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General: La mayor fuerza de la revolución es la poca calidad intelectual de sus enemigos
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De: matilda (Mensaje original) |
Enviado: 09/06/2008 13:57 |
Entrevista al pintor cubano RAMÓN ALEJANDRO | language=javascript type=text/javascript>
| Edmundo García Programa: La Noche Se Mueve (Miami)
EG: Vamos a puntualizar. Entonces, tu salida del país no es política, sino personal.
RA: Fue personal. Yo me fui de Cuba, digamos siendo revolucionario. Siempre fui muy nacionalista y apegado mucho a la independencia nacional. Claro, tenía que estar con la revolución. Lo que pasa que luego a la larga. Bueno, si me meto a contar todo eso no vamos a terminar nunca. Me di cuenta que había una incoherencia. (...) EG: Amigos, muy buenas noches, les saluda Edmundo García. Esta es La noche Se Mueve. Hoy tengo un programa muy peculiar. Primero, porque se trata de alguien que yo respeto y admiro, como intelectual, como creador y hombre de su tiempo. Segundo, porque es mi amigo. Y tercero, porque esta oportunidad que se da hoy hacía mucho tiempo que yo la esperaba. El público que lleva más tiempo escuchando este programa, desde que estaba en la otra emisora, recuerda que el invitado de hoy fue uno de los que más reacciones provocó y que los oyentes más disfrutaban. Se marchó. Regresó a lo que, sin ser su lugar de nacimiento, es de alguna manera su lugar de origen: la ciudad de París. Importantísimo pintor, importantísimo intelectual. Un hombre que ha demostrado una tremenda garra como escritor, novelista y ensayista. Un ser raro para estos tiempos, porque mezcla dentro de sí, como si fuera una licorera, el pensamiento antiguo y aquellos de las diversas vanguardias de diferentes eran: la post-modernidad y la trasgresión. Pero, por sobre todo, es un creador. Un humanista y es un hombre lleno de laberintos. Esta va a ser una entrevista para un libro futuro. Cuando se publique lo que ha sucedido en este programa y cómo trabajamos en eso, esta persona no podrá faltar. Bienvenido Ramón Alejandro.
RA: Después de eso, me has dejado completamente inhibido. No puedo siquiera darte las gracias.
EG: Pero tú sabes que todo lo que dije es verdad, que lo siento en lo más profundo de mi corazón.
RA: Me encantaría que lo fuera. Está por probar.
EG: Quiero Ramón, hacer esta entrevista de cara a un lector del futuro. También de frente a los oyentes que te recuerdan, cuando hace unos 5 años participabas en este programa. Esos, que te recuerdan, revivirán memorias e historias. Vamos a comenzar. Ya eres un hombre de 65 años de edad. Esa es la edad en la que muchas personas deciden jubilarse, atender a los nietos, cultivar las flores de su jardín y hacer recorridos en los cruceros de vacaciones. Eso es, si se tiene algún dinerito. Pero yo sé que tú lo tienes.
RA: Prefiero gastármelo en otra cosa.
EG: ¿Cómo qué?
RA: Publicar libros. No me trates de involucrar en tus marañas.
EG: ¿En qué estás pensando?
RA: Estoy pensando en la publicación de libros, que es lo que tengo en mente.
EG: Esta edad a la que tú has llegado, que es casi la edad de una persona honorable, ¿no te convoca al descanso y la contemplación?
RA: No, qué va.
EG: ¿Tú estás en la edad contemplativa de la vida?
RA: No, yo cada vez estoy más disparado. Estoy por la acción inmediata.
EG: ¿ A tu edad, Ramón?
RA: Sí, tengo como 6 proyectos en curso.
EG: Ramón Alejandro, tú eres un hombre que nace en Cuba, en la ciudad de La Habana y el reparto la Víbora. Podríamos decir que de una familia de clase media alta.
RA: Media, media.
EG: Y abandonas el país. Entre los primeros jóvenes intelectuales y artistas con vocación, que se van del país, estás tú.
RA: Era un muchachito de la Víbora, que quería ser pintor. Porque su abuelo lo había sido, su tío lo había sido y su bisabuelo también. Pero que no tenía mucha idea. Que no pudo ir a San Alejandro por los prejuicios de mi padre.
EG: ¿Cuáles eran los prejuicios de tu padre?
