El Barcelona, guiado por un ‘triplete’ de su  estrella argentina Leo Messi, venció 4-3 en su visita al Real Madrid, este  domingo en la 29  jornada de la Liga española, en un partido donde los blancos  jugaron con diez desde el 65 por la expulsión de Sergio Ramos.

El nuevo lider de la Liga es el Atlético de Madrid, que ganó 2-0 al colista  Betis y tiene 70 puntos, los mismos que el Real Madrid, ahora segundo pero por  detrás de su vecino por una peor diferencia de goles en sus duelos  particulares. El Bar a es tercero con 69.

Andrés Iniesta (7) y Messi (42, 65 de penal, 84 de penal) consiguieron los  tantos del Barcelona, mientras que para el Real Madrid anotaron el francés  Karim Benzema (20, 24) y el portugués Cristiano Ronaldo (55 de penal).

Messi, que ya había logrado un ‘triplete’ la pasada jornada ante Osasuna  (7-0), continúa además batiendo records y con sus goles se convirtió en el  máximo anotador de la historia de los Clásicos Real Madrid-Bar a, con 21  dianas, superando las 18 del mítico Alfredo Di Stéfano.

Con 236 tantos en la Liga, Messi superó además al mexicano Hugo Sánchez  (234) como segundo máximo goleador de la historia del campeonato, únicamente  superado ahora por los 251 de Telmo Zarra.

El Clásico, como de costumbre, tuvo también su dosis de polémica, especialmente por dos de los penales. En el convertido por Cristiano, Dani Alves derribó al portugués, pero aparentemente fuera del área, mientras que los  jugadores blancos protestaron que Neymar se dejó caer en la primera pena máxima  pitada en su contra y que provocó la roja de Ramos.

(Con información de AFP)

La dirección de la pelota nacional acaba de botar a Freddy Asiel por la ventana. Como en el cuento del hombre que defenestró el sofá donde su esposa se acostaba con otro, fue más fácil sacar de juego al pitcher, que rectificar la equivocada posición inicial.

Coherencia es lo primero que le falta al organismo beisbolero cubano. Digamos, se comporta de manera radical cuando se trata de prohibir las congas, pero tolera indisciplinas graves de atletas y managers. Y sanciona a sus árbitros lo mismo por expulsar tempranamente, que por demorar las expulsiones. Y ahora mismo, les impone un castigo similar al agresor y al agredido.

El desaguisado es obvio. Demasiado para que no salte a la vista. Porque un robo no implica la misma condena que un crimen, como tampoco puede equipararse un ataque bate en mano con un par de pelotazos a conciencia.

Voy por partes. Freddy Asiel siempre ha sido partidario del pitcheo pegado, y esa escuela –más que la velocidad y los envíos rompientes- lo han convertido en uno de los mejores lanzadores del país. Y también gusta de imponer su autoridad en los encuentros. De manera que, me atrevo a asegurarlo, en su carrera debe haber propinado varios dead balls intencionales.

Es más: para mí, los pelotazos a Yasiel Santoya fueron voluntarios, no así el de Víctor Víctor, que aparentó ser un típico lanzamiento wild. A todas luces, el de Corralillo perdió los estribos en aquella apertura tambaleante, y castigó a su entusiasmado victimario con un par de impactos contundentes.

(Necesaria aclaración: eso no lo inventó Freddy Asiel. Eso lo hacía Vinent, a quien siempre veneraremos con toda justicia. Y sospecho que Norge Luis Vera también apeló a ese recurso. Y el gran Pedro Luis Lazo lo admitió hace poco en un documental, entre risas y expresiones de aprobación unánime).

Por supuesto, en el manual de estilo del pitcheo no consta la alternativa de tomarse la justicia por su mano. Un lanzador no puede creerse facultado para ‘tirar a dar’, aunque –todo sea dicho- tampoco el bateador debe arrogarse el derecho de celebrar sus conexiones con arranques barnizados de guapería barata y gesticulación obscena.

El fatídico 17 de febrero, en el Victoria de Girón, Freddy Asiel estableció su ley a sangre y fuego, y aquella situación que ya se hacía habitual desembocó en suceso extraordinario cuando, en el delirio del absurdo, Demis Valdés salió madero en ristre en plan de ataque. Al final, solo Ramón Lunar salió perjudicado en la trifulca –afortunadamente ya volvió al terreno-, pero poco faltó para que lamentáramos alguna consecuencia inolvidable.

Atravesando por una etapa crítica, el béisbol cubano no puede permitirse el lujo de soportar vergüenzas, y mucho menos abrir puertas para que se reediten sucesos como aquel en que Antonio Susini mató de un batazo al lanzador Julio Le Blanc, una tarde de 1922. Así pues, como el terreno no es un campo de batalla al que los jugadores llegan sanos y salen premeditadamente lastimados, yo aplaudo que la Comisión tomara cartas en el tema. Proliferaban los dead balls, y hasta había surgido una pulseada personal entre Vladimir García y Lunar, semejante a la que involucraba a Roger Clemens y Mike Piazza en las Ligas Mayores.

