lo malo de la vida, porque indudablemente los golpes de la vida nos van enseñando el valor de las cosas buenas. Confiemos que en sufrir por Dios, nos traerá la verdadera alegría.

3.                 ¡FELICES USTEDES, CUANDO LOS HOMBRES LOS ODIEN, LOS EXCLUYAN, LOS INSULTEN

¡Felices ustedes, cuando los hombres los odien, los excluyan, los insulten y proscriban el nombre de ustedes, considerándolos infames a causa del Hijo del hombre!

Jesús llama bienaventurados no a los que odian, sino a los que son odiados, especialmente a los que son odiados a causa de El, por seguirlo a El y vivir según sus enseñanzas, por proclamar su Evangelio y pedir que se viva conforme a El, sin acomodarlo a nuestro modo para que sea mas fácil, porque vivir el Evangelio nos hace dichoso. Entonces, no es el hecho de ser odiado por cualquier cosa, sino el de ser odiados por Cristo, por ser sus discípulos, por ser sus apóstoles, por aprender de El y seguir sus enseñanzas, por esta adheridos a El y ser fiel a su mensaje. Por esto nos sentimos felices de ser odiados por Jesucristo, especialmente si no damos motivos para que nos odien. En efecto, debemos cuidarnos de no dar motivos personales para ser odiados, porque en ese caso no nos odiaran por Jesús, sino que por nuestra causa, y lo que nos produce alegría es la causa de Jesucristo. Ahora vivir conforme a las enseñanzas de Jesús y los Evangelios, es siempre con la búsqueda de la bondad, la comprensión, y bueno es que los que nos vean, no reaccionen con odio, sino que con admiración por nuestra forma de vida.

4.                 ¡ALÉGRENSE Y LLÉNENSE DE GOZO EN ESE DÍA, PORQUE LA RECOMPENSA DE USTEDES SERÁ GRANDE EN EL CIELO!

Este es el premio, esta es la forma como Dios nos recompensará, nosotros le entregaremos todo nuestro tiempo a Dios, los momentos de angustias y sufrimientos, nuestro corazón libre de ataduras de bienes terrenales, y Dios a cambio nos saciará en abundancia, con riquezas de gran valor, de dones y gracia, con la alegría de su Reino, la recompensa grande estará en el cielo. No nos aislemos de Dios, el es nuestro Padre, y un hijo, debe estar íntimamente cercano a su Padre amado y que nos ama, recemos, pidamos, invoquemos, llenémoslo de gozo y alegría.

5.                 ¡DE LA MISMA MANERA LOS PADRES DE ELLOS TRATABAN A LOS PROFETAS!

Porque ellos y sus antepasados han sido pobres, han puesto su esperanza en Dios. Si la sociedad les ha fallado, negándoles lo que en justicia necesitaban para vivir, algún día Dios se los dará. Han esperado y no se han equivocado. Hoy son testigos de que Dios cumple su promesa.

Pero también no advierte: ¡Pero ¡ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ahora ríen, porque conocerán la aflicción y las lágrimas! ¡Ay de ustedes cuando todos los elogien! ¡De la misma manera los padres de ellos trataban a los falsos profetas!

6.                 ALEGREMOS EL CORAZÓN, MOSTREMOS EL ESPÍRITU CONTENTO

En cambio, los que por tener mucho no esperaban nada, quedaron con las manos vacías. Han pasado los siglos y el hombre sigue igual. El pobre o el que tiene alma de tal, mira hacia Dios y todo lo espera de el. Le deja un lugar en su vida y con fe y confianza, busca dejarse guiar por él. No así el rico o el que tiene alma de tal. Acostumbrado a comprarlo todo, cree no necesitar de nada ni de nadie. Dominado por la soberbia, ni siquiera cree necesitar de Dios. Es esa actitud de autosuficiencia, la que lo va marginando del Reino y la que en definitiva, puede dejarlo fuera de él. En labios de Jesús, pobreza o riqueza no son términos abstractos, ligados solo a la economía, sino, apuntan y nos invitan a una actitud de vida.

Por todas estas bienaventuranzas que nos regala el Señor, alegremos el corazón, mostremos el espíritu contento, porque será grande la recompensa, y esta es la vida por siempre en el cielo.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


SANTORAL

 

 

SAN PEDRO CLAVER 1581-1654

La vida que más me ha impresionado después de la de "Cristo", dijo el papa León XIII cuando lo canonizó. Y efectivamente la suya fue una vida muy cristiana en el sentido más propio del término, imaginamos a Cristo en la América del siglo XVII y le vemos haciendo lo que hizo Pedro Claver.

Estaba emparentado con la ilustre familia de los Requeséns. Estudió con un tío suyo, canónigo de Solsona. Pero no valía para él la lamentación de Santa Teresa: "Dios los llama para santos, y en canónigos se quedan". El aspiraba a santo. Quiero consumir mi vida por las almas, escribió un día.

Era de un pueblecito catalán llamado Verdú, se hizo jesuita y en Palma de Mallorca un santo portero, Alonso Rodríguez, reconoció en él la santidad, aconsejándole que cruzase los mares «porque allá en las Indias tendría que padecer mucho».

Así, en Cartagena de Indias, en lo que hoy es Colombia, fue «esclavo de los esclavos», dedicó treinta y tres años de servicio a los seres más desheredados, los esclavos negros que traían de África, ignorantes, enfermos, moribundos, cuidándoles y evangelizándoles con una solicitud heroica que con frecuencia provocaba el asombro comprensivo.

Pero él estaba enamorado de aquella pobre humanidad, todo le parecía poco para socorrer a los negros, a los presos de la Inquisición, a los extranjeros que capturaban las naves españolas, y cuando no se desvivía por los demás, rezaba y adoraba por la noche el Santísimo Sacramento.

Cuando las damas españolas insisten en que las confiese, se resiste y sólo accede después de haber confesado a todos los negros: las cosas claras, todos no somos iguales, los que sufren y son despreciados tienen prioridad.

En 1650 la peste se abatió sobre Cartagena. Pedro se multiplica atendiendo a todos, hasta que cae él mismo. Quedó paralítico y se hace atar sobre un caballo para visitarles. Era un espectáculo estremecedor verle.

El 8 de septiembre de 1654 entró en agonía. Los negros tomaron por asalto la casa. Era su padre. Le besaban las manos sollozando. A la media noche del día de la Natividad de la Virgen marchó al paraíso, el esclavo de los esclavos, el apóstol y padre de los negros. Astráin le llamó el primer misionero del siglo XVII.

 

 


Respuesta  Mensaje 9 de 31 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 10/09/2009 10:23

“José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa”

Mt 1, 18-24

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

 

1.                 JESÚS COMO HIJO DE MARIA, ES EL CRISTO, EL MESÍAS, PROFETIZADO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

El relato del Evangelio de hoy, es parte de capitulo 1, comienzo del Evangelio de San Mateo. Con su Evangelio, Mateo busca como finalidad demostrar el origen humano de Jesucristo y luego a través todo el Evangelio, probará con las profecías y milagros realizados por Jesús, su naturaleza divina, pero era preciso previo demostrar también su parentesco con los hombres a los que vino salvar. Así también, el interés de San Mateo, al presentarnos a Jesús como hijo de Maria, es el Cristo, el Mesías, profetizado en el Antiguo Testamento, venido al mundo para librar a los hombres de los pecados, es así como el dice “Jesucristo, hijo de David”, que es una expresión para denominar al Mesías

2.                 LA GENERACIÓN VIRGINAL DE JESÚS Y EL PAPEL DE PADRE ADOPTIVO QUE LE COMPETE A JOSÉ

Cuando al final del versículo (Mt, 1-16) dice “padre de Jacob. Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo”, nos demuestra la generación virginal de Jesús y el papel de padre adoptivo que le compete a José, ya que de el se desprende que es el esposo de María y que no tiene parte alguna en la concepción de Jesús, si que tiene una responsabilidad legal y jurídica sobre el hijo de su esposa.

Se debe destacar, a fin de entender de mejor forma este fragmento del evangelio, que la celebración del matrimonio entre los Judíos se hace en dos etapas, o dos actos esponsales o desposorios, estos suponen de antemano un compromiso real, de tal forma que al prometido desde ese momento ya lo llamaban esposo y no era factible quedar libre de este compromiso si no era por repudio.

Y Estando desposada María madre de Cristo con José, antes de que conviviesen, se halló encinta por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, siendo justo y no queriendo denunciarla (o revelarlo), resolvió separarse secretamente (Mt 1,18-19).”

3.                 UN MISTERIO QUE NO LE ES FÁCIL DE COMPRENDER

Es así, como decimos que San José es un hombre Justo, él esta convencido de la virtud de María, aunque al principio se turbo porque no concia el misterio de la Encarnación, entonces entre el convencimiento de la santidad de María, se encuentra frente a un misterio que no le es fácil de comprender, y entre eso en un momento decide dejar a María.

San José no conocía el misterio obrado en María, pero Ella si lo conocía, y dejo que Dios mismo saliera en defensa de su virtud y de esta forma luego sucedió.

San José fue un hombre razonable, sensato, prudente y confiado con la justicia de Dios, y esta es la santidad, el confió en Dios. Dice el canto el Salmo 34, 9, “Dichoso el hombre que se refugia en el Señor”, y el canto el Salmo 84, 13, “Señor de universos, feliz el hombre que confía en Ti”

4.                 "APARTARSE ANTE EL MISTERIO"

El matrimonio de José con María, tenía una misión importante, ser padre del hijo de María, por eso decimos también que José es un "justo" elegido por Dios para esta misión

La fiel María no le dice a José lo ocurrido en ella, no interfiere en los planes de Dios para con José y así espera que Dios envíe un ángel para revelarle su designio sobre ella, y sobre él.

Sin embargo José, en silencio sufre las dudas, pero aguarda la intervención de Dios, sabiendo que el embarazo de María se debe a la acción del Espíritu Santo, José decide "apartarse ante el misterio". José, comprendiendo que Dios está actuando, decide no interferir en el designio de Dios con María. Por ello decide apartarse de María en secreto.

Esa es la actitud justa que admiramos en José, pero es justo no ante la ley de su pueblo, es ante Dios, aceptando totalmente su voluntad, y lo demuestra al alejarse de María en silencio, en secreto. El no revela el misterio de la concepción virginal del Hijo de Dios en María.

5.                 EL SECRETO DE JOSÉ, LO GUARDA EN SU CORAZÓN

El secreto de José, lo guarda en su corazón, es algo maravilloso, es algo precioso, no se pregunta en ningún caso si María es culpable de algo. Pero, ¿porque tiene dudas? o mejor dicho, ¿De que son las dudas?. Cualquier persona se sentiría como José en su lugar, en efecto, el necesita saber como actuar frente a este misión, su esposa esta en cinta por obra del Espíritu Santo, su María espera el Hijo de Dios,

En el secreto ve la salida José, y esto es separarse de ella secretamente, es porque el se da cuenta que Dios puso la mano en su esposa, y José tiene un profundo respeto por la santidad de María.

Talvez José, hombre sensible y humilde, se consideraba indigno estar junto a María, cuya maravillosa y superior dignidad admiraba, y quizás temió ante la profundidad del misterio, y quiso no dejarla, sino que retirarse calladamente por respeto a María y a Dios.

6.                 ESPÍRITU SANTO HA OBRADO GRANDES COSAS

Sin embargo, José, con ese gran respeto hacia María, en quien el Espíritu Santo ha obrado grandes cosas, deja todo en las manos de Dios. Así fue que en el momento decisivo, se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: No temas recibir en tu casa a María, tu esposa" (Mt 1,20). Recordemos que José, es un hombre sencillo, y como es lógico siente temor ante la presencia y acción de Dios en María, es por eso que el ángel le dice: "No temas recibir en tu casa a María, tu esposa; pues, ciertamente, lo concebido en ella es obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados" (v20-21).

7.                 ESPOSO DE MARÍA Y COMO PADRE LEGAL DE JESÚS.

José sin ser el padre carnal del hijo de María, recibe la misión de hacer de padre a Jesús. Y a partir de esa vista del Angel, acogiendo la voluntad de Dios, actúa como esposo de María y como padre legal de Jesús.