RA: Los mismos de siempre, sobre la escuela de Bellas Artes. Primero, desde el punto de vista más importante, que era el argumento materialista, porque la pintura no daba para ganarse la vida en aquella época. En segundo lugar estaba el aspecto que podríamos llamar moral, donde se consideraba que las artes estaban vinculadas con una especie de conducta desviada, respecto a la función supuestamente natural del amor.
Agó Laroye (1997) Oleo / tela 91.5 x 123 cm
EG: ¿A la sexualidad?
RA: Claro. Ser artista era una desviación moral, insoportable para cierta pequeña burguesía.
EG: Y al final del juego, eres un artista.
RA: Es como aquel muchacho, que se quedó sin saber tocar piano, pero se volvió maricón de todas formas. (Risas) En mi caso, yo logré ser pintor, casi por prodigio. Y lo otro viene sólo. No hay que hacer ningún esfuerzo ni ir a la escuela. (Risas)
EG: Ramón Alejandro, ¿cómo fue esa etapa? ¿En qué año te vas de Cuba?
RA: En 1960.
EG: Prácticamente unos meses después del triunfo de la revolución.
RA: Digamos unos meses antes de Bahía de Cochinos.
EG: ¿Por qué tú, un joven que de cierta manera tenía una vocación humanista y social, abandona un proyecto incipiente como la revolución cubana? En aquel entonces ya existían detractores, en su mayoría los batistianos, pero el pueblo apoyaba la revolución. Sin embargo, tú te vas precisamente en ese momento. ¿Por qué lo haces?
RA: Primero que todo, estaba esa relación difícil con mi padre. Yo empecé a fugarme de mi casa a los 15 años.
EG: Vamos a puntualizar. Entonces, tu salida del país no es política, sino personal.
RA: Fue personal. Yo me fui de Cuba, digamos siendo revolucionario. Siempre fui muy nacionalista y apegado mucho a la independencia nacional. Claro, tenía que estar con la revolución. Lo que pasa que luego a la larga. Bueno, si me meto a contar todo eso no vamos a terminar nunca. Me di cuenta que había una incoherencia. La incoherencia vino por este hecho. Yo fui alumno de la Dra. García Tuduri, en el Instituto de la Víbora. Ella empezó a darnos Lógica y Filosofía. Yo quería estudiar Agronomía, para ayudar a la Reforma Agraria e irme a la alfabetización de los guajiros, etc., y eso era la parte ética. Pero luego estaba la parte estética. Y dentro de la estética estaba englobada la pintura de mi familia materna y lo que empezaba a conocer de la cultura habanera. Porque como me fugaba de mi casa, caía en medios más cultivados que el mío, y ahí empezaban a llevarme al teatro, a conciertos, a leer. Vi que había unos horizontes enormes y que en los museos estaba la pintura que a mí me gustaba. Mi abuelo hacía copias de Velásquez, Tiziano y Tintorero. Estas copias estaban en su casa. Pero yo me moría por ir a El Prado, ir a los Uffizi, ir a El Louvre. Esa era la estética. En cierto momento, hice crisis. Era miliciano, fui a Oriente, al segundo aniversario de la revolución, un 26 de julio, cuando creo que Fidel declaró la ley de Reforma Agraria, una de esas grandes reformas que llevó a cabo Cuba. Vi el estado real del país. Yo no salía de La Habana, ni siquiera de la Víbora, y de repente conocí el estado en que se encontraba el campesinado. Vi a la gente sin dientes, en harapos. Un día apareció una muchacha muerta en el lecho de un río. De repente me sobrecogió lo que era la Cuba profunda. Y me dije: Si yo me quedo en este país, esto es muy violento para mí. Yo lo que quiero es ir a ver El Prado, El Louvre, los Uffizi. ¿Entiendes? Una noche de estas de farra, que me había quedado hasta las 3 de la mañana bebiendo, en un lugar que se llamaba Saint Michelle. En aquella época cantaban: "Triana, ay Triana morena, que buena, que buena". Y todas las locas daban una palmada y decían: ¡Síiii! Luego salí caminando para L y 23, a coger un transporte para ir hasta la Víbora, y subiendo la loma de La Rampa me preguntaba si iba a vivir adoptando la ética o la estética. En cierto momento, de adentro de mí salió un grito diciendo: ¡Estética! Yo escogí el egoísmo. El irme a gozar de Europa y olvidarme de que había nacido en un país que tenía esos problemas, que estaba en esa convulsión, que en realidad me aterraba. Porque yo no tenía ninguna formación política. Me había leído El Manual de Materialismo Histórico, del Dr. Konstantinov, de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética. Me acuerdo que me había convencido absolutamente. Todavía me sigue pareciendo que el análisis que Marx hace de la sociedad es absolutamente correcto. Las conclusiones que sacaron de eso son más contestables, pero el análisis de Marx es impecable. Y me había leído eso. Pero también me había leído el testimonio de un anarquista, que conoció la guerra de España y escribió un libro maravilloso: Rebelión en la granja, de George Orwell.