Pero entonces apareció el sofá. Es decir, en lugar de apretarles las tuercas a los ocho directores de equipo para que llevaran la calma a sus pupilos, una regla no escrita determinó que los pitcheos pegados equivaldrían a expulsiones, y alguien propuso convertir a Freddy Asiel en cabeza de turco del creciente problema. Draconiana, la sanción cayó como un cubo de agua helada sobre las ilusiones de la fanaticada villareña.

Apartarlo del juego por espacio de varias subseries habría sido lo justo. Sin embargo, el pitcher sensación de la postemporada previa no podrá participar en esta, y las páginas que recogen la historia de las Series Nacionales agregaron un nuevo capítulo oscuro.

¿Usted se acuerda de Cheíto Rodríguez? En su momento, él también recibió un golpe desmesurado y extremista que pretendió servir como escarmiento. ¿Y se acuerda de cómo terminó esa historia? ¿Se acuerda de que la gran perjudicada fue nuestra pelota, que se quedó sin el Señor Jonrón?

Yo pensé que, a la hora de impartir justicia en el caso Freddy Asiel, los directivos del deporte cubano evitarían tropezar con esa piedra. Que, a fin de cuentas, es la misma.

Javier Sotomayor, plusmarquista mundial de salto alto, afirmó que la disciplina vive un buen momento luego de años de resultados discretos, aunque es imposible predecir cuándo caerán sus marcas mundiales.

Sotomayor posee récord mundial bajo techo con 2.43 metros logrados el 4 de marzo de 1989, en Budapest y la marca del orbe al aire libre con 2.45 metros, desde el 27 de julio de 1993, en Salamanca, España.

En una entrevista el matancero consideró que ha surgido una nueva generación de saltadores y al menos tres de ellos logran marcas por encima de 2.40 y pueden romper sus récords.

En el caso de la pista cubierta, otorga las mejores posibilidades al ruso Ivan Ukhov, quien saltó 2.42 metros recientemente y se ha mantenido como el número uno mundial por cinco años, aunque no tiene iguales resultados al aire libre.

Al ucraniano Bohdan Bondarenko y al catarí Mutaz Essa Barshim les concede las mejores opciones al aire libre, pues aunque no lo descarta, Sotomayor considera poco probable que alguno de los tres pueda romper las dos marcas mundiales.

Sotomayor, quien viajó a España invitado por la Casa de Amistad Baleares-Cuba y el periódico Última Hora, impartió cuatro conferencias en las cuales abordó el tema de como se hace un campeón.

El plusmarquista mundial afirmó que apreció entre los españoles mucha asimilación y un alto reconocimiento del sistema deportivo cubano.

Explicó que ante la solicitud de consejos para España, solo les dice como se hace en Cuba. No digo: hagan igual. Nosotros tomamos aspectos positivos de los entrenadores del campo socialista y los adaptamos a nuestro entorno.

No es que nuestro modelo sea el mejor, pero puede haber cosas buenas que se pueden adaptar, precisó.

Interrogado sobre la actualidad del atletismo en Cuba, destaca a la saltadora con pértiga Yarisley Silva, oro en el campeonato mundial de pista cubierta y plata olímpica.

Entre los más jóvenes, resalta a los triplistas cubanos Ernesto Revé y Pedro Pablo Pichardo, plata y bronce, respectivamente, en los Mundiales de Atletismo Bajo Techo con sede en Sopot, Polonia.

Asimismo considera con grandes opciones otros atletas consagrados, algunos de ellos alejados por lesiones, como Leonel Suárez (decatlón), Yipsi Moreno (lanzamiento de martillo) y Yarelis Barrios (martillo).

Al mismo tiempo es optimista con el futuro y considera que entre cadetes y juveniles cubanos se han logrado incluso mejores resultados. Lo que hace falta ahora es que quienes alcanzaron esos buenos resultados mundiales se mantengan.

Sotomayor, quien se define a sí mismo un producto de la Revolución cubana, considera que para ser campeón, desde el punto de vista personal, se requiere dedicación y disciplina.

Lo primero para hacerse un gran atleta es que te guste lo que vas a hacer, que no sientas los entrenamientos como un sacrificio sino que los disfrutes, aunque sufras, porque en los entrenamientos fuertes el cuerpo sufre, opina.

Sin embargo, Sotomayor considera que esos sufrimientos son bien pagados cuando se tienen buenos resultados producto de la voluntad, dedicación y disciplina.