En José, encontramos un hombre natural, obediente y de gran respeto. Este humilde servidor, supo acoger en secreto este misterio de la acción de Dios en María y él hizo lo que el ángel del Señor le había mandado, recibir a su esposa, respetarla, cuidarla, acompañarla siempre, participar del nacimiento del Hijo, a quien “puso por nombre Jesús" (Mt 1,24-25).

El Secreto de José, un acto de amor al Padre Dios

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

SANTORAL

 

FIESTA DE LA NATIVIDAD DE LA VIRGEN MARÍA.

Por Jesús Martí Ballester

Hoy nace una clara estrella,

tan divina y celestial,

que, con ser estrella, es tal,

que el mismo Sol nace de ella.

En la plenitud de los tiempos, María se convirtió en el vehículo de la eterna fidelidad de Dios. Hoy celebramos el aniversario de su nacimiento como una nueva manifestación de esa fidelidad de Dios con los hombres.

NADA EN LA ESCRITURA

Nada nos dice el Nuevo Testamento sobre el nacimiento de María. Ni siquiera nos da la fecha o el nombre de sus padres, aunque según la leyenda se llamaban Joaquín y Ana. Éste nacimiento es superior a Creación, porque es la condición de la Redención. Y, sin embargo, la Iglesia celebra su nacimiento. Con él celebramos la fidelidad de Dios. “Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien” Romanos 8,28. Y es motivo de alegría gozosa y permanente de todos y cada uno de los llamados. No sabemos cómo se cumplirá, pero tampoco sabemos como nace el trigo, y cómo se forja la perla en la ostra. Pero nacen y crecen y se forjan. La inteligencia humana, por aguda que sea, tiene su límite y ya no puede alcanzar más. Cerrar los ojos ante el misterio, sabiéndonos llamados por Dios, y “desbordar de gozo en el Señor, confiando en su misericordia” Salmo 12, 6. Son las palabras inspiradas del salmo de la misa.

Todo lo que sabemos del nacimiento de María es legendario y se encuentra en el evangelio apócrifo de Santiago, según el cual Ana, su madre, se casó con un propietario rural llamado Joaquín, galileo de Nazaret. Su nombre significa "el hombre a quien Dios levanta", y, según san Epifanio, "preparación del Señor". Descendía de la familia real de David. Llevaban ya veinte años de matrimonio y el hijo tan ansiado no llegaba. Los hebreos consideraban la esterilidad como un oprobio y un castigo del cielo. Eran los tales menospreciados y en la calle se les negaba el saludo. En el templo, Joaquín oía murmurar sobre ellos, como indignos de entrar en la casa de Dios. Esta conducta se ve celebrada en Mallorca, en una montaña que se llama Randa, donde existe una iglesia con una capilla dedicada a la Virgen. En los azulejos que cubren las paredes, antiquísimos, el Sumo Sacerdote riñe con el gesto a San Joaquín, esposo de Santa Ana, quien, sumiso y resignado, parece decir: No puede ser, no he podido tener hijos.

Sabemos que su esterilidad dará paso a María. Joaquín, muy dolorido, se retira al desierto, para obtener con penitencias y oraciones la ansiada paternidad. Ana intensificó sus ruegos, implorando como otras veces la gracia de un hijo. Recordó a la otra Ana de las Escrituras, de que habla el libro de los Reyes: habiendo orado tanto al Señor, fue escuchada, y así llegó su hijo Samuel, quien más tarde sería un gran profeta. Y así también Joaquín y Ana vieron premiada su constante oración con el nacimiento de una hija singular, María, concebida sin pecado original, y predestinada a ser la madre de Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado.

De Ana y de Joaquín, oriente

de aquella estrella divina,

sale su luz clara y digna

de ser pura eternamente:

el alba más clara y bella

no le puede ser igual,

que, con ser estrella, es tal,

que el mismo Sol nace de ella.

No le iguala lumbre alguna

de cuantas bordan el cielo,

porque es el humilde suelo

de sus pies la blanca luna:

nace en el suelo tan bella

y con luz tan celestial,

que, con ser estrella, es tal,

que el mismo Sol nace de ella.

UNA NIÑA SANTA

Nace María. Nace una niña santa. Nada se nota en ella hasta que crece y comienza a hablar, a expresar sus sentimientos, a manifestar su vida interior. A través de sus palabras se conoce el espíritu que la anima. Se dan cuenta sus padres: esta niña es una criatura excepcional. Se dan cuenta sus compañeras: que se sienten atraídas por el candor de la niña y, a la vez, sienten ante ella recelo, respeto reverencial. Sus padres no saben si alegrarse o entristecerse. Para conocer lo sobrenatural hace falta tiempo y distancia. No ha habido nunca ningún genio contemporáneo; al contrario, siempre es considerado como un loco, un ambicioso o un soberbio.

Los niños hacen lo que ven hacer a los mayores. La niña santa no imita los defectos de los mayores y obra según sus convicciones. Cuando nació Juan Bautista, la gente se preguntaba "¿qué va a ser este niño?" (Lc 1,79). De María se preguntarían lo mismo. Ella comprende que, aunque quisiera hablar de lo mucho que lleva dentro, debe callar. Y tiene que vivir en completa soledad, de la que es un reflejo, el aislamiento del niño que crece entre gente mayor.

María, llena de gracia, vivía como perfectísima hija de Dios, entre hombres que habían perdido la filiación divina, habían pecado, y sentían la tentación y sus inclinaciones al pecado. El hombre conoce la diferencia que hay entre lo bueno y lo malo, y cuando obra el mal, percibe la voz de la conciencia. Antes de pecar, la percibe y la desatiende, durante el pecado, la acalla con el gozo del pecado, después de pecar, la oye y quisiera no oírla. Este es el conocimiento del mal, que no procede de Dios, sino de haberse separado de El. María no conoce el mal por experiencia, sino por infusión de Dios. No había pecado nunca. Por eso no entendía a la gente y se sentía sola. Experimentaba que sólo ella era así. Si hubiera vivido en un desierto, no hubiera padecido tanto, pero en Nazaret, aldea pequeña, con fama de pendenciera y poca caritativa, es tenida por orgullosa, la que era la más humilde. Como los niños viven su mundo aparte de los mayores, así tiene que vivir María entre su gente.

Y una mujer así, ¿nos puede comprender?, ¿puede ser nuestra madre? Sí porque María es una mujer comprometida con todo el género humano. María fue la pobre de Yahvé. Los pobres de Dios nunca preguntan, nunca protestan. Se abandonan en silencio y depositan su confianza en las manos del Señor y Padre.

Con el Concilio Vaticano II hemos recuperado la Biblia, libro prohibido en mis años de juventud. También la Liturgia en castellano. También la Iglesia, no como una pirámide, sino como pueblo de Dios. De la misma manera hemos de recuperar a María, como Hermana en la fe, Madre en la fe. María peregrinó en la fe como todos los cristianos. Se abandonó a Dios. Pudo ser lapidada, al quedarse encinta, pudo ser repudiada... Es la pobre de Yahvé.

Querríamos saber más cosas de María. El evangelio nos dice muy poco de Ella. Pero, si bien lo miramos, implícitamente nos dice mucho, todo. Porque Jesús predicó el Evangelio que, desde que abrió los ojos, vio cumplido por su Madre. Los hijos se parecen a sus padres. Jesús sólo a su Madre. Era su puro retrato, no sólo en lo físico, en lo biológico, sino también en lo psíquico y en lo espiritual.

LA HERENCIA

Cada hombre, según las leyes mendelianas de los cromosomas y los genes, hereda de su padre y de su madre. Decía un sacerdote que su padre decía: "mi hijo es treballaor com yo y listo com sa mare". Cuando Jesús pronuncia el sermón de las Bienaventuranzas, está pintando a su Madre: Pobres de espíritu, Mansos, Pacientes, Humildes, Misericordiosos, Trabajadores de la Paz. Nos ha dado su Retrato. Sus actitudes vitales son idénticas las de la Madre y el Hijo: en el momento decisivo de su vida María le dice al Ángel: "Hágase en mi"... En el momento de comenzar su Hora, Jesús dice lo mismo "Hágase". Cuando nos enseña su carné de identidad, María nos dice que es "la esclava del Señor" Cuando Jesús nos presenta el suyo, nos dice que es "manso y humilde de corazón". Jesús predicó las bienaventuranzas porque las había vivido. Y las vivió porque las había visto vivir a su Madre. Por eso la quiso y la hizo Inmaculada, porque tenía que ser su madre y su educadora en la fe.

En algunas imágenes aparece Santa Ana sentada como una auténtica abuela. Tiene en sus rodillas a María, quien con una apariencia muy maternal, tiene en las suyas al niño Jesús. Tres generaciones, sentada cada una en las rodillas de la otra. Gracias, Dios nuestro, por esta dimensión tan humana de la fe católica. Esforcémonos por vivir como María, niña, adolescente, novia limpia, madre cariñosa y solícita, trabajadora, paciente en la pobreza, en las persecuciones y humillaciones, en las adversidades. Educadora con la palabra y la vida de su hijo, de sus hijos, que somos todos. Así seremos motivo de consuelo y de gozo para “quien nos predestinó, nos llamó, nos predestinó, justificó, glorificó” Romanos 8,24

Jesus Marti Ballester

 


 


Respuesta  Mensaje 10 de 31 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 18/09/2009 06:48

“Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada a cambio.”

(Lc 6, 27-36)

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

 

1.                 AMEN A SUS ENEMIGOS, HAGAN EL BIEN A LOS QUE LOS ODIAN”

Continuando después de las bienaventuranzas, en el sermón de la llanura, Jesús dice a sus discípulos: “Yo les digo a ustedes que me escuchan: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian”

Esta es una invitación a amar sin ninguna distinción, amigos y enemigos por igual, esto es de la misma forma como ama Dios a todos los hombres. Esto es algo absolutamente nuevo para el pueblo que lo oye, ya que para lo judíos, eso esta fuera de sus principios. Jesús expresa “Amen”, esto es háganlo, es un imperativo que manda o que expresa mandato u obligación, no esta diciendo traten de amar, e incluso no es por correspondencia mutua entre dos personas, por que también debemos amar cuando no somos amado y somos odiados.

2.                 BENDIGAN A LOS QUE LOS MALDICEN, RUEGUEN POR LOS QUE LOS DIFAMAN

“Bendigan a los que los maldicen, rueguen por los que los difaman. Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite el manto, no le niegues la túnica” Esta es la nueva actitud de los hombres frente a otros hombres, este es el comportamiento y el estado de ánimo que debemos manifestar exteriormente y sentir interiormente, es la nueva actitud del cristiano hacia los enemigos, con esto tenemos la oportunidad de superar toda agresividad, la nuestra y la de ellos, porque si amamos a nuestros enemigos, éstos dejan de serlo por nuestra parte y les damos la oportunidad, como posibilidad sincera de que ellos al mismo tiempo no nos consideren ya como tales, sino amigos, y de esta forma nace un cambio de su actitud hacia nosotros. Estamos entonces en el camino hacia el amor universal, y a nosotros como cristiano nos corresponde dar el primer paso y así abrir las puertas a la conversión al amor de nuestros enemigos

3.                 DALE A TODO EL QUE TE PIDA, Y AL QUE TOME LO TUYO NO SE LO RECLAMES.

Como cristianos, debe estar dispuesto a la generosidad, inclinado a dar lo que tenemos sin buscar nuestro propio interés, dándole a los demás más de lo que pide, prestándole sin esperar recibir nada a cambio, esto a imitación de Dios, que es bondadoso incluso con los desagradecidos y hombres malo, a los cuales no les niega su misericordia.

4.                 HAGAN POR LOS DEMÁS LO QUE QUIEREN QUE LOS HOMBRES HAGAN POR USTEDES.

La instrucción que nos da Jesús, es dar el bien, el bien que a nosotros nos gusta y ese es la practica de misericordia, nosotros tenemos un corazón humano y sensible, no le causamos dolor a los demás, y no deseamos que nos causen dolor, rezamos por todos y deseamos que todos recen para que a todos nos lleguen las mismas bendiciones.