EG: ¿Quién era el grupo intelectual, que de alguna manera te acogió a esa temprana edad en La Habana? ¿A qué círculos de intelectuales importantes tú tenías acceso?
RA: A ninguno. Ninguno. A los intelectuales importantes los conocí en París.
EG: Todo eso que había en La Habana, en ese momento, ¿no te era cercano en esa época?
RA: No. para serte sincero. Porque a estas alturas ya no tengo porque decir mentira. Eran las locas habaneras, que eran cultas pero muy frívolas. Era una cultura muy superficial, pero muy divertida.
EG: No tuviste en esa época acceso a Lezama o a Virgilio.
RA: No, porque yo era un guajirito de la Víbora. Tú dijiste que era urbana. La Víbora es casi campo. En aquella época había un guajiro que tenía un conuco y andaba a caballo por el barrio, con un machete a la cintura. La Víbora era semi campo.
EG: Te marchas de Cuba, en el 60. ¿Y te vas a dónde?
RA: A Buenos Aires.
EG: ¿Por qué vas a Buenos Aires?
RA: Bueno, todo esto es muy largo de contar. Constituye el material de esos libros que estoy por publicar. Me voy a Buenos Aires porque mi hermana se había casado con un argentino. Cuando mi mamá murió, yo tenía 9 años, y mi padre se casó con una alemana. Esta alemana cambió toda la casa. El mundo de mi madre desapareció. La criada se fue. Mis hermanas se casaron. A mi hermano lo mandaron al norte, a estudiar.
EG: Tu hermano viene a los Estados Unidos.
RA: Sí, lo mandan a estudiar y se convierte en un gran economista, profesor de Yale, con una cátedra de por vida antes de los 30 años. Papá no se podía deshacer de mí, porque yo era muy joven. En el momento que le confesé que me quería ir de Cuba, no le dije que quería salir de su casa. Lo que quería era deshacerse de mí. Me preguntó que si quería irme con mi hermana a Buenos Aires, y le dije que sí. Pero ella no me podía entender y enseguida nos peleamos. Además caí preso, porque me enamoré de un anarquista.
EG: ¿Dónde? ¿En Buenos Aires?
RA: En Buenos Aires, en la Escuela de Bellas Artes.
EG: ¿Fuiste a estudiar pintura a Buenos Aires?
RA: Bueno, no. Fui a Buenos Aires y me puse a estudiar pintura, que era lo que quería hacer. Yo era una papa caliente. En la escuela a la que fui conocí a ese anarquista. Yo nunca había visto gente de origen italiano, y aquellos ojos florentinos me encandilaron, porque en Cuba no existe emigración italiana. Los cubanos tienen los ojos redondos, como los españoles, pero los italianos no. Los italianos tienen esos ojos increíbles. Y resulta que el muchacho era anarquista. Me llevó a una reunión y caímos presos inocentemente. Y aquello fue un bu-ru-ru enorme. Hasta el cónsul cubano se tuvo que exilar. En la prensa salió que yo estaba montando guerrillas, un cubanito que cogieron con unos anarquistas en el barrio Avellaneda. EG: ¿Qué tiempo viviste en Buenos Aires?
RA: En Buenos Aires mi hermana me botó de la casa y me fui a Uruguay. Ella me dijo: Te tienes que ir del país, porque ella era mi tutora, ya que yo era menor. Entonces me fui a Uruguay, y de ahí a los carnavales de Río, donde me divertí muchísimo, conocí a tanta gente.
EG: ¿Qué tiempo duró este periplo sudamericano?
RA: Dos años y medio maravillosos.
EG: ¿Y de qué vivías? ¿De qué comías?
RA: De mi cinturita de mimbre.
EG: Oh, my God.
RA: Yo era muy bonito y tenía labia.
EG: ¿Tú sientes que en algún momento fuiste prostituto?
RA: No, yo nunca pedía, no tenía necesidad, la gente me protegía.
EG: Pero de alguna manera...
RA: Suscitaba el instinto maternal y paternal de la gente. Hasta que pasé los Pirineos no conocí la necesidad, porque subvenían mis necesidades espontáneamente, por suscripción popular.