En su criterio más de la mitad de cada medalla y récord corresponde a los entrenamientos. El resto -afirma- es la predisposición a la hora de enfrentar la competencia, pero si no se está preparado físicamente, por muchas ganas y deseos que se tengan, los resultados no salen.

Un gran deportista se hace sobre la base del talento pero no basta: ese talento debe entrenarse al máximo, aconseja Sotomayor.

(Tomado de Prensa Latina)

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Julio César La Cruz . Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

El bicampeón mundial Julio César La Cruz quedó excluido por falta de preparación del tope de cuartos de final de la Serie Mundial de Boxeo (WSB), que Domadores de Cuba y USA Knockouts disputarán el 4 de abril en La Habana, informó este martes la federación local.

La Cruz, de 24 años y elegido el mejor púgil de América en 2011, “sumó ausencias al gimnasio por diferentes causas y no está al tope de sus posibilidades”, por lo que “su puesto será ocupado por el subcampeón olímpico de Pekín-2008, Emilio Correa”, señaló la Federación, citada por el diario digital Jit, del Instituto Cubano de Deportes (Inder).

La fuente destacó que La Cruz (81 kg) tiene una “deuda de preparación acumulada en las últimas semanas”, mientras que Correa, de 28 años, muestra una “excelente forma” en los entrenamientos, pese a que ha estado ausente de los escenarios oficiales desde mayo de 2012.

La Cruz fue sometido en enero a una cirugía para extraerle una bala de la cadera pero un mes más tarde regresó por todo lo alto a la WSB al propinar una paliza al medallista olímpico y mundial Teymur Mammadov, de Azerbaiyán.

Sin embargo, el pasado 12 de marzo La Cruz cayó de manera sorpresiva ante el desconocido ruso Nikita Ivanov, para sufrir su primer revés en el torneo, luego de tres victorias.

El quinteto de los Domadores para el match de La Habana se completa con el campeón de Londres-2012, Roniel Iglesias (69 kg), el bicampeón mundial Lázaro Álvarez (60), y Gerardo Cervantes (52 kg) y Yoandris Toirac (+91).

Antes de encontrarse en la capital cubana, ambas franquicias chocarán el próximo viernes en Florida, en la primera visita de la selección cubana de boxo a Estados Unidos en 15 años.

La escuadra cubana para el cartel del viernes está integrada por Yosbany Veitía (49 kg), Marcos Forestal (56), Yasnier Toledo (64), Ramón Luis (75) y Erislandy Savón (91).

Domadores se impuso en nueve de sus 10 compromisos eliminatorios -solo cedió ante Rusia-, y lideró el grupo B con 28 puntos, en un desempeño “muy superior” al de los estadounidenses, que apenas consiguieron 11 unidades y fueron cuartos del colectivo A.

se impuso 5×2 a Villa Clara en el primer partido de su play off semifinalista, efectuado en un Victoria de Girón que fue testigo de par de jonrones de Yadiel Hernández y otro más de Eriel Sánchez.

Los visitantes se fueron al frente (2×0) en el mismo segundo episodio gracias al descontrol de Yoanni Yera, pero la escuadra local descontó pronto por intermedio del primer cuadrangular de Hernández, y se puso delante con el siguiente, que encontró a un compañero a bordo y decretó la expulsión monticular del zurdo Robelio Carrillo a la altura del sexto episodio.

En ese mismo inning cayeron las restantes anotaciones yumurinas a costa del relevista Alain Tamayo, uno de cuyos envíos fue a parar a las gradas del jardín izquierdo tras un swing del refuerzo espirituano Sánchez con José Miguel Fernández en la inicial.

El choque lo ganó el granmense Lázaro Blanco, inmenso en 5.1 entradas (2 hits, 0 carrera) y lo salvó Félix Fuentes, autor de los cuatro outs conclusivos.

En la noche del viernes volverán a chocar ambos equipos en el mismo escenario, con Yoelkis Cruz en el box matancero y Yasmani Hernández Romero en el de los Naranjas. Antes, en la tarde, arrancará en el Capitán San Luis la pulseada entre pinareños e industrialistas.

Espere mañana temprano mi comentario sobre el choque de este jueves.

ANOTACION POR ENTRADAS

                 1  2  3  4  5  6  7  8  9     C    H    E 

 VS: VCL         0  2  0  0  0  0  0  0  0     2    4    0 
 HC: MTZ         0  0  0  1  0  4  0  0  -     5   10    1

Carlos Juan Viera regresa. Foto: Juan Moreno.

Yoandry Garlobo y Carlos Juan Viera se reincorporaron al equipo local de  pelota para jugar en los play off, luego de permanecer alejados del terreno por problemas de salud, confirmó hoy a la AIN Héctor Rodríguez, Comisionado de Béisbol en la provincia de Matanzas.