5.                 SI AMAN A AQUELLOS QUE LOS AMAN, ¿QUÉ MÉRITO TIENEN?

Si aman a aquellos que los aman, ¿qué mérito tienen? Porque hasta los pecadores aman a aquellos que los aman. Si hacen el bien a aquellos que se lo hacen a ustedes, ¿qué mérito tienen? Eso lo hacen también los pecadores. Y si prestan a aquellos de quienes esperan recibir, ¿qué mérito tienen? También los pecadores prestan a los pecadores, para recibir de ellos lo mismo.

Esta norma y orden que hay que cumplir, porque así está establecido y mandado, es el más difícil que nos corresponde hacer, y el merito esta en hacerlo de verdad, amar al prójimo incluso cuando se ha convertido en mi enemigo, porque amar a los que nos aman, no es difícil, pues hay cierta reciprocidad. El merito de nuestro amor al prójimo, no esta en tanto en lo que amemos, cuanto en lo amemos en Dios, como lo hace Dios, y según Dios, es entonces cuanto mas veamos a Dios en los hombres, mas será nuestro merito.

6.                 AMEN A SUS ENEMIGOS, HAGAN EL BIEN Y PRESTEN SIN ESPERAR NADA EN CAMBIO

Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada en cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno con los desagradecidos y los malos. Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso.

El actuar de Dios es siempre bondadoso incluso con los desagradecidos y malvados, con rostro de padre compasivo. A imagen de ese Dios siempre misericordioso. El misericordioso, no hace sufrir a los demás, y se vemos que otros sufren, debemos sentirnos tocado por ese mismo sufrimiento.

7.                 EL CRISTIANO NO DEBE SER VOZ PARA JUZGAR A SUS HERMANOS

El cristiano no debe ser voz para juzgar a sus hermanos, esto también es algo difícil, especialmente con nuestra natural predisposición de querer enjuiciar a todos y por todo, y mucha veces sin conocer la verdad como se presentan las situaciones que juzgamos, pero no solo no debemos ser jueces, tampoco debemos ser verdugos, no nos compete a nosotros castigar, y si alguien lo necesita, dejémosle esa competencia a Dios, que al final siempre otorga el perdón a los que se arrepienten de corazón, “Porque él es bueno con los desagradecidos y los malos. Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso.”

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


SANTORAL

 

SAN NICOLÁS DE TOLENTINO 1245-1305

De sus padres dice el Proceso de Beatificación: "Eran personas de mucha fe bien vivida y buenos cristianos y frecuentaban las prácticas de piedad... De ellos se decía comúnmente que eran buenas personas, que se abstenían de hacer el mal y obraban el bien". Y el mismo hijo, nuestro Nicolás, nos presta este hermoso testimonio: "Mi padre y mi madre me dijeron en muchas ocasiones que, a pesar de no ser personas ni de talento m ricas en medios económicos, deseaban hijos y para ello hicieron votos a San Nicolás de Bari que si el Señor les daba prole por su intercesión la consagrarían a la vida religiosa igual que fuese hijo que hija. Hecho el voto, fueron peregrinos a Bari para alcanzar cuanto le habían pedido. Al volver mi madre, me dio a luz como ella me refirió. Pero ya está bien tú no quieras saber más y a nadie cuentes cuanto te he dicho".

Nicolás de Tolentino, nacido en Fermo, cerca del Adriático, en la marca de Anona, recibió este nombre por la devoción que tenían sus padres a san Nicolás de Bari, perteneció a la orden de san Agustín y residió la mayor parte de su vida en un convento de Tolentino, no lejos de su lugar natal.

Este santo fue popular por su fama de milagrero, y como "el santo de los milagros" le evoca Lope de Vega en una de sus comedias, pero es también conocido como abogado de las almas del Purgatorio--de las que se dice que tuvo una terrible visión pidiéndole sufragios--y protector de la Iglesia.

Fue asimismo hombre de grandes mortificaciones, que ayunaba de forma casi perenne, predicador ilustre, contemplativo y objeto de insólitas manifestaciones de la predilección de Dios.

Sin menospreciar todos estos aspectos de su personalidad, subrayemos otro no tan llamativo, pero que no se había borrado de la memoria de los que se habían confesado con él, y que así lo declararon en el proceso de canonización: era un confesor muy misericordioso, se reservaba la severidad y los malos tratos para sí mismo, pero con sus penitentes era todo benevolencia; tenía, como suele decirse, buenas absolvederas, y solía imponer penitencias muy leves, ya que él se ofrecía a reparar los pecados de los demás disciplinándose y ayunando por ellos.

Una de las muchas cosas que hizo fue predicar en las calles. Como entonces las cosas eran diferentes, no se encontró con la burla que probablemente encontraría hoy, sino que, de hecho, tuvo gran éxito. Usó un método adecuado para sus tiempos; de haber vivido hoy, habría indudablemente utilizado un método de comunicación más adecuado a la tecnología de hoy en día.

Ser capaces de comunicarse es esencial en la sociedad actual, tan acelerada. Una de las razones por las que San Nicolás tuvo tanto éxito fue por su contacto directo con la gente a la que quería acceder,.

A veces, bajo el disfraz de ser eficientes, usamos técnicas modernas para aislarnos más. Nos ocultamos detrás de nuestras pantallas de ordenador y nuestro correo sonoro sin salir nunca realmente a hablar con los demás. Pero cuando usamos la tecnología como un modo de evitar el contacto, perdemos de vista una de las realidades fundamentales de la vida: necesitamos a la otra gente. Si queremos tener relaciones profundas y llenas de significado, hemos de tener un contacto de la vida real, no sólo una apariencia de intimidad a través de la tecnología. Necesitamos el contacto humano para seguir siendo humanos.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia


 


Respuesta  Mensaje 11 de 31 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 18/09/2009 06:49

 

“Den y se les dará”

Lc 6, 37-42

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

1.                 CONTAR SIEMPRE CON EL BUEN ENTENDIMIENTO DE NUESTRO PRÓJIMO

Continuando con el sermón de la llanura, Jesús nos trae algunos importantes consejos de cómo se debe actuar en diferentes asuntos. El Señor hace esto, porque considera que son muy beneficiosos para nuestra relación fraterna con nuestros semejantes, El nos hace ver la ventaja e influencia de un trato favorable, y así, podemos contar siempre con el buen entendimiento de nuestro prójimo. Del mismo modo, con esta actitud, podemos conseguir reciprocidad en la buena convivencia.

2.                 NO JUZGUEN Y NO SERÁN JUZGADOS

"No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados”. En efecto no es bueno creer que podemos valorar las acciones y las condiciones por las que pasan nuestros hermanos y emitir opiniones o juicios, e incluso una sentencia, porque no tenemos autoridad sobre ello, y por otra parte, para que los demás no lo hagan con nosotros de igual forma. No estamos llamados a imponer penas y castigos, pero si debemos ser misericordioso. Perdonen dice Jesús, esto es, libremos de la pena que le causa dolor, daño, molestia o castigo a un hermano, pero con la obligación de no tenerlas en cuenta y olvidarla para que la persona no sea perjudicada. Si actuamos de esta manera, ellos actuaran de la misma forma con nosotros.

3.                 DEN Y SE LES DARÁ.

Den y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. ¿Que es lo que Jesús nos pide dar?. Dar es regalar, ceder voluntaria y gratuitamente, y sin pensar en pedir retribución, es poner en manos de otra persona lo que ella necesita, jamás lo que nos sobre o no nos sirve. Es proporcionar, proveer, asignar o adjudicar según lo que corresponde. Pero también es sugerir, indicar, otorgar o conceder como una gracia. Nuestros actos de amor al prójimo es dar, perdonar una ofensa es dar. Transmitir, advertir o comunicar una enseñanza es dar. Si esto hacemos, eso recibiremos, y como dice Jesús, será una buena medida, apretada, sacudida y desbordante.

4.                 LA MEDIDA CON QUE USTEDES MIDAN

Y luego nos agrega esta advertencia: “Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes". Con la misma referencia que comparamos, no van a comparar, con la misma cualidad que apreciamos y enfrentamos a un hermano nos apreciaran y nos enfrentaran, con las mismas palabras que tratamos, seremos tratados, si somos moderados, nos trataran con moderación, si somos afables, recibiremos afecto, pero si somos huraños e intratables, nos podemos esperar un trato cordial.

5.                 "¿PUEDE UN CIEGO GUIAR A OTRO CIEGO?

Además Jesús nos hace esta comparación: "¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un pozo? Hay muchos tipos de ceguera, porque no solo es ciego el que esta privado de la vista, también es ciego el que esta ofuscado o incapacitado para pensar con claridad, y el que esta poseído o dominado por un sentimiento o por una inclinación fuerte, un resentimiento que lo tiene ciego de ira.

Es bueno reconocer nuestro grado de ceguera, pero mejor es si admitimos que ansiamos la luz, la luz de la verdad, la luz para llegar a Jesucristo, esa que alumbra en plenitud.

6.                 LAS ACCIONES MÁS INHUMANAS QUE NOS AVERGüENZAN FRENTE A DIOS.

Todos los hombres hemos caminados desorientados, muchas veces caminamos en busca de la verdad, todos nos equivocamos, entendemos mal las cosas o no las entendemos, deformamos la realidad o la distorsionamos, cambiamos el sentido de los acontecimientos, y enceguecido hemos guiados a otros, ¿A dónde?. Es así, como a través de esta forma, el hombre en la historia ha caído y ha hecho caer a los hombres en los actos más indignos del ser humano. Lo peor es, que muchos lo han hecho en nombre de la justicia o la moral, con tanta ceguera, que ha defendido doctrinas imposibles de practicar, implantar derechos arbitrarios, defender errores, propagar doctrinas e ideas detestables y malas, encender odios y así provocar y desatar las guerras y las acciones más inhumanas que nos avergüenzan frente a Dios.

Es por esto que nuestra confianza no esta en los hombres, y la ponemos en Jesucristo, para vernos libres de los errores y sus consecuencias.

7.                 EL DISCÍPULO NO ES SUPERIOR AL MAESTRO

Dice el Amado Jesús: El discípulo no es superior al maestro; cuando el discípulo llegue a ser perfecto, será como su maestro.

Porque el discípulo es la persona que aprende y recibe la enseñanza del maestro, sigue y defiende las ideas del maestro, y cuando se tengan todas las condiciones requeridas, o cuando se posea el mayor grado posible de cualidad, podrá ser como su maestro.

8.                 ¿POR QUÉ MIRAS LA PAJA QUE HAY EN EL OJO DE TU HERMANO?

Y sigue nuestro amado Jesús: ¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: "Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo", tú, que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano".

Con esta forma plástica que utiliza Jesús para decir algo, consigue dar gran realce a las ideas y a las imágenes mentales, gracias a la concisión, exactitud o fuerza expresiva con que las manifiesta. Estas palabras de Jesús, son moniciones clásicas en nuestros labios, incluso, parece que disfrutamos al emplearlas. Pero entendamos que ellas indican cómo debemos ejercer la crítica para con los hermanos. Jesús no se refiere a una crítica indiscriminada del prójimo, sino a la que se debe ejercer en el seno de la comunidad, a la que un hermano hace a otro hermano, dando por supuesto que se trata de corregirlo para llevarlo al buen camino. La crítica o corrección fraterna debe hacerse desde una actitud de amor, desde el conocimiento de uno mismo y la comprensión del otro. Cualquier otro tipo de crítica que no se base sobre estos presupuestos agrandará las diferencias entre hermanos y romperá los lazos con el prójimo.

9.                 EN ELLOS VEMOS TODA CLASE DE DEFECTOS

Muchas veces nos fijamos en el prójimo, en ellos vemos toda clase de defectos, en otras, actuamos como que nos doliera muchísimo el defecto de los demás, y nos parecen feos y terribles. Sin embargo, muchas veces esos mismos defectos, e incluso mayores, si son nuestros, nos parecen insignificantes, aún más los justificamos.

Jesús no niega el ejercicio de la crítica; antes bien, la recomienda, pero indicando en qué condiciones se deben hacer. En primer lugar, no es postura cristiana ni de madurez humana practicar la crítica con el prójimo sin ejercerla con uno mismo

Jesús nos dice que somos exigentes con los demás, aumentamos sus defectos, y vemos en ellos cosas insignificantes, pero las agrandamos, como una pequeñísima motita en el ojo ajeno, y mientras presumimos de una vista clara y nítida, siendo todo lo contrario, porque tenemos en nuestro ojo una viga.