EG: Y tú para corresponder a eso, ¿qué tenías que hacer?
RA: Me dejaba querer. Y leía y hacía grabados, etc.
EG: ¿Cuándo llegaste a Europa?
RA: A los 20 años.
EG: ¿Adónde llegas?
RA: Cumplí 20 años en los carnavales de Bahía y me embarqué en Río en un barco de una travesía de 15 días, atravesando el Ecuador, con unas tormentas increíbles, y la isla de Madeira. Llegué a Barcelona y ahí me fui directo a Madrid y a El Prado. Fue maravilloso descubrir Europa.
EG: ¿Cuándo pasas a París?
RA: Ahí tuve otra vez que tomar una gran decisión. Resulta que papá había desertado del ejército español, cuando la guerra de Marruecos. Pero de todas maneras, siendo yo hijo de español, tenía derecho, a la ciudadanía española. Pero era la época de Franco, y tenía que hacer el servicio militar. Si me quedaba en España, tenía que hacer el servicio militar, en un país donde no conocía a nadie. Mis primos estaban en Asturias, y papá no quiso que entrara en contacto con ellos, porque se avergonzaba mucho de mi manera de ser. Me di cuenta, que no quería vivir en España. Había dos o tres cosas que me molestaban, y decidí irme para Francia. Cuando me iba a ir, la policía me paró, diciendo que no me podía ir, porque tenía 20 años y derecho a la ciudadanía española, un derecho que no quería y tenía que renunciar formalmente ante la policía. ¿Dónde hay que renunciar? ¿Díganme lo que tengo que decir? Déme el texto que yo lo firmo. Les dije, renuncié a la ciudadanía española y me dejaron ir para Francia.
EG: Y llegas a Francia y te recibe alguien.
RA: Nadie. Yo llevaba 25 dólares y no hablaba francés.
EG: Ahí comienza tu vida de extranjero en Francia.
RA: Ahí fue más difícil, pero mira, aquí estoy y tengo un apartamento maravilloso. La vida provee. Los cristianos llaman a eso La Divina Providencia.
EG: En Francia, tú te reúnes, vas encontrando poco a poco, un grupo de intelectuales que estaban allí, como Severo Sarduy.
RA: Severo Sarduy había salido con una beca, para estudiar periodismo en Italia. Pero conoció a un turista, en la sala de la Capilla Sixtina, viendo la pintura de Miguel Angel, que era el director de las Ediciones Seuil. Se lo llevó para París y Severo se abrió camino allí.
EG: ¿Qué grupo? Néstor Almendros, Severo Sarduy.
RA: Estaban Jorge Camacho, Roberto García York, Gina Pellón y Joaquín Ferrer.
EG: ¿Se trata de un grupo de intelectuales cubanos, que se constituye en París?
RA: Estaba la Casa Cuba. Era una institución, regalo de una de las Abreu, que habían hecho un edificio maravilloso. Y ahí se reunían espontáneamente los cubanos.
EG: ¿Tú llegaste a vivir ahí?
RA: Ahí yo iba. Yo conocía a García York, quien me llevaba allí. Es en ese lugar donde conocí a Néstor. El mundo de las ideas (1998) Oleo / madera 40.5 x 50.5 cm EG. Ese conjunto de intelectuales cubanos, que coinciden en esa época en Francia, ¿qué legado tú crees que dejan a la cultura cubana?
RA: Muy diferente cada uno de ellos.
EG: ¿Hay un denominador común?
RA: El mismo que guió a Amelia Pelaez, Lydia Cabrera, Carlos Enríquez y Víctor Manuel. ¿Qué intelectual cubano no ha llegado hasta allí? Los que no llegaban era porque no podían. Pero todos tenían la ambición. Julián del Casal soñó con llegar a Francia, y tenía aquella carta de Verlaine. La capital cultural latinoamericana era París, por defecto de la península. La península española no podía asumir el liderazgo cultural. Y fue Francia quien nos lo dio, fue la madre.
EG: ¿Tú tomas conciencia de Cuba estando en París? ¿Te vuelves cubano en París?
RA: No, yo siempre la tuve. Yo siempre sentí a Cuba muy fuerte. Y siempre le tuve mucho miedo. Porque Cuba es un país al cual es legítimo tenerle miedo. Es un país muy fuerte.
EG: ¿Cuál es tu reacción cuando te comienzan a llegar las noticias de que en la isla se están produciendo cambios muy radicales, muy fuertes?