Garlobo mantiene estable su diabetes y está listo para jugar, y el estelar cerrador tunero también se encuentra totalmente recuperado de su lesión en el brazo, afirmó el directivo del Instituto  Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER).

El equipo de Víctor Mesa fue recibido con entusiasmo por la afición de esta ciudad,  la mayoría vestida de rojo, que acudió a los puntos por donde pasaron los Cocodrilos en su recorrido hacia el estadio Victoria de Girón, mientras la avenida Martín Dihigo está bellamente engalanada.

Víctor Víctor Mesa, a su llegada al terreno, dijo sentirse emocionado ante la multitud, y aseguró que saldría a jugar en esta semifinal contra Villa Clara ofreciendo todo su esfuerzo, a la vez que Yurisbel Gracial lamentó una contusión muscular en una pierna que le impedirá jugar por lo menos tres días.

José Miguel Fernández, una de las figuras destacadas de la novena matancera, reafirmó la excelente forma que mantiene el equipo y la disposición de darlo todo para discutir el campeonato en esta LIII Serie Nacional de Béisbol.

El joven pelotero, segunda base, elogió al equipo de Villa Clara, fuerte rival a tener en cuenta.

A las 7.15 p.m, con trasmisión por la televisión, comienza en el “Victoria de Girón”, el llamado Palacio de los Cocodrilos, el inicio de los play off de la temporada beisbolera, enfrentamiento que despierta el interés de la afición que desde las tres de esta tarde ya colmaba el estadio.

(Con información de AIN)

Aquel herrero de la Perla del Sur, que atacaba los metales con fiereza, ha sido uno de los más grandes jugadores cubanos de cualquier época. Incapaz de regalar sonrisas insípidas ni desplazarse con la majestuosidad natural y la elegancia de Martín Dihigo, el acendrado azul añil de Méndez, o la descuidada figura de Bombín Pedroso, llegó a la pelota con la fuerza indiscutible del rudo oficio, cual mineros que rompen rocas en las profundidades de la tierra; de ahí la convocatoria a los primeros pininos.

En el juego iba a lo suyo y lo hacía mejor que los demás, sin émulos en la pradera central; lo sabía, pero nadie hubiera podido divisar una figura de mármol fuera del diamante, donde vivió como quiso, o mejor dicho, como pudo hacerlo en un mundo que le había llegado hostil. ¿Quién, sino él, desplazaría a Oscar Charleston[1] hacia el jardín izquierdo en la pelota de los negros? No pocos lo vieron superior. Así lo recordó Martín Dihigo:

“Nosotros nunca le hemos dado a Torriente la importancia que tuvo (…) todo lo hacía bien, fildeaba con naturalidad, tiraba de forma perfecta, cubría tanto terreno como el que más pudiera cubrir y, en lo tocante al bate, ya dejaba de ser bueno para convertirse en algo fuera de lo común (…) yo no le he visto a Torriente alardes de lo inmenso que era como jugador de pelota…”[2]

Y acto seguido recuerda una de las anécdotas que pintaron de cuerpo entero a nuestro hombre. Resulta que el día de Navidad de 1924, en Matanzas se enfrentaría el Habana con el poderoso Santa Clara, para celebrar un doble encuentro. Pero en la jornada anterior, como fue su costumbre, Torriente había bebido en exceso y hubo que socorrerlo. Según Dihigo, en el dugout daba pena verlo en aquellas circunstancias, desbordando alcohol por todos los poros, su gran debilidad en la vida, como si hubiese encontrado un refugio maldito ante las adversidades. Nadie pensó que pudiera jugar, pero: “Cuando supo que el serpentinero contrario era el zurdo Lou Streater se animó y dijo que iba a entrarle a palos. Conectó jonrón, tubey y hit…” Prácticamente desfallecido, como consecuencia de la noche anterior, en el noveno inning el manager lo mandó a descansar y el propio Dihigo se encargó de cubrir su posición. Torriente, como alma que se llevaba el diablo, encontró un bendito espacio debajo de una arboleda, y no volvió en sí para el segundo desafío.

En otra oportunidad, convocado por la prensa para escuchar criterios sobre los mejores peloteros de su tiempo, el Inmortal destacó: “El mejor pelotero de su época fue el malogrado Cristóbal Torriente. Lo hacía todo bien, con una naturalidad asombrosa (…) jamás trató de impresionar a las gradas con aquellas facultades que le sobraban; el alcohol y la falta de descanso y alimentación, minaron su organismo y a los 32 años físicamente era un espectro…”[3]

Cristóbal Carlos Torriente, había nacido en Cienfuegos, el 16 de noviembre de 1893 (en otras fuentes aparece 1895) y falleció en Ibor City, New York, el 11 de abril de 1938. “Si ves a Torriente caminando por la otra acera; sin temor a equivocaciones, puedes decir que ahí va un team de pelota…”. Así lo había definido C.I. Taylor, el destacado manager del Indianápolis ABC.