Si queremos juzgar en conciencia, veamos primero la nuestra, no la comparemos con la de los demás, comparémosla con la que quiere Dios de nosotros.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

SANTORAL

 

SANTA TEODORA  (¿siglo V.?)

Otra figura de santidad con no pocas incertidumbres históricas, y anticipémonos a decir que el relato suena más a novela ejemplar que a episodio vivido. En cualquier caso, un tema infrecuente en la hagiografía, el adulterio. Las santas que contraen matrimonio suelen ser de una virtud incorruptible, y aquí se nos cuenta la caída de una mujer casada.

En su ciudad natal de Alejandría de Egipto, Teodora era una dama irreprochable de costumbres hasta que la tentó con su pasión un joven que al no conseguir sus propósitos recurrió a "una vieja hechicera endiablada que con sus falsas razones la engañó y pervirtió para que consintiese".

Después del pecado quedó tan triste y afligida que sólo pensó en hacer penitencia, se vistió de hombre y se fue un monasterio donde suplicó al abad que la admitiese para purgar sus culpas. Allí, con el nombre de Teodoro, admiró a todos por el rigor de sus mortificaciones.

La moza de una posada acusó al falso monje de ser padre del hijo que había tenido con un viajero, Teodora no quiso negarlo y el abad la echó del monasterio con el niño, que ella crió en las soledades con leche de ovejas mientras el sol hacía su cuerpo «tan requemado que parecía un negro de Etiopía».

Siete años después se la volvió a admitir, aunque sin permiso para salir de su celda, allí murió la penitente; entonces, ante el estupor general se descubrió su verdadera condición. El niño que ella crió llegó a ser con el tiempo abad del mismo monasterio.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo

 


 


Respuesta  Mensaje 12 de 31 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 18/09/2009 06:50

 

“¿Por qué ustedes me llaman: “Señor, Señor”, y no hacen lo que les digo?”

Lc 6, 43-49

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

 

1.                 NO HAY ÁRBOL BUENO QUE DÉ FRUTOS MALOS, NI ÁRBOL MALO QUE DÉ FRUTOS BUENOS

El Evangelio de hoy, nos invita a descubrirnos, es decir nos motiva a reflexionar la diferencia entre un autentico seguidor de Jesucristo y quién no lo es. ¿ en que lugar estaremos?

Jesús decía a sus discípulos: No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni árbol malo que dé frutos buenos: cada árbol se reconoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos ni se cosechan uvas de las zarzas.”

Jesús nos invita a confrontar dos cosa que podemos tener a la vista para observar sus diferencias y sus semejanzas, y de esta relación de semejanza o de parecido entre dos o más cosas distintas, poder entender quien es el buen seguidor de sus enseñanzas, y quien no lo es.

Entonces Jesús, como buen maestro y para que entendamos mejor, hace la comparación del árbol bueno, que produce frutos buenos, esto representa al que pone en práctica las palabras de Señor, y el árbol malo, que personifica aquel que lo invoca, lo menciona, se ampara en el y dice respaldarse en su palabra, pero no llega a cumplir lo que dice.

2.                 ¿QUIEN ES UN HOMBRE BUENO?

Con esto entendemos que para ser buenos cristianos, debemos poner en práctica nuestra condición de seguidores del Señor, y para eso es necesario acercarse a Jesús, empaparse de El, relacionarse muy bien con El, oír con atención sus palabras, atesorarlas en nuestro corazón, dejar que ellas nos transformen y hacer de ella nuestra vida. De este modo, lograremos luego comportarnos como Jesús con todos nuestros semejantes.

“El hombre bueno saca el bien del tesoro de bondad que tiene en su corazón. El malo saca el mal de su maldad, porque de la abundancia del corazón habla su boca.”

Jesús dice el hombre bueno. ¿Quien es un hombre bueno? Cierto es, que un hombre bueno es la persona que tiene cualidades morales que se consideran positivas, pero aparte de eso se debe ser especial en el trato con los demás. El hombre bueno, es el que es capaz de tener en su corazón una inclinación natural a hacer el bien, de sentimientos humanos, caritativos y misericordiosos. Bueno es el que sin distinción trata a todos afablemente. Bueno es el que tiene atesorado en sí el carácter de una persona que conoce la dulzura, la suavidad y la amabilidad, y por esas cualidades, ama a su prójimo.

3.                 ¿QUIÉN ES MALO?

Pero Jesús nos habla también del hombre malo, y ¿Quién es malo? El que aprecia el rencor, el de sentimientos diabólicos, el que guarda resentimientos, es decir a aquel que no tiene las cualidades propias de su naturaleza, aquel que nos es conveniente como amigo, por su carácter perjudicial, nocivo y de consecuencias negativas, y también aquel que es capaz de hacer hechos que avergüenzan al hombre ante Dios.

Jesús nos dice que el modo de actuar revela la realidad interior de cada uno, y así es como al final no cuentan las palabras, sino las obras y el resultado de ellas.

El hombre bueno se rige por los Evangelios, porque es el anuncio del mensaje de Jesucristo, la buena noticia que es caridad, es amor, es verdad, paz y justicia, en cambio el hombre malo, se rige más por el egoísmo y como consecuencia de ello, tenemos una vida de discordia, de odios y envidias, de injusticia, donde la mayoría tiene tan poco y la minoría mucho.

4.                 ¿POR QUÉ USTEDES ME LLAMAN: "SEÑOR, SEÑOR", Y NO HACEN LO QUE LES DIGO?

Jesús, nos hace un llamado de atención diciéndonos: ¿Por qué ustedes me llaman: "Señor, Señor", y no hacen lo que les digo?. El Señor nos ha dicho ámense, ¿Y nos amamos?. Jesús nos ha enseñado a orar y nos ha dado ejemplo, ¿Y oramos con frecuencia?, nos ha llamado para que le sigamos, ¿Y de que forma hemos respondido a su llamado?.

Jesús no busca admiradores, no necesita que lo sigan porque nos parece una persona amable, lo que El que quiere son fieles seguidores, capaces de obrar según su criterio y su voluntad y sin tener en cuenta otras opiniones, porque solamente El es la verdad, solo El tiene palabras de vida eterna.

5.                 “YO LES DIRÉ A QUIÉN SE PARECE TODO AQUEL QUE VIENE A MÍ, ESCUCHA MIS PALABRAS Y LAS PRACTICA.”

Jesús nos dice como somos, y si somos semejantes a El. Algo que debemos alcanzar con el esfuerzo diario, es construir en nosotros algo bien fundamentado, con sólidos principios, esto es con una base apoyada en El. Jesús, nos pide seriedad y formalidad como persona, buen comportamiento y responsabilidad en el cumplimiento de lo que se debe hacer y si esto lo hacemos así, estamos pisamos tierra firme.

Es así como Jesús no enseña que “el escucha y practica sus palabras, se parece a un hombre que, queriendo construir una casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre la roca. Cuando vino la inundación, las aguas se precipitaron con fuerza contra esa casa, pero no pudieron derribarla, porque estaba bien construida, y en lo principal bien fundada.

Pero para poner en practica las palabras de Jesús, no basta que oigamos la Palabra de Dios, no es suficiente aceptarla, es necesario hacerla el oxigeno de nuestra vida, es asumirla con responsabilidad, tenemos que vivirla y tendremos un buen apoyo para nuestra vida

6.                 EL QUE ESCUCHA LA PALABRA Y NO LA PONE EN PRÁCTICA

“En cambio, el que escucha la Palabra y no la pone en práctica se parece a un hombre que construyó su casa sobre tierra, sin cimientos. Cuando las aguas se precipitaron contra ella, en seguida se derrumbó, y el desastre que sobrevino a esa casa fue grande.”

El Evangelio hay que oírlo con atención, es Jesús quien nos habla, pero no solo oírlo, sino que hacer de su mensaje nuestra vida. En cambio, esto es, si no ponemos en práctica las enseñanzas del Señor, si no hacemos nuestra La Palabra de Dios, es decir es, si el mensaje nos entra por un oído y nos sale por el otro y si no lo practicamos como El nos indica, nuestra vida será poco segura, poco firme, como pisar en arenas movedizas, donde el hundimiento moral es una realidad.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

SANTORAL

 

BEATA MARIA DE JESÚS LÓPEZ RIVAS, virgen, 1560-1640

"El letradillo"- como la llamará la gran doctora Teresa de Jesús y así lo seguirán haciendo todos los historiadores - nació en Tartanedo (Guadalajara) el 18 de agosto de 1560.

Pronto llegaron pruebas a su corazón, ya que siendo todavía muy niña, murió su padre y se vio obligada a emigrar a Molina de Aragón, al lado de sus abuelos paternos. Aquí creció en edad y formación cristiana, ya que ellos vivían muy seriamente la fe de Jesucristo. La niña María conoció desde muy jovencita al Padre Castro, jesuita, quien la encaminó hacia el Carmelo.

No disfrutó nunca de buena salud y esto le hizo pasar muchos apuros y no pocos desdenes hasta de las mismas religiosas que no querían ligarse con una enferma para siempre. Pero intervino la Madre Teresa y dijo al recibirla y ofrecerla a la Comunidad de Toledo en 1577: "Hijas mías, les envío esta hija mía con cinco mil ducados de dote, pero hágoles saber que ella es tal, que cincuenta mil diera yo de muy buena gana. Mírenmela no como a las demás, porque espero en Dios que ha de ser un prodigio". No sabemos si es auténtica o no esta carta de la gran Doctora, pero si una cosa es cierta: tenía en alto concepto la santa Madre a esta hija de Tartanedo.

A pesar de sus enfermedades vistió el hábito de carmelita el 12 de agosto de 1577 e hizo la profesión el 8 de septiembre de 1578.

Santa Teresa llegó a calar profundamente en su alma y veía en ella ricos quilates que sabía darían su fruto en el futuro. No se equivocó. La misma Santa dijo en otra ocasión: "Estoy segura que será más dichoso el convento que la tenga que todos los demás, porque aun cuando sea para estar en cama toda la vida, la quiero tener en mi casa".

Las enfermedades que siempre la aquejaron no acortaron su vida ya que murió muy anciana, a pesar de haber vivido con todo su rigor la dura vida de carmelita contemplativa y de haber trabajado duramente a lo largo de toda su vida. Nunca aceptaba dispensas de ninguna clase.

Como muy bien decía la santa Madre, la enfermedad que más la aquejaba era la "enfermedad del amor" que sentía tan hondo y grande por el Señor.

Desempeñó varios cargos: sacristana, enfermera, maestra de novicias, priora, subpriora, etc... y todos estos cargos los desempeñó con gran entrega y caridad. Todos acudían a ella para pedirle consejo y la amaban con toda su alma. La misma Madre Teresa en más de una ocasión acudió a ella para que le solucionara algunas dificultades que tenía sobre la vida de oración y siempre encontró en Hermana María de Jesús luz y sabia orientación. Por ello la bautizó con el cariñoso nombre de "mi letradiIlo": Así debe ser como dices, "letradillo mío".

Era un alma sencilla y de un candor angelical. Fue muy amada del Señor que le infundió gracias y carismas extraordinarios de todo tipo pero sobre todo le hizo vivir las maravillas de la vida contemplativa en la que llegó a hacer grandes progresos.

Sus devociones predilectas fueron el Sagrado Corazón de Jesús, el Santísimo Sacramento y la Virgen María, especialmente en el misterio de la Asunción .

El famoso P. Jerónimo Gracián ( + 1614) que la conoció y trató mucho, veintiséis años antes de morir ella ya la elogió grandemente en su obra Peregrinación de Anastasio. Murió el 13 de septiembre de 1640. Fue beatificada el 14 de noviembre de 1976.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo

 


 


Respuesta  Mensaje 13 de 31 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 18/09/2009 06:51

 

"Tú eres el Mesías"

Mc 8:27-30

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

 

1.                 CRISTO SE DIRIGE “A LAS ALDEAS DE CESÁREA DE FILIPO

Marcos sitúa esta escena cuando Cristo se dirige “a las aldeas de Cesárea de Filipo. Marcos, lo mismo que Lucas, sólo traen en este lugar el relato que hacen los apóstoles sobre quién dicen las gentes que sea Él, y la confesión de Pedro proclamando que Jesús es “el Cristo,” el Mesías. Ambos traen también la prohibición que les hace para que no digan que Él es el Cristo. Mira siempre a evitar exaltaciones mesiánicas prematuras.