RA: Bueno, yo vi los primeros.
EG: Sí. pero lo que viene después. ¿Cómo tu vas canalizando y asimilando eso?
RA: Tuve que resolver primero esa dicotomía, que existía en mi, de mi apego afectivo a la revolución, por una parte, y mi egoísmo por la otra, que me hacía preferir andar en libertad, culipandeando, para utilizar una palabra popular. Después que estuve preso en Argentina, me di cuenta que resultaba peligroso. Pero tampoco yo sentía ningún resentimiento contra la revolución, porque nunca sufrí en lo absoluto. Luego, me fui enterando de los errores, los llamados errores de la revolución, y creo que el más grande fue la nacionalización de las empresas pequeñas.
EG: En 1968. La ofensiva revolucionaria.
RA: Y coincidió en el plano internacional con el apoyo de La Habana a la Unión Soviética durante la invasión de Praga por las tropas del Pacto de Varsovia. Entonces ahí ya me enfrié un poco, sin que mi amor por Cuba se terminase. Me di cuenta que la revolución era problemática. Después vino el Caso Padilla y mis amigos, Néstor Almendros, etc., se opusieron al sistema. Severo no, Severo nunca estuvo contra la revolución.
EG: Tampoco visitó Cuba nunca.
RA: Severo tenía mucho miedo. Estaba bajo la férula de su amigo, Fran챌ois Wahl, que lo moldeaba mucho. Néstor sí era muy opuesto a la revolución. Tuvo problemas con Alfredo Guevara.
EG: Por PM. (continúa)
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De: YayaboEstaEnLaCalle |
Enviado: 10/06/2008 05:19 |
La mayor fuerza de la democracia es la incompetencia de los comunistas. La inviabilidad de sus propuestas y el rechazo natural del ser humano al totalitarismo o cualquier sistema que quiera controlar el modo de pensar del individuo. Las ansias de elegir su destino se convierten en propulsión imparable contra los que deciden en nombre del pueblo sirviendo a sus intereses y a sus bolsillos; a los que viviendo en la opulencia piden sacrificios y miseria para sus súbditos.
Yayabo
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De: cruzylovesmirkgurl83 |
Enviado: 10/06/2008 05:51 |
Y què se supone que tenemos que hacer para aumentar nuestro nivel intelectual ????? Chico, verdad que contiguo no tengo ninguna sugerencia. Me he quedado en blanco. |
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De: cruzylovesmirkgurl83 |
Enviado: 10/06/2008 06:23 |
A ti sin embargo,debiera despertarte al menos una nueva percepciòn sobre los medios alternativos que la publican,no? Me supongo que el dia que hablen en lenguajes menos calificativo, llenos de amargura, y sabiendo exactamente de donde viene lo hare.... Mientras tanto soy sospechoso de donde bienen y a quien Con respecto a lo de intelecto o intelectualidad, en realidad lo que yo subrayo o rescato como sìntesis de lo que quiere decir el artista, es que el exilio anticastrista, contrarrevolucionario,jamàs ha estado al nìvel de las circunstancias revolucionarias. Creo que èsta situaciòn sin apelar a descalificativos que a veces se imponen por sì solos, es lo que en verdad se condice con la situaciòn històrica de Cuba. El exilio en Miami no esta lleno de intelectuales. Son personas normales y comun que le molesto mamente simple, nada complejo y complicado para pensar. Son personas comun y corriente, pero sientieron un dolor profundo y suficiente para no poder vivir ese proceso................... La grand cantidad oyen, y se an resignado a tan solo vivir sin tener que pensar. Trabajan van a sus casas y se siente que no tiene que estar preocupado por ser vijilados y atropellados. Para esos, tiene mi grand respeto, aunque no esten lleno de informacion y de grandes pensamientos. Yo no espero que todo las personas que se exilian sean personas de nivel intelectual alto, con mucha educacion sea en Cuba o Americana. Aunque existen intelectuales no son los calificados en las estaciones de radio o television o otros medios de cumunicacion. . Pero ay suficientes intelecuales que decidieron no seguir con esa revolucion y se sintieron traisionados. Me puse a chequiar. La grand cantidad de los que mensiona Ramon Alejandro, son exilados. Gente intelectales que no pudieron vivir con el govierno Cubano............... Y muchos de los que ay aya se callan. No tiene la menor idea, de lo que sufre este exilio, porque no son intelectuales si no personas normales. Yo los comprendo, aunque no siempre este de acuerdo..... Tengo una cosa que tu no tienes....... A verlos vivido. |
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De: cruzylovesmirkgurl83 |
Enviado: 10/06/2008 06:55 |
La verdad es que lo de favorito no lo dije con ninguna intenciòn, simplemente recordè que lo habìas mencionado, espero no despertar suspicacias con todo y cada palabra que digo. suspicacias, no estoy seguro lo que quiere decir la palabra, me supongo algo que tiene que ver con "sospecha", la buscare................ Mi respuesta es siempre. Pero y que? A ti sin embargo,debiera despertarte al menos una nueva percepciòn sobre los medios alternativos que la publican,no? Siempre miro primero a que o quien estan comprometidos. Mientras sus compromiso no sean solo a la verdad si no con un medio de comunicacion sospechocos. No lo consideron lo suficiente independiente aunque sea lo mas alternativo que quiera....... Yo no me e metido a maricon porque no me gustan todas las alternativas. Que tu crees que todo lo alternativo es bueno para mi salud? |
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De: Margarita5510 |
Enviado: 10/06/2008 07:27 |
Cállate, caudillo Yabobo. |
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De: YayaboEstaEnLaCalle |
Enviado: 10/06/2008 07:59 |
...y tus arguemntos Margarito-Maricon?