Aquel jugador de mármol y granito, feo, huraño y a veces tosco, de quien se decía que alzaba un peso superior al suyo con facilidad, se desempeñó entre 1913 y 1927, en doce temporadas de la Liga Profesional Cubana, y en dos torneos independientes. En 1913, con el Habana (.265), 1913-1914, con el Almendares (.337), 1914-1915 (.387), 1915-1916 (.403), 1919-1920 (.360), 1920-1921 (.296), 1921, con el Habana (.350), 1922-1923 (.351), 1923-1924, alternando entre Habana y Marianao (.346) y 1923-1924, con el Almendares del torneo independiente (.377), 1924-1925, con el Habana (.380), 1925-1926 (.344), 1926-1927, alternando entre Cuba y Almendares (.375) y 1926-1927, con el Havana Reds, del torneo independiente (.222). Total: en 1 402 veces al bate, conectó 494 hits, para average de .352, con 271 anotadas y 112 bases robadas.

A sus condiciones supo incorporar una virtud de escogidos, junto al extraordinario poder, conectaba con facilidad las bolas malas hacia cualquier banda, para provocar una situación desesperada en los lanzadores, que jamás supieron cómo dominarlo; simplemente lanzaban rápidas o rompimientos y se entregaban a la providencia. Muchos años después, en esa capacidad pareció heredarlo Lázaro Madera, un slugger vueltabajero de Series Nacionales.

Entre 1913 y 1928, Torriente tejió una leyenda en las Ligas Independientes de Color, o Negras Norteamericanas, con diferentes equipos: Cuban Stars (1913-1918), All Nations (1913-1916-1917), Chicago American Giants (1918-1925), Kansas City Monarch (1926), Detroit Stars (1927-1928). Total: en 427 desafíos y 1 502 veces al bate, conectó 531 hits, para average de .354, con 89 dobles, 42 triples, 32 jonrones, 350 anotadas, 343 impulsadas y slugging de .533.

Según James A. Riley: “El slugger superestrella del gran Rube Foster con el Chicago American Giants, también fue un excelente jardinero, con un brazo muy potente. Este zurdo musculoso fue el más legítimo slugger del team de Foster, pues conectaba para todas las zonas del terreno con elevados promedios. Fue, también, un notorio bateador de bolas malas, que lo hacía bien ante derechos y zurdos…”[4]

Allí había liderado sus primeras tres campañas: 1920, el año de fundación oficial de esas lides (.411), 1921 (.338) y 1922 (.342), así como en 1923 (.412). Por entonces conformó, junto a los norteamericanos Jelly Gardner y Jimmy Lyons, uno de los tríos más defensivos de todos los tiempos. Además de su clase como bateador, también había lanzado ocasionalmente en ese circuito, con balance de 15-7.

Algunas veces desoyó consejos y tuvo problemas de disciplina, por su apego a la vida bohemia, pero jamás declinó en su rendimiento. Por eso pasaría al Detroit Stars, donde conectó .339 en 1927 y .320 en 1928. Está considerado el mejor jardinero central de aquellas lides, junto a Charleston. Con Dihigo y José de la Caridad Méndez, fue de los mejores cubanos en las Ligas Negras.

Sin embargo, su obra quedaría incompleta, porque no se desempeñó en otras latitudes, como muchos de sus compañeros. No jugó en torneos latinoamericanos ni, por el color de la piel, pudo hacerlo en la Liga Nacional Amateur. Así las cosas, sus recuerdos quedaron supeditados a Cuba y el béisbol de negros en los Estados Unidos, sin acceso al máximo nivel de las Grandes Ligas. Eso sí, arrostraría consigo el consuelo de haber sido mejor que muchos de la Gran Carpa.

Al terreno había llevado cualidades difíciles de conjugar, como aquella de unir en un mismo hombre un poder excepcional al bate y la capacidad para desplazarse a velocidades inauditas, con una lograda intuición para robar y alcanzar bases extras con sus batazos. Supo conservar un olfato innato para ejecutar las jugadas de bateo y corrido, tanto con el madero, como apoyándose en sus benditas piernas.

Su obra había alcanzado ribetes ciclópeos, en una fanaticada que supo adorarlo y él como si tal cosa, simple mortal, disparaba a las bases desde las profundidades con el privilegiado brazo; balas más que pelotas. Sin buscarlo, había acaparado la atención de la prensa desde 1914, cuando se coronó campeón de bateo (.387). Entonces ni siquiera podía imaginar que seis años después engrosaría definitivamente el sacrosanto cielo del béisbol, cuando su nombre se elevaría a la cumbre a partir de un suceso que no buscó, pero supo rubricar con su firma.