Aunque en diversas escenas anteriores, relatadas por Marcos, los “endemoniados” lo proclaman Mesías, en los apóstoles se ve un retraso en su comprensión. Puede ser que haya escenas “anticipadas” o a las que se les haya prestado un contenido posterior, ya que, en los “endemoniados,” el objetivo directo es la supremacía de Cristo sobre los demonios, con lo que el mesianismo se presenta en Israel: así al reconocerlo ellos y vencerlos, se acusaba, literariamente, aún más su triunfo.

2.                 "¿QUIÉN DICE LA GENTE QUE SOY YO?"

Es en este lugar de Cesárea de Filipo, es el momento cuando Jesús, dirigiéndose a los discípulos, les hace abiertamente esta pregunta: ¿Quién dice la gente que soy yo? Jesús no lo ignoraba por su conocimiento sobrenatural, pero también lo que pensaba la gente de El lo sabía, como los apóstoles, por el rumor popular. ¿Por qué les pregunta primeramente a ellos lo que piensan de El las gentes?

El contacto de los apóstoles con las muchedumbres a causa de la predicación y milagros de Jesús les había hecho recibir toda clase de impresiones en torno a esto. Las que recogieron eran éstas: Unos, que Juan Bautista; otros, que Elías, y otros, que uno de los profetas. Jesús, para unos, era Juan Bautista, sin duda resucitado, como sostenía el mismo Herodes Antipas. Pues esta opinión había cobrado cuerpo entre el pueblo, ya que Lucas mismo dice que Antipas estaba preocupado con la presencia de Jesús, puesto que algunos decían que era Juan, que había resucitado de entre los muertos (Lc 9:7).

3.                 "ALGUNOS DICEN QUE ERES JUAN EL BAUTISTA; OTROS, ELÍAS; Y OTROS, ALGUNO DE LOS PROFETAS"

Para otros, Jesús era Elías. Lucas recoge en otro lugar esta creencia popular. Jesús era, para diversos grupos, Elías, que había aparecido (Lc 9:8). Según la estimación popular, Elías no había muerto, y debía venir para manifestar y ungir al Mesías.

Otros piensan que fuese Jeremías (Mateo). El profeta Jeremías era considerado como uno de los grandes protectores del pueblo judío, sobre todo por influjo del libro II de los Macabeos (2:1-12). Pero no pasaba por un precursor del Mesías. Mateo ya hizo referencia a él (2:17). Acaso se lo cita por el simple prestigio que tenía en el judaísmo, y del que se podrían esperar cosas extraordinarias.

Por último, sin saber a ciencia cierta quién sea, para muchos era algún profeta de los antiguos, que ha resucitado (Lucas). Era el poder milagroso de Jesús el que los hacía creer en la resurrección de un muerto (Mt 14:2; Mc 6:14).

No deja de extrañar el que los apóstoles no citen, tomado de la opinión de las gentes, el que El fuese o pudiese ser el Mesías.

4.                 "Y USTEDES, ¿QUIÉN DICEN QUE SOY YO?"

Así fue como ellos le respondieron: Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas. Y preguntó, "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?"

Por eso, después de oír lo que las gentes pensaban de El, se dirige a los apóstoles para preguntarles abiertamente qué es lo que, a estas alturas de su vida y de su contacto de dos años con El, han captado a través de su doctrina, de su conducta, de sus milagros. Era un momento sumamente trascendental. Si no fuera que Jesús tenía un conocimiento de todo por su ciencia sobrenatural, se diría que esperaba impaciente la respuesta de sus apóstoles.

Los tres sinópticos no dicen la respuesta que hayan podido tener éstos. Sólo recogen la respuesta que le dirigió Pedro. Todos los detalles se acumulan en la narración de Mateo para indicar no sólo la precisión que interesa destacar, sino con ella acusar la solemnidad del momento y la trascendencia del acto.

5.                 PEDRO RESPONDIÓ: "TÚ ERES EL MESÍAS".

Mientras Marcos y Lucas presentan sin más a Pedro, Mateo lo precisa ya de antemano como Simón Pedro. En efecto, Pedro tenía por nombre Simón (Mateo 4:18 y par.). En Juan se lee que Jesús, al ver por vez primera a Simón, le anunció que será llamado Pedro (Jn 1:42). Ya desde un principio, Jesús puso en Simón la elección para Pedro, para ser piedra El conservar aquí los dos nombres es sumamente oportuno.

La confesión de Pedro es expresada así: Pedro respondió: "Tú eres el Mesías". Aquí se confiesa por Pedro la mesianidad y la divinidad de Jesús. Al decir que es el Mesías, indica su relación supereminente de autoridad con Dios — el Padre — que lo envía.

Pedro, desde su primer encuentro con Jesús, deja al descubierto, por una parte, la amistad no disimulada del Maestro, y por otra, la entrega sin reservas a su servicio o compañía, es así como Pedro sabe quien es Jesús, el Mesías, el Hijo de Dios.

6.                 JESÚS LES ORDENÓ TERMINANTEMENTE QUE NO DIJERAN NADA ACERCA DE ÉL

En este fragmento del Evangelio de Marcos, Jesús solo le dice: “Jesús les ordenó terminantemente que no dijeran nada acerca de él”, sin embargo según Mateo (Mt 16:13-20), Jesús le dijo: ¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan!, porque eso no te lo ha revelado ningún mortal, sino mi Padre que está en los cielos.

La respuesta de Jesús tiene dos partes bien marcadas: la primera es una felicitación a Pedro por la revelación tenida. La felicitación de Jesús a Simón es porque esta confesión no se la reveló ni la carne ni la sangre, con la que se expresa el ser humano. Tal era la grandeza de este misterio, que su revelación se la hizo su Padre celestial. Se trata, pues, de un misterio desconocido a Pedro, y un misterio que no podía, sin revelación, ser alcanzado por la carne y sangre — el hombre — Entonces, este conocimiento no es por su capacidad humana, es un don de Dios. En efecto, Pedro alcanzó este conocimiento por la fe.

Y les ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías. Los tres sinópticos añadirán, después de esto, que Jesús prohibió a los discípulos que a nadie dijesen que El era el Mesías, Dada la efervescencia mesiánica que había, y que se había ya manifestado en orden a Jesús, hasta querer las multitudes arrebatarlo para llevarlo a Jerusalén y proclamarle, sin duda en el templo, “Rey,” Mesías (Jn 6:15), se imponía no contribuir a excitar a las gentes ni precipitar los acontecimientos. Había que esperar la hora de Dios.

7.                 Y COMENZÓ A ENSEÑARLES

Y comenzó a enseñarles que el Hijo del Hombre debía sufrir mucho y ser rechazado por los ancianos. Marcos resalta (es el único que lo dice), que Jesús les enseñaba sobre la predicción de; su pasión y muerte con mucha claridad. Otro detalle del Señor es que le anuncia “resucitar después de tres días”, en otros relatos aparece como “en el tercer día.” Claramente les hablaba de esto. Era un momento ya oportuno. Había que corregirles el concepto erróneo del medio ambiente. No era el Mesías político nacionalista que los judíos y ellos esperaban (Act 1:6).

Era el Mesías profético del dolor: el “Siervo de Yahvé” de Isaías. Por eso les anuncia: Que éste es el plan de Dios, para esto ha de ir a Jerusalén: “No puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén” (Lc 13:33), y que allí será condenado por “los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas” (Mateos), además allí “sufrirá mucho” y será “entregado a la muerte.” Pero “al tercer día resucitará.

8.                 "¡RETÍRATE, VE DETRÁS DE MÍ, SATANÁS!

Entonces Pedro, tomándole aparte, se puso a reprenderle y trató de disuadirlo. Pero Jesús se volvió y le dijo a Pedro: Quítate allá, Satán, porque no sientes según Dios, sino según los hombres.

La respuesta de Jesús a Pedro es que no sea para El un Satanás, el gran enemigo del reino. Por eso, la proposición de Pedro, nacida de ignorancia y de afecto, era para el Señor un obstáculo de seguirla, para no cumplir el mesianismo de dolor, que era el plan del Padre. No es de extrañar en Pedro una dificultad para aceptar aquellas profecías de Jesús. Pedro conocía y confesaba la mesianidad de Jesús, pero algo deformada por los prejuicios rabínicos que el antes había oído sobre un Mesías triunfador y nacionalista, entonces no le era fácil aceptar la imagen de un Mesías doliente, humillado y crucificado por los jefes de la nación. Así es como Jesús le hace ver que habla al modo humano y, que elude el dolor.

Jesús debía padecer y morir, ese era el Plan de Dios, pero ese sufrimiento había de ser la causa de nuestra salvación.

Como a Pedro, nos sucede lo mismo, el no entendía las cosas de Dios, del mismo modo, por no situarnos en el Plan del Padre, se nos hace difícil entender sus obras. Tenemos necesidad de despojarnos de los criterios del hombre y adoptar solo y únicamente el de Jesucristo.

9.                 EL QUE QUIERA VENIR DETRÁS DE MÍ, QUE RENUNCIE A SÍ MISMO, QUE CARGUE CON SU CRUZ Y ME SIGA.

En este fragmento del Evangelio, Cristo nos hace reflexionar profundamente, El advierte a la muchedumbre y a sus discípulos sobre cuales son las condiciones que deben tenerse en cuenta para seguirlo. Las advertencias van dirigidas a los que quieran ingresar en su reino. Es verdad que, si la invitación se hace a las gentes que les seguía, también se hace a los discípulos, lo que parecería dársele un valor no sólo de ingreso, sino de actividad ya en el reino. Será lo que haga, destacando más este aspecto moralista, al decir que es necesario negarse a sí mismo cada día (Lc 9:23), sin duda incluido en la invitación de Marcos al ingreso en el reino. Dice el Evangelio, “tome su cruz y sígame”. Las escenas de crucifixiones no eran raras en aquel tiempo. La imagen se evocaba del medio ambiente. Pero no sería improbable que aquí el “tomar su cruz” y “sígame” esté matizado por el ejemplo de Cristo en la Vía Dolorosa.

10.             EL QUE PIERDA SU VIDA POR MÍ Y POR LA BUENA NOTICIA, LA SALVARÁ

El motivo por el que ha de perderse la vida, si fuere preciso, es “por mi causa” se señala en los Evangelios de Mateo y Lucas, y este fragmento Marcos añade también por causa de la Buena Noticia, es decir del Evangelio, de alguna forma se ve ya la aplicación de esta enseñanza de Cristo ante persecuciones cristianas.

Marcos, del mismo modo como lo hacen Mateo y Lucas, destaca la importancia de la persona de Cristo. Por El ha de perderse, si es preciso, la vida. Esto da a Cristo, máxime en todo el contexto, un valor de trascendencia: todo ha de subordinarse a El. Se habla además aquí de “Perder el alma.” “Alma” es el conocido semitismo que está por “vida.” Dice el Evangelio: Pues ¿qué dará el hombre a cambio de su alma?, es decir “¿Qué dará el hombre a cambio de su vida?” es un proverbio. Pero en el caso presente según Marcos se refiere a la vida eterna.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

SANTORAL

 

SAN JUAN CRISÓSTOMO 347-407

El 14 de septiembre del año 404, Juan I Crisóstomo («Boca de oro»), patriarca de Constantinopla, moría de agotamiento en Comana (Turquía), en camino hacia el exilio que le había supuesto su firmeza en la enseñanza de la moral evangélica ante la emperatriz Eudoxia. Con frecuencia suele ocurrir que, en la vida de una gran personalidad, la función que desempeñaba en el momento de su muerte deja en el olvido todo su pasado. Así, San Juan Crisóstomo ha quedado para la posteridad como el obispo cuya vigorosa palabra fustigaba el lujo insolente a de los pobres: de los ricos y defendía sin desfallecer la causa de los pobres: "«Ten un asilo para Cristo. Di: esta es la habitación de Cristo. Hay un lugar reservado para los carros, y para Cristo errante. ninguno». Siendo todo esto verdad, no hay que olvidar que el episcopado de Juan no duró más que seis años (398-404). Antes había ejercido el ministerio pastoral en Antioquía durante doce años. Allí fue donde comenzó a dar su medida como predicador. Muchas de sus homilías fueron predicadas en Antioquía. Hay que recordar, en fin, que Juan había superado los treinta años cuando recibió el diaconado (381). Había conocido con anterioridad, en Antioquía, donde naciera hacia el 349 una feliz infancia junto a su madre y hermana, y, más tarde, la alegría del descubrimiento de una gran sabiduría y la mayor aún de hallar en la soledad la intimidad divina.