Ya no estoy en Cuba, a mi nadie me calla gallego ignorante sin talento.
Yayabo |
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De: ▓▬↔▲▼§tår▼▲↔▬▓ |
Enviado: 10/06/2008 08:31 |
Y desde cuando tienes potestad de mandar a callar a la gente Margui? |
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De: cruzylovesmirkgurl83 |
Enviado: 10/06/2008 09:03 |
Que dije?? Sospecho que el nivel de intelectualidad que este foro nos da, creo que es posible que las Mariposas Monarcas esten mucho mas adelantadas. |
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De: Margarita5510 |
Enviado: 10/06/2008 09:35 |
Yabobo: Tú ya has declarado públicamente tu homosexualidad en este foro diciendo que deseas darle por el culo al glorioso Enano Infiltrado, así que mejor harías en callarte la boca. Has de saber que el glorioso es para mí y no practica la homosexualidad aunque, a diferencia de ti, la respeta. Tú no te respetas ni a ti mismo, tarado fascista. Anuncio de paso que el portentoso poeta Enano Infiltrado en breve me enviará poemas para su publicación en este foro y para deleite de todos. |
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De: ▓▬↔▲▼§tår▼▲↔▬▓ |
Enviado: 10/06/2008 10:07 |
Como te da por hablar mierda , no hay quien te pare. |
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De: charolitos |
Enviado: 10/06/2008 10:39 |
Recuerdo que cuando le dieron la noticia de que Edmundo Garcia se habia exiliado a un dirigente del ambito artistico , este solo exclamo "BUENO , UN MARICON MENOS " , Eso es EG dondequiera que este o no este , un maricon mas o menos . Por eso es aqui en Miami "UN MARICON MAS ". |
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De: ▓▬↔▲▼§tår▼▲↔▬▓ |
Enviado: 10/06/2008 11:11 |
Edmundo traficaba con obras de arte, por eso tubo que echar un pie. |
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De: YayaboEstaEnLaCalle |
Enviado: 10/06/2008 11:43 |
Star,
Recuerdas a Pio Gil…que tenia un “amigo” que posteaba en su nombre porque el estaba bajo la vigilia de Chávez y se lo comía a elogios?
Es el mismo caso, el enano es un poeta de pacotilla frustrado sin talento que se inventa el nick de Margarita y elogiarse el mismo ya que nadie lo hace.
Inventa una mujer ya que el es homosexual (frustrado también) estaba enamorado de Bitácora y pretendía enamorarlo (parecido a otro personaje). Esto es vox populis en otro foro y me lo contó un amigo nuestro.
Yayabo
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De: Margarita5510 |
Enviado: 10/06/2008 12:15 |
No se dice "vox populis", burro. Se dice "vox populi", y te refieres al pueblo facha del foro del partido español heredero del franquismo llamado Partido Popular, al que tú fuiste porque la mierda llama a la mierda. ¿Quién te llevó, quién fue tu mentor? Yo tengo alguna idea. |
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De: YayaboEstaEnLaCalle |
Enviado: 10/06/2008 12:47 |
A que hora dan el programa de EG? Lo he escuchado unas cuantas veces y me parece excelente. El tenia el UNICO programa de corte clásico de la TV cubana se llamaba “De la Gran Escena”
Yayabo
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