Hacía años que eran frecuentes las llamadas Series Americanas, donde en partidos no oficiales, se enfrentaban los mejores equipos cubanos contra los de Grandes Ligas, que tenían en la Isla un puerto seguro para sus etapas de entrenamientos, la hospitalidad, el clima, y la calidad de los rivales. El 4 de noviembre de 1920 sería inolvidable, pues Torriente conectó tres jonrones ante los Gigantes de New York, conducidos por el legendario John McGraw, que traía en sus filas a Babe Ruth, contratado por el empresario Abel Linares por la astronómica cifra de 2 000 dólares el desafío. Ese año, el Bambino había impuesto la marca de 54 cuadrangulares y era la figura cimera del béisbol mundial.

El Almendares Park II conservaba dimensiones siderales, como su antecesor del siglo XIX, ahora incluidos 600 pies por la pradera central, distancias prohibidas a los jonroneros, por lo que era usual conectarlos dentro del terreno, solo eso explica que se produjeran más triples que cuadrangulares, desde entonces. La gente quería ver a Ruth sacando la bola del parque, quizás el reto más difícil que enfrentó el Bebé de Dunn, no tan rápido de piernas como el cubano. Ambos se habían iniciado como lanzadores.

Isidro Fabré, un excelente pitcher de origen catalán, fue el encargado de abrir por los azules; mientras que el derecho Joe Kelly lo hizo por los Gigantes. Para frustración del fanático que había pagado para ver al Bambino desaparecer la esférica, este se fue en blanco en tres oportunidades ante Fabré; pero el zurdo criollo se echó la tarde encima, porque no solo bateó de 5-4, sino que tres fueron jonrones y el otro un largo doble.

Los dos primeros fueron a la cuenta de Kelly, por el right field. Entonces, para elevar la rivalidad y el protagonismo de Ruth, en el quinto episodio McGraw lo envió al box, con intención expresa de frenar el desborde ofensivo del antillano, pero tuvo que soportar el doble del criollo al right center y, dos entradas más tarde, de nuevo ante el Babe, la bola salida de su bate voló sobre el jardinero central y se convirtió en su tercer cuadrangular. Una demostración increíble del humilde cienfueguero, un extraclase que terminaría aquella serie con 3 jonrones y el mejor jonronero de la historia solo conectaría 2. Además, el criollo negro acumuló en la serie un average de .378, por .345 el legendario rival, y un slugging de .757.

A partir de allí, Ruth sintió una gran admiración por él, aunque no le hizo gracia que le llamaran el Babe Ruth Cubano. Como tantos otros, cargando una calidad insuperable, Torriente no pudo actuar en Grandes Ligas por el color de la piel. De todas formas, un tanto airado y en tono de chanza, al finalizar el juego, Ruth declaró: “Era tan negro como una tonelada y media de carbón en un sótano oscuro”, para acto seguido afirmar: ‘Si pudiera llevarme al lanzador José de la Caridad Méndez y al jonronero Cristóbal Torriente para mi equipo, ganaríamos el gallardete comenzando el mes de septiembre y después nos iríamos a pescar’…”[5]

Por si fuera poco, Torriente, que logró llevar a su casa una suma no despreciable de dinero aquella tarde, también venció a Ruth ante los micrófonos. Al final del encuentro, cuestionado sobre su actuación y la presencia del gran jugador norteamericano, respondió huidizo, con humildad  y parsimonia. A él le recogieron 246 pesos, que posiblemente dilapidaría entre bares, cantinas y mujeres, mientras Ruth cobraría, centavo a centavo, sus 2 000 dólares, y se iría a un hotel de lujo.

Se dice que aquella tarde se llevó a casa 246 pesos, recogidos entre el público por sus compañeros. También que, al abandonar el terreno, Torriente fue asaltado por una batería de periodistas y fotógrafos, a lo que el cienfueguero sugirió con la mayor naturalidad del mundo: “¿Por qué a mí? Busquen a Ruth. Él lo hace a menudo, lo mío fue hoy…”

Por la incomparable tarde, los comentaristas comenzaron a llamarlo El Bambino Cubano: Según Andrés Pascual en Cristobal Torriente El Herrero de Cienfuegos, ABOGADA.COM. 2008: “Pedro Galiana, legendario diarista deportivo que le vio jugar y alcanzó a seguir en Grandes Ligas las carreras de Tani Pérez y Tony Oliva, además de Miñoso, escribió en su columna Desde el bullpen, en periódico de Nueva York, en 1969: ‘En mi libro, el mejor pelotero cubano de todos los tiempos es Torriente y sin discusión… que no vengan los neófitos con números de ultima hora que yo los he visto a todos desde Méndez. Torriente fue increíble…”

En 1925 había participado, defendiendo el jardín central, con el All Cubans, en la Copa López del Valle, donde estuvo presente el Juez Landis, Comisionado de las Grandes Ligas, un acérrimo defensor de la segregación racial en el béisbol, quien no pudo menos que celebrar su juego.