No hay nada como pinchar una conciencia culpable para que una persona se sienta ofendida. Cuando tu conciencia te incomoda, de repente todo comentario parece ir dirigido directamente hacia ti.

La emperatriz Eudoxia debía tener una conciencia culpable porque cuando San Juan Crisóstomo predicó contra la vanidad y el derroche entre las mujeres de la corte e hizo comparaciones con la tristemente famosa Jezabel, Eudoxia (y otra serie de personas) supuso que se refería a ella. Como muchas personas con conciencia culpable, Eudoxia imaginó que el modo más fácil de quitarse de encima los pinchazos era eliminando la persona que tenía la aguja. Dispuso el modo de eliminar a San Juan Crisóstomo; éste murió mientras viajaba hacia el Mar Negro.

¿Qué haces cuando tu conciencia te incomoda? ¿Tratas de ignorarla o le prestas atención? A veces pensamos que el único propósito de la conciencia es el de hacernos sentir culpables, pero, en realidad, una conciencia es nuestra guía interna que nos aleja del peligro y nos dirige a la seguridad. Es un poco como las luces de advertencia en el salpicadero del coche. Cuando la gasolina disminuye o baja la presión del aceite, se encienda una luz para alertarte. Del mismo modo, tu conciencia trata de alertarte cuando estás tomando decisiones que no son convenientes para ti. Trata de enviarte una advertencia cuando te mueves en direcciones dañinas a tu crecimiento y desarrollo espiritual, de modo que puedas pararte a tiempo para tomar una decisión mejor y más productiva.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo

 



Respuesta  Mensaje 14 de 31 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 18/09/2009 06:52

“Basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará”

Lc 7, 1-10

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

 

1.                 "ÉL MERECE QUE LE HAGAS ESTE FAVOR”

Jesús entró en Cafarnaúm. Había allí un centurión que tenía un sirviente enfermo, a punto de morir, al que estimaba mucho. Como había oído hablar de Jesús, envió a unos ancianos judíos para rogarle que viniera a sanar a su servidor.

Al oriente de Galilea, junto al Lago de Galilea, esta Cafarnaúm, lugar donde sucedió este acontecimiento de extraordinaria fe de un oficial romano, un centurión que amaba al Pueblo de Dios, soldado modelo de ecumenismo, ya que había construido una sinagoga, sin ser judío.

Cuando estuvieron cerca de Jesús, le suplicaron con insistencia, diciéndole: "Él merece que le hagas este favor, porque ama a nuestra nación y nos ha construido la sinagoga".

El oficial es un hombre abierto a los demás, considerado con su prójimo, por lo que declaran su empleados, favorece a sus creencias y mantiene buenas relaciones, incluso es bien calificado, ya que el servidor dice “él merece”

2.                 NO SOY DIGNO DE QUE ENTRES EN MI CASA

Jesús fue con ellos, y cuando ya estaba cerca de la casa, el centurión le mandó decir por unos amigos: Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres en mi casa; por eso no me consideré digno de ir a verte personalmente

Sin ser discípulo de Jesús, el centurión, sabe y admite el poder de Cristo y admite su condición de que no tiene categoría moral, que no tiene mérito o calidad suficiente. El centurión tenía conciencia de no pertenecer al Pueblo de Dios, por eso creía que no tenía derecho a pedir algo a Jesús.

3.                 BASTA QUE DIGAS UNA PALABRA Y MI SIRVIENTE SE SANARÁ.

Basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará. Porque yo -que no soy más que un oficial subalterno, pero tengo soldados a mis órdenes- cuando digo a uno: "Ve", él va; y a otro: "Ven", él viene; y cuando digo a mi sirviente: ""¡Tienes que hacer esto!", él lo hace".

El oficial, manteniendo su condición jerárquica de su grado, explica la obediencia de sus sub-alternos, y muestra como los estima y como reconoce que ellos tienen calidad humana, y merecen ser cuidados, pero al mismo tiempo reconoce el facultad de realizar milagros o actos extraordinarios de Jesús, incluso de forma especial, porque no le pide a Jesús que toque al enfermo.

4.                 "YO LES ASEGURO QUE NI SIQUIERA EN ISRAEL HE ENCONTRADO TANTA FE"

Al oír estas palabras, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la multitud que lo seguía, dijo: "Yo les aseguro que ni siquiera en Israel he encontrado tanta fe". Cuando los enviados regresaron a la casa, encontraron al sirviente completamente sano.

Es la fe del centurión la que hace el milagro, una fe que no había encontrado Jesús en los judíos, esa fe que otras veces les había expresado “Les aseguro que si tuvieran fe como un grano de mostaza le dirían a aquella montaña que viniera aquí, y vendría. Nada os sería imposible” (Mt 17,20).

Una fe, capaz de admitir que Jesús era dueño de la salud y de la enfermedad, de la vida y de la muerte, por eso Jesús podía dar la salud, y aún más, la vida a su sirviente.

5.                 BASTA CON SU PALABRA PARA TRANSFORMARNOS

Nos enseña Jesús, como la Palabra de Dios, nos produce vivir en buena salud y en el bien de nuestro espíritu, nos muestra como basta con su Palabra para transformarnos, como es de eficaz, Palabra, que nos debe llevar al amor de Dios, al amor de nuestro prójimo, quien quiera que sea, de nuestro mismo pueblo o extranjero. El centurión no era Israelita, pero amaba al Pueblo de Dios, ese amor fue causa del milagro que hizo Jesús con el sirviente enfermo.

La fe, de todas formas es amor, y no es propiedad de nadie ni por su intelectualidad, ni por su conocimiento de mucha teología, ni por su cultura o actividad, por que no es el que mas conoce, o sabe el que tiene más fe, si no el que más ama al Señor. Es así como muchos humildes y sencillos, de mínima formación educacional, llegan a profundizar en el amor al Señor, sin dejar de comprender que además, fe y humildad van tomadas de la mano. La fe crea humildad y es condición indispensable para exista fe.

6.                 CONSIDERÁNDOSE COMO INDIGNO APARECIÓ COMO DIGNO

San Jerónimo nos explica: Así como admiramos la fe en el centurión, porque creyó que el paralítico pudo ser curado por el Salvador, así se manifiesta también su humildad, en cuanto se considera indigno de que el Señor entre en su casa”

Sin duda creyó el centurión que más bien debía ser rechazado por Jesús por ser gentil, que no ser complacido, porque aunque ya estaba lleno de fe.

San Agustín nos comenta sobre esto “Considerándose como indigno apareció como digno, no de que entrase el Verbo entre las paredes de su casa, sino en su corazón. Y no hubiera dicho esto con tanta fe y humildad si no hubiese llevado ya en su corazón a Aquel de quien temía que entrase en su casa, pues no era una gran felicidad que Jesús hubiese entrado en su casa y no en su pecho”.

7.                 LA FE EXIGE SACRIFICIO DE SI MISMO Y ACEPTACIÓN TOTAL A DIOS.

Hemos observado que la falta de fe, impidió en alguna ocasión al Señor hacer alguna de sus maravillosas obras, así nos dice Mateo 13,58, “Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la falta de fe”. Es así como debemos vivir en gran profundidad la fe, de esa manera serían aún más visibles las obras de la gracia del Señor.

Tal como este centurión, que gracias a su fe, obtuvo del Señor Jesús ese milagro de la curación de uno de sus hombres, no le cerremos a El, ese deseo de poner sus manos en nosotros por nuestra falta de fe.

El ejemplo de este centurión, es que el era pagano y en ese entonces supero la fe del pueblo de Dios, ¿y nosotros?, que nos decimos creyentes, ¿nos damos cuenta que a veces somos superados en la fe por otros hermanos que no se dicen practicantes o católicos?, la fe exige sacrificio de si mismo y aceptación total a Dios.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


SANTORAL

 

EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ

La veneración de la Santa Cruz, 14 de septiembre, va unida a las solemnidades de la dedicación de la basílica de la Resurrección erigida sobre el sepulcro de Cristo (año 335). Pero, al mismo tiempo, se inserta dentro de un contexto bíblico que realza su importancia: «El décimo día de este séptimo mes será el día de la Expiación, en el que ofreceréis durante siete días la fiesta de las Tiendas en honor al Señor. Durante siete días habitaréis en cabañas» (Lev 23, 34 y 42). Como es sabido, la carta a los Hebreos interpreta el sacrificio de Cristo relacionándolo con la liturgia del- día de la Expiación (Hebr 9, 9-12), y fue durante ese tiempo cuando Jesús declaró: «el que tenga sed, que venga a mí". (Jn. 7, 37)

Cristo ofreció sobre la cruz su sacrificio para la expiación de los pecados de muchos; la Cruz es, para el pueblo cristiano, el signo de la esperanza del Reino, que el pueblo judío celebraba durante la fiesta de los Tabernáculos. Eso da a entender con qué luz brilla la Cruz gloriosa de Jesús: la Cruz, que había sido motivo de desprecio, se ha convertido en nuestra gloria. Si el árbol plantado en el paraíso le produjo a Adán un fruto de muerte, el árbol de la cruz nos ha proporcionado un fruto de vida, Cristo, en quien «está nuestra salvación, vida y resurrección».

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo

 


 


Respuesta  Mensaje 15 de 31 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 18/09/2009 06:53

““Aquí tienes a tu madre”.

Jn 19, 25-27

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

 

1.                 LAS MUJERES ESTÁN JUNTO A LA CRUZ

En este relato de san Juan, nos narra que están presentes y de pie junto a la cruz de Cristo su madre acompañado de la hermana de su madre, María de Cleofás y María Magdalena.

No esta claro que la hermana de su madre sea hermana de padre y madre, el evangelista dice “la hermana de su madre”, considerando la expresión de uso semita, podría suceder que fuera algún familiar cercano o pariente, sería la madre de los hijos del Zebedeo, que en los evangelios de san Mateo 27:56-56 relata: Había allí, mirándolo desde lejos, muchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle; entre ellas María Magdalena y María la madre de Santiago y José y la madre de los hijos del Zebedeo. En el Evangelio de san Marcos 15:40-41 dice Había también unas mujeres que de lejos le miraban, entre las cuales estaba María Magdalena, y María la madre de Santiago el Menor y de José, y Salomé, las cuales, cuando El estaba en Galilea, le seguían y le servían, y otras muchas que habían subido con El a Jerusalén.

Comprendemos que esta triste escena tiene lugar en las proximidades de la muerte de Cristo, ellas no podían hacer nada, pues el Señor crucificado estaba custodiado por los soldados, los que tenían miedo que lo  desclavaran. Según san Mateo 27:36; sentados, hacían la guardia allí.

Ellas estuvieron todo el tiempo allí, como dice san Marcos, primero mirando desde lejos, luego como nos relata san Juan, de pie junto a la cruz, Cristo agonizaba.

2.                 “MUJER, HE AHÍ A TU HIJO”

Jesús, viendo a su madre y al discípulo a quien amaba, que estaban allí, dijo a la madre: Mujer, he ahí a tu hijo.

¿Que valor tiene esta expresión? Para nuestras enseñaza, Cristo desde lo alto de su cruz, ratifica por un don con mucho simbolismo y a su vez eficaz, la maternidad espiritual de María con relación a los hombres, como también en la persona del discípulo predilecto, en el que confiaba también a la Santísima Virgen. Es decir a partir de este momento y con estas palabras, Cristo proclama la maternidad espiritual de María sobre nosotros, todas las generaciones, lo mismo que en la persona de san Juan proclamaba la afiliación espiritual de éstos con respecto a María

En esta narración ni a María ni a Juan los llama por su nombre propio, sino por los de “Mujer,” “Madre” y “Discípulo.” Siempre ha extrañado el que Cristo llame a su Madre aquí “Mujer.” Hay diversas hipótesis sobre esto en los estudios mariológicos, entendido por el modo más sencillo el vocablo mujer, aplicado por Cristo a su madre, no expresaría, de suyo, más que una forma más deferente y solemne de tratarla. Es sinónimo de madre, pero dicho con más solemnidad, quizás la fórmula lógica sería: “Madre (Mujer), ahí tienes a tu hijo; hijo, ahí tienes a tu Madre.”

María, a la hora en que Cristo pronunció estas palabras, comprendió el sentido de lo que en ellas se proclamaba y María será madre desde ese instante madre espiritual de Juan y todos los seres humanos.

Eva es nuestra madre natural ya que es el origen de nuestra vida natural; por tanto, María es nuestra madre espiritual ya que es el origen de nuestra vida espiritual. Una vez más, la maternidad espiritual de María se basa en el hecho de que Jesús es nuestro hermano, ya que es "el primogénito entre muchos hermanos" (Romanos 8:29). Ella se convirtió en nuestra madre desde el momento en que accedió a la Encarnación del Verbo, la Cabeza del cuerpo místico cuyos miembros somos nosotros; y ella selló su maternidad al consentir al sacrificio sangriento en la cruz que es la fuente de nuestra vida sobrenatural.

3.                 OPINION DE LOS PADRES DE LA IGLESIA

Orígenes,  es el único que considera la maternidad de María sobre todos los creyentes en este sentido. Según él, Cristo vive en todos los que le siguen con perfección, y así como María es la Madre de Cristo, también es la madre de aquel en el que Cristo vive. Por ello, según Origenes, el hombre tiene un derecho indirecto a reclamar a María como su madre, en la medida en que se identifique con Jesús por la vida de la gracia.

San Ambrosio, dice: María, Madre del Señor, estaba ante la cruz de su Hijo. Nadie me enseñó esto, sino San Juan Evangelista. Otros describieron el trastorno del mundo en la pasión del Señor; el cielo cubierto de tinieblas, ocultándose el sol y el buen ladrón recibido en el Paraíso, después de su confesión piadosa. San Juan escribió lo que los otros se callaron, de cómo puesto en la cruz llamó Jesús a su Madre, y cómo considerado vencedor de la muerte, tributaba a su Madre los oficios de amor filial y daba el reino de los cielos. Pues si es piadoso perdonar al ladrón, mucho más lo es el homenaje de piedad con que con tanto afecto es honrada la Madre por el Hijo: "He aquí tu hijo". "He aquí a tu Madre". Cristo testaba desde la cruz y repartía entre su Madre y su discípulo los deberes de su cariño. Otorgaba el Señor, no sólo testamento público, sino también doméstico; y este testamento era refrendado por Juan. ¡Digno testimonio de tal testador! Rico testamento, no de dinero, sino de vida eterna; no escrito con tinta, sino con el espíritu de Dios vivo (2Cor 3) y pluma de lengua, que escribe velozmente (Sal 44,2).

Pero María se mostró a la altura de la dignidad que correspondía a la Madre de Cristo. Cuando huyeron los Apóstoles, estaba en pie ante la cruz, mirando las llagas de su Hijo, no como quien espera la muerte de su tesoro, sino la salvación del mundo. Y aun quizás porque conociendo la redención del mundo por la muerte de su Hijo, ella deseaba contribuir con algo a la redención universal, conformando su corazón con el del Salvador. Pero Jesús no necesitaba de auxiliadora para la redención de todos los que sin ayuda había conservado1. Por eso dice: "He sido hecho hombre sin auxiliador, libre entre los muertos" (Sal 87,5). Aceptó, en verdad, el afecto maternal, pero no buscó el auxilio ajeno. Imitad, madres piadosas, a ésta, que tan heroico ejemplo dio de amor maternal a su amantísimo Hijo único. Porque ni vosotras tendréis más cariñosos hijos, ni esperaba la Virgen el consuelo de poder tener otro.

San Juan Crisóstomo,, Y admira cómo el sexo débil de las mujeres, aparece aquí más varonil, firme junto a la cruz, cuando los discípulos huían. (in Ioannem, hom. 82.)

Habiendo estado presentes otras mujeres, no recuerda el Evangelista a otra sino a la Madre del Señor, dándonos a entender el respeto que debemos a las madres. Pues, así como no conviene que los parientes se enteren de las cosas espirituales, así también conviene darles conocimiento de ellas, prefiriéndola a los demás cuando no se hayan de oponer. Por eso dice: "Como viese Jesús a su Madre y al discípulo a quien amaba, dijo a su Madre: Mujer, he ahí a tu hijo". (ut supra)

¡Con cuán alto honor honró al discípulo! Pero él se oculta con la moderación de su sabiduría; porque si hubiera querido vanagloriarse, hubiese expresado la causa por qué era amado, y es preciso convenir que el motivo era grande y admirable. Así es que Jesús nada más dijo a Juan, ni le consuela en su tristeza, porque no era el momento oportuno de hablar de consuelo. Pero no era poco distinguirle con tal honor, y como era conveniente procurar para su Madre, oprimida de dolor, alguno que le reemplazara (porque Jesús se iba), dejó este encargo al discípulo que amaba. Sigue: "Después dijo al discípulo: He ahí a tu madre". (ut supra)

San Agustín 

Esta es, sin duda, aquella hora en la que, habiendo de convertir el agua en vino, había respondido Jesús a su Madre: "Mujer, ¿qué hay común entre ti y mí? aun no ha llegado mi hora" (Jn 2,4). En aquella ocasión en que debía empezar a obrar milagros, no la reconoció como Madre de su divinidad, no siéndolo mas que de su débil humanidad, pero ahora que ya padece en su humanidad, honra con sentimiento humano a aquella, de la que había sido hecho hombre. Esta es una instrucción y ejemplo que nos da el buen Maestro, para enseñarnos los oficios de piedad que los hijos deben a sus padres, y así convirtió en cátedra de maestro la cruz en que estaba clavado. (in Ioannem, tract., 119.)

“Como proveía a su Madre, en cierto modo, de otro hijo por el que la dejaba, manifestó el motivo en las siguientes palabras: "Y desde aquella hora el discípulo la recibió como suya". ¿Pero en qué recibió Juan como suya a la Madre del Señor? ¿Acaso no era de los que habían dicho a Jesús: "He aquí que nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido" (Mt 19,27)? La recibió, no por sus propiedades (pues nada tenía propio), sino en los cuidados que solícito la había de dispensar”.( ut supra.)

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


SANTORAL

 

LA VIRGEN DE LOS DOLORES.

“y a ti una espada te atravesará el corazón” (Lucas 2,35)

Autor: Jesús Marti Ballester

Fue en el momento de la cruz. Se cumplieron las palabras proféticas de Simeón, como atestigua el Vaticano II: “María al pie de la cruz sufre cruelmente con su Hijo único, asociada con corazón maternal a su sacrificio, dando el consentimiento de su amor, a la inmolación de la víctima, nacida de su propia carne,”. Por eso, la Iglesia, después de haber celebrado ayer la fiesta de la exaltación de la Cruz, recuerda hoy a la Virgen de los Dolores, la Madre Dolorosa, también exaltada, por lo mismo, que humillada con su Hijo. Cuanto más íntimamente se participa en la pasión y muerte de Cristo, más plenamente se tiene parte también en su exaltación y glorificación. Vio a su Hijo sufrir y ¡cuánto! Escuchó una a una sus palabras, le miró compasiva y comprensiva, lloró con El lágrimas ardientes y amargas de dolor supremo, estuvo atenta a los estertores de su agonía, retumbó en sus oídos y se estrelló en su corazón el desgarrado grito de su Hijo a Dios: “¿por qué me has abandonado?, oyó los insultos, comprobó la alegría de sus enemigos rebosando en el rostro iracundo de los sacerdotes y del sumo Anás y de Caifás, mientras balanceaban sus tiaras, y de los sanedritas, que se regodeaban en su aparente victoria, contempló cómo iba perdiendo el color Jesús, su querido hijo...

Su Hijo agoniza sobre aquel madero como un condenado. “Despreciable y desecho de los hombres, varón de dolores, despreciable y no le tuvimos en cuenta”, casi anonadado (Is 53, 35) ¡Cuán grande, cuán heroica en esos momentos fue la obediencia de la fe de María ante los «insondables designios» de Dios! ¡Cómo se «abandona en Dios» sin reservas, «prestando el homenaje del entendimiento y de la voluntad» a aquel, cuyos «caminos son inescrutables»! (Rom 11, 33). Y a la vez ¡cuán poderosa es la acción de la gracia en su alma, cuán penetrante es la influencia del Espíritu Santo, de su luz y de su fuerza!

LA SOSTUVO EL PADRE

Humanamente no se podía soportar tanta angustia. El Padre amoroso la tuvo que sostener en pie. Mientras su Hijo extenuado expiraba, su corazón inmaculado y amantísimo sangraba a chorros, sus manos impotentes para acariciarle, para aliviarle, se estremecían de dolor y de pena horrorosa y su alma dulcísima estaba más amarga que la de ninguna madre en el transcurrir de los siglos ha estado y estará. ¡Cuánto dolor, pobre Madre! ¡Qué parto de la iglesia tan doloroso y tan diferente de aquélla noche de Belén! Al fin, inclinó la cabeza y el Hijo expiró. Y nacimos nosotros. “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Por eso el Padre te exaltó a la derecha de tu Hijo, asumpta en cuerpo y alma. Cuanto mayor fue tu dolor, más grande es tu victoria.

EL CONCILIO VATICANO II

El Concilio Vaticano II ha dado nueva luz sobre la Madre de Cristo en la vida de la Iglesia. «La Bienaventurada Virgen, por el don de la maternidad divina, con la que está unida al Hijo Redentor, y por sus singulares gracias y dones, está unida también íntimamente a la Iglesia. La Madre de Dios es tipo de la Iglesia en el orden de la fe, de la caridad y de la unión con Cristo». María permanece, desde el comienzo, con los apóstoles a la espera de Pentecostés y, a través de las generaciones está presente en medio de la Iglesia peregrina mediante la fe y como modelo de la esperanza que no engaña (Rom 5, 5).

MARIA MADRE, IMAGEN DE LA IGLESIA

María creyó que se cumpliría lo que le había dicho el Señor. Como Virgen, creyó que concebiría y daría a luz un hijo: el «Santo», el «Hijo de Dios. Como esclava del Señor, permaneció fiel a la persona y a la misión de este Hijo. Como madre, «creyendo y obedeciendo, engendró en la tierra al mismo Hijo del Padre, cubierta con la sombra del Espíritu Santo».Por estos motivos María «con razón desde los tiempos más antiguos, es honrada como Madre de Dios, a cuyo amparo los fieles en todos sus peligros y necesidades acuden con sus súplicas». Como virgen y madre, María es para la Iglesia un «modelo perenne». Como «figura», María, presente en el misterio de Cristo, está también presente en el misterio de la Iglesia, pues también la Iglesia «es llamada madre y virgen», con profunda justificación bíblica y teológica. La maternidad determina una relación única e irrepetible entre dos personas: la de la madre con el hijo y la del hijo con la Madre. Aunque una mujer sea madre de muchos hijos, su relación personal con cada uno caracteriza la maternidad en su misma esencia, pues cada hijo es concebido de un modo único. Cada hijo es querido por el amor materno, y sobre él se basa su formación y maduración humana. Lo mismo ocurre en el orden de la gracia, que en el de la naturaleza. Así se comprende que Cristo en el Calvario expresara en la cruz, la nueva maternidad de su madre en singular, dirigida a un hombre, Juan: «Ahí tienes a tu hijo».

MARIA MADRE DE CRISTO, DE JUAN Y DE TODOS

El Redentor confía su madre al discípulo y, se la da como madre. La maternidad de María, es un don que Cristo mismo hace personalmente a cada hombre. El Redentor confía María a Juan, en la medida en que confía Juan a María. A los pies de la Cruz comienza aquella especial entrega del hombre a la Madre de Cristo. Cuando Juan en su evangelio, después de haber recogido las palabras de Jesús en la Cruz a su Madre y a él mismo, añade: «Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa» (Jn 19,27). A él se atribuye el papel de hijo y él cuidó de la Madre del Maestro amado y se entregó, lo que expresa la relación íntima, como la respuesta al amor de la madre.