A pesar de acumular tanta gloria en los terrenos, su vida personal no fue más que un laberinto donde se depositaban las execrables desventuras del alcohol, sembradas en una personalidad que nunca logró serle esquiva y, quizás, tampoco se lo propuso. Lástima de hombre grande que no supo cuidarse, y murió tuberculoso a los 43 años de edad, en extrema pobreza. Su cadáver fue enviado a La Habana, donde se le dio sepultura, envuelto en una bandera cubana.

En 1939, año de su fundación, fue elevado al Salón de la Fama del Béisbol Cubano. En 2006, a pesar de no jugar en las Grandes Ligas por el color de su piel, fue electo al Salón de la Fama de Cooperstown, junto a José de la Caridad Méndez y Alejandro Pompez.

Liga Profesional Cubana:

VB             H          AVE           CA             BR

Casi a punto de escucharse –si el jolgorio lo deja escuchar- el “play ball” en el Victoria de Girón, repasemos algunas de las bazas de triunfo y de los lados flacos de las novenas de Matanzas y Villa Clara, subtitular y monarca respectivas del país, cuyo enfrentamiento particular finalizó este año con holgado margen favorable a los yumurinos (7 triunfos contra 2).

FORTALEZAS DE MATANZAS

El factor campo: La postemporada comenzará en sus predios, donde los Cocodrilos han sido poco menos que invencibles. Tanto es así que en la segunda etapa jugaron para asombroso balance de 17-4, con promedio de .810. Y si vamos a las cifras globales, a lo largo de los 87 juegos que establece este formato nadie archivó mejores números en casa que los de Víctor Mesa (.714), ni tampoco nadie pudo aventajarlos en su cosecha de carretera (.600).

La voracidad ofensiva: Atendiendo a las estadísticas del tramo clave del evento, Matanzas fue una jeringuilla de anestesiar serpentineros. Lo dejo con los datos de todos los departamentos que comandó: Average (.317), Hits (456), OBP (.398), Triples (16), Total de Bases (654), Slugging (.455), OPS (853), Anotadas (254), Impulsadas (236), Sacrificios de Fly (14) y Dead Balls (44).

Su inclemencia con el pitcheo zurdo: Cuando ninguno de los otros siete mejores equipos del torneo conectó por encima de .277 contra los pitchers de la supuesta ‘mano equivocada’, los matanceros lo hicieron –¡agárrese del asiento!- para .362, con slugging de .500. He ahí una compleja ecuación a resolver por el mando naranja, que podría depender en las aperturas de un par de monticulistas zurdos, Yasmany Hernández Romero y Robelio Carrillo, quienes archivaron tres de los fracasos villaclareños en el dual meet.

FORTALEZAS DE VILLA CLARA

La sumatoria de probabilidades y orgullo herido: Las probabilidades –que son tan confiables como la confesión de un niño- apuntan a que los hombres de Ramón Moré podrían alcanzar al menos un éxito en sus dos choques iniciales en el Victoria de Girón, habida cuenta de que han cedido en cinco encuentros sucesivos contra el rival de turno. Esa cruel seguidilla -conjugada con los históricos sucesos del 17 de febrero- es capaz de funcionar como acicate en la mentalidad de un grupo repleto de jugadores curtidos.

La tanda alta del line up: Villa Clara ha alineado frecuentemente a cuatro zurdos en fila, y ello podría depararle muchos beneficios contra un bullpen que se apoya fundamentalmente en lanzadores derechos de corte lateral. Así batearon esos jugadores versus serpentineros diestros: Yuniet Flores .303 (.422 SLU); Andy Zamora .282; Yordanis Linares .323 (.527 SLU); y Ariel Borrero .305.

La superioridad de su pitcheo: Pese a las ausencias permanentes del entrenador Jesús Manso y el máscara Ariel Pestano, así como a las momentáneas pérdidas de Freddy Asiel Álvarez y Yulexis La Rosa, Villa Clara logró mantener la supremacía de su staff, que fue el más efectivo (3.38) y controlado de todos (127 bases en 370 entradas). Ismel Jiménez describió una espiral ascendente y Hernández Romero lideró el PCL, al tiempo que la dupla Alain Tamayo-Yoandy Fernández unía fuerzas satisfactoriamente en misiones de relevo.