MARIA MADRE DE LA IGLESIA

La dimensión mariana de los discípulos de Cristo se manifiesta en la entrega filial a la Madre de Dios, iniciada con el testamento del Redentor en el Gólgota. Entregándose filialmente a María, el cristiano, como el apóstol Juan, «acoge» a la Madre de Cristo y la introduce en todo el espacio de su vida interior, en su «yo» humano y cristiano: «La acogió en su casa» Así el cristiano, entra en el radio de acción de la «caridad materna», con la que la Madre del Redentor «cuida de los hermanos de su Hijo», «a cuya generación y educación coopera». Esta relación filial, esta entrega de un hijo a la Madre tiene su comienzo en Cristo y se orienta a él, pues María sigue repitiendo a todos las mismas palabras de Caná de Galilea: “Haced lo que él os diga”. María es la primera que «ha creído», y con esta fe suya de esposa y de madre quiere actuar sobre todos los que se entregan a ella como hijos. Y cuanto más perseveran los hijos en esta actitud y avanzan en la misma, tanto más María les acerca a la «inescrutable riqueza de Cristo» (Ef 3, 8). Y de la misma manera ellos reconocen cada vez mejor la dignidad del hombre en toda su plenitud, y el sentido definitivo de su vocación, porque «Cristo manifiesta plenamente el hombre al propio hombre». (Redemptoris Mater).

CONCLUSIÓN

El Eterno Padre sufre misteriosamente viendo a su Hijo sufrir agonizando y sintiéndose en el infierno tras un muro negro de su Dios amado sin límites, que le ha abandonado, es su infierno; el Espíritu Santo, Esposo de María por cuya sombra ha sido concebido el Amor de ambos y el Hijo de ella, sufre, siendo eternamente feliz, tan misteriosamente que nos resulta abismo insondable. El Hijo sufre física y espiritualmente, nos resulta corto el lenguaje para expresarlo, y nosotros, pobres pigmeos, nos hemos creado una Iglesia sin misterio, una Iglesia a nuestra medida, una Iglesia supermercado, que nos provee de lo espiritual y también pretendidamente, en concretos sectores, de lo material, sin atisbar más horizonte que las necesidades terrenas que pretenden solucionar vendiendo el Vaticano, sin tener en cuenta que Jesús sólo una vez multiplicó los panes y que dejó dicho que a los pobres siempre los tendréis con vosotros y que hay otra pobrezas que son más sustanciales; y queremos y predicamos una iglesia que no cuente con el sufrimiento ni con la cruz y queremos mantenernos y nos mantenemos pasivos esperando que nos lo den todo hecho sin arrimar nuestros hombros al trabajo del cultivo del hombre interior y siempre alertas para observar y criticar cuando no somos capaces de levantar ni un alma del pecado, ni de corregir un gramo de soberbia o de avaricia propios, o de vencer un átomo por intolerancia y falta de la virtud de la paciencia, ¿se escuchan muchos discursos y se escriben mucho artículos que nos hablen de virtudes y de vicios y de pecados?.

El Padre sufre, el Hijo sufre indeciblemente el Espíritu sufre misteriosamente, María sufre indeciblemente viendo al samaritano, la humanidad, caída y nosotros estamos esperando a que ellos lleven la carga y nos saquen las castañas del fuego sin tocar nosotros ni con la punta del dedo la parte de nuestra cruz que configura el misterio de la Iglesia y que es nuestra vocación de santidad. La Virgen de los Dolores nos ayude a despertar del letargo y a bregar mar adentro, como murió pidiéndonos Juan Pablo II que sí supo cargar con su cruz hasta la muerte, sumergiendo al mundo en el conocimiento de la Cruz y del amor de la Virgen de los Dolores, tanto más exaltada en sus gloriosos dolores, cuanto más abundantes, amargos y angustiosos, la atormentaron.

 



Respuesta  Mensaje 16 de 31 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 18/09/2009 06:54

“¿Con quién puedo comparar a los hombres de esta generación?”

Lc 7, 31-35

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

 

1.                 ¿CON QUIÉN COMPARARÉ A LOS HOMBRES DE ESTA GENERACIÓN?

En aquel tiempo, Jesús dijo:“¿Con quién compararé a los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen? "

En el Deuteronomio, leemos como Moisés le habla al Pueblo de Israel diciéndole: El es la Roca, su obra es consumada, pues todos sus caminos son justicia. Es Dios de la lealtad, no de perfidia, es justo y recto Se han pervertido los que él engendró sin tara, generación perversa y tortuosa.  (Deuteronomio (SBJ) 32, 4-5). Yahvé lo vio, e indignado desdeñó a sus hijos y a sus hijas. Entonces dijo: Les voy a esconder mi rostro, a ver en qué paran. Porque es una generación torcida, hijos sin lealtad.  (Deuteronomio (SBJ) 32, 20). Todo esto refiriéndose a un grupo humano que no esta siendo leal con Dios.

Siempre que queremos identificar a un conjunto de personas que, por haber nacido en fechas próximas y haber recibido una educación o una influencia social semejante, comportan de una forma parecida o comparten características comunes, nos referimos a una Generación, Moisés se esta refiriendo a un grupo humano determinado del pueblo Israelita, y en este caso Jesús, también, se esta dirigiendo a un grupo especifico.

2.                 “TOCAMOS LA FLAUTA Y NO HAN BAILADO; ENTONAMOS CANCIONES TRISTES Y NO HAN LLORADO”.

Jesús dice: Se parecen a esos niños que se sientan a jugar en la plaza, y se gritan unos a otros: “Tocamos la flauta y no han bailado; entonamos canciones tristes y no han llorado”.

El ejemplo de los niños que juegan en la plaza, en el que un grupo de ellos propone un juego, en este caso alegre, como tocar la flauta, y pasarlo bien, entonces hay un grupo que le impide ese rato de felicidad, entonces proponen un juego algo mas serio, como cantar lamentaciones, y de igual forma le boicotean la proposición, (no han bailado y no han llorado), muestra esa típica actitud del refrán del perro del hortelano, que no come el ni deja que coma el amo. Esa es la actitud de la generación a la que refiere Jesús, grupo humano, torcido, que tiene mucha maldad, o que hace daño intencionadamente.

3.                 ¡ES UN GLOTÓN Y UN BORRACHO, AMIGO DE PUBLICANOS Y PECADORES!”

Jesús dice: Porque vino Juan el Bautista, que no comía ni bebía, y dijeron: “Ese está endemoniado”. Y viene el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: ¡Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores!”. Sin embargo, los amigos de la Sabiduría le han dado la razón.

Jesús está calificando a los que pertenecen un cierto grupo humano de la sociedad Judía, al igual que Moisés, de Generación desleal, de no hacer caso con ninguno de los enviados de Dios, como en este caso de Juan Bautista, o el Hijo del Hombre, el propósito es no creer en ninguno de los dos, especialmente porque lo que hacen y la forma de vida de ambos, los denuncia y los perturba y les compromete su estabilidad en la sociedad.

4.                 ¿POR QUÉ SIEMPRE HEMOS DE PENSAR MAL DE ALGUIEN?

Así esta también el mundo hoy, interpretando mal y torcidamente muchas cosas, sospechando hasta de lo bueno, siempre viendo lo que no es, y no dejando que los hombres buenos puedan acreditarse ante los ojos de los hombres como tales, y buscan todas las formas de desacreditar a cualquiera que les haga sombra.

El Evangelio nos pide incansablemente que no desconfiemos de lo bueno que viene del Señor, es una falta de lealtad con lo que El nos envía, también nos pide que es necesario pensar bien de todos, y si no se pueden justificar los actos, al menos hacerlo con las intenciones, ¿Por qué siempre hemos de pensar mal de alguien?, ¿Por qué Juzgamos a las personas porque tienen una forma diferente de pensar?, ¿Quién nos ha constituido en jueces de nuestros hermanos?, eso es algo que se ha reservado Dios para si mismos y no somos participes de eso.

Para juzgar a cualquiera es preciso conocer a la persona, conocer el acto y las intenciones, y en particular lo que haya ya hecho. Siempre será más prudente y mejor abstenerse de emitir juicios sobre los actos de nuestro prójimo.

5.                 Y VIENE EL HIJO DEL HOMBRE, QUE COME Y BEBE

Jesús vino para salvar a los hombres, por eso ha querido parecerse y guardar semejanza al hombre, en todo, menos en el pecado. Jesús comía, bebía, y participaba de las actividades de los hombres, y además de las cosa impuestas por Dios, como por ejemplo del ayuno y luego alimentarse, como nuestra actitud como ser humano, con todas nuestras necesidades, de comer, beber, dormir, descansar, reírnos, bailar, trabajar y todas las obligaciones de nuestra sociedad, no por eso se van ha interpretar mal y si lo hace, recordemos que con quien tenemos obligación es con Dios.

Dice el Señor: “Que el que es sencillo todo lo juzga con sencillez, que de la abundancia del corazón habla la boca, que el que tiene limpio el corazón tiene limpio los ojos y con ojos limpio todo se mira con limpieza y rectitud”

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

SANTORAL

 

SAN CORNELIO Y SAN CIPRIANO   S. III

San Cipriano, obispo de Cartago, fue decapitado el 14 de septiembre del 258. Refugiado desde hacía algún tiempo en el campo, había regresado a Cartago para sufrir el martirio puesto que, como escribía, «conviene que sea en la ciudad, al frente de cuya Iglesia se halla, donde el obispo confiese al Señor para que de este modo la irradiación de su confesión represente la de todo el pueblo». Le acompañó una gran muchedumbre hasta el lugar de la ejecución, y su muerte revistió toda la majestuosidad de una solemne liturgia. Cipriano es el modelo ideal del obispo católico. Como cabeza de una comunidad, para quien la Iglesia es «un pueblo que forma una única cosa con su sacerdote», se halló siempre en la brecha para sostener los ánimos que desfallecían, para animar a los hermanos condenados a las minas o al destierro y para reconciliar a los caídos; llevaba consigo, al igual que San Pablo, el cuidado de todas las Iglesias y la obsesión de su unidad. Más tarde, cuando le llegó el momento, acogió su condena a muerte con un vibrante: ¡Deo gratias!.

Cipriano estaba unido por los lazos de la amistad con el papa Cornelio que murió algunos años antes desterrado en Civitavecchia, tras un breve pontificado (250-253): «En caso de que Dios le haga a uno de nosotros la gracia de que muera pronto - había escrito Cipriano a Cornelio - que nuestra amistad continúe junto al Señor». Al no separar el recuerdo de ambos, la Iglesia perpetúa la memoria de semejante amistad.

En tiempo de las persecuciones romanas, algunos cristianos primitivos renunciaron a su fe. Muchos de nosotros, teniendo que escoger entre los leones y un juramento al emperador, habríamos hecho lo mismo. Sin embargo, cuando las persecuciones finalizaron, algunos que habían abandonado la Iglesia quisieron volver.

Algunos cargos de la Iglesia creían que cualquier que hubiera negado la fe estaba de mala suerte. Si te sales una vez, es para siempre, sostenían. Otros creían que a quienes habían abandonado se les debía permitir volver, aunque sólo tras ardua penitencia. Aún había otros que creían que debía acogerse de vuelta a todo el mundo sin hacer preguntas.

San Cornelio fue Papa durante este periodo de gran controversia. Las cosas se caldearon tanto finalmente que convino un sínodo, el cual determinó que quienes habían saltado del barco, por así decirlo, podrían volver a bordo a través de los medios usuales del sacramento de la penitencia.

En cierto sentido, San Cornelio es el santo de las segundas oportunidades. Dado que todos cometemos errores, todos necesitamos una segunda oportunidad alguna vez en nuestra vida. Metemos la pata hasta el fondo, y no podemos hacer ya otra cosa sino decir que lo sentimos y pedir perdón. Aunque los otros seres humanos puedan no siempre estar tan predispuestos, Dios siempre está dispuesto a recibirnos de nuevo. La única cosa capaz de separamos del amor de Dios es nuestra propia obstinación y nuestro rehúse a pedir perdón.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo.


 



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