DEBILIDADES DE MATANZAS

La condición de equipo favorito: La provincia se pasó cerca de dos décadas sin colgarse el cartel de candidata principal al trono. El arribo de un nuevo timonel la llevó al tercer lugar, luego al segundo, y ahora un por ciento elevado de expertos y fanáticos la señalan como la novena a derrotar. Por supuesto, ello otorga autoestima a la tropa, pero de asimilarse mal podría ejercer un efecto boomerang, al igual que las habituales exigencias de su manager, que funcionan de maravillas en etapas clasificatorias pero se convierten en presiones añadidas durante fases de postemporada.

El problema del tercer abridor: Las cuentas del equipo se manchan de números rojos llegado el momento de designar al encargado de la apertura dominical, que para colmo será en estadio ajeno. Detrás de Yoanni Yera y Yoelkis Cruz, ¿a quién subir a la lomita? Joel Suárez ha tenido una triste campaña y Cionel Pérez –de buenas condiciones- es novato, una condición poco alentadora cuando se trata de pitchear bajo un bombardeo de fanfarrias hostiles. Aunque, bien visto, peor aún sería apelar a alguno de los relevistas habituales de la escuadra, llámese Oriolbis Cobas o Lázaro Blanco.

DEBILIDADES DE VILLA CLARA

Los tropiezos en casa: Si Villa Clara quiere aspirar en serio, tendrá que estar apta para vencer en por lo menos dos de los tres choques señalados para su cuartel del Sandino. Sin embargo, el campeón nacional se ha tambaleado allí en este segundo tramo de contienda (10-11, un balance muy inferior al de los otros semifinalistas), incluyendo la severa barrida que les propinó Matanzas hace poco.

El retraso de Ismel Jiménez en la rotación: Sin Freddy Asiel, el espirituano habría tenido que echarse el equipo a cuestas. Pero el derecho de Trinidad se vio obligado a lanzar en el match de vida o muerte del martes anterior, y ahora su primera aparición en el play off demoraría hasta el domingo, a la altura del tercer desafío. Jiménez, uno de los mejores abridores cubanos a día de hoy, era el pitcher indicado para encarar el reto de Yera, que ha masacrado casi de modo literal a Villa Clara (2 victorias, ocho hits en 21.1 episodios, dos limpias y 19 ponches).  Definitivamente, esas dos derrotas consecutivas ante Holguín no han terminado de pasarle factura a los Naranjas.

Líderes ofensivos (86 juegos jugados)

AVE: Michel Enríquez (IJV) .367 (91 hits en 248 veces al bate); H: Maikel Cáceres (HOL) 127; C: Roel Santos (PRI) 81; 2B: Maikel Cáceres (HOL) 28; 3B: Alejandro J. Ortiz (IJV) 8;HR: Yulieski Gourriel (IND) 16; SLU: Yulieski Gourriel (IND) .566; CI: Yulieski Gourriel (IND) 69; BR: Luis Y. La O (SCU) 24; DB: Dainer Moreira (MTZ) 13; BB: Frederich Cepeda (ART) 100.

Líderes de pitcheo

PRO: Yosvani Torres (PRI, 15-3) .833; PCL: Yasmani Hernández Romero (VCL- 1.66, 21 en 114.0 entradas); JL: Carlos J. Viera (MTZ) 38; JI: Yoelkis Cruz (MTZ) 23; JC: Yosvani Torres (PRI) 5; JG: Yosvani Torres (PRI) 15; JR: Carlos J. Viera (MTZ) 38; L: ocho jugadores con 1; JS: José Ángel García (ART) 21; INN: Yosvani Torres (PRI) 151.2; SO: Norge L. Ruiz (HOL) 94.

Líderes defensivos

OUTS: William Saavedra (PRI) 809; ASISTENCIAS: Yordan Manduley (PRI) 323; TL: William Saavedra (PRI) 880; DP: Alexander Malleta (IND) 96; CR: Luis A. Castro (IJV) 32.

Líderes negativos

SO: Lisván Correa (IND) 63; CR: Yuniet Flores (VCL) 14; JP: Yudiel Rodríguez (IJV) 11; BB: Wilber Pérez (IJV) 68; E: Alexander Ayala (ART), Michel Rodríguez (ART), Alexander Malleta (IND) y Dainer Moreira (MTZ) 15; PB: Lorenzo Quintana (PRI) 8; BR: Lorenzo Quintana (PRI) 46.

Líderes colectivos

Bateo: 1. Matanzas (.294), 2. Villa Clara (.283), 3. Holguín (.275); Pitcheo: 1. Villa Clara (3.21),       2. Pinar del Río (3.41), 3. Matanzas (3.50); Defensa: 1. Holguín 978 (80 errores en 3 568 lances), 2. Matanzas 977 (79 en 3 3401), 3. Industriales 976 (82 en 3 413).

(Datos estadísticos tomados de Juventud Rebelde)